El Niñero

Un joven minero que cuida de un pequeño espacial y a la ves satisface sus deseos de estar en la intimidad con el hombre que lo consiente a él también

EL NIÑERO

Clemente. Mi esposa y yo somos socios en nuestra empresa, ella se dedica a decoración de interiores y yo a remodelación de las casas, juntos hacemos equipo y trabajamos para dejar una casa como nueva, desde los cimientos hasta el más mínimo detalle de estas, ya sea solo para remodelación o venta, lo que contare empezó a partir de que la chica que cuidaba a nuestro hijo tuvo que marcharse a estudiar, mi esposa y yo continuamente teníamos reuniones con empresas y clientes, así que teníamos que dejar a nuestro pequeño hijo, para ello llamábamos a la muchacha que nos ayudaba a cuidarlo cuando nosotros salíamos de casa, pero cuando esta chica se fue a estudiar nos quedamos sin quien nos ayudara a cuidar a nuestro hijo, hasta que mi esposa me sugirió que le dijéramos a Julio el vecino que nos ayudara, Julio el vecino es un adolescente delgado nerd, serio pero muy amable, un joven que es bueno en clase, serio, pero muy amable y servicial, obviamente tuve mis dudas la primera vez que lo contratamos para que nos ayudara.

Obviamente tengo cámaras y en las primeras tres veces que contratamos a Julio lo estuve observando y regresábamos temprano a casa por la desconfianza, pero ya la cuarta vez le dejamos usar la computadora y tardamos un poco más en llegar a casa, mediante las cámaras vi que julio uso la computadora después de que mi hijo se fuera a dormir, cuando llegue a casa revise la computadora y busque lo que estaba haciendo Julio en la ella, al principio que vi lo que estaba viendo, me moleste un poco, pues vi que eran páginas porno, una página gay, la curiosidad me gano y me quede un buen rato viendo lo que había visto Julio, aprobechando que mi esposa estaba dormida., pensé en decírselo a mi esposa, pero perderíamos un niñero, así que mi otra opción sería hablar directamente con Julio y buscaría la oportunidad de hacerlo.

Después de unos días, volví a requerir de los servicios de niñero de Julio, pero esta vez mi mujer estaba fuera de la ciudad y yo tenía que salir a una reunión por la tarde, así que llame a Julio para que cuidara del niño, le dije que regresaría temprano ya que la reunión la tenía a las 4 de la tarde y regresaría como a eso de las 6 pm, ese día que estaríamos solos aprovecharía para hablar con julio, a cerca de la página que había visitado y que después de ese día yo seguí abriendo en varias ocasiones, salí de mi reunión casi a las 7 de la tarde espere un rato a que se hicieran las 8 para que Julio llevara a mi hijo a dormir, así poder hablar con él, llegue a casa ese día ya pasaba media hora después de las 8 de la noche y ahí estaba julio esperando a que llegara, él estaba viendo la televisión.

  • Julio. Bien señor Armendáriz me voy a casa, Alan ya está dormido se fue a la cama a las 8, hasta luego.

  • Clemente. (Señor Armendáriz) espera Julio, quiero que hablemos antes de que te vayas a tu casa. - Julio se quedó parado, pero con su semblante nervioso, ese día no solo vi la página si no que vi en su búsqueda, solo busco videos de padre follando a sus hijos, obviamente no solo ese día vi esa página si no que varios días más estuve viéndola.

  • Julio. Dígame, señor Armendáriz, ¿de qué quiere que hablemos? – mis nervios me traicionaron y soné muy a la defensiva, por mi forma de responderle al señor Armendáriz, nunca me había pedido hablar y por su cara sabía que no era nada bueno.

  • Clemente. Ven Julio siéntate a mi lado, lo que te diré es algo delicado, pero quiero que lo aclaremos antes de que se dé un malentendido. – Julio estaba muy nervioso y se fue a sentar a mi lado algo dubitativo.

  • Julio. Si Señor, perdone si he hecho algo malo. – no sabía que esperar según yo he hecho todo bien y no me he pasado, ni he hecho nada.

  • Clemente. Veras Julio, hace días me di cuenta de algo que le he ocultado a mi esposa, yo no tengo que decir nada de ti y de cómo te haces cargo de nuestro hijo, mi esposa y nuestro hijo están felices contigo, nuestro pequeño dice que nunca le gritas, que juegas con él, que eres bueno con él, eso te los agradezco y te lo aplaudo, pero lo que no me gusto es cuando descubrí ciertas páginas en internet, eso me puso muy molesto. - En eso me interrumpió Julio cuando empezó a sollozar y a lamentarse.

  • Julio. Perdón señor, lamento haber hecho eso no fue mi intención, perdóneme por favor, no le diga a su esposa o a mi madre, lamento haberlo hecho por favor perdóneme. – el señor Armendáriz me abraso coloco una de sus manos en mi espalda y la otra sobre mi hombro, yo coloque mi mano sobre su pierna, pero sin ninguna intención, me sentía avergonzado.

  • Clemente. Julio, no le diré a nadie, sé que eres un joven ejemplar y no tengo queja de ti, pero si mi esposa se llega a enterar te habría corrido de inmediato, en su momento yo también me moleste y pensé en decírselo, pero me detuve de hacerlo, pues después de ver algunos vides recordé que también fui joven, aparte que lo hiciste cuando nuestro hijo ya no estaba presente, quiero que me tengas confianza, que me veas como un padre y confíes en mí, aun que no tenga la edad para ser tu padre, pero quiero que confíes en mí. – julio se empezó a calmar, mi intención era acercarme a él y poder confiar, de paso que él se abriera conmigo y tratar de ponerle paz al asunto.

  • Julio. Perdón señor Armendáriz, entiendo si usted quiere despedirme, lo entenderé.

  • Clemente. No te correré y de ahora en adelante seremos amigos, nos contaremos de todo cada que tengamos tiempo, ya no me llames Señor Armendáriz solo dime Clemente, te mostrare como ocultar las páginas, pero tienes que verla cuando nuestro hijo no esté presente de acuerdo.

  • Julio. Gracias se., perdón Clemente. – esa noche el señor Clemente me acompaño a casa después de que me calme y aclaramos las cosas, en lo que estuvimos hablando me mantuvo abrasado y yo con mi mano sobre su pierna.

Clemente. Después de esa tarde existía un secreto que nos unía, una complicidad entre Julio y yo, continuamente lo invitaba a caminar por las tardes y caminábamos por un pequeño sendero a una montaña, día a día Julio fue confiando en mí y contándome sobre su vida cotidiana hasta que un día cuando trotábamos, paso un chico algo musculoso y atractivo, Julio no dejo de mirarlo y aproveche para preguntarle; ¿te gusto el chavo verdad? Solo me respondió “no él no es mi tipo”., me empecé a reír y el sorprendido se tapó la boca pues se había delatado ante mí, pero yo creo que lo hizo con alevosía y ventaja.

  • Julio. Perdón Clemente, no quise decir eso, solo que me distraje. – Clemente y yo nos relacionamos cada día más y cuando llegábamos a donde terminaba la caminata solía abrasarme, pues ponía su mano sobre mi espalda y caminábamos un rato, luego regresábamos a casa platicando como padre e hijo.

  • Clemente. Anda ya dime, no pasa nada, si me lo cuentas seguiremos siendo amigos y haciéndole creer a la gente que somos padre e hijo. – Julio tiene a su padre, pero este es un conductor de autobuses de una línea importante y suele pasar muchos días fuera de casa, me ha contado que su papa tiene 3 mujeres, que estas están en ciudades distintas, por ello poco ve a su padre y a mí me ve como si lo fuera, pero yo a él últimamente lo he visto de otra forma.

  • Julio. Vamos que quieres que te diga, solo fue que no acomode bien mis palabras. – sé que Clemente sabe que me gustan los hombres, pero me da miedo su reacción, más esta vez me agarro en curva y solo faltaba que se lo confirmara.

  • Clemente. ¿Eres Gay sí o no? - la pregunta lo agarro de sorpresa ya que fui directo al preguntarle.

  • Julio. Si, lo soy. – agache mi cabeza y esperaba que Clemente dejara de abrasarme, pero fue todo lo contrario, nos detuvimos me abraso fuerte pegándome a su cuerpo sudado y por primera vez sentí el calor de sus labios en mi piel, ese calor que desde hacía tiempo había anhelado, pero me gustaría que ese beso fuera más abajo de donde me lo dio, pues este me beso la frente.

  • Clemente. ¿Qué tipo de chico, es tu tipo, como debe de ser para que te llame la atención? – yo soy un hombre de 29 años le ganó con 13 años a Julio, tengo un hijo de preescolar, así que no podría ser padre de Julio, pero cuando salíamos a caminar las personas creían que él es mi hijo.

  • Julio. ¿mi tipo? Me gustan mayores, más altos que yo, morenos, que les guste el deporte, que no se vean obvios, labios delgados, cabello corto, poco bello corporal, piernas y brazos fuertes, que me entiendan y no se avergüencen de mí y., así. – prácticamente estaba describiendo a Clemente, ya que es moreno, alto, algo de musculo, fuerte de piernas y brazos, moreno y poco de vello corporal, así que me estaba refiriendo a él y es qué este cumplía con alguno de los requisitos, aunque me gusten un poco más grandes entre los 35 y 45 años, era uno de mis favoritos.

Clemente. Un viernes por la noche mi suegra le llamo a mi esposa, dijo que mi suegro estaba algo enfermo y quería que fuera a verlo, esa misma noche lleva a mi esposa a la casa de sus padres, están a dos horas de donde vivimos, al llegar mi esposa me dijo que se quedaría quedar de menos el fin de semana con sus padres, obviamente no me opuse a dejarla ahí, ya que son sus padres y es algo a lo que jamás me negaría, al día siguiente regrese a casa y al estar solo no dejaba de pensar en Julio el niñero, me puse a ver los videos y darle vuelo a mi imaginación, pensando lo bien que se sentiría poder meterle la verga a Julio y eso me llevo a hacerme una puñeta a antes de medio día, pero no fue suficiente ya que las ganas solo se fueron por unos minutos y el deseo regreso pero con más fuerza.

Ya por la tarde como a eso de las 4 de la tarde no podía sacarme de la cabeza a Julio, me encontraba indeciso en hablarle o no, con el pretexto de que viniera a cuidar al niño, el problema es que no había niño, después de darle varias vueltas, con la calentura y los deseos que me cargaba, decidí llamar a Julio con el pretexto de que viniera a cuidar al niño, pero fue su madre quien me respondió, en ese momento se me ocurrió decirle a la señora, que nuestro regreso sería muy tarde, así que le pregunte que si podía dejar que se quedara julio a dormir en casa, la señora acepto y hasta parecía que le agradaba mucho la idea que Julio pasara la noche aquí, me dijo que lo mandaría en unos 20 minutos más, como siempre, después de colgar el teléfono me puse a pensar que pendejada estoy haciendo, me puse a pensar en cancelarlo y miles de cosas pero los 20 minutos se fueron y no me decidí o más bien no quería decidirme, quería que pasaran esos 20 minutos, llego Julio y saludo como siempre muy amable, pregunto por el niño pero le dije que estaba adentro se sentó a mi lado y comenzamos a platicar de mi reunión etc.

Después de un rato de estar ahí sentados muy cerca el uno del otro, julio comenzó a hacer preguntas sobre la reunión, sobre mi esposa y mi hijo, empezó a preguntar por qué aún estaba sin vestirme pues llevaba solo un short, playera y ni mi esposa, ni mi hijo se escuchaban, le dije que no estaba mi esposa y tampoco mi hijo, pero le dije que si me gustaría que se hiciera cargo de un pequeño al que quería que cuidara, ambos empezamos un juego de palabras en doble sentido, que poco a poco lo fuimos calentando, paso lo que tenía que pasar y que tanto el como yo queríamos que pasara.

  • Julio. ¿Si no está tu esposa y tu hijo a quien quieres que cuide o quien necesita de mis cuidados?

  • Clemente. Veras es un pequeño que necesita ser cuidado, mimado, acariciado, besado y todo lo que le puedas ofrecer.

  • Julio. ¿Y a ese pequeño lo puede cuidar un chiquillo como yo?

  • Clemente. Claro que lo puedes cuidar chiquillo y darle todo el amor y cariño durante toda la noche, pero quiero saber si ¿ese chiquillo se ha hecho cargo de pequeños como el mío?

  • Julio. pues depende que tan pequeño es, aunque para ser sinceros nunca he cuidado de ese tipo de pequeños, no como me gustaría ya que solo los he visto y acariciado ¿ese pequeño es tu hijo?

  • Clemente. Es parte de mí, pero no es mi hijo, aunque lo quiero bastante y por eso necesito de tus cuidados ¿quieres que te lo presente?

  • Julio. Si claro que sí, preséntamelo, me muero de ganas por conocerlo.

  • Clemente. Dame tu mano y te lo presento. – Julio dejo su mano sobre mi pierna y yo la tome la lleve hasta mi verga que ya estaba bastante dura, coloque su mano sobre mi verga y le dije; te presento al pequeño Clemente.

  • Julio. Mucho gusto pequeño Clemente. – empecé a acariciar la verga de Clemente, que no se sentía tan pequeña, ya la tenía erecta y yo estaba bastante cachondo con el juego de palabras, sabia a donde iba todo eso, lo deseaba desde hace tiempo, nunca me han metido la verga, pero me encantaría que fuera Clemente el primero que me la meta, se la acaricie por un buen rato.

  • Clemente. ¿te gustaría que te metiera al pequeño Clemente en tu culito? quiero ser tu padre esta noche y quiero que lo disfrutes, si permites que te la meta, ¿ya te han metido la verga antes?

  • Julio. Nunca me la han metido y si quiero que me lo metas al pequeño Clemente, quiero que seas tú el primero que me la meta por el culo, quiero que seas tu quien me penetre por primera vez.

  • Clemente. Bien lo hare suabe y te cuidare, no quiero que te lleves una mala experiencia si no que se a todo lo contrario y vuelvas a venir por el pequeño Clemente., anda ve a darte un baño te espero en mi recamara. – le di un beso en sus labios y lo mande a bañar a que se lavara bien su culito que estrenaría esa noche.

Julio. Me di un baño me lave bien mi culito para recibir al pequeño Clemente, cuando entre a la habitación vi a Clemente recostado sobre la cama, con su verga medio parada recargada en su abdomen, yo solo llevaba puestos mi bóxer, bajo la toalla que me había dejado Clemente en el baño, me pidió que me quitara todo y quedara desnudo, me desnude frente a él y este me extendió los brazos me dijo; venga mijo despierte al pequeño Clemente, que está ansioso de las caricias y de su boquita, venga mijo y dele placer a su papi., me acerque a Clemente me abraso y me empezó a besar en la boca, obviamente le correspondí, se besar y mamar la verga pero no sabía lo que se sentía tener una verga dentro de mí, sin embargo esa noche sabría lo que es tener una verga dentro, la verga de Clemente era de tamaño normal no grande pero tampoco pequeña, recta, liza, con su glande de fuera, rosado y brillante, nos besamos por un buen rato hasta que después de varios besos y caricias de parte de los dos, me dijo Clemente.

  • Clemente. Venga mi niño chúpele la verga a su papi.

  • Julio. Si papi me encanta tu verga, quiero que el pequeño Clemente este dentro de mi cuerpo toda la noche.

  • Clemente. Si mijo esta noche será toda suya, ándele dele placer a la verga de su papi. – Julio empezó a chuparme la verga muy delicioso, sus mamadas son muy diferentes a las que me da mi esposa, de verdad una gran diferencia.

  • Julio. Si papi, que rica verga tienes, me gusta comértela lo deseaba desde hace tiempo, deseaba poder tener tu verga en mi boca. – le estaba mamando la verga a Clemente y el no dejaba de acariciar mi cabeza y empujarla para que me tragara toda su verga.

  • Clemente. Mijo dese la vuelta y póngale el culito a su papi en la cara, que tenemos que prepararlo para que el pequeño Clemente entre en su culito, venga mijo acomódese.

Julio. Me acomode como me lo pidió Clemente deje mi culo frente a su cara, mientras le seguía mamando la verga, sentí como su lengua se deslizaba por mi culo y empecé a gemir de placer, al sentir algo totalmente nuevo, una sensación entre cosquilleo y excitación, comencé a temblar de pies a cabeza al sentir como sus labios y lengua jugaban con mi ano, que lo fueron dilatando poco a poco, mientras yo dejaba a clemente en mi ojete, cuando Clemente me pidió que me montara sobre su verga para que fuera yo quien me la metiera poco apoco, sentía ganas de comerme toda esa verga de un solo sentón, apunte la verga de clemente en mi culito lleno de saliva, pero fui poco a poco despacio ya que el dolor estaba presente, fui bajando despacio aguantando un poco el dolor hasta que por fin la tuve toda dentro de mí, entre gemidos de placer y dolor, me quede sentado completamente sobre la verga de Clemente, que ya la tenía dentro de mi culo, me abrace a Clemente y nos empezamos a besar.

Después de varios besos y estar sin movernos ni él ni yo, su verga la sentía dentro de mí y moví un poco mis caderas para sentir más la verga de Clemente, poco a poco Clemente empezó a mover sus caderas, envistiéndome lento pero seguro, su verga entraba y salía de forma suabe, Clemente me tomo de la cintura levanto un poco mi cuerpo y sus movimientos se empezaron a intensificar, para ese momento yo daba de gritos pero solo de puro placer, sentía como su verga entraba y salía una y otra vez, me estaba volviendo loco de placer, por un buen rato me taladro el culo hasta que mi esfínter estaba tan elástico, que solo había placer el dolor desapareció por completo.

Así como estábamos se dio la vuelta y me dejo boca arriba sin sacarme su verga, coloco mis piernas sobre su pecho y me empezó a dar más fuerte metiendo y sacando su verga una y otra vez, mis gemidos, los suspiros y gruñidos de Clemente se mezclaban haciendo una melodía de sexo acompañada del golpe de mis nalgas con la pelvis de Clemente, me abraso y comenzó a besarme con pasión, sin dejar de taladrarme el culo, continuo dándome más fuerte el roce de mi verga con el abdomen de Clemente y el mío, no pude frenar y empecé a eyacular, pensé que al sentirlo clemente frenaría sus envestidas, pero fue todo lo contrario acelero aún más y poco después me lleno el culo de leche, sentí como su verga palpitaba dentro de mí y sus fuertes envestidas me sacudieron el cuerpo, Clemente me beso una vez más y luego se dejó caer en la cama, nos limpiamos de mi corrida y luego de un rato, Clemente me volvió a meter la verga una vez más, por segunda vez me haría suyo y esa noche lo volvió a hacer una vez más, pues me dijo que no dejaría que mi culo se cerrara para poderlo disfrutar por la mañana, por la mañana mientras estaba aún en su cama me puso de lado me volvió a meter la verga hasta que se vino por cuarta vez dentro de mi culo, ese día me dejo todo adolorido pero feliz, desde ese día cuando su esposa sale de viaje al llegar a su casa me deja que consienta al pequeño Clemente, lo que él no sabe que el más complacido soy yo por tener ese hombre a mi lado, cuando su mujer no sale de viaje planeamos algo y nos escapamos para darnos placer y cumplir mi trabajo como niñero.