El novio de Victoria

Por fin conocemos al novio de Victoria

A Victoria le renovaron el contrato después de las fiestas del Pilar, pero sólo hasta las navidades, aunque enseguida encontró trabajo en un bar cercano, por lo que seguímos manteniendo contacto con ella y con su novio, al que al fin habíamos conocido. Si ella era una chica grande, ¡qué íbamos a decir de su novio! Le sacaba la cabeza y era más bruto que un arado. Hombre de campo y pocas palabras, pero con una polla de un tamaño proporcional a su cuerpo. Si la de Paco me parecía grande, el día que se metió en nuestros juegos nos dejó acomplejados…

La primera vez fue el mismo día en que Victoria dejó de trabajar conmigo. Decidimos salir a tomar una copa para darle una buena despedida y nos sorprendió –a ella también- la aparición de su novio. No se anduvo con rodeos cuando nos conoció y enseguida dijo que se moría de ganas de follar con nosotros, que el pueblo era muy aburrido y quería ver si en la capital le podíamos dar algo más de marcha. Compramos unas pizzas y unas cervezas y fuimos a mi piso donde pronto entramos en materia.

“Me dice Victoria que los tres sois expertos en dar buen sexo oral, así que ¿quién quiere empezar con esto…? dijo sacando su enorme aparato. Los ojos se nos salían de las órbitas contemplando semejante manubrio todavía flácido. Loli no lo dudó y se lanzó a por esa polla que no podía abarcar con las dos manos. Hizo un primer intento de metérsela en la boca y apenas le entraba una mínima parte. Con cuatro lametones lo hizo levantarse en todo su esplendor y comenzó a hacerle una mamada como ella sabía.

Victoria no perdía el tiempo y ya estaba casi desnuda besándonos a Paco y a mí y despojándonos de la ropa; se apoderó de nuestras pollas tiesas con ambas manos y empezó un sube y baja magistral. Mientras, veíamos a Loli con los ojos en blanco ahogarse con la verga de Manuel golpeando su garganta en unas embestidas brutales.

Paco tomó a Victoria desde atrás y la penetró con fuerza, haciendo que me soltara, por lo que me dirigí a Loli para desnudarla y acariciarla. Manuel se levantó para quitarse también la ropa y me hice con su tranca que pude contemplar en toda su magnitud: la mía me parecía absolutamente ridícula al compararla con la suya. Le di unos buenos lametones pero enseguida Loli me apartó para dirigirla a su coño. Estaban los dos de pie y ella apenas le alcanzaba al pecho, de manera que Manuel la levantó y la ensartó como si fuera una aceituna en un palillo. Después de tener semejante polla en su coño, cualquier otra no le haría ni cosquillas, y menos aún la mía.

Al estar desocupado me dediqué a acariciar a Paco y Victoria, besándolos y acariciándolos mientras seguían follando. Paco se corrió enseguida como era su costumbre y se retiró del coño de Victoria que seguía reclamando macho, de forma que me tumbé en la alfombra y dejé que Victoria me cabalgara. Los fluidos de Paco se escurrían sobre mi polla proporcionándole lubricación extra. Contemplaba encima de mí el fabuloso cuerpo de Victoria y acariciaba sus preciosos pechos mientras la escuchaba gemir acompasadamente con sus vaivenes.

Manuel seguía sosteniendo a Loli en sus brazos y le daba unas sacudidas que le hacían dar unos gritos preocupantes por lo intensos. En un momento la descabalgó y con unas fuertes sacudidas de su polla descargó en su cara un torrente de leche que la dejó bañada de arriba a abajo. Victoria me abandonó para lamer la corrida de su novio y compartirla con Loli, embarcándose a continuación en un 69 que contemplamos los tres hombres con expectación por ver quién de ellas tenía su primer orgasmo. Ganó Loli por escasos segundos.

En ese momento yo era el único que no se había corrido; Paco se dio cuenta y me ofreció una mamada hasta que Manuel tomó el relevo y me hizo un nuevo ofrecimiento: su culito. Nosotros no habíamos practicado sexo anal completo nunca, ni con Loli tampoco. Nos besábamos mucho, nos chupábamos y nos introducíamos algún dedo ocasionalmente, pero no pasábamos de ahí, de manera que no sabía muy bien cómo abordar el nuevo reto.

Manuel me lo puso fácil. Fue a buscar aceite a la cocina y se lubricó bien el agujero, haciendo lo propio con mi pene y enfilándolo a su culo. No fue difícil penetrarlo. La sensación de apretura en mi polla era nueva y excitante. Prácticamente todo lo hacía Manuel: marcaba el ritmo, se movía atrás y adelante y no tardó en hacer que me corriera dentro de sus tripas.

Para descansar un poco y recobrar el aliento nos tomamos unas cervezas y calentamos las pizzas, que devoramos en un plis plas.

En cinco minutos estábamos otra vez en faena. Paco dormitaba en el sofá y nos cedió el protagonismo. Agarré la polla de Manuel y con cuatro meneos la puse en situación. Me la metí en la boca y me atragantaba su enorme tamaño, por lo que preferí masturbarlo un poco hasta que alguna de las chicas se hiciera cargo de él. Victoria se acercó y me acompañó en la mamada mientras Loli se situaba para comerle el coño. Abandoné la polla de Manuel y me situé frente al coñito de Loli para hacerla gozar como solo ella podía hacerlo. Con los ojos cerrados saboreaba los flujos de mi amiga cuando sentí una lengua húmeda jugueteando con mi ano. Volví la vista y contemplé a Paco detrás de mí. En ese momento parecíamos un tren sexual: Manuel, Victoria, Loli, yo mismo y Paco en el furgón de cola avanzando todos por las vías del sexo.

Paco me introdujo un dedo en el trasero y comenzó una suave penetración sumamente agradable; probó con dos dedos y me dolió un poco, pero Loli me hizo olvidar todo al meterse mi polla en la boca. La sensación dolorosa aumentó al sentir un tercer dedo en mi interior, pero estaba decidido a aguantar hasta el final, y cuando la polla de Paco se apoyó en mi culo me mentalicé para lo peor… o lo mejor. Mi agujero estaba bien lubricado gracias al aceite y los besos de Paco, así que no costó mucho que su glande entrase en mí. No fue tan doloroso como había imaginado, pero cuando la enorme tranca empezó a moverse en mi interior sentí que algo se desgarraba en mí. Daba pequeños gritos de dolor que se mezclaban con los del placer que me proporcionaba la mamada de Loli. Victoria se levantó en ese momento y me ofreció su jugoso coño tapándome la boca con él. Manuel se incorporó al juego y me acercó su polla para que la chupara, pero era incapaz de tragarla entera, así que levantó a Loli del suelo y se dispuso a follársela de nuevo, tomando Victoria el relevo de mi polla. Paco seguía empujando en un suave vaivén y el dolor iba gradualmente desapareciendo, inundándome en su lugar un placer absoluto. Fiel a su tradición, Paco se corrió enseguida llenando mi agujero de leche caliente, igual que hice con la garganta de Victoria, que se tragó sin derramar ni una gota toda mi corrida.

Manuel y Loli se habían ido mientras tanto a la habitación a follar y los encontramos derrengados en la cama. Loli se acariciaba el coño enrojecido por las embestidas del pollón de Manuel y éste mostraba su pene flácido y aún así enorme. Victoria se lo puso en la boca y obró de nuevo el milagro de hacerlo crecer como una estaca para a continuación dirigirlo a su culo. No creíamos que semejante aparato pudiese entrar en el diminuto agujero, pero se ve que Victoria estaba muy acostumbrada a tenerlo dentro, porque en un momento se hundió en sus entrañas mientras los observábamos maravillados por el espectáculo de la belleza de ella cabalgando la polla de su novio.

Paco dormía en el sofá y me dediqué a satisfacer a Loli tumbados en el duro y frío suelo. Tanteé su agujerito posterior y no puso pegas. Lo lubriqué con saliva y con los jugos de su coño chorreante y acerqué mi polla al virgen hoyito. Al segundo o tercer intento cedió y comenzó a entrar en su culo apretado mientras gemía de dolor. Paré para que se repusiera e inicié un suave movimiento de ataque para meter toda la polla mientras con una mano acariciaba su coño y le proporcionaba un orgasmo instantáneo que le hizo apretar el culo de manera que casi me estrangula la verga. A continuación se relajó y todo fue coser y cantar: mi polla tenía vía libre en su culito y el dolor quedaba mitigado por el placer.

Manuel seguía con su polla dentro del culo de su novia dándole unas embestidas bestiales, hasta que se la sacó y se la metió en la boca a Loli, que se la chupó hasta que se corrió, compartiendo el semen con Victoria en unos besos fantásticos. En unos minutos me corrí dentro del agujerito de Loli y quedamos despatarrados todos por la habitación, pringosos de aceite, saliva y semen que nos quitamos por turnos en la ducha… por parejas… mientras Paco dormía ajeno a todo.

Manuel y Victoria se despidieron de nosotros con la promesa de volver en cuanto pudieran. Los esperamos con ansias…