El nuevo producto de mi hijo nalgon
Mi hijo me pide un nuevo producto para el gym, pero si lo quiere tendra que satisfacer a su mami
Hace mucho que me quede sola, mi marido falleció en un accidente y bueno desde entonces yo me avoque a cuidar de mi hijo y de mi, pocas veces tuve pretendientes no es porque sea horrible o algo parecido, al contrario todavía siento que soy atractiva, las miradas que de vez en cuando siento en mis espaldas lo demuestran, mi hijo ya ha crecido y como madre y como mujer lo he notado, desde que era chico fue un obsesivo con verse bien, de adolescente comenzó a jugar futbol americano y desarrollar su masa muscular fue su meta, al principio engordo bastante, cosa que me hizo abandonarlo un poco, me refiero a eso que para mi perdió cualquier interés carnal, pero de pronto todo cambio.
Mis amigas son como yo, ya sin ningún hombre que nos controle, nos reunimos en las tardes después del trabajo en un club de natación, allí aprovechamos para charlar y porque no también contarnos alguna que otra fantasía, sentir nuestros cuerpos en el agua tibia de la piscina mientras la fantasía de una nos pone calientes es una sensación agradable. Una tarde mi hijo me pidió el auto, iría al gym como de costumbre y lo necesitaba para después de eso iba a comprar algo al centro de la ciudad, se lo preste pero le pedí que me llevara a la piscina, llego a la oficina justo cuando estaba recogiendo y me sorprendí mucho del hombre que vi entrando a ella, wow era todo un cuero, alto y con unos brazos… que hicieron que bajara mi mirada recorriendo su cuerpo, tenía unos buenos pectorales y la camisa blanca y ajustada dejaba ver sus abdominales, pero la mayor sorpresa me la lleve cuando se acercó y me dio un abrazo pues al sentir la cercanía de su cuerpo, sentí su miembro, llevaba su uniforme de la preparatoria, su uniforme deportivo y a través de su pantalón, su miembro me rozo, no sé que me hizo hacer el siguiente movimiento, pues mientras él me abrazaba me gire de espaldas ya través de mi falda sentí su pene tocando mis glúteos, él incomodo se alejo y me dijo que me esperaba en el auto, pero aún me lleve otra gran sorpresa, pues al darme la espalda me enseño un culo que me dejo mojada, era grande, muy grande, musculoso y se veía tan apetitoso en ese uniforme que me quede un rato en la oficina, tocándome por encima de mis pantis recordándolo. Definitivamente ya no era el adolescente gordito que había sido.
Cuando me subí al auto, él ya estaba en su lado del piloto, estaba algo excitada se notaba en mi acelerada respiración, pero traté de que no se notará. Lentamente estuvimos avanzando por el trafico hasta que tuvimos que detenernos lo que me hizo lanzar una indirecta a mi hijo.
- Espero no se te haga tarde para el gimnasio.
- No te preocupes mami, voy bien. Pero quería pedirte algo.
- Bueno dime.
- No creo alcanzar la tienda ya abierta pero quiero comprarme un producto, unas proteínas.
- ¿Son caras?-. Esta conversación ya la conocía, de vez en cuando tenía que darle dinero para esos productos.
- Algo, preguntare y te diré cuando lleguemos a la casa.
- Esta bien. Veo que están haciendo efecto.
- A ¿Qué te refieres mami?-. me dijo mirándome, estaba intrigado y algo sonrojado.
- A que bueno… no sé.
- Anda mami, tenme confianza-. Su cabello rizado y su rostro dios mío era tan guapo.
- Es que ese culo no lo tenias, mi amor-. Se removió en su aliento y al ver su pantalón me di cuenta que empezaba a formarse una erección en su entrepierna.
- ¡Ooo! Eso, si lo he trabajado algo.
- Se nota mi amor-. Y deslice mi mano por su pierna casi sintiendo el calor que emanaba de su mástil.
Después de eso no hablamos mucho aunque algo me estaba consumiendo muy dentro, cuando llegamos a la piscina, me baje lentamente y le di un beso en la mejilla, al bajarme no pude evitar hacer una picara maniobra para dejarle ver un poco de mis pantis. De nuevo al cerrar la puerta lance una ojeada a su entre pierna y me cerciore que su animal estaba despertando.
Al sumergirnos en el agua, mis amigas y yo comenzamos a platicar un poco hasta que una de ellas dijo que necesitábamos algo de variedad.
- Que creen, este fin de semana visite a mi hermana, la que vive en provincia.
- Y ¿cómo te fue?
- Muy bien-. Su tono nos hizo perseguirla por el agua, ella se movía más rápido y reía.
- Dinos que fue lo que paso.
- Tenía un sobrinito, de la edad de mi propio hijo.
Cuando llegue me quede impresionada, cristian había crecido mucho, vaya se veía tan bien, estudia la preparatoria, como llegue el viernes, llego algo tarde del gimnasio, todavía con su uniforme puesto, dios mío estaba todo sudado y se acerco a darme un beso, su olor, sus brazos, y un culo de infarto, me sentí como una colegiala, mi hermana salió con su marido y me encargó con cristian. Ambos salieron y é me dijo que iría a bañarse, me pregunto por sus primos, yo le contestaba sin apartarle la mirada, él notaba que su tia estaba caliente y mientras lo veía se sobaba el cuerpo, levantándose un poco la blusa, hasta que de pronto le dije.
- Cris no le ensañarías a tu tita tus abdominales, tu primo los tiene muy bien.
- Aaa ¿si?, ¿Cómo lo sabes?
- Bueno a veces me toca mirarlo mientras se ducha-. Al decirlo, yo sentada él paseando por la cocina, se detuvo y me miró y sin decirme nada se quito la camisa, dios mio casi me caigo de la impresión, se veía tan bien.
- ¿Qué te parecen tita?
- Muy buenos, aunque creo que mi hijo ángel los tiene casi igual. ¿sabes lo qe creo que mi niño tiene mejor?
- Dime tita…
- El culo-. Me miró y me sonrío.
- También se lo has visto mientras se ducha.
- Claro mi amor, tu primo es algo egoísta y no se los enseña a su mami.
- Que egoísta debe ser, yo si se lo enseñare a mi tita-. Y lentamente se desabrocho el pantalón, al quedarse en trusa se dio la espalda y se bajo lentamente la trusa casi bailándome. Yo entonces me paré y me acerque a él.
- Se ven tan bien, ¿sabes que cris? Tu primo es tan egoísta que ni siquiera me deja darle unas nalgadas de vez en cuando.
- Yo no soy como él tita-. y cubriéndose el pene con sus dos manos, retiró una y tomó una de mis manos y la llevó a uno de sus glúteos, yo lo apreté bien y mientras lo hacia le dije.
- Sabes creo que tu primo puede tenerlo más grande que tú.
- No lo creo tita-. Y se volteó y me lo enseño.
- ¿Quieres que te ayude a bañarte?
Y allí en la cocina, me apoyó contra el comedor y me metió sus manos debajo de mi falda, bajo salvajemente mi ropa interior, me volteo, alzó mi falda y me la metió. Yo me movía para sentir su pene dentro de mí. Dios mío como grite y con qué fuerza me la fue metiendo, ummm.
Todas quedamos en shock, pero muy excitadas.
- Era tu sobrino-. Dije yo.
- Así es… dijo acercándose a mi mientras nuestros corazones latían y me besó.
- Es incesto-. Le volví a decir.
- No importa ambos gozamos mucho el fin de semana.
- ¿es cierto eso de que espías a Ángel?-. le pregunto Mar una amiga, tal vez la más santurrona del grupo.
- Eso… bueno espiarlo, espiarlo, no.
- ¿Entonces?-. le pregunté, cada una de nosotras, estaba nadando con las manos en su entrepierna, riendo y mirándonos pícaramente.
- Mi hijo, necesita muchos productos para el gim.
- Y eso que…-. pregunte nuevamente.
- Cada vez que necesita algo debe enseñarme sus resultados.
- ¿Qué?
- Si quiere algo, debe mostrarme su culo, o su pene o sus abdominales y si me gusta, sigo si me gusta como se ve, se lo compro, el producto es de él.
- Eres una…
- ¿Qué?
- Nada-. Todas reímos pero a mí esa confesión, dios mío me dio una gran idea.
- Yo si lo espió-. Agregó Rebeca-. Pero no en la ducha. Aunque sé que sus hermanas si lo hacen, la otra vez encontré a Susana, la menor, haciéndolo, la regañe pero me sentí mal, pues yo, lo observo igual aunque lo hago mientras está en vestido, lo veo haciendo ejercicio y no puedo evitar excitarme.
- Después de esa sesión, ambas nos fuimos muy excitadas a casa, yo particularmente.
Estábamos tan concentradas en la piscina y en la conversación que no notamos que había empezado a llover, no tuve que quedarme mucho a la lluvia pues mi hijo ya había llegado, me estaba esperando con una sombrilla en la entrada del club, la lluvia mojó, su blusa y dejaba ver su cuerpo, verlo así, con la lluvia mezclada con su sudor, me hizo sentir algo más excitada, pero me contuve.
En el camino no hablamos mucho, hasta que antes de llegar a casa, se me ocurrió decirle.
- Dios mío ¿Dónde habrán quedado mis bragas?
- Disculpa-. Me dijo de pronto, quitando la vista de la carretera
- No las encontré y ahora mismo vengo sin nada debajo, pero espero que no trates de ver a mami así-. Ambos reímos pero puede notar una ojeada rápida a mis piernas.
- Mami pregunte por la proteína y…
- Hablaremos de eso en la casa.
Ambos bajamos del auto, seguía lloviendo, él bajó rápido y abrió la cochera, yo lo hice para que se transparentara mi blusa y pudiera ver mis senos, lo hizo lo noté por sus furtivas miradas al volver al auto, le dije que quería ayudarlo. Al entrar a casa, notamos que la luz se había ido, le dije que subiéramos a mi habitación, para hablar de su producto, mientras regresaba la luz, no quería estar sola en la oscuridad, encendí unas velas y subimos ambos, mojados a la habitación.
- Está algo cara-. me dijo al entrar. Yo me senté al borde de mi cama él estaba parado enfrente mío la luz de la vela dejaba ver su rostro y su cuerpo.
- Bueno no te preocupes te la comprare, pero bueno antes..
- ¿Qué?-. sus ojos brillaron de emoción.
- Déjame ver si está dando resultados ese gimnasio tan caro y esos productos que compro para ti-. Me miró, levantó la cabeza y parecía confundido.
- ¿mami?
- Déjame ver si está dando resultado el gimnasio.
- Por supuesto-. Estaba muy emocionado se notaba en su voz.
- Quitaré la camisa.
Me miró con sorpresa pero lo hizo, la luz de las velas dejaba ver su cuerpo y lo hacía ver incluso más sensual, su mirada ahora era de sorpresa pero de lujuria.
- Acércate-. Lo hizo, y al estar cerca mío toque sus abdominales y sus pectorales-. Vaya que está dando resultado, pero cuánto cuesta.
- Es muy caro-. Me dijo.
- Bueno entonces creo que necesitare algo más, quítate el pantalón.
Y lo hizo, me quede congelada, a través de su trusa se veía una gran erección, quítate la trusa, y lo hizo, pero se cubrió sus partes con sus manos, acércate y se acercó, voltéate, y lo hizo y al tener su culo en mi cara, lo mordí con rabia, él se quejo, gimió cosa que me hizo volver a hacerlo.
Sí que está dando resultados mi vida, pero mi hijo ya no estaba dispuesto a hacer lo que yo quería, le dije que se pusiera todo de vuelta, pero ya no me hacía caso.
- ¿No quieres probar mami?-. su pene estaba todavía cubierto por sus manos, pero me estaba invitando a probarlo.
- No creo que me guste-. Le dije sonriendo, y lo descubrió para mí.
Y como poseída, me balance sobre él, lo metí en mi boca y lo saboree, las luces de las velas seguían iluminado su cuerpo, y antes de que se viniera, me retiré, le dije que se fuera a su cuarto, sabía que estaba mal y ya no podía seguir adelante pero él se negó a hacerlo. Y entonces se arrojo sobre mí, con una de sus fuertes manos inmovilizo mi brazo y con la otra alzo mi falda y tocó mis labios vaginales, estás húmeda como una puta, me dijo y mientras con la otra mano le golpeaba la espalda y el rostro, me separó las piernas y me penetró mientras mis gritos de resistencia se convirtieron en gritos de placer.
- Más duro-. Termine diciéndole, su pene entraba con fuerza y salía frenéticamente, yo gritaba, quería tenerlo más dentro, más dentro y él besaba mis pechos.
y cuando sentí su leche invadiendo mi vagina, un orgasmo me hizo contraer el cuerpo, estaba loca por él, lo arrojé a un lado mío y me subí sobre él, acomode su pene dentro de mí y lo cabalgue, el sonido del sexo y la luz de la vela me hicieron correr como poseída, estaba tan excitada que después de que me viniera sobre él, me puse a cuatro patas, métemela por el culo mi amor, se levantó y mientras estaba desprevenida me lo metió sin lubricación haciéndome dar un grito de dolor para después hacerme dar brinquitos para sentirlo más dentro, por tercera vez se vino dentro mío, y mientras su leche bajaba por mis nalgas, la luz regreso.
Él estaba cansado, pero yo era una gata en celo.
- Si quieres ese producto, tendrás que hacerlo mejor mi amor.
Y de nuevo ya con luz iluminando nuestros cuerpos, volvió a hacerme suya, mientras yo veía nuestro espectáculo en el espejo del tocador y me excitaba tanto ser poseída como una puta por mi propio hijo, mi hijo culón.