El oficinista de concordia
En Concordia conocí a un oficinista de verga cabezona y en su oficina nos tiramos un polvo a las apuradas.
EL OFICINISTA DE CONCORDIA
El segundo día de nuestra excursión más de la mitad de los pasajeros decidimos ir hasta Concordia.
Salimos temprano del desembarcadero de Salto porque algunas señoras querían ir de compras y en esa ciudad los comercios cierran al mediodía por eso arribamos al centro de Concordia alrededor de las 9.30 de la mañana.
Mientras ellas iban a efectuar sus compras mi tío y yo dimos una linda recorrida hasta que finalmente nos detuvimos en un edificio en el cual había un policía en la puerta custodiándolo.
Nos extrañó sobremanera que a las diez de la mañana hubiese un casino abierto con gente jugando a la ruleta y a los slots.
Mi tío tiene la costumbre de ponerse a charlar con todas las personas que encuentra por eso comenzó a indagarle al milico sobre los mejores lugares para almorzar aunque faltaban más de dos horas pará hacerlo igualmente averiguó donde se comía mejor.
El policía era muy joven, muy blanco, de cabellos rubios que para nada se asemejaba a las personas de la zona, pero tenía un profundo pozo en el mentón como que le hubiesen dado un balazo que para algunos esa marca será seductora pero para mí lo afeaba enormemente.
Cuando terminó de darnos las explicaciones y hablar de la seguridad en su ciudad apareció un superior al cual le habrá molestado que hablase tanto pero ya nos habíamos retirado antes de que le dijese algo y desde la vereda de enfrente vimos como le decía algo para volver a entrar al casino.
Si no hubiese sido por ese cráter en el mentón me hubiese gustado tener una aventura con él aunque ignoraba si aceptaría alguna propuesta de ese talante.
Pero no quería quedarme con la duda y con las ganas por eso le dije a mi tío que me esperase porque quería preguntarle algo al policía.
Cuando estuve al lado suyo le dije:
-Quiero preguntarte algo pero... no lo tomés a mal, si te molesta me voy...
-Decí con confianza..., pero rápido porque el jefe no quiere que converse mucho con la gente que pasa. ¿Qué otra información querés que te dé?
-Por favor no te enojés y no hagás un escándalo...
-¿Es tan grave lo que querés decirme?
-Bueno en realidad según como se tome.
-No pierdas tiempo y decímelo de una vez porque va a venir el jefe de nuevo...
-Bueno.. mirá hace años que vengo a la Argentina y nunca se la chupé a un policía. ¿Conocés a alguno que me deje chupársela?
Por supuesto que le mentí, el mejor había sido el policía de Luján del cual ya hablé en otro relato pero este miliquito no tenía por que saberlo.
Me quedó mirando bastante desconcertado por la pregunta tan directa que le estaba haciendo, cuando reaccionó del impacto que le produjo mi propuesta me dijo:
-Conozco a un policía que se la deja chupar por trolos y además se coje a algunos que le gustan... si me das $10 lo llamo y te hago el contacto.
-No tengo pesos argentinos porque por unas horas que íbamos a estar acá ni se me ocurrió traerlos...
-Bueno, entonces dame $100 uruguayos...
Le di el dinero e inmediatamente sacó su celular para hacer el llamado, pero el policía al cual llamó no aceptó porque estaba muy cansado porque la noche anterior había tenido una farra pero le dijo que si aceptaba a uno que no fuese policía que fuese para allá.
Total con probar no perdía nada así que acepté tener un encuentro con el amigo del policía por eso le dijo a su compañero que yo iría para allá.
-Seguí por esa calle, enfrente de la plaza está el edificio de la municipalidad, decile a Carlos el policía de la puerta que vas en busca de Isabelino él te dirá como encontrarlo.
Le di las gracias y me fui pensando como me deshacía de mi tío que me estaba esperando en la mitad de la cuadra, pero por suerte al llegar a la plaza vio la iglesia y me dijo que se iba a rezar un rato.
Me excusé diciendo que iba a ver los edificios de los alrededores y crucé hacia un edificio en el cual había un policía en la puerta.
Cuando le pregunté si era Carlos me contestó que si, le dije que buscaba a Isabelino y mirándome me contestó:
-Que lástima que anoche tuve una farra bárbara porque me hubiese gustado sentir como me la mamabas, pero para otra vez será...
Estaba bastante bueno y aparentaba tener un bulto muy apetecible porque su pantalón estaba bastante rellenito.
Llamó a otro guardia para que cubriese la puerta mientras estaba dentro del edificio y después me acompañó al segundo piso a la oficina del tal Isabelino.
Nos presentó pero no se quedó porque tenía que ir a ocupar su lugar.
Isabelino tendrá unos 45 años, es bastante oscurito de piel, tenía anillo de compromiso y cuado le pregunté sobre eso muy amablemente me contestó:
-Soy casado pero me encanta sentir una boca masculina sobre la cabeza de mi pija por eso cada vez que puedo me la hago mamar por algún necesitado como vos y si alguno me pide que se la meta por el orto lo hago también si poner peros.
-Mostrámela primero porque si no me gusta no te la voy a chupar...
-No hay inconveniente... pero nunca nadie me dijo que tenía una pija tan fea como para rechazarla...
Cerró la puerta con llave y luego se apoyó en su escritorio, se bajó los pantalones con una mano mientras con la otra extraía un bellísimo ejemplar de verga cabezona demostrándome que tenía razón quien se iba animar a rechazar ese pedazo de carne.
-Es muy apetitosa!!!
-Entonces empezá a chupármela, quiero que la veas parada porque te vas a mear de placer...
Yo tenía mi cámara conmigo porque había tomado algunas fotografías del viaje en barco por el Río Uruguay y otras de la plaza de Concordia por eso le pedí que me dejase tomarle unas fotografías como recuerdo.
-Déjate de joder!! Viniste a chupármela o a hacerme una nota para el diario local!!
Tuve que explicarle que me había gustado mucho, por eso quería recordarla cuando estuviese en mi casa de Montevideo, al decirle que no era de allí aflojó un poco diciéndome que solamente me iba a dejar tomarle una foto de su verga, pero sin que se viese su cuerpo y menos su cara pero en cambio tenía que dejarlo que me la metiese.
-Vos sabés que me cogí muchos uruguayos pero de Montevideo ninguno, así que si querés la foto dame el culo...
-Te lo daría pero no traje condones porque vinimos a Concordia por un rato, pero si querés salgo y compro donde me digas...
-Déjate de tanta charla, estoy en horas de trabajo, sácate la ropa que tengo condones de sobra en el cajón del escritorio, pero si no querés andáte y no me hagás perder más tiempo...
Está bien, pero agarrá la pija con la mano y descabézala así puedo verle todo el enorme glande que tiene.
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Estoy muy satisfecho con la fotografía porque se ve con claridad lo bella que es la pija de Isabelino, aunque es corta me la hizo sentir y disfrutar un buen rato.
Comencé dándole lengüetazos en el agujerito uretral y al comprobar que tenía buen sabor me metí todo el glande dentro de mi boca y comencé a chupar a hasta que me la tragué toda haciéndola endurecer allí dentro.
Isabelino gemía y pedía más y más...
No creció mucho más de lo que se ve en la fotografía pero su glande se puso muy violáceo ensanchándose una barbaridad como consecuencia de las succiones que le efectué con la mayor rapidez posible porque mi anfitrión estaba en horas de trabajo y en cualquier momento podría venir alguien a interrumpir nuestra placentera entrevista.
Isabelino apartó mi boca de su verga diciéndome:
-Ya es suficiente, mirá como me la pusiste, late a más no poder y no quiero acabar todavía bájate los pantalones que voy a buscar los condones.
Cuando dio la vuelta del escritorio para volver con los condone me encontró con el joggin por los tobillos y al verme la pija me dijo:
-Es más grande que la mía y no la usás!! ¿Que desperdicio?
Acercándola a la de él pude comprobar que la mía mide unos cuatro o cinco centímetros más que la suya por eso le contesté:
-Si, querés te la puedo meter a mí me encanta hacer de todo...
-No!! Gracias. Date la vuelta que te la voy a poner.
Me puse de bruces sobre su escritorio y él se puso detrás de mí metiéndome sus dedos ensalivados en mi agujero, luego me aplicó su miembro enfundado en el condón presionando sin éxito porque mí agujero se negó a abrirse ante semejante cabeza.
-No te entra!!!
Exclamó un poco nervioso y luego se agachó detrás de mí para ponerse a dilatarme el orto con su lengua la cual jugueteó un rato con mi agujerito haciéndome sentir un enorme placer cada vez que sus dedos se introducían allí.
Mi escroto también recibió algún lengüetazo furtivo pero sin llegar a pasar su lengua un centímetro mas allá de la raíz de mi verga pero igualmente disfrutamos un rato los dos hasta que Isabelino nuevamente se puso de pie para calzarme su verga en el orto.
Esta vez no tuvo ninguna dificultad introduciendo el glande hasta que el borde que estaba cada vez más ancho por la excitación frenó un poco la introducción, pero de un empujón lo obligó a pasar haciéndome doler pero fue un dolor tan placentero que me hizo aflojar el esfínter para darle cabida a los poco centímetros de poronga que quedaban fuera de mi ser.
Isabelino arremetió con todas sus fuerzas, golpeándome la próstata desde el interior de mi recto con una velocidad increíble, aunque él demoró un poco en eyacular yo a los pocos minutos de gozar con esos empujones me derramé.
Mi derrame se produjo no solamente por las embestidas sino que Isabelino se había apoderado de mi verga y con cada embestida me la apretaba cada vez más fuerte hasta que la hizo latir con mucha intensidad dentro de su mano para terminar expulsando el contenido de mis vesículas seminales el cual cayó debajo de su escritorio.
Con mi verga aun dentro de su mano siguió empujando su pija cada vez más adentro de mi recto hasta que por sus gemidos entendí que iba a acabar y así sucedió porque los latidos de su herramienta no fueron pasados por alto por las paredes de mi canal las cuales percibieron esos convulsivos movimientos.
Fue una eyaculación bastante abundante porque las palpitaciones de su órgano demoraron bastantes segundos en cesar totalmente, haciéndome gozar con esas pulsaciones dentro de mis entrañas aunque ya había expulsado mi semen unos momentos antes igualmente disfruté con esa sensación dentro de mis profundidades.
Luego de consumado el hecho Isabelino se sacó el condón anudándolo para que no se perdiese el valioso material que contenía y como ambos nos pusimos muy intranquilos por el rato en el cual estuvimos aislados del mundo exterior nos vestimos apresuradamente.
Isabelino secó con un papel el obsequio que le había dejado en el piso, a continuación puso todo en una bolsa de nylon y después me dijo:
-Perdóname pero te voy a pedir un favor:
-¿Qué necesitás?
-No te asustés... No es nada del otro mundo. Como no puedo salir ahora hacéme el favor de tirar este condón y estos papeles con tu leche en algún tacho de la plaza.
Ante de que saliese me dio una tarjeta con su teléfono móvil y me dijo:
-Me hiciste gozar muchísimo!! Tenés una linda pija con la cual disfruté mucho teniéndola en mi mano y de tu culo ni te cuento lo bien que me sentí visitándolo...
-Yo también lo disfruté bastante a pesar de lo apresurado que lo hicimos y del lugar que no es tan cómodo como una cama...
-Si volvés por Concordia llámame y vemos si podemos arreglar para ir a un telo o a un lugar más cómodo.
Aunque es poco probable que él venga a Montevideo igualmente correspondí a su invitación dándole mi número telefónico y mi E-mail.
Al salir del edificio me encontré con el policía que seguía custodiando la entrada y al verme me dijo:
-Si volvés por acá avísame porque te voy a esperar con la poronga llena de leche, porque hoy la tengo vacía y me hubiese gustado sentir como la chupás vos.
Le sonreí y me fui directo a la plaza a buscar un recipiente en el cual dejar mi tesoro.
En un asiento enfrente del iglesia estaba mi tío esperándome bastante intranquilo por mi desaparición y porque era cerca de la 1 p.m y quería almorzar por eso cruzamos un restaurante que hay enfrente de la plaza principal.
Luego de almorzar nos reunimos con el grupo para volver al puerto a tomar la lancha de regreso a Salto.
OMAR
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