El novio de mi madre

Lo que iba a comenzar como una noche de estudio, pronto cambio completamente...

Aquella noche de sábado prometía como una más, estando a estas alturas de Diciembre, y finalizando el primer trimestre, lo único que nos esperaba a mis amigas y a mi, era un largo fin de semana de estudio.

Al contrario, mi  madre , celebraba la fiesta de navidad de la empresa con cena y amigo invisible incluido, con lo cual, llegaría a las mil…

Al salir de la biblioteca, en lo único que pensaba era en llegar a casa, tomarme un baño de agua caliente, cenar algo rápido, y seguir estudiando, pero la verdad que fue algo muy distinto.

Entre por la puerta de casa, y me encontré al novio de mi madre, en la cocina, con música chill out puesta, y el horno encendido.

Al verme, me sonrió y me dio la bienvenida, diciéndome que la cena estaría en breve…

De momento, mi estudio iba a posponerse al menos un rato…

Subí a pegarme una ducha.

Aquel hombre siempre me ponía nerviosa, aunque me llevase veinte años, ya que yo tenía los 18 recién cumplidos, tenía un cuerpo que muchos jóvenes de veinticinco desearían tener.  Aquel pelo ondulado, la cara con unos rasgos muy marcados con barbita  , su cuerpo moreno y depilado machacado por el gimnasio,, sus piernas y culito fuerte por el futbol y un tatuaje de un dragón que le iba desde el hombro hasta el brazo, hacía que pensar en él, me pusiera demasiado alterada, pero como no, aquello no estaba bien, era el novio de mi madre.

Salí del baño, y me propuse vestirme, me planté algo cómodo para estar por casa. Saqué del armario aquel conjunto turquesa que hacía tiempo que no me ponía. La verdad que no se porque  no lo hacía, su color realzaba con mi moreno, y me hacía un cuerpo muy sexi… No os he contado, pero a parte de estudiar, adoro el deporte.  Voy todos los días al gimnasio, y entreno los fines de semana a niñas en gimnasia rítmica.

Me di la vuelta para mirarme la parte de atrás del tanguita en el espejo, y la verdad que mi culito realzaba mejor aún si cabe de cómo es, ya que si de algo en mi cuerpo me siento orgullosa es de ello. Me puse unos leggings grises y una camiseta de la bandera americana .

Bajé de prisa a cenar, ya que Christian, que así se llamaba, me había llamado un par de veces.

La cena fue genial, había preparado un riquísimo pollo al horno, acompañado por un buen lambrusco…

Que guapo estaba con aquel vaquero que le hacia un culito increíble, y la camisa hacía que sus brazos y su pecho se marcaran completamente.

Nos sentamos en el sofá para charlar, y ver algo la televisión, estaba posponiendo el estudio, y tenerle al lado tan sexi, sin mi madre en casa, estaba haciendo que mi temperatura subiera como la espuma.

Me estuvo contando como había ido la última guardia, ya que trabajaba como bombero y como, entre risas, una chica les había tirado los tejos, a un compañero suyo y a él.

-La verdad, que con razón os tiró los tejos, sobre todo a ti. – susurré sorprendida por lo que acaba de soltar por mi boca.

  • Jajaja, no te rías de mi.

-No me río, es la razón. Estoy muy orgullosa por que mi madre esté con un hombre tan sexi como tu.

Se empezó a sonrojar y a atusarse el pelo.

-Ojalá yo tuviera a mi lado un hombre como tu, guapo, sexi, atractivo –Comenté acariciando los botones de su camisa.

-Adriana, emmmm –titubeó- soy el novio de tu madre y la quiero- se puso cada vez mas nervioso, echando la cabeza para atrás y suspirando.

-Lo se, pero hacía tiempo que deseaba hacer esto – El vino me había hecho estar más atrevida de lo normal. Seguí bajando su camisa, y dejando al descubierto ese pecho y esos abdominales tan ricos, acariciando el pelo de su cabeza.

-Esto no está bien- musitó.

-Lo sé, o acaso es que no te atreves, pensaba que eras más atrevido y podía con todo.

-Claro que me atrevo, pero… no está bien.

Comencé a acariciarle el pecho, bajando mi mano hasta su pantalón, sorprendida al notar su polla muy grande y ya dura.

Desabroché su bragueta y dejé al descubierto su polla, ya que no llevaba calzoncillos.

Aquel miembro era delicioso, circuncidado, grande, gordo, perfectamente depilada y con un capullo grande.

Empecé a masajeársela con mi mano, mientras él se tapaba los ojos diciendo que estaba completamente avergonzado.

Yo disfrutaba de ello, notando su pene duro entre mis manos, y ese glande soltando unas gotas tan ricas, síntoma de que estaba disfrutando también.

No aguanté más y lo besé, bajando con mis labios por su cuello hasta su pezón lamiéndolo, y siguiendo por su ombligo hasta su polla. No dudé en metérmela en la boca, y comenzar a chupársela como si se me fuera la vida en ello.

Me puse sentada a su lado, y quite mi camiseta, dejando el sujetador al descubierto, él se mordió el labio inferior, mientras veía como dejaba a la vista mis ricas tetas. Bajé mis leggings, y me aparte el tanguita, enseñándole mi coñito, y disfrutando de su mirada mientras me lo tocaba.

Me apartó las piernas y m hizo chuparle dos deditos que a continuación introdujo en mi masturbándome, no pude evitar gemir de placer.

Estaba a mil, y no dudé en levantarme, sentarme encima de él e introducirme todo su pene en mi coñito, entrando sin ningún tipo de resistencia por lo cachondita que estaba.

M agarró de las caderas y empezó a introducirme cada vez más rápido su polla en mi ser, bombeándome bien fuerte.

Me cambié y me puse de espaldas a él, saltando y botando e introduciéndome con fuerza su polla en mi coñito. No podía hacer más que chillar y disfrutar, ya me estaba poniendo demasiado putita…

De esa manera, me acostó sobre él y follándome muy rico hizo que me corriera, soltando unos chorros a presión.

Me puso acostada de lado sobre el sofá, y con una de mis piernas levantadas empezó a darme muy duró notando su polla muy dentro de mi, con esa mezcla de dolor y placer.

Me levantó poniéndome las dos piernas en alto y siguió clavándome su  verga, hasta el fondo notándola cada vez mas y mas dentro, haciéndome correr de nuevo.

Me puse de pie, y poniendo mi cuerpo a cuatro patitas, le susurré que me follara el culo, algo que no se lo pensó dos veces.

Me lo chupó un buen rato mientras me masturbaba para después clavar su enorme miembro, suave y despacio, hasta que al ver que mi culito estaba disfrutando empezó a hacerlo más rápido y fuerte.

De esa manera me dijo entre gemidos que no iba a aguantar mucho más y sacando su polla de mi culo y poniéndome de rodillas en el suelo, me dijo que quería correrse en mi boca. Y así fue, cogió mi cabeza y empezó a follarme la boquita hasta que note como tres enorme chorros de ese liquido tan bueno, inundaron mi boca…

Nos tiramos exhaustos en el sofá, cansados, muertos, yo acostada contra su pecho, y el acariciándome el pelo, diciendo lo mucho que había disfrutado conmigo…

-Ha sido genial Christian, pero esto quedará entre nosotros, será nuestro secreto, lo cual no quiere decir que no vuelva a repetirse-musité.

-Sin duda bebé –me dijo- serás mi putita y mi amante…

Y así fue, con muchos mas encuentros que más adelante os contaré….