El Orfanato VIII

Ese cuerpo de niña desaparecía de la memoria de mis manos, para destruir el pasado y reconstruir un presente que la memorizaba como mujer...

Julieta:

La dejé afuera de su casa, me quede con sus besos un par de promesas y un te amo dibujado en la ventana del copiloto que procure que la naturaleza no borrara por miedo a que ella lo olvidase, llegué a mi casa, la oscuridad me impidió ver quien se abalanzaba

sobre

mi, pero mis labios la reconocieron de inmediato, Romina estaba aquí.

  • Romina no, detente - le dije intentando zafarme de sus besos -
  • No hables, solo hazme tuya, esta noche

yo

te necesito

  • respondió volviendo al ataque -
  • No puedo - la empuje - por favor
  • ¿Es por ella?, ¿aun sigues guardándole

puesto? * Ahora es diferente - le respondí tratando de sacar su pinta labio

s

de los míos - * ¿Acaso volvió por ti? - preguntó sentada en el borde de la cama - * Algo así - respondí secamente - * Solo te pido una noche mas Julieta - dijo en forma de suplica - * No puedo - le dije dándome la vuelta, para no ver su enojo - * ¿No puedes?, ¿Qué te prometió?, ¿Qué iban a tener una nueva vida?, si es así, ¿Dónde está?, porque acabas de llegar sola otra vez, dime

...

¿

donde está tu gran amor que no puede acompañarte esta noche

?

  • dijo mientras se acercaba a mi furiosa -

  • En su casa, con su familia - me di vuelta para mirarla - eso en realidad a ti no te importa, viniste por sexo, lo lamento... no quiero

  • Te vas arrepentir Julieta - dijo tomando su chaqueta - acuérdate de mi, ya te dej

ó

una vez - salió casi botando la puerta -

Ella tenía razón, ¿

Qué me

a

segura

ba

que no me dejaría otra vez?,

lo pensé,

pero quedé firme con mi decisión, no podía regalarle una noche mas pensando en Roma, no podía engañar a Roma con otra o peor aun, no podía engañarme otra vez a mi misma con los besos de una mujer que no deseaba,

habrán pasado unos minutos cuando golpean la puerta, suspir

é

imaginando que v

enía

otro round con Romina, pero no era otro

mas

que el padre de Max, Alex.

  • ¿Usted que hace aquí? - pregunté asustada pensando que me había descubierto con Roma -
  • Quiero que te alejes de mi familia, en especial de mi esposa - me dijo sin ninguna expresión en el rostro -
  • ¿De su esposa?, ni siquiera la conozco
  • No te quiero ver mas en nuestra casa, ¿entendiste?
  • Entiendo que no debo volver a su casa, pero desconozco el motivo
  • Ya te dije, no te quiero ver cerca de mi esposa, ah y menos de Max
  • Tranquilo, lo que menos me interesa es su familia
  • Me parece, espero no tener que volver por estos lados - dijo mirando con aires de grandeza mi humilde casa -
  • Y espero yo no tener que verlo mas, ni en mi cueva, ni en su mansión, que acabo de aprender que el ser persona  tiene valor y no precio... o de seguro usted lo seria un po

quito

  • dije cerrando la puerta -

El tipo se

fu

é

y yo respire tranquila, no me molestó su actitud, sino su petición, ¿yo acercarme a su esposa?, ¿Para que?, no le doy importancia y me meto a la ducha antes de acostarme, acaricio el lado de la cama vacío imaginando que Roma esta ahí como cuando é

ramos niñas, verla despertar otra vez ser

í

a volver a vivir, despertar de una pesadilla, espero que el tiempo no sea cruel y deje de marcar mi alma con segundos infinitos de soledad, solo quiero tenerla, solo quiero sentirme una vez mas... Suya.

Me levanto para ir al trabajo como todos los días, el trabajo iba lento, por lo que nos dio tiempo para conversar y tomar un café, iba ya siendo la hora de almuerzo cuando aquel par de piernas largas avanzaron hacía mi desde la entrada del taller, era Roma en un vestido que por poco me mata

, todos se levantaron para verla mejor, lo que la hizo detenerse y ser yo quien me acercara a ella.

  • Tranquila, son como niños - quise poner mi mano sobre ella, pero me detuvo los resquicios del tiempo trabajando en esto -
  • No te preocupes - dijo ella sonriendo y abrazándome con fuerza olvidando que tenía el overol puesto -
  • ¿Que haces aquí?
  • Quiero almorzar contigo, ¿A que hora puedes salir?, ¿Vine muy temprano?

  • No, no, para nada, justo ahora es mi hora de almuerzo

  • Vamos entonces - dijo tomándome de la mano -
    • me qued

é

congelada unos segundos antes de recordar que tenía

puesto

el overol - Espérame * - Ella solo asintió sonriente -

Cuando dej

é

el overol en su lugar y volví por ella ya no estaba, los trabajadores me hicieron señas de que había salido, por lo que me apresure por ir a buscarla.

  • Pensé que me esperarías dentro
  • ¿Vine muy provocativa?
    • reí - un poco, no están muy acostumbrados a ver una mujer vestida así por aquí
  • ¿Y tu si estás acostumbrada a una mujer así?

  • dijo acercándose y hablándome en un tono que hacían evidente

sus celos - * - La tomé

por la cintura en cuanto se detuvo a unos centímetros de mi - Quizás, pero aun así te sigo prefiriendo a ti * - agacho su cabeza para darme un tierno beso en los labios - ¿Qué quieres comer? * - La miré en cuento tomó mi mano he hice evidente mis intenciones - * Recuerda que eres tu la que puso el pero, yo anoche estaba dispuesta a dártelo todo y tu no quisiste. * No me lo recuerdes por favor - tomándome la cabeza con culpa al no poder callar mi boca en esos momentos - * -

rió

al verme afligida -

¿Quieres algo de comer mi amor? * No, la verdad es que solo necesito hablar contigo, así que prefiero ir a una cafetería o algo así

Caminamos unas cuadras y entramos a un café, dos tazas de café negro llegaron enseguida para avivar de nuevo la conversación, unas miradas coquetas y unas tomadas de mano que en este momento se convertían en una tortura por el deseo latente de ambas.

  • Bueno, antes de que me abalance

sobre ti, dime que tenías que hablar conmigo * Tu suegro vino anoche a mi casa * ¿Alex?, ¿nos vio? - dijo aun atorada -

  • No, al comienzo también creí eso, pero vino por otra cosa - dije tomando un sorbo -
    • Me miró con impaciencia por lo que tomé el café antes de saborearlo -
  • Me pidió que me alejara de su esposa y de Max
  • ¿Como? - dijo sorprendida -
  • La misma cara puse yo - dije levantando la mano por otro café -
  • ¿Porqué te pediría que te alejaras de una mujer que no conoces?
  • Yo también lo encuentro muy raro - le decía mientras el garzón llenaba mi taza -
  • Yo también - le dijo ella al garzón para que llenase su taza - ¿Estás segura que no la conoces?
  • No me olvidaría de ella Roma, no s

é

, tiene algo * ¿Como algo? * No sé, un algo Roma, no sé * ¿Julieta y si tu...? - no la dej

é

terminar - * ¿Si yo que? - le dije al notar que se demoraba demasiado en terminar la frase - * Una vez, cuando yo recién me había casado con Max... - la interrumpí - * No me lo recuerdes cariño - dije molesta de escucharlo - * - acarició mi mano con dulzura - Fui por algo que ella me había pedido ir a buscar encima del closet, cuando baje lo que me había mandado a buscar pase a botar una caja con fotografías, empecé a recogerlas enseguida y en ella habían muchas fotos de una bebé - me miró como esperando una reacción - * ¿Fotos de un

bebé? o si, eso lo explica todo - dije burlándome - tienen un hijo Roma, es obvio que tenga

fotografías de un bebé * Amor, ¿me escuchaste?, dije de UNA bebé, mujer, no hombre * ya... ¿Qué quieres decir con eso? ¿Qué quizás yo podría ser...? - me reí antes de poder terminar - * - me miró enojada -

  • Cariño - dije tomando su mano - ¿Por qué si son una familia tan acomodada darían en adopción a su hija? y según los informes, mi madre era una mujer pobre y sola que murió al darme a luz.
  • ¿Hay informes?, ¿Alguna vez los viste? - preguntó enseguida -
  • Si, se supone que hay un informe para cada caso, aunque nunca lo vi, siempre me di

j

eron que mi madre había muerto y no quise preguntar. * ¿tu crees que podríamos conseguir esos informes? * - suspire un poco harta del tema - ¿Por qué quieres hacer todo esto? * ¿Acaso no te parece raro lo que dijo Alex? * Si - me inclin

é

sobre la mesa - pero mas raro me parece lo que tu insinúas * No te enoj

es mi vida - dijo acariciando mi rostro - * No me enojo, solo si me regalas un beso * ¿Solo uno?, yo te los daría todos mi amor - dijo acercándose a mi para regalarme como en gotas de lluvia sus besos en una tempestad -

Nos separamos a la salida del café, camine de vuelta al taller por un momento se me cruzó su tonta insinuación, pero lo que me quedó dando vueltas y me atorment

ó

todo el día fue aquel informe que nunca vi, quizás mi madre no estaba muerta, yo no esperaba ser una Klein, pero desee por un instante tener algo parecido a una mamá.

Salí del turno y caminé hasta mi casa, a lo lejos veo a Romina esperándome fuera de ella y decido en ese instante que no es un buen momento para discutir otra vez, me doy media vuelta antes que me divis

e

y camino unas cuadras en sentido contrario, quizás mas de un kilometro, mi cuerpo por inercia me llev

ó

hasta el orfanato, me refregué la cara, el día había sido largo y mas aun con todo lo que había pensado, las ideas me bombardeaban otra vez, la voz de Roma me hacía eco en la parte de mi inconsciente donde el ángel malo decía una y otra vez... Entra, entra, entra...

Me aterrorizó hacerlo sola, por lo que tuve que llamarla, tuve que decirle que era una emergencia y que nos encontraríamos fuera del orfanato por el miedo que me daba a que se negara a acompañarme, una vez que estuvo ahí me reviso por completo esperando encontrarme casi en agonía...

  • Me dijiste que era una emergencia Julieta - dijo enojada y despidiéndose del chofer -
  • Te dije que lo era para que vinieses
  • No hace falta que me preocupes así amor mío - dijo abrazándome con fuerza -
    • la abrace un poco mas fuer

te

sintiendo una infinita ternura por su preocupación - tranquila estoy bien. * - tomó mi rostro y me besó - bueno, dime para que me llamaste * Quiero entrar por mi informe * ¿entrar donde?

    • me limite a apuntar al Orfanato -
  • ¿Tu te refieres a robarlos?, ¿Por qué no los pedimos?
  • Por

que creo que moriré esta noche si no me saco estos pensamientos de la cabeza, además, no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy - dije tomando su mano para arrastrarla a

l enorme portón de la entrada

- * ¿y mas encima por aquí? ¿Cómo piensas abrir? * Esperaba que tu tuvieses una idea - le dije mirándola sin saber que hacer - * No soy cerrajera,

ni escaladora,

así que tendremos que pedirlo mañana a la persona que corresponde como la gente normal - dijo tomando mi mano y llevándome a la

mitad de la acera

- * - la detuve en seco - por nuestra entrada, a la que salíamos al bosque * Eso fue hace años, debe estar cerrada, además prefiero hacerlo como la gente normal * Por favor mi amor, no podré dormir, te prometo que si la entrada esta clausurada nos vamos * - suspiro - creo que no vine con la ropa adecuada para adentrarme en el bosque - dijo

mientras ambas veíamos sus zapatos de tacón

que la hacían ver espectacular mientras esos pantalones ajustados color beige

acentuaban de forma poco tímida sus curvas

- * ¿Tu dices? - dije suspirando -

Nos adentramos en el bosque y ella era la que se quejaba y alegaba siendo que yo era la única que caminaba, se rehusó a sacarse los tacones y caminar así por la hierba, así como también a caminar con ellos, por lo que tuve que cargarla hasta la entrada.

  • ¿Como se abría? - le pregunt

é

con ella aun en la espalda - * Solo tienes que empujar - dijo ella un poco aterrada por la oscuridad - * No puedo - dije un poco ahogada por todo el esfuerzo - ayúdame

Ella empuj

ó

, yo también y aunque el tiempo había trancado la puerta logramos abrirla, solo que no medimos mucho las fuerzas, por lo que las dos nos fuimos directo contra la estructura

, la puerta era una antigua salida de basura, el tubo desde que nosotras éramos pequeñas ya no existía y el orificio nunca se cerró, el cual era bastante grande para que pasara una de las dos, en este caso yo, Roma por su parte qued

ó

estampada en la pared y cuando me gir

é

preocupada para verla la encontré con un ataque de risa que la tenía en el suelo y un pequeño chichón en la cabeza, nada grave.

  • Cállate, nos van a escuchar - le decía mientras le jalaba los pies -
  • si, si, si, perdón - dijo ella sobando su abdomen -  ¿estás bien?
  • Si - la ayude a pasar al otro lado - ¿y tu? - le miré el golpe -
  • Aquí, un poco mareada - quiso reírse pero un ruido nos hizo escondernos a las dos -

Nos escondimos entre el costado de un closet y la pared, esperamos

unos minutos hasta que alguien entró, encendió la luz, quiso avanz

ar, pero alguien gritó su nombre y solo se limito a apagar la luz y volver a cerrar con llave el lugar, cuando nos miramos nos dimos cuenta lo cerca que estábamos y como la adrenalina había subido al igual que otras sensaciones, me besó

primero solo porque lo pensó mas rápido, pero ambas lo deseábamos, por un segundo se nos olvido el lugar y aun mas nuestra misión, me tomó con fuerza y ambas salimos de nuestro escondite solo para tropezar con algo y hacer un poco mas de ruido, nos quedamos inmóviles al sentir que la llave volvía a ser introducida en la cerradura.

  • Déjalo así Alonso, deben ser los ratones, además que esa habitación solo guarda archivos viejos y esta con llave

Esa voz nos salvó y nos revelo cierta información, la primera, los ratones son torpes y hacen mucho ruido y la segunda, es que quizás aquí estén los archivos... Mir

é

a Roma que estaba un poco sonrojada, no ent

endí

su expresión hasta que encuentro mi mano izquierda sobre su busto

  • Lo siento - dije sacando mi mano -
  • No importa - dijo ella volteándose con rapidez -
  • Creo que estamos en la habitación correcta - dije yo nerviosa -
  • Lo escuch

é

  • respondió ella mas nerviosa que yo -
    • Me reí por nuestras actitudes - ¿Por qué me haces sentir como si tuviese 13 años otra vez?
  • Por lo menos tu tienes 13, yo me siento de 5 años - dijo aun ocultándome su rostro -

Me llen

ó

de ternura el verla escondiendo su vergüenza de mis ojos deseosos por verla ser una niña otra vez, la abrac

é

por la espalda y olí su pelo, el perfume

que me enloquecía,

algo de mi sentía como sus dientes tomaban con fuerza sus labios y

como ella

se estremecía al sentirme perdida en sus cabellos, encontré su abdomen bajo esa polera negra con encaje, llegué al borde de su sujetador para que automáticamente

inclinara su cabeza dándome el permiso de tocarla  y besar su cuello con demencia, toqué su busto y ese cuerpo de niña desaparecía de la memoria de mis manos, para destruir el pasado y reconstruir un presente que la memorizaba como mujer, tomó mi cabeza con sus dedos perdiéndose en mi pelo y me mantuvo en aquella posición que nos hacía potenciar el deseo reprimido, bajé

tocando su abdomen y llegu

é

al borde de su

jeans

, desabroch

é

el botón y lentamente bajé la cremallera, vi sus ojos cerrados mientras nuestros cuerpos se rozaban, introduje

mi mano hasta su humedad provocando que separara las piernas y diera un pequeño brinco en mis brazos, la toqué y ella se giró para quitarme su tesoro de las manos, me bes

ó

con locura y desorden

ó

mi cabello, rápidamente me saco la polera y  me acorral

ó

en el closet, me miró y lamió desde mi mentón hasta el fin de mi boca, abrí aquel portal deseosa de su lengua, pero egoísta decidió que no era el momento, desabrochó mi pantalón y rápidamente me tocó apretando

mi

cuerpo contra el suyo,

mientras me hacía suya una vez mas, gimió en mi cuello solo por la excitación del momento y apretó con fuerza mis pechos con su mano desocupada, comencé a gemir e introduje mi mano otra vez dentro de su ropa y la llevé al clímax, mientras ella me llevaba al cielo, me miró a punto de acabarse y aquel último quejido me hizo acabar una vez mas en su

mano.

Nos sonreímos aun jadeantes, descansó abrazada a mi por unos segundos y cuando volvimos a la realidad recién pudimos arreglar nuestras ropas, me besó antes de alguna de las dos pudiese decir algo, pero al separarse me susurro en los labios

  • Gracias
  • ¿Por no ser lo suficientemente fuerte para seguir nuestro trato? - le dije aun agotada -
  • No - me besó otra vez - por hacerme sentir mujer otra vez.
    • sonreí - Recuérdame que estamos haciendo aquí
  • Verdad - dijo riendo -
  • Hay muchas cajas, ¿Qué hora es?
  • Las nueve treinta

  • ¿A que hora tiene que volver a su castillo?

  • A las doce me llamará Max, pero no significa que deba volver
    • Me alejé de ella al ver su

mirada

en celo otra vez - * Lo digo porque debemos revisar todo esto * Si claro, yo no conoceré esos ojos * -

rió

-

Me incliné para empezar a buscar, habían papeles de todo tipo, desde contabilidad, hasta dibujos y fotografías de niños, habíamos desordenado todo, por lo que no pasaría desapercibida nuestra intromis

ión en el lugar, eran las once, quedaban menos cajas que al principio, pero muchas para llegar al final, ya estábamos hartas de buscar, así que lo que se limitó hacer Roma fue a mirar el lugar.

  • ¿Así era el closet de nuestra habitación?
    • me levante y caminé hacía ella - Si, ¿te acuerdas como nos escondíamos?
  • -

rió

  • éramos unas niñas temerosas
  • En realidad tu lo eras, yo solo quería estar encerradita contigo - dije abriendo la puerta -
  • ¿Quieres entrar conmigo al closet?
  • En realidad quisiera que salieras, pero bueno, ya que insistes

Roma abrió la puerta y cayeron infinitos papeles a nuestros pies, suspiramos pensando en el desorden, pero ella se compuso enseguida y comenzó a buscar

  • H

ans

Abadín

, Fidel Alarcón

, Flavia Costa, Roma Di Salvo,

Lisette

Korhonen

  • Se saltó unas hojas al darnos cuenta que eran los papeles de nuestra generación -

Luciano

Petko

, David

Radan

  • tomó una ficha, supongo que la mía por su cara - Julieta

Rossi

  • susurró ella -
  • Conozco mi nombre -le dije sentándome en el sueño -
    • Ella se sentó aun con el rostro de sorpresa y en silencio -
  • ¿Qué pasa? - le pregunté -
  • No te llamas Julieta

Rossi

  • dijo pasándome el papel -

  • -

miré el papel,

pero ella habl

ó

aun antes de que llegará a entender lo que ahí decía - * Te llamaba

s Julieta Klein antes de llegar aquí.

Continuara...

#Saludos a todos los que valoran, comentan y siguen el relato y un abrazo especial a l@s que se dan el tiempo de escribirme un email para continuar con el relato, cariños enormes a tod@s desde Chile... V/S