El nuevo juguete del señorito:Especial nochevieja2

Cristian y Luke se enteran de que es 30 de diciembre, Luke no quiere celebrar la nochevieja, pero Cristian sí. ¿Qué pasará? No se lo pierdan...

Hey, gente. Ya estamos aquí con la segunda parte de este relato tan cañero. Bueno, ¿cañero? Da igual, como queráis llamarlo. Antes de que podáis leerlo, ay… Solo con decir la palabra leer ya me aburro, en serio… ¿Leer os entretiene? ¡Si es un peñazo! En fin, allá vosotros, tíos. ¿Qué estaba diciendo? ¡Ah, sí! El mensaje del tío plasta este:

“Realmente la historia que quería contar en este especial empieza ahora. Lo tuve que hacer en dos partes porque el prólogo, que yo creía que no sería muy largo, me salió muy extenso. Bueno, esta es una forma de crear expectación, así que siempre es bienvenida. Pues nada, aquí está el regreso tan esperado de esta serie”.

¿Y ahora qué coño os pasa? Ah, si, que tengo que daros el correo… ¡Bah! Os lo tenéis que saber de memoria, pero bueno, el maricón del autor quiere que os lo dé, pues nada.

Si os apetece, podéis comentar a través de email a la dirección de correo:

latumbadelenterrador@gmail.com

Pues peña, a leer el relato. Aunque yo que vosotros pasaría mi tiempo haciendo cosas más productivas. Cuando vivía en Shitvill me follaba a alguna tía en la hora de lectura del insti, es un ejemplo… Aquí lo tenéis.

El nuevo juguete del señorito

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Un relato del Enterrador

Da igual como lo pongas, exactamente una semana después de nochebuena se celebra la nochevieja. Durante esa noche ya no se celebra el nacimiento de nadie, ni el hecho de que esa noche se entregarán regalos, sino que se celebra el fin de un año. Se reza para que el año siguiente sea bueno y próspero. Sin embargo, cuando el futuro se presenta oscuro e incierto, nadie tendría ganas de celebrar tal fiesta.

Pero mi señorito no es alguien cualquiera. A pesar del incidente que tuvo en nochebuena con los cadáveres de animales, él quería celebrar la nochevieja.

-¡Ya verás qué bien nos lo pasamos, Gilbert!-dijo bebiendo su té.

-Señorito… ¿Cómo sabe que mañana es nochevieja?-dije nervioso.

-Muy fácil-dijo sin dirigirme la mirada-Solo hay que contar siete días después de nochebuena. A pesar de que no tenemos calendarios o algo parecido aquí, esa cuenta es fácil de llevar.

-Pero… Señor… No creo que sea buena idea…-dije visiblemente nervioso.

-Todos los años papá me llamaba tras la cena a su despacho. Me sentaba en su regazo y me sonreía, después me daba un beso en la mejilla y me ofrecía un sobre. “Estoy orgulloso de ti, hijo. Te lo has ganado…”, me decía-dijo el señor inexpresivo.

-S-señor…-intenté detenerlo.

-En esos momentos sentía calor, calor en el pecho… Un sentimiento que no se puede explicar. Una dulzura que solo pueden experimentar aquellos dignos de ella. Creo que es lo que llaman “calor de hogar”-susurró.

-Lo sé, señor. Y lo siento…-dije apenado.

-Ya no siento eso. Ese calor ha desaparecido. Es curioso… Mi corazón siempre está en calma. Se altera muy poco, pero cuando lo hace se desata una tormenta imparable, un vendaval surgido de lo más profundo de las tinieblas. Toda esa furia se acumula durante la paz y es expulsada cuando mi corazón entra en cólera. Gilbert…-comenzó a llorar-¿Volveré a sentir mi corazón como una pradera? En la que algunas veces llueva, otras veces haga sol, otras veces viento… En resumen, ¿podré volver a sentir?

-Por supuesto que sí, señor-dije alterado-Es solo cuestión de tiempo que se cure.

Como si sus lágrimas solo hubieran sido una ilusión, su sonrisa reapareció y siguió sorbiendo su té. No podía ver sus ojos, de hecho no los vi en muchos años. Me pregunto qué expresión tendrían en esos momentos…

-Bien, entonces quiero una cena muy rica. Con tarta, chocolate… Mmm… ¡Y todo lo que se te ocurra!-dijo sonriendo.

-Como desee, señor-dije suspirando-¿Y qué tradición desea seguir: las doce uvas españolas, las lentejas italianas, los besos americanos, las mandarinas…?

-Quiero una cena normal. No me apetece seguir tradiciones-bostezó.

-Bien-dije yendo a prepararlo todo.

Llegó la hora. La cena de nochevieja empezaría en 1 hora. Fui a buscar al señorito para tenerlo vigilado, pues no quería que volviera a llenar la mesa de animales muertos.

-Señorito-abrí la puerta de su cuarto-venga conmigo a…

De nuevo una visión horrible apareció ante mí. Con este joven como señor, no eran pocas… Estaba a cuatro patas en el suelo, con la boca llena de sangre, y en el suelo, justo delante de él había una paloma con el estómago abierto.

-¡Gilbert!-gritó sonriendo-¡Esto sabe asqueroso!

-Por supuesto que sabe asqueroso, si quería que le cocinara ave, tenía que haberlo pedido…-dije frunciendo el ceño.

-Es que estaba leyendo y ha entrado por la ventana. Se estaba riendo de mí. Me decía que no podía sentir, que mi corazón solo era un mero órgano bombeador de sangre… Y yo le dije que no se riera. Y se rió, se rió. Se volvió a reír. Y una vez más se rió. Después volvió hasta mí y me dijo que podía arrebatarle los ojos, pero que eso no me haría sentir. Así que le pregunté que cómo podría sentir, lloré, Gilbert, lloré mucho… Y él se rió y me dijo: “comiéndote mi corazón”-dijo el señorito con una sonrisa.

-S-señor… Va-vamos a lavarle para la cena…-dije nervioso.

-Y… ¿Me guardas un secreto?-dijo ampliando su sonrisa.

-C-claro, señor…-dije de los nervios.

-También me dijo… Que te matara…-dijo lamiendo la sangre alrededor de su boca.

Me lo llevé rápidamente de allí, lo lavé y lo senté en la mesa. Lo mejor para todos es que no habláramos de eso… Le puse el pastel de carne y me senté a su lado.

-Faltan 5 minutos para las doce, señor-dije llegada la hora.

-¿Sabes, Gilbert?-dijo hincando el tenedor en la tarta.

-¿Qué, señor?-dije extrañado.

-Es costumbre en Dinamarca romper los platos en nochevieja-dijo cogiendo el plato y lanzándomelo a la cabeza. Tiró con tal fuerza que el plato se rompió en mi frente e hizo que me desmayara.

Me desperté Dios sabe cuántas horas después. Él seguía en su asiento sorbiendo té y yo estaba en mi asiento totalmente atado.

-A-agh…-dije aturdido.

-¡Gilbert! ¡Bienvenido a la fiesta del té!-dijo emocionado.

-¿F-fiesta? Solo somos usted y yo-dije asustado.

-Nadie ha dicho que las fiestas deban ser multitudinarias. A veces lo único necesario para pasárselo bien es uno mismo-sonrió.

-¿Q-qué piensa hacer?-dije aterrado.

-Jaja… ¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA! ¿Por qué te pones tan serio?-dijo riéndose-Solo era una broma.

Cogió el cuchillo y se acercó a mí. Cerré los ojos con fuerza y me retraí, en ese momento cortó la cuerda. Abrí los ojos y pude ver lágrimas en sus mejillas de nuevo.

- ¿Por qué… Me temes? ¡¿Por qué me tienes miedo?! ¡¿Por qué no confías en mí?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?!¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?!¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?!¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué? !-gritó.

Echó a correr hacia el bosque. Le seguí toda la noche, pero no pude encontrarle. Al día siguiente estaba dormido en su cama.

-¡Señor!-grité al verlo dormido.

-Buenos días, Gilbert-dijo bostezando.

-¿A dónde se fue ayer?-dije preocupado.

-¿Ayer? Mmm… A ninguna parte. Cenamos y me acompañaste aquí a dormir-sonrió.

-¿S-señor?-dije nervioso.

A pesar de su sonrisa, pude observar sangre en sus uñas y algunos arañazos en el brazo. Aquella noche… Salió a matar… Una vez más. Pero no podía decirle nada, después de todo, un mayordomo no puede interferir en esos temas…

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Parte 2: Una nochevieja en el país de las maravillas

-¡Que le corten la cabeza!-dijo el señor oso.

-Oh, Dios… ¿Ya estás otra vez con los putos peluches?-dije suspirando con un cigarrillo en la boca.

-¡No interrumpas el juicio, eyaculador precoz!-gritó el castor.

-¡ME CAGO EN TU PUTA MADRE!-dije fuera de mí.

-Oye, Cristian, ¿tú no tenías que ir hoy al barco a por la comida?-dijo Luke pensativo.

-Si, pero llega a las 11. Me estoy tomando un descanso-dije dándole una calada al cigarro.

-Son las 10:58-dijo Luke señalando su reloj de bolsillo.

-¡¿QUÉ?! ¡MIERDAAAAAAAAAAAAAA! ¡EL MÍO SE HA QUEDADO PARADO, ¿POR QUÉ?!-dije mirando mi reloj de bolsillo.

-Hay que darles cuerda, si no… Se paran-se rió Luke.

-¡ME CAGO EN LA PUTAAAAAA!-dije corriendo hacia el barco-¡COMO LO PIERDA…!

-Jiji, ¿has sido tú el que le ha parado el reloj?-dijo Cheshire sonriendo.

-¿Y quién si no?-se rió Luke.

-Niño malo…-sonrió Cheshire.

Corrí con todas mis fuerzas. Fumar tanto me estaba pasando factura, me estaba ahogando. Pero claro, como no hay nada que hacer en la isla, pues me aburro y fumo como un camionero. Tenía que atravesar toda la puta isla en dos minutos. ¡No me daba tiempo ni de coña!

-¡Hey!-dijo Luke adelantándome con una moto.

-¿Qué?-dije aturdido-¡¿Quéeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee?!

-¡Jajajajaja! ¡Sorpresa! ¿Te subes?-me guiñó un ojo.

-Jajajajaja, sorpresa-le pegué un sopapo al criajo.

-¡Auch! ¿Por qué haces eso?-dijo dolorido.

-Tsk. Déjame conducir a mí, anda-dije suspirando.

Era una moto buena, de las caras. Se notaba la pasta… Lo que hubiera dado yo por una de estas en mis tiempos de macarra… Aceleré a tope y Luke se agarró a mi espalda.

-¿Cuánto tiempo nos queda?-le dije al chaval.

-10 segundos-dijo suspirando-No lo vamos a conseguir.

-¡Uy que no! Parece que no me conoces, enano. Agárrate fuerte-dije sonriendo de medio lado.

Pegué un salto en una colina y empecé a darle a tope cuesta abajo.

-¡Yupiiiiiiiii! ¡Nos vamos a mataaaaaaaaaaaaaaaar!-gritó Luke.

-(Eso me recuerda a los viejos tiempos… Me daba igual morir… ¡Jaja! ¡Estaba igual de chalado que este!)-pensé para mí.

-¿Sabes?-Me susurró al oído-Me estás poniendo muy cachondo… ¿Vas a follarme?

En ese momento pegué un frenazo y Luke casi sale disparado.

-Hemos llegado-sonreí.

-¡Oye! ¡¿Querías matarme o qué?!-dijo enfadado.

-Te dije que te agarraras bien-le guiñé un ojo.

-Tsk…-chistó.

-¡Eh, tú!-le dije al tío del barco, que estaba en lo alto del mismo.

-You’re here. You’re lucky, I was already thinking about leaving (Estáis aquí. Tenéis suerte, ya estaba pensando en irme)-dijo el del barco.

-¿Lo cualo?-dije extrañado.

-Give us the newspaper and all the stuff we asked, then you can leave (Danos el periódico y todas las cosas que pedimos, después te puedes ir)-dijo Luke serio.

-(Me alegra mucho que me incluyáis en vuestra conversación…)-pensé para mí.

-Yes, sir. The baby was born yesterday, He’s a very cute baby. It’s a shame you can’t see him (Si, señor. El bebé nació ayer. Es un bebé muy mono. Es una pena que no puedas verlo)-dijo el tipo del barco.

-¿Eh? ¿Baby? ¿Una tía buena?-dije pensativo.

-Paleto. Baby puede ser nena, que es lo que tú entiendes por tía buena, pero su significado más común es “bebé”-dijo Luke cansado.

-¿Bebé? ¿Qué bebé?-tenía curiosidad.

-See ya (Nos vemos)-dijo Luke cogiendo el periódico.

-A ver, déjame ver…-dije quitándoselo-Mmm… Día… Día.. ¿30 de diciembre?

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-¿Ves? Por tu estúpida idea de no tener contacto con el mundo nos hemos perdido la navidad…-dije molesto.

-Friki hospitalizado dice que creyó matar a sus captores y escapar… Según parece, el joven despertó de un trance tras ser secuestrado-dijo Luke leyendo el periódico.

-¡Oye!-dije dándole un capón-¡Escúchame cuando te hablo!

-¡Auch! ¿Por qué te enfadas? La navidad es un peñazo. Todos los años igual. Falso amor, hipocresía, consumismo, etc-dijo suspirando.

-Si, bueno, pero en navidad se celebran fiestas y podemos pasarlo bien-dije con el ceño fruncido.

-Deja de pensar en tonterías y fóllame de una vez, que hace mucho que no me tocas-dijo poniendo cara de niño bueno.

-Te he dicho que tengo mucho trabajo. Ahora además tengo que preparar una cena importante para mañana…-suspiré.

-¿Qué cena?-dijo molesto.

-¡¿Cuál va a ser, idiota?! ¡Nochevieja!-grité.

-Tu amo no te ha pedido que prepares ninguna cena-cruzó los brazos.

-(Yo a mi amo me lo paso por el forro de los cojones… No me provoques si no quieres que te hunda en la tierra) Habrá cena y punto-dije decidido.

-¿Osas desobedecer a tu amo?-dijo serio.

-Venga, mátame, enano-dije acercando mi cara a la suya-Pero si lo haces… ¿Quién diablos va a cumplir tus caprichos?

-Tsk... -chistó.

-Así que elige un traje elegante para la cena-sonreí.

Lo dejé solo y me fui a hacer mis tareas. Quería dejarlo todo listo para poder relajarme en la cena. Además, había un par de cosas que tenía que preparar ahora que sabía la época del año.

Hacer la colada es un arte, según parece cuando tiendes la ropa no puede arrugarse, o luego el señorito parecerá un vagabundo. Hay que hacerlo con un movimiento rápido y con gracia.

-Cristian…-dijo Luke sentado junto al tendedero del jardín-¿Qué tal si me cuelgas de ese tendedero y me hincas tu enorme miembro de diferentes maneras?

-¡Largo de aquí!-lo espanté pateando el aire.

Otra de las cosas que es importante hacer bien es poner una lavadora, ahora que la colada de ayer estaba tendida, tenía que poner la de hoy. No basta con poner la ropa dentro y darle a un botón. Por lo visto hay que echar unos polvos y elegir el programa correcto. Además, no se deben mezclar los colores, o el señorito acabará pareciendo un payaso siniestro.

-Oye, Cristian. ¿Y si en vez de centrifugar la lavadora me centrifugas a mí?-dijo Luke apareciendo tras de mí.

-¡Que te pires!-grité.

Echó a correr, pero lo detuve agarrándolo del brazo.

-Luke, ¿qué es esta mancha roja de tu camisa?-dije enfadado.

-Ketchup-sonrió.

-¿Cuándo te la hiciste?-dije molesto.

-El último ayer-dijo pensativo.

-(Otra parida no, por favor…) ¿Último… Ayer?-dije pensativo.

-Claro. Hay muchos “ayer”, cada día, “ayer” es un día distinto, así que por eso te especifico que fue el último ayer, un día antes de hoy-sonrió.

-¡No te soporto, criajo repelente!-grité y él salió huyendo.

Suspiré y continué con mi tarea. Otra tarea importante en la mansión es lavar la vajilla. Ahora con los lavavajillas es mucho más fácil, gracias a Dios. Es cuestión de colocar un par de cosas y darle a un botón. Abrí el armario para guardar los cubiertos recién lavados y dentro estaba ese desagradable criajo desnudo.

-¿Sabes dónde puedes meter ese tenedor?-dijo sonriendo pícaramente.

-¡LARGOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!-grité.

Salió corriendo de allí totalmente desnudo, total, no había nadie en esta isla. Estaba ya furioso, ese crío no dejaba de molestar.

-¡COMO VUELVAS A JODERME TE ABRO EN CANAL COMO HACÍAS TÚ CON LOS BICHOS!-grité desde la cocina.

Silencio… A ver si se iba de una vez… En fin, ya era la hora. Tenía que apresurarme e ir al barco otra vez.

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Me ha echado. No me quiere a su lado. ¿Qué hago? ¿Qué hago?

-Es evidente que ese macarra no siente nada por usted, señorito-dijo el dodo mirándome.

-Ciertamente, por una vez voy a meterme en política para darle la razón, señor dodo-sonrió el gato de Cheshire.

-¿Alguien ha dicho que esto sea política, Cheshire?-dijo el castor.

-¡Tú calla, dentadura postiza!-dijo el gato.

-A ver, silencio. Estamos aquí para discutir un tema de gran importancia-dijo el dodo serio.

-¿Y qué tema es ese?-bostezó el gato.

-¿Debería el señorito matar a Cristian?-sonrió el dodo.

¿Matarlo? No puedo hacer eso… Es lo único que tengo. Me gusta. Le quiero. LE AMO.

-Es evidente que sus sentimientos son muy puros, señorito-sentenció la oruga fumando de su pipa-Sin embargo, los de ese descarriado no lo son para nada.

¿Ya no… Me quiere?

-No desea hacerlo con usted. Todo hombre tiene que cumplir con sus deberes conyugales. Independiente de que estén ustedes casados o no. Aquí donde me ven yo siempre cubro a la señora oruga religiosamente. Le meto todo el capullo-dijo la oruga seria.

-Eso último sobrara…-suspiró el gato de Cheshire sorbiendo su té.

-Mírenlo-dijo el castor-Ahí va. Se dirige hacia el barco.

-¿El barco? Juju… Pretende escapar, seguro-se rió el gato de Cheshire.

¿Por qué? ¿Por que… Te vas? Tú eres… Todo lo que tengo… Todo lo que necesito. Por favor… No me abandones… No te vayas, por favor. Por favor. ¡POR FAVOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOR!

-¿Necesita alguna prueba más, señorito?-dijo el dodo serio.

-.......

-¡Jijiji! ¡Lo estáis volviendo majareta!-dijo la liebre bebiéndose el bote de azúcar.

-¡Este té sabe a mierda!-gritó el oso.

-¡No sea vulgar, señor oso! ¡Jajajaja!-se rió el castor.

Todos los animales empezaron a reír. Me miraban riéndose. Se estaban riendo de mí… Se reían porque yo era débil… Porque creían que yo no podía matarle. Puedo matarle… Puedo matarle… ¡Puedo! ¡Puedo! ¡PUEDO! ¡PUEDOOOOOOOOO!

-¿Y bien, señorito? ¿Qué piensa hacer?-sonrió el gato de Cheshire.

Jiji… Jaja… Jajajaja…. ¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!

Salté de la mesa y cogí el cuchillo para cortar el pan.

-Espérame, Cristian, Jiji… No te vayas sin mí, cariñín~

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No fue tan duro como creía. Aunque claro, no era la primera vez que yo…

-¡Cristiaaaaaaaaaaaan!-oí la voz de Luke que venía corriendo hacia mí.

-¿Eh? ¿Me has visto salir?-dije recolocándome el gorro.

-¡Ahí va!-dijo parándose delante mía-¿Y ese gorro?

-¿A qué mola?-sonreí-Me lo ha regalado el capitán del barco.

-Pero si tú no hablas inglés. ¿Cómo has…?-dijo extrañado.

-Resulta que ayer le llamé por teléfono y me dijo que tenía un sobrino que hablaba español, y se lo trajo para que le tradujera-sonreí.

-¿Le llamaste? ¿Para qué?-dijo extrañado.

-Para pedirle más cigarrillos, se me acaban rápido-dije enseñándole la caja.

-(Algo huele raro aquí… Te va a abandonar. Te va a abandonar)-pensó Luke para sí.

-Será mejor que volvamos a casa-dije dándole una palmada en el hombro-Tengo que preparar las cosas para mañana.

-Si… Estás muy ocupado-sonrió Luke de forma un poco rara.

-¿Qué tienes en el bolsillo? Sobresale la punta un poco… ¿Es un lápiz?-dije extrañado.

¿Esto?-dijo guardándoselo más hondo-Solo un bastón de uno de los peluches. Estaba jugando con ellos.

-Ah, vale… A ver cuando me prestas tu moto. Que atravesar la isla es un coñazo…-suspiró.

-¿Eh?-se sorprendió-C-claro…

Una de las labores menos cansadas del mayordomo es la de acostar a su señor, simplemente debemos acompañarlos al cuarto y arroparlos con su manta, aunque sinceramente, no sé si esto lo hacen los mayordomos cuando su amo es adulto… Sería raro…

-¿Me alcanzas el pijama de la cómoda, Cristian?-dijo tímidamente.

-¿Eh? ¡Sin problema!-sonreí.

Me di la vuelta y el joven Luke sacó de su bolsillo un cuchillo enorme de los que se usan para cortar carne. Como estaba ocupado rebuscando en la cómoda, no notaba que su pequeño cuerpo estaba a punto de abalanzarse sobre mí. Estaba a punto de juntar el filo del cuchillo con mi piel.

-¡Ahí va! ¡Pero si tienes un pijama de nena! ¡Jajajaja!-me reí.

Se asustó y cayó hacia atrás. Dejó escapar el cuchillo y se clavó entre su dedo índice y su dedo corazón. Hizo un agujero en la cama. Antes de que me diera la vuelta se volvió a guardar el cuchillo.

-¿Eh? ¿Y ese agujero?-dije dándole el pijama.

-S-serán ratones royendo, jajaja. Y no es mío el pijama, es que Gilbert se equivocó de modelo una vez que fue a comprar, jajaja-dijo nervioso.

-¿Mmmm? Vale…-dije sin darle mucha importancia.

Después de que nuestro amo se vaya a dormir, preparamos las cosas para el día siguiente. Yo siempre intento asegurarme de que la vajilla esté en su sitio, que no haya animales salvajes cerca del jardín y que las puertas estén bien cerradas. Todo ello para que no se le perturbe el sueño al criajo.

-(¿Para qué cierra las puertas con llave si solo estamos él y yo en la isla?)-dijo Luke, que estaba subido en una de las lámparas de araña del pasillo con el cuchillo en la boca.

Mientras caminaba por el pasillo no me di cuenta de que el enano estaba sobre mí, se lanzó al suelo con el cuchillo en la mano, dispuesto a matar.

-¡Anda! ¡Se me ha olvidado cerrar las ventanas también!-dije corriendo hacia el lado.

El señorito no se esperaba ese movimiento rápido y se dio, como yo diría, un hostión en toda la jeta contra el suelo. Oí el estruendo, pero cuando me giré no había nadie.

-¿Mmm? Estas casas antiguas hacen unos ruidos de lo más raros…-suspiré.

Antes de dormir el antiguo mayordomo me dijo que escribiera en el diario del mayordomo todo lo que había ocurrido durante el dia en la mansión. Era un registro de la vida de Luke, pero como leer me aburre tanto no lo leía, sólo escribía lo nuevo. Por lo menos eso lo podía hacer en mi habitación sentado en la cama, relajado. Lo que no sabía es que debajo de la misma estaba esperando ese demonio de cabellos rubios.

-(Primero lo mataré y después veré lo que ha escrito de mí… Jijijijijijijijiji)-pensó Luke.

Una vez después de que me quedara dormido, Luke salió de debajo cual monstruo imaginario de pesadilla infantil. A pesar de la oscuridad de la habitación, sus ojos brillaban con maldad. Se sentó encima de la cama y alzó el cuchillo contra mí. En ese momento, dormido como estaba, lo abracé y lo achuché para mí.

-¿E-eh?-dijo sorprendido.

-Zzz… Te quiero… Zzz…-dije entre sueños.

Sin remediarlo empezó a llorar y se abrazó fuerte a mí. Buscaba mi calor, mi compañía… El chico necesitaba sentir que yo estaba ahí.

-Zzzz… Te quiero, Jenny…-dije dormido.

-¿J-jenny?-dijo cabreado-¡Ahora sí que te mato!

Comenzó a revolverse, pero mi abrazo era más fuerte, así que se acabó rindiendo y durmió pegado a mí toda la noche.

-Tsk… Bueno..-dijo acariciando mi brazo con una sonrisa-Al menos pasaremos juntos tu última noche…

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Me desperté después de tener un sueño muy agradable, del que no me acordaba. Pero daba igual, tenía el sabor de que había estado bien. Noté que había algo que me estaba dando calor, era agradable, pero no sabía lo que era. Abrí los ojos y era el criajo pegado a mí.

-¡¿Se puede saber qué haces, pequeño violador?! ¡¿Por qué no estás en tu cuarto?!-grité cabreado.

-Sigue sin entender por qué no dormimos juntos… Y no es culpa mía, fuiste tú el que me abrazaste y no me dejaba ir…-dijo de mal humor.

-¡No dormimos juntos porque estás salido!-grité furioso. Entonces miré el reloj-Mierda… Me he quedado dormido, tengo que prepararlo todo para esta noche…

-Claro, se ven claras tus prioridades…-dijo enfadado.

-No tengo tiempo para tus mierdas-dije vistiéndome rápidamente.

Dejé el cuarto todavía vistiéndome y corrí a la cocina. Mientras tanto él se quedó tumbado en mi cama.

-Sniff…-dijo llorando cuando yo me había ido-Huele a él…

Mientras yo lo preparaba todo para la cena, el señorito volvió a reunirse con sus peluches.

-¿Que no has podido?-dijo la liebre bailando samba.

-Por favor… Al menos finge que te importa mi vida…-suspiró el señorito.

-¿Y cuándo piensas dar el golpe? Hay que matarlo rápido, antes de que se vaya-dijo el señor oruga.

-Ya no me desea…-lloró el señorito-Ha dormido toda la noche con el gorro puesto… ¿Tanto le ha gustado el regalo? ¿Y si el del barco y él…?

-Pues no me extrañaría, es la única otra persona que hay por aquí, ¿quién más podría ser su amante? ¿El señor dodo? Ridículo…-se rió el gato de Cheshire.

-¡Oiga! ¡Yo aún levanto pasiones!-dijo el señor dodo.

-Usted no levanta ni un azucarillo del suelo-dijo el señor castor.

-¡Callaos! ¡No tengo tiempo para vuestras peleas! ¿Qué hago?-dijo el señorito preocupado.

-Esta noche es la cena, ¿no? Secuéstralo y mátalo-sonrió el gato de Cheshire.

Aquella imagen que tenía del gato diciéndole eso le provocó al señorito un deja vú en su cabeza. El gato le dijo lo mismo la noche que secuestró a Gilbert.

-Aquella vez no pudiste matar a Gilbert. Pero hoy debes hacerlo-dijo el señor Dodo-Por el bien de nosotros, de ti… Y del país de las maravillas.

-Me encantan estas reuniones, jajajajaja-se rió la liebre-¡Estáis todos chiflados!

Al final llegó la hora de la cena. Luke me dijo que si podíamos cenar con sus peluches. Sonreí ante su ternura e inocencia, y después le dije que no, evidentemente. ¡¿Es que soy un rarito?! ¡¿Qué gilipollez es esa de cenar con peluches?! Nos sentamos en la mesa del jardín bajo la luna de la luna el uno al lado del otro y empezamos a comer.

-Je-dije sonriendo-Te has puesto muy guapo.

-Ya…-dijo ausente-Tú llevas el traje de mayordomo de siempre. Pero podrías quitarte ese gorro. No me gusta.

-¡Serás borde!-dije enfadado.

-¿Qué es esto?-dijo mirando el plato.

-Es pavo, no sabía qué coño preparar para que estuvieras contento-dije de mal humor.

-¿Ah, sí? Y me imagino que después me deleitarás con las doce uvas de la suerte-dijo mirando la mesa.

-Pues si…-dije suspirando.

-Dime… ¿Cuándo dejaste de quererme? Espera… ¿Es que alguna vez me quisiste, para empezar?-dijo sonriendo sin mirarme.

-¡¿Qué mierda dices, hijo de puta?!-grité furioso.

Me levanté de la silla y le agarré del cuello de la camisa, iba a darle una hostia por dudar de mí. Él tenía la mirada apartada y el ceño fruncido.

-Tsk..-me apartó el brazo-No me toques.

-¡Enano, te la estás ganando!-dije muy enfadado-¡¿Cómo te atreves a dudar de…?!

Cogió el cuchillo que había encima de la mesa y corrió a por mí. Un río de lágrimas salía de sus ojos, pero estaba mirando al suelo. Era como si no quisiera verme. Lo agarré del brazo para intentar detenerlo.

-¡Para, Luke! ¡Cálmate!-grité.

Estaba removiéndose y ocurrió lo inevitable, me hizo un corte en el brazo. Caí al suelo por el dolor y se colocó encima de mí.

-¿Por qué?-dijo llorando.

-(Ya empezamos…) ¡Cálmate!-le grité.

-Ya no quieres unir tu cuerpo con el mío, ya no quieres que seamos uno… ¡Ya no quieres follarme! Te doy asco, ¿verdad?-dijo llorando.

-Luke-dije preocupado-Escucha…

-¡Yo creí en ti! ¡Creí en tus palabras! ¡Creí que no necesitaba nada más si te tenía a ti, pero ya no me quieres!-gritó.

-¡Escucha cuando te hablan, puto criajo!-grité.

- NO ME ABANDONES… NO ME ABANDONES..¡¡¡¡¡¡NO ME ABANDONES!!!!!! ¡¡¡¡¡¡NO ME ABANDONES!!!! ¡¡¡¡¡¡NO ME ABANDONES!!!!!! ¡¡¡¡¡¡NO ME ABANDONES!!!!!! ¡¡¡¡¡¡NO ME ABANDONES!!!!!! ¡¡¡¡¡¡NO ME ABANDONES!!!!!! ¡¡¡¡¡¡NO ME ABANDONES!!!!!! ¡¡¡¡¡¡NO ME ABANDONEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEES!!!!!! -gritó fuera de sí.

-¡ESCÚCHAME, GILIPOLLAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAS!-grité con todas mis fuerzas.

En ese momento pude ver sus ojos, estaban totalmente llenos de ira, sus lágrimas brillaban con la luz incesante de la luna llena, pero sus ojos no, sus ojos estaban vacíos… Una sonrisa apareció en su cara y me hincó el cuchillo en pecho.

-Jajajajajajajaja… ¡Buaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah! Jajajajaja…. Jujujujujujujujuju… ¡BUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH! !!JUARJUAJUARJUARJUAR!!!

Un conejo apareció a los pies de Luke, que saltaba junto a nosotros manchándose con mi sangre.

-Oh, hola…-sonrió aún con lágrimas en los ojos-¿Tú me vas a llevar al país de las maravillas? ¿Esto? Shhh… Es un secreto, no se lo cuentes a nadie, conejito… Jajajajajaja.

Allí se quedó un rato, acariciando al conejito y restregando su cara con él. Se manchaba con mi sangre, que había salpicado al conejo, pero le daba igual. Él solo pensaba en que ese conejo lo salvaría… Que lo llevaría al país de las maravillas.

- ¡TE QUIERO, CRISTIAN! ¡JAJAJAJAJAJAAJAJAJAJAJAJAJAJAJA! ¡BUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH! ¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!

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Lo siento, peña, pero el autor quiere dar un mensaje que no puede esperar, así que a leerlo:

“De verdad pensaba que solo haría una parte más, pero al parecer necesito mucho más espacio para contar esta historia xD He decidido cortarla aquí por razones evidentes, pero no os preocupéis, que no os haré esperar mucho para que podáis leer la próxima parte. Como compensación por haber tenido que cortar la historia en dos os dejo un pequeño extra.”

Joder, pues nada… Ahora a tener que salir en tres capítulos. Sinceramente… Eso es más o menos lo que duró nuestra serie original, así que podéis ver este especial como una segunda temporada o algo. Y ahora, el extra.

Extra: Luke, Perseo británico

-Ahora que eres un mayordomo debes tener algunas nociones básicas de cultura general-dijo Luke serio.

-¿Y para qué quiere eso un mayordomo? Con que sepa limpiar está bien, ¿no?-dijo Cristian bostezando.

-¡No! ¡¿Y si viene alguna visita y te habla de estos temas?!-dijo Luke alterado.

-Dos cosas. 1. Aquí no viene ni Dios. 2. En ese caso, me comerían la polla-dije seco.

-Eres demasiado vulgar, paleto-dijo Luke dándole con un libro en la cabeza a Cristian.

-¡Eh, maricón de mierda! ¡Vuelve a hacer eso y te reviento!-gritó Cristian furioso.

-¿Voy a tener que sacar las tijeras de descuartizar conejos?-sonrió Luke.

-Tsk-chistó Cristian.

-BIen, te leeré mi mito griego favorito-dijo abriendo el libro.

-Peñaaaaazo…-suspiró Cristian.

-¡Calla y presta atención!-dijo Luke enfadado-¡Obedece a tu amo!

-No quiero-dijo Cristian sacándose un moco y pegándolo a la silla.

-¡Serás guarro!-gritó Luke.

-¿Por qué no me cuentas cómo llegaste aquí? Sé que fue por tu padre, pero no sé muchos detalles-dijo Cristian serio.

-Está bien…-suspiró Luke.

Mi padre era un hombre muy creyente, y una de las veces que fue a ver a un oráculo sucedió algo perturbador.

-¡Señor “oraculo”!-gritó mi padre.

-Señor, es oráculo. Con tilde en la “a”-dijo Gilbert, que le acompañaba.

-¡Me da igual! ¡Caraculo! ¡Dime mi futuro!-dijo mi padre mandando.

-Los astros me dicen que serás destituido de tu puesto como presidente de la compañía por tu propio hijo-dijo el oráculo sosteniendo un cráneo.

-Eso es de sentido común…-suspiró Gilbert-Es evidente que su hijo heredará la compañía, es lo que querem…

-¡No puede ser! ¡No! ¡No lo permitiré!-gritó mi padre furioso.

-¿Señor?-dijo Gilbert sorprendido.

-¡Me quitará mi empresa!-gritó fuera de sí.

Encerró a mi madre en una torre para que no se pudiera quedar embarazada y se grapó el pene para no poder inseminar a nadie. Sin embargo, un cura se coló en el cuarto de mi madre y la violó. Son cosas que pasan en los dormitorios de los ricos… El cura decía que ese niñó era hijo de Dios… Yo. Por lo que mi padre tenía miedo de que si me mataba lo pudiera enfurecer.

-¡Dichoso crío!-me gritó mi padre.

-¡Te jodes!-le dijo mi yo pequeño.

Mi padre era muy astuto, aunque fuera un gilipollas… Decidió subirnos a Gilbert a mí en una barquilla de esas que se usan para navegar en los estanques y nos lanzó al mar, para que no fuera él quien nos matase, sino el propio mar.

Navegamos a la deriva durante mucho tiempo, alimentándonos de trozos de madera de la barca, siempre con cuidado de que no se hundiera… Al final, llegamos a la isla Trush, donde Gilbert me crió. Allí tuve que enfrentarme a numerosas criaturas, un gato sonriente, una mujer con serpientes en el pelo, dos gemelos gordos y una reina con muy mala leche, pero al final… Me hice fuerte.

Años más tarde salí un día de la isla Trush para ir a ver un partido de baloncesto. Me tocó en la entrada ser el que tirara el balón a canasta para ganar 10.000 dólares, pero al tirar le dí a mi padre, que casualmente también estaba allí viendo el partido, y lo maté. Fin.

-¡¿Q-qué mierda es esa?!-gritó Cristian cabreado-¡No hay quien se lo crea!

-¿Mmm? Es más real que la vida misma-dijo pensativo.

-¡¡¡No me engañas!!! ¡¡¡¿¿¿Crees que soy gilipollas???!!!-gritó Cristian.

-Vaya… La cultura no te ha mejorado la educación… Sigues siendo tan gritón y ruidoso como siempre…-suspiró Luke.

-¡Cómeme la polla!-dijo Cristian de mal humor.

-Encantado-sonrió Luke.

-¡Es una forma de hablar!-gritó Cristian.

Y así, el joven Cristian aprendió un poco de mitología griega, Luke le había mezclado su propia vida con el mito de Perseo. Sin embargo, esto no hizo que cambiara ni un ápice…

FIN

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Pues nada, gente. Hasta aquí el episodio dos. Nuestros planes son subir el tercero mañana, pero veremos como se ponen las cosas. Ya sabéis, leednos siempre, que seguro que folláis más por ello, jejeje. Vale, no. Pero tenía que intentarlo… Y ahora un mensaje del autor:

“Cuando ideé la historia de Luke siempre lo idealicé como un pequeño Perseo, al que habían desterrado de su tierra cuando era pequeño, claro que sus historias son un poco diferentes… Pero bueno, si fuera idéntico no sería divertido. Pues nada, hasta la próxima y feliz año nuevo.

OS SALUDA

EL ENTERRADOR"

¿Qué? ¿Qué les dé un adelanto? ¡Pero si ahora era mi descanso para fumar! Tsk. Pues nada, el puto adelanto.

-Conejito, ¿a dónde me llevas?

-Ya sabe lo que debe hacer, ¿no, señorito Luke?

-¡Si, conejito! ¡Jajajaajajaja!

-Hemos llegado…

-¿Eh? ¿Este sitio es…?

El nuevo juguete del señorito: Especial nochevieja

Parte 3: Descenso a la locura

-¡Qué chalado estoy! ¡Jajajajajajaja!

PROXIMAMENTE...