El novio de mi amiga

Termine follandome al novio de mi amiga (que era todo un monumento) y casi sin proponermelo.

El novio de mi amiga.

Hola soy yo de nuevo, para los que no me conocen me llamo Saúl y tengo 22 años. Les diré que soy trigueño, mido 1,75, ojos pardos, pelo negrísimo, y mi cuerpo lo mantengo mediante ejercicios diarios y esta fue experiencia con el novio de una amiga. Ahora les cuento como sucedió todo.

Sucedió hace aproximadamente seis mases y de verdad me tomó por sorpresa. Desde que uno comienza en los estudios se destaca en algunas asignaturas más que en otras y en mi caso particular como era bueno para las cosas de memoria se me daba bien la Filosofía así que en el 1er año de la carrera terminé con el máximo de puntos en esa materia. En el curso siguiente comencé a impartir esta asignatura a los estudiantes del curso inferior (es decir a los de 1er año) con muy buenos resultado e incluso felicitaciones del resto del claustro de profesores. De esta manera conocí a muchos estudiantes y a entablar confianza con algunos de ellos. En uno de los grupos había una muchacha que era conocida mía de antes pues era amiga de mi antigua novia y realmente nos llevábamos bien (ella por supuesto no sabía de mis gustos por los hombres), compartíamos en fiestas y otras descargas, yo la ayudaba con la Filosofía y otras materias y así. En realidad éramos uno pero sin segundas intenciones. Pero Giselle que así se llamaba mi amiga se hizo novia de un muchacho que yo no conocía y fue a pedirme concejo, estuvimos hablando y al final yo le dije que si él le gustaba y era bueno con ella que no lo pensara y que le dijera que si de una vez y ella me respondió:

--Yo te lo voy a presentar mañana en la facultad y luego tú me dices que te pareció, después yo decido si sigo con el.

Y así lo hizo, al otro día antes de empezar mi turno de clases con ellos se me acercó alguien por detrás y me dijo:

--¡Saúl!

Yo me viré y me encontré con Giselle y ella volvió a decir:

--Saúl, este es Raiko.

--Mucho gusto Raiko, yo soy Saúl – respondí yo.

--El gusto es mío, tenía muchas ganas de conocerte pues Giselle habla mucho de ti – me dijo.

Realmente me había quedado boquiabierto ante lo que tenía en frente, Raiko es un joven de mi edad, blanco, rubio, ojos azules, alto (1.78 cm.), fuerte aunque no en extremo (tenia unos buenos pectorales y una espalda ancha), usaba una argolla en cada oreja, tenía una voz masculina y una infinidad de atributos que no alcanzaría poner aquí, era todo un monumento. Nos saludamos, conversamos un rato y llegó la hora de entrar al aula para comenzar la clase, me despedí de Raiko y me dirigí al aula, Giselle vino conmigo y me pregunt ó :

--Que te pareció?

--Me cayó bien, es agradable y se nota por como te mira que está bobo por ti.

Ella se sonrió y seguemos adelante. En realidad Raiko me había caído más que bien y si ellos se hacían novios de verdad yo estaría más cerca de él aunque sea para mirarlo porque jamás me iba a tirar con el novio de una amiga. Después supe por la misma Giselle que habían continuado con su relación y que yo también le había caído bien a él. Pasó el tiempo y seguimos compartiendo como antes aunque esta vez para mi agrado Raiko estaba presente. En una ocasión coincidimos en una base de campismo y en una misma cabaña nos quedamos Giselle, Raiko, yo y una jevita que andaba conmigo únicamente para no andar solo. Imagínense ustedes, estar en una misma habitación con aquel semental era más de lo que yo hubiera deseado. Como estábamos en confianza él y yo generalmente andábamos en ropa interior dentro de la cabaña, él usaba por lo general unos bóxer bastante pegado que le marcaban un abultado paquete y unas nalgas redondas y perfectas. Raiko no tenia casi bellos en el pecho y en le abdomen (como a mi me gustan) y los que tenía se los afeitaba. En una ocasión de la tarde cuando me estaba bañando, él entró a orinar y yo por supuesto estaba desnudo pero como no es normal que un hombre hetero le mire la verga a otro no me cohibí de nada y salí de la bañera para secarme y él me miró la verga y me dijo:

--Ya sabía yo que por algo Susana (que así se llamaba mi jevita) gritaba tanto por la noche. Con esa vergota no digo yo si no va a gritar.

Esas palabras me dejaron desconcertado y no supe que responder, solo atiné a sonreír. Raiko me había visto la verga y no solo eso sino que le había impresionado. Esa noche con la confesión de Raiko me había quedado supercaliente y como no podía bajarme la calentura con él me fui para el cuarto con Susana para tener sexo, aún no había oscurecido. Cuando estaba con Susana me imaginaba que se lo estaba haciendo a Raiko y eso me la ponía más dura de lo que ya la tenía. Terminamos nuestra sesión, Susana se quedó y yo salí de la habitación para refrescarme un poco, me extrañó un poco ver la puerta del cuarto abierta. Encontré a Raiko viendo la Tele y tenía una expresión picara en el rostro, le pregunté por Giselle y me dijo que estaba en la sala de juegos. Me senté en el sofá a ver la Tele y automáticamente Raiko se sentó a mi lado y me dijo de una forma muy confidencial:

--Me vas a perdonar pero cuando Susana y tu se fueron para el cuarto supuse que iban a follar y como Giselle no estaba aquí no pude aguantarme y fui tras de ustedes a mirarlos por una rendija. Eres un loco en la cama, me pajié mirando como esa inmensa verga entraba y salía del coño de Susana y como ella gritaba que le dolía pero que no pararas. Eres una bestia, que suerte tiene Susana, Giselle nunca me ha dicho esas cosas.

Ahora si no sabía lo que estaba pasando, Raiko me había visto porque quería calentarse o me estaba insinuando que quería que le pasara la cuenta. No sabía que decir.

--Un día me vas a enseñar a moverme así—me dijo.

Y yo le dije casi sin pensarlo:

--Cuando tú quieras man.

Al otro día regresamos a la Universidad y no se hablo más del tema aunque yo tenía ganas de que él comenzara una conversación sobre el tema. Una noche estábamos un grupo en el cuarto de Giselle tomando, bailando, descargando entre jóvenes y ya Raiko había tomado bastante, yo me retire temprano de la fiesta porque tenía asuntos que resolver temprano al otro día. A eso de las 2:00 AM tocan a mi puerta y siento una voz que grita:

--Saúl ábreme, soy yo, tengo que hablar contigo.

Era Raiko, yo pensé que había pasado algo y me dispuse a abrirle. Raiko estaba frente a mi sin camisa, con el pulóver en el hombro y todo sudado, además se notaba que había tomado mucho. Cuando me vio se me tiró arriba y me dijo:

--No aguanto mas, desde que te vi desnudo y luego follando con Susana no dejo de querer que me hagas lo mismo a mi y me dio un beso y me sobaba la verga por encima del bóxer. Al principio le devolví el beso pero al darme cuenta de que estaba ebrio separé mis labios de los suyos y retiré su mano de mi verga y le dije:

--¿Que haces? Estas borracho, acuéstate y mañana hablamos.

Él no dijo nada mas, yo lo ayudé a quitarse la ropa, se quedó solo en bóxer y lo acosté al lado mío en mi cama. Ese cuerpazo me volvía loco, una espalda ancha, la piel tersa con u tatuaje en forma de escorpión en ella y esas deliciosas nalgas a centímetros de mi verga. Casi no dormí de pensar que ese espécimen estaba durmiendo tan cerca de mi y que si hubiera querido ese precioso cuerpo habría sido mío pero no quería aprovecharme de la situación. Al otro día me levanté, me vestí y cuando iba de salida Raiko despertó y me preguntó:

--¿Que pasó anoche Saúl?

Y yo le dije:

--Duerme y refresca un rato, yo tengo que resolver unos asuntos cuando regrese hablamos.

--Te voy a esperar, es necesario que hablemos, es muy importante para mi—me dijo.

Salí, resolví unos asuntos pendientes y regresé al cuarto en cuanto pude, tenía que aclarar de una vez por todas lo que estaba pasando y si Raiko estaba dispuesto a entregarse a mi, yo lo iba a aceptar. Cuando llegué ya Raiko estaba despierto aunque sentado aún en la cama. Entré, me quité el pulóver por el calor y me senté en una silla frente a él que comenzó a decir:

--Saúl, primero quiero pedirte perdón por la hora en que llegué y la escena que hice y darte las gracias porque te portaste muy bien conmigo y no sacaste provecho de la situación.

--No tienes que darme las gracias solo hice lo que creí correcto, los asuntos importantes es mejor tratarlos con la cabeza fría—le dije.

--Anoche yo estaba muy borracho pero me acuerdo de todo lo que te dije y te quisiera decir que no me arrepiento, todo lo que dije es cierto, desde que te vi por primera vez me impactaste, luego te vi desnudo y después pisando con Susana ya no aguantaba mas, tenía decírtelo aunque esto me costara tu amistad. Quiero ser todo tuyo. Ahí yo estaba a mil, rompí la barrera y le dije:

--Cuando estaba pisando con Susana lo estaba haciendo con la idea de que ella eras tu y cuando te vi anoche en bóxer hubiera querido que esas nalgas perfectas y el hoyito que esconde fueran míos en ese mismo momento.

La expresión en la cara de Raiko tomó facciones de felicidad y me dijo:

--¿Entonces tu sientes lo mismo por mi que yo por ti?

--Raiko yo te deseo con todas mis fuerzas y si tu también estoy dispuesto lo que puedo hacer en la cama contigo y a hacerte sentir la persona mas feliz del mundo.

Raiko se levantó de mi cama, me tomó del brazo y me puso de pie, muy juntitos nos miramos fijamente y nos dimos un ansiado beso. Por la forma en que nadaba su lengua dentro de mi boca podía constatar que él tenía sed de mi al igual que yo de él. Sin dejar de besarnos yo le introduje las manos en el bóxer tocándole y amasándole las nalgas. Nos sentamos en la cama y él me tumbó en ella, safó mi pantalón y me lo quitó y con la boca comenzó a bajarme el bóxer, de sentir el calor de su respiración cerca de mi verga y el roce de sus labios estaba a mil cuando con ayuda de sus dientes bajó la parte de alante de mi bóxer, mi falo salió disparado como un resorte, él se incorporó y me dijo:

--Al fin esa vergota será mía.

--Pues que esperas, aquí estoy yo para saciar tus ganas—le respondí.

Diciendo esto se agachó y comenzó a mamármela, sus chupones me sacaban gemidos de placer y era impresionante el tamaño de la cavidad bucal de Raiko, mi verga le cabía "casi" completa en la boca y me la chupaba desde la base del tronco hasta la punta del glande alternando con los testículos. Luego lo acosté sobre la cama de espaldas y comencé a besarlo por todo el cuerpo (ese musculoso cuerpo), la boca, las orejas, el cuello, los hombros, los amplios pectorales sin nada de pelos, jugaba con sus tetillas y se las mordía, seguía mas abajo, el abdomen bien marcado (también sin nada de pelos). Luego le quité los bóxer y Raiko no estaba nada mal en su dotación (19 cm.) y estaba totalmente afeitado (al igual que yo). Me acosté sobre él y seguimos besándonos y haciendo movimientos simulando una penetración. Estuvimos así largo rato hasta que Raiko me dijo:

--No aguanto mas, acaba de metérmela para sentirte dentro de mi.

Y yo con las ganas que le tenía me dispuse a hacerlo. Así acostado como estaba le abrí las piernas y las coloqué hacia arriba, tomé un frasco de crema y le unté en la entrada del ano y me unté otro poco en mi verga. Me acerqué a él y le coloqué la punta de mi blandeen la entrada de su esfínter y le dije:

--Disfruta el momento porque no lo olvidaras nunca.

--Dale que te aseguro que no lo voy a olvidar jamás – me dilo.

Comencé a hacerle presión y mi verga iba entrando en el cuerpo de Raiko. La entraba un poco y volvía a sacarla y así seguidamente siempre entrándola un poco más pero suavemente, no quería que Raiko sufriera solo que sintiera placer. Así llegue al final, la ultima embestida fue un poco mas fuerte y como parece que ya no había mucho lubricante a Raiko le dolió un poco porque se quejó. Se la dejé adentro para que se acostumbrara al tamaño y al grosor y me tumbé sobre él para besarlo, sus ojos estaban llenos de lagrimas pero me decía que lo había hecho feliz. Comencé los movimientos de mete y saca y Raiko se meneaba al compás mío. Los jadeos de placer de ambos eran muchos, era una delicia sentir como mi verga se afrentaba en su interior, salía y volvía a repetir de nuevo esta operación. Los dos estábamos sudados completamente y nos decíamos cosas el uno al otro para calentarnos más. Él me dijo:

--No te vengas en mi culo, quiero saber cual es el sabor de tu leche. Ese siempre ha sido unas de mis fantasías sexuales, que se traguen mi leche y velo como la saborean así que asentí. Cuando estaba a punto de venirme se la saqué y me senté sobre su pecho, le puse la verga ala altura de la boca y automáticamente comenzaron a salir de mi falo desesperados chorros de caliente lefa que fueron a dar algunos directamente a su boca y otros a otras partes de su cara. Con su mano se limpió la cara y se limpió los dedos con la lengua tragándose así toda mi lefa. Descansamos un rato y luego nos fuimos a bañar. Como no había nadie a esa hora en las duchas, allí desnudos los dos completamente pude ver realmente el precioso cuerpo de modelo de revistas que tenía Raiko. Desde ese día el novio de mi amiga acompaña mi cama usualmente y la pasamos de lo mejor.

Aquí le dejo una foto de Raiko para que vean que es un monumento. Es el del pulóver negro.

Esta historia es verdadera y cualquier comentario sobre la misma o sobre Raiko me lo pueden enviar a: hotman2005@muydivertido.com