El Orfanato X

# Me perdí en sus ojos dormilones los dos segundos que se demoro en escalar hacía mi boca en busca de una beso de buenos días...

Julieta

Su cara se desfiguró, pero algo me decía que lo sabía y que en realidad lo que le sorprendía era ver a Roma decidida no solo a dejarlo, sino a ir con la verdad por delante, me tomó la mano y la sentí temblorosa, por lo que solo me limite a tomársela con mas fuerza para darle confianza, estaba con ella en esté momento y estaría toda la vida, vi sus lágrimas caer, vi el preciso momento en el que su corazón se trozo en partes infinitas que cayero

n al suelo, quiso hablar, pero el dolor se lo impidió.

  • Tienes que irte - le dijo Roma -
  • No me iré sin ti - dijo con odio en sus palabras arremetiendo contra nosotras -
  • No me iré contigo Max, entié

ndelo, esto se acabó * Aun eres mi mujer - dijo ti

rándome a un lado y tomándola con fuerza para intentar sacarla -

Estábamos

en un forcejeo que podría haber durado mil eternidades porque el no estaba dispuesta a dejarla y yo no dejaría que el se la lleve, pero entran sus padres y los tres nos quedamos congelados en el tiempo esperando una reacción de ellos

  • ¿Qué está pasando aquí? - dijo el que supuse era el padre adoptivo de Roma - Max suéltala - le dijo con tranquilidad para no empeorar las cosas -
  • No me iré sin mi esposa - dijo soltándola, pero decidido a llevársela -
  • Tienes que irte - le respondió - mañana cuando estés mas tranquilo vuelve y habla con ella, ahora así, mi hija ni se va contigo ni te permitiré estar en mi casa - lo tomó por el brazo, cuando intentó acercarse y yo me interpuse en su camino -

  • Sal de aquí ahora, por el cariño que le tengo a tus padres te daré la ultima oportunidad, no me obligues a sacarte por la fuerza

Salió de la casa y los cuatro nos quedamos mirando, su madre me miró con ternura como si hubiese sido la persona que ella esperaba ver junto a su hija, su padre la abrazó con fuerza como disculpándose por haberse demorado tanto en llegar.

  • ¿Estas bien? - le preguntó mas de una vez mientras la abrazaba -
  • Si, no te preocupes - dijo ella aferrada a aquel hombre imponente -
  • ¿Te hizo algo? - me preguntó a mi la señora con una mirada cálida y maternal -
    • me limité a negar con la cabeza -
  • Ella debe ser Julieta - preguntó con un leve tono de afirmación su padre -
    • Roma sonrió nerviosa -
  • Un gusto - dije estirando la mano -
    • El olvidó el protocolo y me abrazó - El gusto es mío
    • Me volví donde su madre la que también me abrazó - Pensé que no te conocería, Roma pensó que te negarías a venir.
  • En realidad - dijo Roma - está acá sin saber que ustedes saben.
    • La miré nerviosa, como retándola con la mirada por no decirme -
  • Eres bienvenida aquí Julieta - dijo su madre -
  • Gracias -  le dije sin ser capaz de mirarla fijamente -
  • Nosotros iremos al comedor, por si nos quieren acompañar - dijo tomando la mano de su esposa -
  • No gracias papá, nos iremos acostar, ambas dormíamos cuando llegó Max
  • Ya veo - dijo su madre con un tono burlesco que me hizo sonrojar mas de la cuenta -

El matrimonio se fue y una vez mas quedábamos solas simplemente para mirarnos la una a la otra, me abrazó

tan fuerte qu

e creí que nos volveríamos una y yo la tomé con tanta delicadeza que creí que se derretiría en mis brazos, no pasó mucho tiempo para que se decidiera a llevarme otra vez a su habitación.

  • Por fin volveré a dormir en tus brazos - dije sentándome en la cama -
  • Ajá - dijo sentándose sobre mis piernas - te extrañaba demasiado

Me besó porque ambas lo necesitábamos, en medio de aquella transferencia de amor y fluidos se acoplaron preguntas que necesitaban una explicación inmediata.

  • Amor - dije alejándola de mi - ¿Qué hacías acá?
  • Vine a visitar a mis papás, no los había visto - respondió ella poniéndose de pie, provocándome una leve desconfianza -
  • ¿Solo eso Roma?
  • Ajá
    • Suspire - ¿Por qué te fuiste de la casa de tus suegros?
    • solo me miró y con eso me decía mas de una verdad -
  • ¿Por el documento?, ¿Acaso dijiste algo Roma?
    • Suspiró otra vez sin mirarme - Mi amor... tendrás que hablar con Beatriz
    • Subió la cólera en mi, pero me calme cuando fijo sus ojos en los míos - Yo no tengo nada que hablar con ella, además ¿Para que?, si creo que ya hablaron ustedes dos
  • Si, hable con ella, le mostré el papel - dijo caminando por la habitación -
  • ¿Qué?, te dije que quería dejar el tema hasta ahí
  • Cariño - se acercó a mi, pero rechace su consuelo - habla con ella por favor

  • No Roma, no hablaré ni con ella

ni con nadie, para mi este tema nunca existió y mejor que tu lo asumas porque no quiero tener problemas contigo * - Me abrazó - No quiero que te hagas esto

,

mi vida - se separó de mi - m

í

rame

, no quiero que esa verdad te alcance y te destruya * - Me miró fijamente -

solo hablaré con ella, ¿ok? * - la besé - ok mi amor -

Roma

Confió en mi y lo único que pude hacer esa noche para calmarla fue acurrucarla en mi pecho y acariciarla hasta que mis manos congeladas se quedaron quietas sobre su cabello, desperté con frío, extrañaba su manía de destaparse, mientras que yo me cubría por completo, la parte de mi cuerpo que no estaba cubierta

con el suyo se congelaba, pero no quise moverla, no quise moverme yo y no fui capaz de despertarla, me limite a mirarla, a tratar de adivinar que soñaba

pero no pude adivinar nada, comenzó a moverse, buscaba otra vez mi olor, alcanzó un poco de tela de mi polera y l

a

sujeto con fuerza, respiro tranquila

otra vez, sus ojos se abrieron aun con el peso del sueño en sus parpados, me miró y esa sonrisa me hacía sentir c

ó

mplice

de algo mas grande que el universo,

me perdí en sus ojos dormilones los

dos

segundos que se demoro en escalar hacía mi boca en busca de una beso de buenos días...

    • peine su pelo con mis dedos - ¿Como dormiste?
    • Se acurrucó en mi pecho otra vez - Siempre dormiré bien en tus brazos
    • Sonreí mientras su mano tibia acariciaba una de mis piernas -

¿tienes que   ir a trabajar hoy?

    • se acostó a mi lado al sentir mi cuerpo frío, me tapo y me

acomodo en sus brazos, abrigándome con su cuerpo - hoy tengo libre

    • ¿quieres decir que puedo estar todo el día contigo abrazadita? - dije con voz

ronr

oneante

-

    • Si tu lo deseas, si - respondió ella mientras acomodaba mi pelo para besarme el cuello -

Alguien tocó la puerta en el instante en que cerré los ojos al sentir mi cuello húmedo por su saliva

    • ambas miramos a la puerta . ¿si?
    • al otro lado de la puerta mi madre se hacía presente - hija te buscan
    • miré a Julieta que encogió los hombros - ¿quien?
    • su voz se alejaba mientras me decía - averígüelo usted
    • sus brazos me soltaron - tendrás que levantarte
    • me senté en la cama y la destape - tu vas conmigo
    • la mano que acariciaba mi espalda se detuvo - ¿Por qué?
    • ¿puedes acompañarme? - le pedí en un tono de suplica, no quería separarme de ella -
    • Por supuesto - dijo ella mientras se sentaba en la cama y besaba mi hombro -

Nos vestimos y me di cuenta que ella estaba con su polera de trabajo y las manchas de aceite decoraban gran parte de ella, pensé que la niña que era antes se hubiese

alterado y arrepentido de la noche hermosa que habíamos pasado, pero la mujer que soy hoy agradece y se siente infinitamente orgullosa de tenerla.

    • si quieres me das una polera tuya - me dijo al darse cuenta que la miraba -
    • no - le tomé la mano para salir de la puerta - te ves preciosa

Bajamos la escalera tomadas de la mano, acaricio mi dedo

í

ndice

con su pulgar mientras entrabamos a la sala de estar, se congel

ó

en la entrada al darse cuenta

que los que estaban ahí sentados eran Alex y Beatriz, él la miró, miró nuestras manos y clavó su mirada en mi.

    • Buenos días - dije mientras apretaba sutilmente la mano de Julieta -
    • Buenos días Roma - dijo evitando un nuevo contacto visual con Julieta -
    • Beatriz la miró lo suficiente como para hacerla sentir incomoda -
    • Don Alex, Señora Beatriz, Buenos días - dijo Julieta luego de un rato -
    • Buenos días - respondió de mala gana Alex mientras se sentaba -
    • ¿Como estas Julieta? - preguntó Beatriz mientras acariciaba una de sus manos con la otra para

controlar su evidente nerviosismo -

    • Bien, gracias - respondió ahora ella evitando el contacto visual de la misma forma en que antes lo hizo Alex con ella -
    • Julieta

acompáñame al jardín por favor - dijo mi madre para sacarla de la escena -

    • soltó mi mano para susurrarme - Estaré atenta, si necesitas algo me llamas -
    • solo le sonreí cuando ella besó mi mejilla y se alejo junto a mi madre -

Me senté frente a ellos, Alex se acomodaba en el asiento, mientras que Beatriz veía a Julieta alejarse del lugar.

    • Ustedes dirán - dije yo -
    • Creo que las explicaciones tienes que darlas tú - dijo Alex -
    • ¿Explicaciones?, Don Alex, yo le tengo un enorme respeto y cariño, jamás podría pagarle como

me cobijó en su familia, pero aquellas explicaciones no se las debo a ustedes

sino que a mi marido -

    • ¿

Ahora lo llamas marido? si

e

stás dejando a mi hijo, un hombre exitoso y de gran apellido por una mujer que trabaja en un taller mecánico

-

dijo

él mientras se le escapaba una irónica

risa -

  • -Alex, por favor - dijo con fuerza Beatriz sintiéndose ella misma agredida -

    • me puse de pie - si va a estar en mi casa le pido dos cosas, educación y respeto, si cree que no será capaz de cumplir con esto puede retirarse -
    • ¿Me estás echando Roma? - se puso de pie desafiante -
    • la verdad es que si, le ruego que se vaya, no permitiré que le falté el respeto a la mujer que amo -
    • Muy bien Roma, nos vamos -
    • No Alex - dijo Beatriz - el mal educado fuiste tu.
    • no dijo nada

, pero su mirada lo expreso todo

y se fue -

    • lamento todo lo que sucedió - dijo Beatriz -
    • Usted no debe disculparse, el mal educado fue él - le dije sentándome a su lado - pero usted se quedó por una razón, ¿verdad?
    • ¿Ella querrá hablar conmigo? - dijo mirándome con unos ojos de arrepentimiento que partió mi corazón -
    • iré por ella, ¿si?
    • no la obligues, que sea cuando ella quiera - dijo tomándome del brazo -

Asentí y fui por Julieta que se encontraba con un vaso de jugo en la cocina y con mi mamá haciéndole las típicas mil preguntas.

    • se puso de pie enseguida - ¿Como estas?
    • bien - le dije mientras acariciaba su rostro - Beatriz quiere hablar contigo
    • ¿Ahora?, ¿Donde esta? - pregunto nerviosa -
    • esta en la sala de estar, esperándote - le dije mientras arreglaba su pelo -
    • ¿Esta Alex? - preguntó enseguida -
    • no mi amor, solo está ella -
    • suspiro - ¿me veo bien?
    • tomé su rostro y la bese para robarle en aquel gesto el nerviosismo que cargaba - te ves hermosa mi amor -
    • mantuvo los ojos cerrados aun cuando deje de besarla y me sonrió - voy

Julieta:

Está al otro lado de la puerta y no sé por donde empezar, que decirle o que preguntarle, no quiero recriminarle nada, habrá tenido sus motivos para dejarme, ¿no?,

abro la puerta y se levanta para dejarme ver como arregla su ropa, bien vestida, bien maquillada, bien peinada, alguien así no calza conmigo, quizás fue que me crie

lejos de ella y de una manera totalmente diferente o quizás que nos equivocamos...

#No existen palabras para describir lo feliz que estoy de volver, este es mi lugar, mi sitio, mi lugar neutro, donde lo malo que me pasa lo uso para algo que no solo me libera, sino que enriquece a muchas personas mas, no voy a decir adiós, solo diré hasta luego querid@s lectoras/es... con cariño V/s