El novio me lo puso fácil
Entre compañeros de piso es dificil mantener secretos. Esta es la historia de como saqué partido a una informacion confidencial.
El novio me lo puso fácil
Capítulo 1- introducción
Compartía piso con dos compañeros de clase. Entre nosotros la relación era fluida, aunque no de mucha amistad. Uno de los compañeros (le llamare Lolo ), salia con una estudiante de derecho, que sin ser modelo, era resultona por su figura modelada en un gimnasio todas las semanas. Un día que su ordenador falló, me pidió el mío para leer sus e-mails, pero cuando se fue, olvidó cerrar la sesión, y por curiosidad leí los e-mails que tenia sin borrar.
Todos eran de su novia. No ponía nada interesante, pero cuando abrí uno de los últimos, me quedé sorprendido. Ese día tenía que estar muy salida. Todo eran insinuaciones sexuales morbosas, orientadas casi todas hacia el exhibicionismo. La verdad es que me puse muy caliente, tanto por el tema como por la falta de sexo que tenía en aquella época.
Desde ese día ya no la miraba igual. A mi cabeza me llegaban sus fantasías sexuales, y me preguntaba si las realizaba, o solo soñaba con ellas.
Cuando hablaba con Lolo, intentaba llevar la conversación a ese tema, y aunque era muy tímido, después de varias charlas llegué a la conclusión de que el no solo era tradicional en el sexo, sino que para colmo, cualquier situación "extraña", la consideraba pecaminosa y a sus protagonistas totalmente detestables.
Conociendo al fin lo que opinaba él, y por lo que leí en los e-mails lo que la excitaba a ella, abrí un correo nuevo, y como había apuntado el de ella (no se por qué ) , empecé a mandarla cartas insinuantes en plan anónimo.
Las primeras eran muy ligts diciéndola que la conocía, que estaba enamorado de ella, y que como sabía que tenía novio, y yo novia, ( me lo inventé para quitar presion ), solo quería que me escribiera contándome sus cosas. Tardó cerca de cinco e-mails en contestar. esa vez me dijo que era imposible por nuestras circunstancias, aunque se sentía alagada. Que amaba a su novio desde hacía cinco años y que no lo dejaría por nada del mundo.
Seguimos en contacto durante mucho tiempo, hasta que se desarrollo una complicidad entre nosotros y empezamos a hablar de temas personales, incluido el sexo. Así me enteré que su novio era de una asociación religiosa (no la nombro ) muy ortodoxa y que de sexo nada hasta la boda. Yo sabía lo morbosa que era por lo que leí, asi que en mis siguientes contactos la hablé de mis gustos por el exhibicionismo, y las situaciones morbosas y que me gustaría verla un día en una de ellas. Como no decía ni si ni no, un dia la escribí pidiéndola que fuese a clase sin sujetador, que quería ver como se movían sus tetas sin que ella supiese quien era yo.
Capítulo 2- la iniciación
La vi entrar en la facultad. Estaba con los hombros encogidos sin duda para evitar que se la notase el movimiento de sus pechos. Llevaba puesto un pantalón vaquero, y una blusa blanca gruesa que no dejaba ver nada, pero que si te fijabas bien se balanceaba con el movimiento de sus tetas. Luego me comentó que su novio lo notó y tuvieron una movida, aunque le convenció que iba sin sujetador porque una compañera de su piso rompió la lavadora y los tenía sucios. También me dijo que la experiencia la había excitado y quería conocerme. Yo la respondí que aun era pronto. Tanto insistió que la propuse un juego.
"Voy a dejar encima de tu taquilla una bolsa, si sigues las instrucciones que leas en ella me conoceras, y seguiremos con esto. Si no te apetece seguir nos olvidaremos de todo y cada uno seguirá su vida. Piénsalo."
En la bolsa había un bikini verde brillante muy pequeño, aunque no era tanga. Y las instrucciones decían a que playa y en que lugar tenía que esperarme con el puesto. Para la cita escogí un sábado en el que sabía que Lolo tenía que irse.
Por fin llegó el día. Aparecí en la playa y ahí estaba ella. Había escogido una playa discreta. Una de esas a las que va poca gente, pero el lugar no lo era, ya que estaba junto al bar, y cualquiera podía verla desde la barra. Estuve observándola unos minutos. Estaba nerviosa sin parar de mirar el reloj. Cuando me acerque a ella, casi la pega un infarto, empezó a tartamudear, no sabía que decir, pero cuando la comenté que yo era la persona que esperaba, tuve que insistir mucho en lo que nos habíamos contado para que no se fuese. Al final se calmó y la tarde la pasamos entre bromas e insinuaciones.
Cuando ya estaba relajada, la pedí que se quitase el sujetador. Miró a su alrededor y como no vió a nadie conocido, poniéndose boca a bajo lo desató dejándolo sobre la toalla. Yo lo cogí y lo guardé en mi bolsa sin hacer caso a sus protestas. Había aceptado el juego y eso suponía que tenía que hacer todo lo que yo lo dijese.
Cuando la di crema en la espalda, se estaba quemando ya que no se giraba para no enseñar las tetas, lo hice muy despacio y sin dejar de tocar un solo milímetro de su espalda. Al dar la crema por los laterales, muy suavemente la rocé los pechos, pero no protestó. Esto estaba funcionando.
No quise forzar mas. Era el primer día y según me había contado, su experiencia sexual estaba solo en la imaginación.
Como ya estaba anocheciendo, recogimos. Nos vestimos y eso si no la dejé ponerse el sujetador aunque al ser tan liviano el vestido, se podía apreciar perfectamente que no llevaba nada puesto. La acompañé a su casa y en el portal la di un beso frenético que acompañé con mis manos recorriendo todo su cuerpo a pesar de sus protestas.
Una cosa que ella no supo ese día es que durante toda la tarde la estuve fotografiando con una cámara que escondí en la bolsa del agua, sobretodo cuando se incorporó para vestirse y no tubo mas remedio que enseñarme los pechos.
Al día siguiente, recibí un e-mail suyo que no me gustó nada. En el me decía que no seguiría con esto. Que amaba a su novio......... . Mi enfado fue monumental. No me gusta que me dejen con las ganas, así que acordándome de las fotos, escogí una en la que se veian perfectamente sus pechos, y se la mandé diciéndola que si no seguía con el juego no solo la vería su novio, sino que sus tetas serían las mas famosas de la facultad. Para rematar, la dije que dentro de una hora estaría en su casa (sabía que hasta el día siguiente estaría sola ).
Me presenté media hora antes. No quería que se largase. Y ya dentro llorando me pidió que la dejase en paz. Mi respuesta fue muy simple: "desde ahora y hasta que se me antoje, aras todo lo que te ordene sin rechistar". Y me senté en el sofá diciéndila que me pusiese unas copas.
Cuando el alcohol empezó a hacer efecto en ella, la cogí del brazo y la llevé a su cuarto. Una vez localizada su ropa interior, cogí todas sus bragas y rompí delante de ella, todas las que no eran tangas (es decir, se quedó sin ninguna ), y como me quedaba la que tenía puesta la ordene que se desnudase para darmela.
La verdad es que el gimnasio había hecho maravillas en su cuerpo. Sus pechos aunque grandes estaban muy tiesos y sus nalgas eran redondas y aparentemente como piedras. Su pubis era lo único de su cuerpo que evidentemente no cuidaba, salvo la ralla del bikini, era una maraña que nunca había sido recortada, y al ser negro y abundante hacía que no se viese nada de sus labios.
La tube de pies delante de mi varios minutos mirando cada centímetro de su cuerpo. Ella estaba como un tomate (nadie la había visto aun desnuda ), empecé a tocarla y finalmente le eché sobre la cama y poniéndome sobre ella destrocé su virginidad para siempre. La estuve follando durante mas de media hora. Lo que al principio eran lloros y súplicas, terminó siendo suspiros y finalmente su primer orgasmo con un hombre. Solo me pedía que no me corriese dentro. Asi que cuando yo llegué se la saque y lo derramé sobre su pubis.
Me levanté y fui al baño. De él cogí jabón y una cuchilla que encontré. Al regresar ella no se había movido para nada, así que me puse a enjabonar su pubis para arreglarlo a mi gusto. Solo la afeité los labios vaginales. El resto lo recorté ya que al ser tan negro resaltaba sobre su piel blanca, y eso me daba morbo. La limpié la sequé y sacando otra vez mi cámara, la fotografié ya descaradamente desde todos los angulos que pude.
Me vestí y simplemente la dije: mañana te espero en ( unos grandes almacenes ), espero que vengas con la tarjeta de crédito ya que vamos de compras.
Empezamos a mirar ropa. Ella no decía nada. Había aceptado su situación. Escogí varas faldas, unas muy cortas otras largas pero livianas, varias blusas semitransparentes, y algunos top. Después fuimos a la zona de lencería donde cogí varias tangas transparentes de distintos colores, y con todo ello fuimos a los probadores. En este comercio, los probadores son bastante amplios cerrados por unas simples cortinas. Me metí con ella en el primero y la hice desnudar completamente. Empezamos con la lencería. La fui poniendo las tangas mientras la tocaba a conciencia. Me di cuenta que estaba mojada y se lo hice saber. Ella solo se ruborizó. Como eran grandes para mi gusto, la dejé desnuda y sin cerrar del todo la cortina (por si alguien quería mirar ) fui a por otra mas pequeñas. Estas si que estaban a mi gusto: solo la tapaban el escaso pubis que la había dejado y al ser transparentes, la hacían mas desnuda que si no llevase nada.
Del resto de la ropa diré que cogimos una minifalda muy corta de vuelo que no creo que se quedase quieta con el viento, una larga de botones entera por delante, dos top que prácticamente solo la cubrían los pechos, y una blusa blanca transparente salvo dos bolsillos estratégicamente colocados.
Mientras regresábamos a su casa en mi coche, ante mis preguntas y comentarios sobre lo mojada que estaba en el probador, me confesó que se había excitado con las compras que habíamos hecho, pero que esa ropa no se la podía poner por su novio. (estaba claro, que aunque la había forzado en un principio, empezaba a sacar ese morbo que me había contado cuando no sabía que era yo, y empezaba a disfrutar de la situación ). Yo la contesté que cuando estuviese con el, vistiese como siempre, pero que solo podía usar las tangas que compramos. El resto de la ropa sería para cuando saliese conmigo. Eso sí si en algun momento la pedía que se quitase la ropa interior, se la quitaría inmediatamente estuviese o no su novio delante.
Capítulo 3- su aprendizaje
Durante el siguiente mes fuí convirtiéndola en una auténtica puta, aunque para los demas seguía pareciendo santa.
Empezó a tomar la píldora, ya que la indiqué que no la follaría nunca sin condón. Mientras hacía efecto los días fueron pasando en su aprendizaje para chupar pollas.
La primera vez que me la chupó solo abrió la boca y cerró los labios. Estaba esperando a que su novio llegase de clase en mi casa. La puse de rodillas en la entrada del piso y se la metí no dejándola que usase las manos. No uso la lengua. Se ahogaba. Mas que una mamada se puede decir que la follé la boca. Cuando me corrí dentro de ella, sus arcadas eran de película, lo escupió todo y mientras su novio subía no la quedó mas remedio que limpiarlo todo apresuradamente. Fue gracioso cuando se dieron un beso en los labios, escucharle a él preguntando que qué había comido pues tenía un sabor extraño en la boca. Ella le respondió que era una bebida exótica que había llevado una amiga a clase.
Otro día me los encontré en un pub. Estaban con otros amigos. Ella tenía puesta una falda de tablas. Mientras hablábamos todos y bebíamos, disimuladamente la dije que se quitase las bragas. Ella muy obediente, se marcho al baño y las trajo en la mano. Como eran tan pequeñas nadie las vió y me las dio por la espalda. Esa noche me pase todo el tiempo metiéndola mano. Era excitante tener a su novio que creía que era virgen y que nunca la había metido mano, tan cerca. Pero cometí un error, y una de sus amigas me vió con la mano dentro de su falda, tocándola el culo. Por suerte no dijo nada.
Con los días se convirtió en una experta mamadora. Raro era el día que no me la follaba por la boca. Usaba la lengua aunque nunca la dejaba usar las manos. Por otra parte ya no la daba asco que me corriera en su boca y empezó a tragárselo todo.
Ella por su parte se conformaba con hacerse dedos mientras me la mamaba, eso me excitaba, y a ella la hacía sentirse mas puta con lo que sus orgasmos eran rápidos. Como no dejaba que se dejase de masturbar hasta que yo me corría, solía tener dos o tres orgasmos por sesión. Orgasmos silenciosos por tener mi polla en su boca, pero tan intensas que hacían que temblase todo su cuerpo.
Cuando las pastillas fueron efectivas, quedé con ella en mi casa para follar tranquilos. Iva a ser la segunda vez que se la metía, pero la primera vez que se iría con toda mi leche en su cuerpo. escogí una noche que sabía que Lolo estaría en casa. Quería que estuviese en la habitación contigua mientras me follaba a su novia. Ella al oir mis planes se negó, pero al final venció mi presión y su necesidad de situaciones morbosas.
Todo estaba preparado. Escondí una cámara de video y la esperé en el portal de su casa lugar al que la acompaña siempre su novio. Cuando la dejó dándola las buenas noches esperamos unos minutos y nos presentamos en mi casa. Entré primero yo, el estaba en el salón, asi que le pedí un libro para ue fuese a su cuarto que esta al fondo del pasillo, y mientras estaba dentro de él metí a Ana en el mío. No nos pilló de milagro.
Cogí el libro y fui a dejarlo en mi cuarto sin cerrar la puerta del todo, y mientras hablaba con él de bobadas, desnudé por completo a su novia dejándola solo con el tanga rosa transparente que llevaba, y guardando el resto de la ropa en un armario que cerré con llave. Luego salí del cuarto para hablar un poco mas con Lolo, y dejé a Ana dentro detrás de la puerta semiabierta en tanga y con las muñecas atadas al colgador que tenía en la puerta. Dos veces hice entrar a Lolo a mi cuarto hasta la mesa. Por la distribución de mi habitación no había problema de que la viese, pero el morbo de la situación era tremendo: yo hablando con lolo en mi cuarto, y su novia en tanga detrás de la puerta a escasos dos metros de él. Cuando salió la última vez de mi cuarto me retrase yó diciéndole que cogía tabaco y pude comprobar que Ana tenía el coño como una fuente. Finalmente se fue a dormir, y yo desatando a Ana la tiré sobre la cama y de un solo empujon se la metí hasta los huevos sin esfuerzo debido a su excitación. Esa noche la follé tres veces. Ella me dijo que no sabía las veces que se había corrido. Cuando me cansé y después de dormir un rato la devolví la ropa y la saqué a la escalera donde se vistió deprisa, por miedo a ser vista aunque yo sabía que a esa hora no aparecería nadie.
Al día siguiente el me preguntó si había oído a los vecinos por la noche. Yo riéndome por dentro, le explique que no habían sido los vecinos sino una putita de la facultad que traje después de irse el a dormir, y enseñándole el tanga de su novia, confirmé la historia, pasándoselo cerca de la cara para que lo oliese.