El novio de mi amiga (2)
Segunda parte del relato donde se empieza a comprobar como el chantaje y el engaño son la mejor receta para castigar a la zorra de la amiga que te pone los cuernos.
Cuando acabo la sesión de mamadas a desconocidos en ese potro, y la que días antes era mi amiga me dijo que nuevas experiencias me iban a tocar vivir, mi cuerpo no reaccionó como era debido, sabía que me había metido solita en este lio y en parte asumía las consecuencias del chantaje en que estaba inmersa; estaba enchochada por Angel, y el haber traicionado a mi ex amiga me hacía cargo de conciencia, pero el sometimiento que estaban haciendo de mi no me parecería del todo correcto si lo tuviera que valorar desde fuera, pero allí mi cuerpo no reaccionaba nada más que a las ordenes de Angel y Sara.
Mi cuerpo no tenía nada que envidiar al de mi amiga, pero al vida es como es y Angel no sentía lo mismo por las dos pese a tenernos a su disposición; en el fondo el que Angel no se sintiera orgulloso de la infidelidad y me degradara, para hacer sentir a Sara que en el fondo la valoraba, me producían unos celos tremendos, me había convertido en una guarra a su disposición para cautivarle y ahora se estaba volviendo en mi contra, tenía a mi amiga dispuesta a degradarme para hacerme pagar por todo lo que había hecho, en parte involuntariamente llevada por el desenfreno pero obviando que al novio de una amiga no se le debe tocar.
Al rato apareció el camarero, que hacía funciones un poco de guía para las esclavas, y me llevo a una habitación donde había una jaula, fui introducida desnuda dentro y estuve un buen rato sentada esperando, en frente había un sofa libre, esperaba que Sara y Angel entraran y seguro que me pedían que les excitase, pensaba que todo iba a retornar a unos simples juegos eróticos.
Al rato entraron pero acompañados de dos negros, no eran especialmente agradables sus miradas, más bien parecían que estaban allí forzados, se sentaron en el sofa todos menos uno que se acercó a la jaula a examinarme, especialmente se centro en mis pechos, metió la mano por el barrote y palpó cada uno de mis senos y jugueteó con mis pezones; pero no procedió a excitarme como pensaba, se acercó a Angel y le dio la mano como dandole la razón; hablaron entre ellos y Sara salió de la habitación, Angel se acercó a mi y me dijo, siento todo lo que te hemos hecho, y hemos pensado en compensarte, estos negros son expertos en temas estéticos y les hemos pedido que te pongan unos anillos en los pezones para que simbolicen la entrega que has tenido conmigo y ensalcen tus bonitos pechos.
Esas palabras sonaron como cantos celestiales para mi, Sara se estaba reconciliando conmigo y Angel podría aceptar que estaba algo pillado por mí, mientras esas ideas revoloteaban en mi cabeza, se acercó toco mi rajita y me besó mientras me decía en la oreja, vas a quedar de vicio, además te lo van a hacer esta misma noche mi ardor no me dejaba pensar tan solo querías sentir la polla de Angel dentro de mí y que todo volviera a la normalidad, intenté tocar por fuera de su pantalón la polla entre los barrotes pero el me dijo que luego, quería probarme con el regalo puesto me acercó un contrato escrito en inglés y me pidió que eran formalismos sanitarios que una vez firmara me desplazaría con ellos a cumplir su deseo-regalo.
Mientras firmaba Angel acariciaba mis pechos y me hacía sentir tan excitada, que olvide todo lo ocurrido esa noche y lo que Sara opinaría de todo esto, inclusive imaginaba que la había apartado porque se había cansado por fin de ella al ver como yo valía más tras sufrir esos tormentos; una vez firmé el contrato, Angel se marchó y los dos negros me sacaron de la jaula, no sin antes quitarme el collar que llevaba puesto y ofrecerme el abrigo que les había facilitado el camarero; al salir por una puerta trasera se eliminaron las opciones de despedirme de Angel, pero supuse que ya habría pensado en encontrarse conmigo para comprobar como quedarían las anillas en mis pechos y disfrutar de ellas, me sentía como una colegiala empezando a descubrir parte de su sensualidad.
Me llevaron sin decirme palabra alguna a un piso donde había más gente de color, la verdad el ambiente era oscuro, con maquinas de tatuajes y material medico entre medias, estaba segura que por allí no había pasado una inspección de sanidad pero pensé que para lo que me iban a hacer no requerían muchos medios; al poco de entrar se acercó una mulata con pintas de zorra barata y me quito el abrigo, su trato hacia mi fue el mismo que cuando era esclava y en parte me pareció mal, pero como no entendía su idioma no quise armar jaleo y accedí a seguirles hasta una habitación donde había una camilla, me tumbe como me decían, entonces pusieron sobre mi nariz una mascara y aspiré un gas que me hizo sumergirme en un sueño profundo.
Fue la voz de Sara diciéndome guarra despierta la que me sobresaltó, la cabeza me dolía mucho, no sentía parte de mi cuerpo, al abrir los ojos me encontraba en una cama de una habitación mugrienta que no conocía, vi a Angel y Sara con cara sonriente esperando una reacción mia, estaba desubicada, volvía a cerrar los ojos del cansancio y escuche estas palabras de Angel, hace 3 días que te dejamos aquí y que te duela la cabeza es fruto de los somníferos que te han dado, entonces recordé las anillas que me habían llevado a esa situación pero cuando fui a tocar mis pechos los tenía tapados y abultados, entonces Angel me agarró del pelo y me levantó, mi cuerpo se reflejó en un espejo viejo que había al fondo de la habitación y pude comprobar como algo había cambiado asombrosamente en mi.
Entonces Sara me dijo: ahora la guarra que llevabas dentro ha salido fuera, tienes la talla de pecho más grande que hubieras imaginado, no se verá otra cosa cuando te miren, y desde ahora serás para todos los tíos una calientapollas, no era eso lo que querías; no pude responder ni asimilar en mi cabeza daban vueltas demasiadas ideas y solo balbucee: ahora mi trabajo y mi familia que pasará no pude obviar el terror que sentía y me invadía todo el cuerpo, Angel con cara de pícaro me dijo: no te preocupes que tu amiguita Sara ya ha llamado a tu trabajo y les ha dicho que no ibas a volver porque habías decidido irte a otro lugar a probar cosas nuevas y a tu familia que habías encontrado un chico y habías decidido hacer un viaje largo con él y la habías pedido que se lo explicaras a ellos; sentí por un lado la tranquilidad de que mi familia quedara al margen de todo pero el dolor interno de ver como habían destruido mi vida y que en el fondo lo habían hecho sin esfuerzo y teniéndome bajo su control.
Unos de los negros de esa noche se acercó a mi y empezó a quitar vendajes dejando al descubierto unos pechos de un tamaño gigante, comprobó que las heridas habían cicatrizado y me dio una caja de calmantes para el dolor, se puso a hablar en reservado con Angel y mientras Sara me facilitó mi abrigo y tacones para marcharnos, del tamaño de los pechos casi no podía abrochar el abrigo, estaba medio atontada y a ratos perdía la consciencia de todo.
Me llevaron al piso de Angel y por suerte no nos cruzamos con nadie por las escaleras, me avergonzaba de la nueva figura de mi cuerpo, habían dado en el blanco para hacerme sentir una zorra de verdad, nada mas entrar en el piso Sara me agarró del pelo y me llevó al salón, me empujó y mis pechos doloridos me hicieron gritar de dolor al tocar el suelo, cuando me recompuse ellos sentados en el sofá me dijeron que tenía dos opciones: quedarme allí a vivir una temporada "bajo sus órdenes" o coger al puerta y volver con mi familia y asumir las consecuencias, mi cara de duda llevó a Sara a recordarme que ella se encargaría de esparcir rumores por el barrio de tal forma que nada más verme fueran creíbles y tuviera durante un buen tiempo la peor imagen tanto mía como la de mi familia sabía que mi vergüenza a todo eso era mi punto débil, que me tenía cogida completamente y la respuesta seca pero rotunda fue quedarme allí, ellos habían hecho conmigo lo que querían y debía asumir este castigo por la infidelidad.
Angel me felicitó por la decisión pero su sonrisa duro lo justo para proceder a llevarme a una habitación con una cama donde me dijo que pasaría unos días, tan solo recibía cuidados por su parte para tomar los medicamentos del post operatorio y comida; comencé a pensar y razonar de que había puesto mi cuerpo en manos de unos médicos ilegales que podrían haber destrozado mi cuerpo; al no haber espejo no podía valorar el resultado de la operación, el tamaño descomunal me impedía valorarlo, no podía tumbarme ni boca arriba ni boca abajo, al levantarme debía sujetármelas me aterraba pensar como iba a poder ser alguien de nuevo con esos pechos.
A los pocos días Angel me pidió que saliera de la habitación me llevó al salón y allí estaba el negro que había destrozado mi pechos convirtiéndolos en una aberración, tras examinarlos y mostrar su aprobación saco una jeringuilla y procedió a inyectarme un liquido, Angel me dijo que ese liquido incrementaría la sensibilidad de mi piel y así disfrutaría más de las nuevas formas de mi cuerpo, en principio imagine una ayuda para garantizar la sensibilidad a todo mi pecho pero cuando el negro metió la mano y jugo con sus dedos en mi clítoris sentí una ardor que sin darme cuenta me llevó a un orgasmo que me hizo desplomarme, no podía controlar mis sensaciones internas, parecía una muñeca de trapo al antojo del negro; al verme desplomarme se dieron la mano como diciendo misión cumplida, entonces le despidió y me quede sola con Angel.
En el fondo después de todo había perdido mi fe en el cabrón de Angel y mi amiga, pero cuando me miró a la cara y me dijo que no se había imaginado que estuviera tan enchochada por él como para confiar como lo hice y que al final todos los planes habían salido como Sara había imaginado; me dijo que me levantase pero al tener que sujetarme los pechos casi perdí el equilibrio, me dijo al oido que había prometido a Sara que no tendría nada de sexo conmigo que a partir de ahora yo solo era algo para sacarme utilidad y se detuvo cuando sonó el timbre del piso; aparecieron tres compañeros suyos del bar que fliparon al ver mi nueva figura, no tuvo que decirles nada cuando sus manos amasaban mis pechos, intentaba zafarme de ellos pero no podía sujetarlos y a la vez apartar sus manos, entonces Angel me dijo que les tratara como era debido, sentí como una orden, sabía que si les enfadaba todo podía ser peor así que cedí el control de mis pechos a sus manos, que pronto me tumbaron en el suelo y al grito de menuda cubana nos va a hacer con esos pedazo de pechos, tumbada comenzaron a meter sus pollas entre mis pechos para que apretándolos bien fuerte notara como su semen los invadía, como no paraban de jugar con mis pezones no paraba de estar en continua excitación, incluso las tortas que daban a mis pechos me producían mas placer que excitación; cuando acabaron mis pechos rebosaban de semen, y mi coño estaba empapado de tanta excitación.
En esas apareció Sara con una amiga común, mi cuerpo lleno de semen desnudo y con el cambio de volumen no requirió presentación, ambas se quedaron mirándome y con las palabras de: puta robaparejas con que Ruth, nuestra amiga, se dirigió a mí, deduje con claridad que no debía perder el tiempo por convencerla de nada, ya me había juzgado; al acercarse a mi, me escupió en la cara, psicológicamente me desplomé, no esperaba ese desprecio, ya no era Sara solo, mi entorno empezaba a despreciarme.
Me subieron los compañeros de Angel a la mesa del salón, y Sara preguntó si había recibido el tratamiento prometido, al decir Angel que sí, Sara dijo a Ruth lo bien que lo iba a pasar, ya que mi cuerpo reaccionaba de manera anormal y sentía mucho más placer ante cualquier estimulo; mis piernas fueron abiertas a la fuerza y como el tamaño de mis pechos no me permitía ver solo pude sentir como jugaban con dedos en mi rajita, eran los amigos de Angel, abrían y comprobaban las dimensiones de mis agujeros.
Al rato entraron ellas en el salón de nuevo, pero llevaban varios aparatos en la mano, al momento se sitaron en mi coño y comenzaron a explicar a los compañeros de Angel cuales eran sus intenciones: vais a comprobar como vamos a sacar todo el zorrerío q tiene esta puta dentro mientras la sujetáis las piernas y los hombros, así quedará a nuestra plena disposición.
Al momento comencé a sentir como introdución en mi ano un dilatador pero no era de gran tamaño, pensé que me iba a librar de algo duro, pero cuando note como se iba agrandado mientras oía un pequeño motor hacer ruido ya era tarde, un dolor se extendió por todo mi culo, me retorcía mientras ellas no paraban de ensanchar y solo podía comprobar en las caras de ellos su asombro por lo q veían, para cuando pararon todo eran dolores y la sujeción de ellos evitaba que me tirara debajo de la mesa de los movimientos espasmódicos que mi cuerpo producía, pero pronto una sensación nueva inundó mi cuerpo, un masajeador de clítoris me hacía sentir derepente un orgásmo tan profundo que me hizo olvidar los dolores de mi culo, cuando me repuse del primero llegaron el resto de orgasmos producidos de manera malvada por ellas que hacían de mi clítoris el mando de control de mi cuerpo, hasta que no vieron que desfallecía de tanto orgásmo y que era ya para mi una tortura no pararon.
Cuando dejaron esa máquina, Sara me dijo: ahora que ya no puede generar tu cuerpo más orgasmos, vamos a educarle, no solo tienes porque tener unos pechos descomunales, tu coño vamos a dilatarle como es debido para que siguas encontrándote en tu salsa, teniendo el cuerpo de guarra que te mereces; Sara se puso un guante de latex y se subio a la mesa, lo untó en una crema y comenzó a introducir sus dedos, mi cara de pánico no la intimidó, los aplausos de los chicos al ver sus avances en mi vagina compensaban mi cara de angustia y cuando los dolores anales y vaginales me hicieron gritar apareció Ruth que me metió la mano en la boca y me dijo: haberlo pensado antes, esto te pasa por guarra, ahora toca darte tu merecido.
Cuando logró introducir su puño, pude comprobar como Angel la hacía una fotografía, nada más sacarlo con fuerza saco el dilatador anal y me cogió para tirarme al suelo, allí fui presa de las pollas que ya se habían recuperado de las cubanas y fueron directas a aprovechar la tremenda dilatación de mis agujeros, no pude evitar que penetrasen sin piedad mi coño para mientras aprovechar la posición y en doble penetración inundar mi culo con su polla, mientras ellas torturaban mis pezones; estuve media hora a su antojo recibiendo todo tipo de penetraciones mientras llenaban mi cuerpo de semen, me ponían de lado para que mis pechos aguantaran la doble penetración o me levantaban la cintura, todo era incomodo para mi pero ellos estaban probando algo nuevo y la excitación que les producía les motivaba aun más para darme unas penetraciones duraderas; mi cuerpo no podía poner resistencia, parecia una muñeca de plástico que solo se molestaba en evitar que sus pechos sufrieran por las consecuencias dolorosas; entre sacadas y metidas de polla, veía como Ruth se acercaba a dar unos golpes que me hacían retorcerme y cambiar de postura, para luego sentir una nueva invasión violenta de pollas.
Cuando el último acabo Sara se acercó puso su pie sobre mis pechos y pisándolos con fuerza me dijo: ahora estas empezando a conocer de lo que soy capaz, te creias más zorra que yo para hacer lo que hiciste