El niñato hetero de mi bro, parte V

Tras años en los que nuestra relación era puramente fraternal, mi bro y su novia me resucitan una pasión que no estaba agotada como yo creía, sino más bien durmiente

Un año más tarde, el acné se retiraba de la piel Cristian para dar paso a la barba en su cara y desde entonces, esa barba densa y abundante, entre castaña y pelirroja, forma parte de su look. Durante un tiempo tuvo un moño en la parte superior de su cabeza que le quedaba de escándalo, pero desde que tiene un puesto de responsabilidad en su trabajo y a pesar de mis protestas, lleva el pelo como un "señor respetable". Por otra parte, la intensidad de su olor corporal también ha ido descendiendo hasta niveles relativamente bajos mientras que el vello iba colonizando su cada vez más ancho y fuerte pecho y cayendo como una cascada a su estómago, su musculatura también ha ido “in crescendo” no digo que sea culturista ni que al verlo la primera característica que se piense de él sea “fortísimo”, pero es un hombre alto y con los músculos grandes y marcados; pero lo mejor de todo, es el carisma y la simpatía que viene desarrollando con el paso de los años. Resumiendo: que está buenísimo y encima es una bellísima persona.

Ya hace más de un año que su abuela falleció, llevaba años muy mal de salud física pero sobre todo mental, nada que ver con cómo estaba cuando la conocí, que se olvidaba de todo pero caminaba, hacia sus cosas... De por último no podía ni moverse, no hablaba, no oía y a los únicos estímulos que respondía era a las continuas muestras de cariño de su nieto. Para mi bro fue una sensación doble, por un lado sentía un dolor inmenso por perder a la única persona de su familia que se había ocupado de él desde la muerte de su madre, ahora de verdad estaba solo, pero por otro tenía una sensación de alivio porque su abuela descansó y su cuidador (él) también. Ahora vive en su antigua casa con su pareja, Eva, una chica espectacular en todos los sentidos de la palabra, desde su físico a su carácter y personalidad. Rubia, con unos ojos verdes preciosos, unas tetitas pequeñas y preciosas, magnificas, abdomen duro y culo redondo, prominente y bien puesto arriba.

Eva, estudió derecho como yo, y a pesar de provenir de una “familia acomodada” y haber sido novia del hijo de uno de los abogados más reputados de mi ciudad, su vida se cruzó con la de mi hermanito en una discusión de tráfico. Para hacer la historia corta:

Mi bro circulaba con mi bicicleta que le había prestado, un subnormal que venía de frente por el otro carril, giro bruscamente a su izquierda obligando a mi bro a dar frenazo, pero al continuar, otro vehículo venía detrás del subnormal de la maniobra peligrosa pretendiendo hacer lo mismo; lo típico de que vas circulando guiándote por el de adelante y casi atropella a mi bro si no llega a haber buenos frenos y reflejos por ambas partes. Cuando mi bro se disponía a sacar de su alma los peores insultos más retorcidos y a “entrar en acción” (que es como le llama él a pelear) se quedó paralizado, no pudo, un ángel rubio de ojos verdes y facciones exquisitas lo contemplaba con terror y miedo por lo que a punto estuvo de haber causado. Terminaron follando esa misma noche.

Al principio para mi bro fue “una niña bien de clase alta, rubia, que está buenísima y folla de puta madre, bro, qué culo tiene, bro, quiero que te la folles tú también, bro, bro bro….” y también me decía que quería que la conociera para que habláramos de “leyes y esas cosas”, un par de meses más tarde pasó a llamarla “mi amiga” combinado de una cara risueña y al medio año, cuando ella rompió su relación de pareja con su prometido tras este responderle que “le perdonaba” los cuernos que sistemáticamente le ponía con mi bro y ella le acababa de confesar, le contestó:

-        No, si no te lo cuento para que me perdones

Pues a partir de ese momento, después de que anulara unos proyectos de boda con un hombre diez años mayor que ella, apellido rimbombante y una carrera prometedora a su lado, Cristian ya empezó a aludir a ella como “Eva” con la pasión haciéndole vibrar la voz y el amor irradiando de sus ojos.

La familia de Eva en absoluto entendía que su única hija “tirara su futuro deslumbrante” por la borda rompiendo su relación de postín para irse a vivir a un barrio cuyo nombre apenas les sonaba y no para bien, precisamente, con un futbolista de tercera división que apenas tiene los estudios básicos (y espero que no se enteraran del esfuerzo que le costó conseguirlos), lleno de tatuajes y que encima se llama “Cristian”, “no te lo pierdas”… Sin embargo, la percepción hacia mi bro ha ido cambiando con el tiempo a mejor.

Con respecto al fútbol… Es muy alto, casi dos metros, un buen defensa zurdo, pero no ha pasado de tercera, le ofrecieron jugar en el equipo de otra localidad, pero cobrando lo mismo, (es decir, la misma mierda) y se quedó en el que estaba, donde era una institución por llevar ahí desde alevines y los ojitos que tenía para él el Presidente del Club.

Como ya he dicho, justo el curso después de sacarse el título se hizo su módulo de grado medio de auxiliar de geriatría y desde entonces nunca le ha faltado el trabajo; al principio lo compaginaba sin problema con su actividad deportiva, pero cuando vio que las residencias de ancianos le daban mucho más dinero que los campos de fútbol, fue eliminando sus fantasías de levantar una Copa Champions.

Durante el tsunami de la pandemia, mi bro tuvo que entregarse hasta límites sobrehumanos, me llamaba cada noche llorando por los ancianos que morían en sus brazos y aislado en el geriátrico en el que trabajaba y al que logró trasladar a su abuela tras haber movido todos los hilos que estaban en su mano, durante meses dormía tres horas al día, hacía el trabajo de cuatro compañeros y repartía calor humano y serenidad a costa de su estabilidad emocional. Jamás pensé que fuera tan fuerte.

Tras el reinicio de la actividad deportiva no volvió a reincorporarse a su equipo, sus jefes de la residencia de ancianos lo tenían en tan alta estima que a pesar de su juventud y a propuesta de sus compañeros, lo nombraron supervisor de planta.

Aunque haya retomado el contacto con varios de sus tíos y primos, se puede decir que soy su única familia cercana: incluso viene a comer con mis padres, hermanos, sobrinos... Unas cuantas veces al año y se lleva muy bien con todos ellos. Mentiría si digo que de vez en cuando durante esos años no sentía algo de tensión sexual hacia él, su cuerpo cada vez más desarrollado, su carácter cada vez más tranquilo y sereno y su personalidad cada vez más profunda, pero en seguida me llegaban todas sus cualidades a la mente, su nobleza y su lealtad, que unidos al amor tan intenso que siento hacia mi bro, sepultan todo deseo.

Ese viernes, volví a caer en la cuenta de lo que me jodía no vivir desde hace años en el mismo barrio de mi bro, que por cierto, ya ha empezado a valorarlo y no quiere irse de él, ni mucho menos lo califica de “puta mierda” como el día en que lo conocí.

Voy a ir a comer a su casa ¡Ah, lo mejor de todo, el mayor de los logros! Mi bro ya come verdura, pasta, fruta y platos con “muchas cosas” y de las ”raras” además ¡Nos costó trabajo a Eva y a mí, sobre todo al principio! Ahora devora alimentos que ni a mí me hacen mucha gracia y de la alergia fantasma aquella a los frutos secos, no se ha vuelto a saber nada.

Me dispongo a prepararme para acudir a su casa cuando mi bro, que se acaba de sacar el carnet de conducir, me llama ilusionado para venirme a buscar. Es pronto, Eva aún está haciendo otras cosas y la comida ya está lista por lo que mi Bro decide pasar un rato conmigo, los dos a solas en mi casa como no hacíamos desde hacía un par de años:

-        Casi todo los días pienso en cómo nos conocimos…

-        ¡Cómo para no recordarlo!, ¡Te salvé de que te llevaran detenido!

Le dije rodeando su cuerpo grande, fuerte, tatuado y velludo

-        Ya… Llegaste en un momento de mi vida que estaba en una encrucijada, y algunos caminos no llevaban a nada bueno…

  • Me aproveché de ti, bro… Eras un niño desesperado por encontrar afecto y…. Si tenías que follarte un culo con tal de que te lo dieran…

-        ¡No dramatices! Ya lo hemos hablado ¡Tendría 18 años, pero claro que sabía que estabas babeando por mí! Te lo dije en su momento y te lo digo ahora: “me hace súper feliz gustarte tanto y poder darte algo a cambio”

-        No estuvo bien, Bro…

-        ¡Vete a la mierda! Si no llega a ser por ti ahora estaría saliendo de la cárcel ¡Además!, ¿Te crees que a mí no me gustaba ni me hacía falta sentirme así de querido?, ¡Poca polla te he dado después de haberme sacado del parque y de los porros!

Me agarro de mi antebrazo derecho y, para mi estupor, puso mi mano sobre su paquete, seguro que con los años también le había crecido la polla pero en ese momento me hice el digno y le grité a mi bro:

-        ¡Ni me pones cachondo ni quiero tu polla desde hace años, no necesitas entregarme tu cuerpo para demostrarme tu amor, ni ahora ni menos cuando eras un adolescente desesperado por encontrar refugio y cariño!

Mi bro entornó los ojos hacia arriba, aquella respuesta mía pretendía enfadarlo, causarle ira y justificar mi culpabilidad, en vez de eso. Cristian me miró con hartazgo para por primera vez desde que nos conocimos llamarme como nunca me había llamado, cosa que en ese momento, me ofendió muchísimo:

-        Rubén…

-        ¡¿Cómo qué Rubén?!, ¡Yo soy tu bro, tu puto bro!

Cristian asintió, su semblante se había vuelto serio de repente por mis palabras, nos abrazamos y del todo tranquilo después de haberme dado cuenta de la tontería por la que me acababa de ofender me reí y le recordé:

-        ¿Te acuerdas del día en que nos conocimos y viniste por la noche a mi casa con Sara, te llamé Cristian y te enfadaste muchísimo conmigo por no tratarte de “bro”?

-        ¡Sí, de eso me estoy acordando! Era un puto niño chico y no entendía que no te apeteciera tener sexo con una mujer de repente y así porque sí, pero reconoce que tenía yo razón ¿Eh?, ¡Luego no te arrepentiste!

-        Es increíble las experiencias que hemos vividos juntos, bro, siento que me has enseñado tú a mí tantísimas cosas a pesar de que casi te doblo la edad

Cristian se emocionó con mis palabras y tras abrazarnos, me miró serio y me dijo solemnemente mientras me clavaba sus ojos en los míos:

-        Pues me gustaría, o… Mejor dicho, a Eva y a mí nos gustaría que nos dieras algo, escucha a tu hermanito pequeño, te lo pido; mira, es que Eva siempre ha tenido una fantasía y últimamente a mí también me gustaría que ella la cumpliera, me encantaría…

-        ¿Y qué fantasía es, hermanito-bro?

-        Eva quiere ver como un hombre me folla y me domina, y solo hay un hombre en el mundo que puede hacerme eso

-        Yo

Que ese pedazo de macho joven, grande, musculoso y tatuado me estuviera pidiendo que le follase el culo hubiera sido una fantasía realizada sino fuera porque “ese macho” era mi familia, lo había visto hacerse un hombre (esta vez un hombre de verdad), lo había apoyado económicamente y académicamente, él a cambio me devolvió una lealtad, un amor y una devoción a prueba de bombas atómicas y ahora que podía permitírselo, era el que me invitaba a todo. Por un lado si mi hermanito me pide un favor yo se lo hago y punto; pero por otro, eso era sexo y no iba a hacer nada que no me apeteciera hacer, tras un silencio continuó hablando pausadamente mientras me acariciaba el pecho con su mano izquierda:

-        Bro, quiero saber que se siente y a Eva le haría súper feliz, no tiene que ser ni ahora ni mañana, pero piénsalo, bro, me haría mucha ilusión poder sentirte así, de verdad…

No tenía nada que ver con las insistencias y los chantajes emocionales baratos (e inconscientes) que se gastaba siendo adolescente; al contrario, ahora era asertivo, maduro y no agobiaba, pero sus ojos negros clavados en los míos, ese macho alfa nivel dios pidiéndome algo así y la verdad es que no supe negarme.

Me fijé bien en mi Bro, a sus 24 años se había convertido en un portento de la belleza y la masculinidad, me imaginé su rabo erecto y todo lo que le habría crecido desde la última vez que se lo vi, sus músculos cubiertos de fino vello castaño disperso y luego pensé en Eva, con sus ojos verdes de ensueño, su pelo rubio hasta ese culo redondito y turgente, sus tetas pequeñas y bonitas hasta decir basta ¿Cómo sería su coño?

Estiré mi mano y empecé a tocar la tela de su camiseta encima de su pezón ante lo que Cristian me sonrió sorprendido, desde la época en la que nos habíamos conocido no habíamos tenido ningún intercambio sexual y todo nuestro contacto físico se había limitado a nuestros continuos abrazos, caricias en los brazos, la espalda y como mucho en el pecho o en el estómago, pero sin ninguna implicación lujuriosa. Sin embargo, en ese momento volvía a ponerme caliente por la presencia de El Largo y él lo estaba notando con satisfacción. Adora saber que me pone cachondo.

-        Cómeme las tetitas, bro, que sé que te encantan

-        Ahora no, broooo

-        Sí, ahora sí, que quiero hacerte feliz, bro

Se quitó la camiseta luciendo su musculado torso, el tatuaje de su brazo “se había extendido” hacia su pectoral y su costado con nuevos símbolos y una de sus pequeñas tetitas se veía rodeada por un sol, el vello se expandía por todo su pecho y bajaba una línea desde el centro de este hasta ese ombligo rico, bajo este, los pelos se volvían a ensanchar sobre su durísimo vientre y esos oblicuos como surcos y me abalancé sobre él para abrazarnos y ahí fue cuando mi bro juntó sus labios con los míos, abrió la boca y unimos nuestras lenguas en un beso largo y apasionado, era la primera vez que nos besábamos, lo hacía genial danzando su lengua en torno a la mía y de repente, toda la pasión que no había sentido hacia él desde hacía más de un lustro, reventaba como un volcán.

El juntar mi lengua con la suya había abierto la puerta al deseo, parecía que nos amábamos desde el principio del mundo, no besábamos, nos tocábamos el uno al otro, lamí su barba, me la tragué, bajé con mi lengua por su pecho velludo a comerle las tetitas, fui a seguir bajando pero mi bro me lo impidió y señalándome su axila ultrapeluda pícaramente me recordó que "olvidaba algo", qué le gusta que le chupen los sobacos, eso sí, los tiene igual de peludos y enmarañados que cuando era un adolescente lleno de acné aunque ya ni de broma huelen “tan bien” como cuando tenía 18 años y las hormonas revolucionadas, le comí cada sobaco mientras mi bro me acariciaba la cabeza con sumo cariño para después arrodillarse ante mí y tragarse mi polla:

  • ¡Cuantos años!

Exclamó excitado, se la tragó de golpe y tras ponérmela al palo mientras yo jugaba con su barba y me calentaba admirando sus grandes ojos negros y sus facciones híper masculinas, se la sacó para cubrírmela de lengüetazos y llevarme al cielo. Hubiéramos seguido toda la tarde (o hasta las doce, para mantener la tradición) si no fuera porque Eva nos llamó para que fuéramos a su casa.

Nada más llegar, comimos por guardar un poco las formas, pero no me corté en ser algo más cariñoso de lo habitual con Eva, que me resultaba más despampanante que nunca con su pelo rubio largo, sus ojos verdes y un vestido a juego con el color de sus ojos que le resaltaba las curvas de esas caderas de ensueño. Tras terminarnos el café en el sofá, mi bro nos abrazó a ambos, se comió la boca con Eva mientras me acariciaba el pelo y me miró con sus grandes ojos negros para comerse la boca conmigo. ¡Qué bien besaba! No me acostumbraba a sentir a mi bro así, cual fue mi sorpresa al separarme que me encontré de frente con el hermosísimo rostro de Eva a la vez que mi mano ascendía bajo su vestido mientras me invitaba a seguir subiendo por su muslo suave, dorado y de formas alargadas, le toqué el culo turgente mientras me recreaba en sus verdes ojos, sus mejillas y sus facciones angelicales mientras mi bro nos admiraba acariciándonos a ambos a la vez,

Me fui desnudando a la vez que Cristian desnudaba a Eva para mí con una lentitud deliciosa, primero le desabrochó la cremallera descubriendo su cuerpo hasta la cintura, y me acerqué para lamerle el abdomen, lo tenía precioso y firme, mi bro terminó de quitarle el vestido y me arrodillé ante su vulva ante la que Eva me atrajo, se la lamí sobre la tela de la braguita disfrutando del exquisito aroma y sabor a hembra y me levanté cuando Cristian le quitó el sujetador para comerle sus tetitas pequeñas y con los pezones tan puntiagudos que estaban curvados hacia arriba, le agarré las tetas antes de comerme cada uno de esos pezones ultrasalidos y le estuvimos lamiendo un pezón cada uno.

Salté a una tetita de mi bro y bajé por el surco velludo de sus abdominales para redescubrir su polla después de tantos años, le había crecido no poco y la tenía más gorda, debía de medir cerca de 30 centímetros, larga, con el tronco estrecho y muy cabezona, le descubrí el glande picudo y me tragué su rabo mientras que con la otra mano le sobaba las tetas a Eva, Cristian me acariciaba la cabeza y se besaba con ella mientras yo le mamaba, finalmente fui retirándole la braguita a Eva para terminar de descubrir su vulva, tenía el chochito pequeño y muy arrugado, le di unos pequeños toquecitos y lametones mientras el fuerte brazo tatuado de mi bro no dejaba de acariciarme los hombros y la espalda; aterricé con mi lengua en el higo arrugado de Eva mientras suspiraba de placer, le fui recorriendo cada labio y cada pliegue de su coño que se abría como una flor ante mi lengua hasta que mi bro me dijo en un tono cargado por la lujuria:

-        ¡Métesela, métesela de una vez, quiero ver cómo te la follas!

Tras darle unos cuantos lametones más descubriendo el capuchón de su clítoris que se endurecía por momentos, coloqué la cabeza de mi polla entre los labios de su coño y la introduje despacito hasta que Eva, pegándome una fuerte nalgada me gritó:

-        ¡Dame duro!

Cogí impulso hasta casi sacármela mientras Eva me miraba ansiosa por lo que iba a venir y le metí tal empotrada que el grito que dio se debió oír en medio barrio.

-        ¡Sí, sí, sí!

Gritaba con el dolor mezclado por el placer, aquello me estaba dando un gusto supremo y seguí machacándole el coño con mi pinga mientras mi bro le metía la polla en la boca, en un momento, Eva empezó a meterle los dedos en el culo a mi bro y cuando llevaba un rato bombeándole el chocho y con el placer en todo mi cuerpo, atraje a mi bro hacia mí para disfrutar de su culito virgen, se lo chupé mientras penetraba a Eva lentamente, le metí dos dedos y a mi bro no parecía molestarle en absoluto hasta que paré de enchufársela a Eva y empecé a pasar el rabo por la raja ultravelluda del culo de Cristian:

-        ¿Quieres ver como penetro a tu hombre?

-        Espera un segundo

Eva se levantó, fue a por unas esposas o grilletes y me los mostró con la lujuria dominando su mirada, así que le gustaba dominar a mi hermanito hasta ese punto… Cristian iluminó su cara sin poder disimular la ansiedad y a la vez que Eva me entregaba las esposas, Cristian extendía los brazos para que se las colocara. La verdad es que nunca había hecho algo así, pero ya estaba descubriendo otra nueva experiencia gracias a mi hermanito, le puse las esposas inmovilizándolo boca abajo contra un barrote del cabezal de la cama. Eva me miraba expectante mientras se sentaba contra el cabezal, entre este y la cara de mi bro, cuando yo ya le había metido tres dedos en el culo.

Pareció aguantar estoicamente cuando le introduje mi glande gordo por el culo virgen del macho tatuado de mi bro, solo cuando empecé a introducir, no sin dificultad, el tronco en su ano, con la excitación gobernándome mi bro empezó a gemir de dolor a la vez que la cara de Eva se iba transformando en pura lascivia:

-        ¿Estás bien, bro?

-        Sí… ¡Reviéntame con tu polla gorda, bro!

-        No, bro, despaciiito

Empecé a meneársela dentro con mucha suavidad mientras Cristian reprimía los gemidos de dolor, cuando empecé a coger ritmo mi placer se iba incrementando a la vez que los gritos entrecortados de mi hermanito, Eva se arrodilló junto a mí para lamerme un pezón y aquello ya fue demasiado gozo como para controlarme así que empecé a meter pingazos mientras los gritos de Cristian se oían en media ciudad . En ningún momento me pidió que parara o que aflojara el ritmo y solo cuando el llanto empezó a brotar de sus mejillas paré en seco:

-        ¡Bro, te amo, bro!

Le dije abrazando su cuerpo contra el mío. Le lamí el lóbulo de la oreja, besé su cuello y seguí dándole duro, entre nosotros las cosas funcionan así.

Mi bro lloraba mientras yo le machacaba el pene flácido y Eva le comía la cabeza del glande, llegó un momento en que sus llantos se convirtieron en gemidos lastimeros y, poco a poco, empezó a jadear, me abracé a él y sobando su abdomen duro y velludo y toqueteando su ombligo salido y juguetón, le metía pingazos cuando le susurré invadido por el gozo:

-        Te quiero, bro, te amo con locura, siénteme

-        Yo también te quiero, bro, gracias por esto

Dijo Cristian en gemidos lacrimosos cortados por el intenso dolor que estaba soportando. Eva me animaba a darle fuerte y yo le comía las tetas casi que con rabia, nunca había follado un culito virgen de forma tan salvaje y el orgasmo comenzaba a subirme por momentos pero no quería acabar.

Saqué mi rabo del culo de mi bro y no me contuve al metérselo en la boca a Eva que se lo tragó como si fuera el manjar más sublime, me lo cubrió de besos y lametones limpiándomelo así del culo de su hombre, que suspiraba aliviado esposado al barrote del cabecero de la cama. Me situé debajo de mi bro para chuparle un poco su polla larga y picuda, que rica estaba y cuando se la puse bien al palo mientras Eva le comía el agujero del culo abierto por mi follada

-        Eva, ponte debajo de Cristian

Mi bro empezó a penetrar como pudo el chochete de su novia mientras yo introduje de nuevo mi polla en su culo, lo que provocó un nuevo aullido de Cristian, me encantaba aquel culito virgen en mitad de esas nalgas pequeñitas, peludas y “tan heterosexuales” pero que no oponían ninguna resistencia. Mi bro penetraba a Eva mientras yo permanecía quieto con la polla dentro de su culo que me estaba dando un placer inaudito, empecé a follármelo al ritmo que él se follaba a su hembra y al poco mi bro empezó a chillar de dolor mientras su novia me gritaba que le diera más duro y eso hice, no aguantaba más con el gusto, qué duro y apretado culo de macho alfa hetero, aquello era demasiado placer y me vine dentro con toda mi leche dando jadeos sordos mientras me desplomaba sobre su anchísima espalda.

Nada más “librarse de mí”, mi bro empezó a penetrar a Eva con furia mientras esta gritaba de gozo hasta que segundos más tardes eyaculaba dentro de su vagina con mi boca preparada para chuparle la polla al semental nada más sacársela y eso hice, comerle el rabo rico. Sin embargo, me había olvidado de que a mi bro con “un polvo nunca le basta”.

Me miró y sonriéndome me atrajo hacia él para besarme en la boca de nuevo, acariciaba su pelo, sentía su barba contra mi cara y su cuerpo sudando a raudales pegado al mío.

-        ¿Te duele mucho el culito, bro?

-        Ya se me pasará, pero así te siento mejor, bro

-        ¿Y te gusta?

-        Me gusta porque viene de ti, bro

Eva le quitó las esposas para que pudiera follarme como me gustaba que lo hiciera, me encantó como me abrazó y me puso a cuatro patas con esa firmeza mezclada con ternura tan característica de “El Largo” mientras mi boca aterrizaba en el chocho de Eva: la pareja me iba a reventar de gozo, mi bro me acariciaba la espalda y los muslos antes de pasarme la lengua entre mis nalgas e introducirme los dedos e instantes después, su polla con forma de lanza en todo mi culo, sé que mi hermanito no es vengativo en absoluto, pero algo sí se tuvo que resarcir cuando me metía pingazos de tarado psicópatico que me estaban haciendo ver las estrellas

-        ¡Toma, bro, te quiero, te quiero mucho!

Exclamaba Cristian exultante mientras el dolor se hacía insoportable y trataba de concentrarme comiéndole el coñete a Eva que tras parar, cambiamos de posición para que Eva me chupara la polla mientras mi hermanito me seguía envistiendo en un polvo largo, doloroso e interminable en el que, poco a poco, el dolor fue transformándose en placer gracias a la mamada de Eva y la sensación de la polla de Cristian taladrando mi culo como hasta ese momento nadie lo había hecho.

Ya no dolía, ya era gozo reventándole en la próstata y en mi polla dentro la boca de Eva por lo que la erección fue creciendo de tal forma que ya me estaba volviendo a matar de gusto, qué rico lo que me hacía sentir Eva con su lengua, qué ricos sus pezones en mis manos y qué delicia el rabo cabezudo del alfa de mi bro petándome el culo. No tardó en correrse dentro de mí mientras me lamía el cuello y me repetía lo mucho que me amaba y como ya me estaba contagiando lo de “dos polvos como mínimo”, penetré el coño de Eva nuevamente hasta hacerla gritar en una follada rápida de embestidas intensas, terminó corriéndose con toda la catarata saliendo por su coño justo antes de mí, mezclándonos en un orgasmo prodigioso tras el que caí derrumbado para besar sus labios mientras mi bro nos acariciaba nuestros rostros.

Nos quedamos los tres abrazados toda la tarde, tocándonos unos a otros, estudiando cada rincón de nuestras anatomías y esa noche me quedé a dormir con ellos. No sé en qué momento empecé a pasar más tiempo en el antiguo piso de la abuela de mi bro que en mi casa. Pero el hecho de que Eva le fuera cogiendo cada vez más el gusto al doble vaginal influyó mucho.

La primera vez fue la noche después de haberle follado el culo al titán de mi bro, volvía a ponerme cachondo masturbando mi pene con el de Cristian (el suyo más largo, el mío más gordo y a cabezón “estábamos empatados a puntos en la tabla”, por usar sus símiles futbolísticos)  nos empalmamos mientras escupíamos el uno sobre el pene del otro:

-        Tu polla, bro… Que rica la tienes, me acuerdo de cuando se la metimos a aquella por el coñete, qué bueno sentirla frotándose con la mía

-        ¿Cómo es eso?

-        Sí, Eva, el día que conocí a Cristian, apareció esa noche en casa…. ¿Puedo contarlo, bro?

-        Amor, con Sara, una amiguita mía de la que hace años que no sé nada (aclaró Cristian casi que con miedo en la voz), follábamos de vez en cuando y… Como no quería hacerlo en el parque le hablé a mi bro de ir a su casa cuando vivía aquí al lado y… Nos la follamos juntos, yo era muy niño, amor y… No sabía tratar a una mujer

-        ¿Y ahora sí sabes?

Le pregunté burlón ante lo que Eva se tuvo que reír a carcajadas, mi Bro años atrás se hubiera picado mucho por tal comentario pero ahora sonreía pensativo reflexionando sobre la pregunta. "Sí, sí sabía" concluyó en su mente, pero no necesitó decírnoslo. Volvimos a frotar nuestros penes mientras mi Bro continuó diciendo:

-        A Sara le dábamos por el culete entre Lorenzo, el que fue delantero centro de mi equipo y ahora juega en la primera división belga, y yo, disfrutábamos los tres que ni te imaginas y esa noche había quedado con ella y Loren no podía y… Como ya estábamos cambiando, descubriendo cosas nuevas ¡Cómo follar en una cama, jajajajaja! Pueeees... Se la metimos mi bro y yo por la vagina los dos a la vez, ninguno lo habíamos hecho y…. Nos encantó

-        ¿Alguna vez lo has probado, Eva?

-        Sí, con mi primo y el hijo de la cocinera de mi abuela, tendría 16 años o así, mi primo 18 y el otro chaval unos 14 o 15….

-        ¿Sí, y te gustó?

Pregunté intrigado a la vez que mi hermanito separaba su lanza-pene del mío para mirar a Eva con cierta preocupación y acercarse.

-        ¿Qué si me gustó? Pueeees, creo que sí, pero es que no me dio tiempo a disfrutarlo bien, a gozarlo… Éramos todos casi vírgenes y muy torpes, no sé…

  • ¿Lo intentarías de nuevo?

Le dije mientras pasaba mi mano por su abdomen acercándola a su vulva mientras mi hermanito contemplaba la escena pícaramente. Fue él quien se incorporó ante su pareja empezó a hacerle un trabajo de lengua entre los labios de su coño que dejó a Eva gimiendo casi a gritos, me encantaba ver la lengua de mi Bro viajando entre sus labios, bombardeando su clítoris e introduciéndose en su vagina mientras yo le acariciaba el pelo a él y le magreaba las tetas a ella que, sin decirnos nada, acostó a mi bro en la cama y agarrando su polla nos la ofreció.

Comenzamos a mamarle el rabo entre los dos, a veces Eva y tras tragárselo hasta bien al fondo me lo pasaba, a veces yo era el que le daba lengua a su glande y le cubría el tronco y los huevos de besitos antes de engullirla y pasársela a Eva.

Cristian nos contemplaba feliz, radiante, con sus fuertes brazos tras la nuca exhibiendo sus axilas repletas de masculinidad, las tenía igual de peludas y enmarañadas que de adolescente, dejé a Eva chupándosela a mi bro cuando empecé a machacarme el rabo y pasárselo por sus sobacos ultrapeludos mientras Cris me miraba satisfecho, dirigí mi pene a su boca y mi Bro lo saludó dándole un besito de bienvenida, luego continuó pasando su lengua por la punta de mi glande con el placer electrizándome, le acariciaba el pelo casi pelirrojo, lacio, suave y con la otra mano amasaba la teta de Eva, enseguida se acostó y me indicó que le metiera la polla por el chocho pasándose sus dedos entre los labios, me arrodillé ante ella y fui mordiendo su papo con mis labios, de vez en cuando sacaba la lengua para lamerle el clítoris y metérsela por el agujero mientras mi bro me seguía mamando “a su manera” aunque sabiendo que era él me había puesto el rabo al palo.

Se la fui metiendo centímetro a centímetro por el coño, tenía la polla tan dura que la hice estremecerse, empecé a darle lento pero decididamente mientras empezaba a jadear de gusto, me recreaba sobando sus tetas y mi Bro nos acariciaba a los dos, no tardó en pedirme espacio y eso hice echándome hacia adelante, mi bro me abrazó mientras yo besaba los labios de Eva sintiendo sus pezones contra los míos a la vez que la penetraba, en ese momento, Cristian fue introduciendo su rabo por el chochete de Eva que al principio no pudo reprimir el grito de dolor:

-        ¡No pasa nada!

Nos dijo tranquilizándonos para que no se la sacáramos, mi bro y yo ya sabíamos perfectamente como coordinar nuestras pollas para penetrar una vagina, primero él, luego yo, él, yo, él, yo y así hasta que íbamos cogiendo el ritmo y nos sincronizábamos como dos músicos en una orquesta tocando una melodía de placer.

Eva reprimía los gritos de dolor mientras el gozo de sentir mi pene constreñido por su vagina y el rabo largo y cabezón de mi bro moviéndose contra el mío, hizo que empezara a gemir de gusto mientras seguíamos penetrando aquel coño con pasión. No sé en qué momento los gritos de dolor de Eva empezaron a transformarse en gritos de placer pero al sentir que empezaba a venirse con el líquido que le inundaba abundantemente su coño bañando nuestras pollas, aquella era una experiencia demasiado maravillosa para los tres, Eva, mi bro y mi polla gozando como si estuviéramos en el paraíso, nos dejamos ir dominados por la lujuria de nuestras pollas frotándose dentro de aquel chocho y cuando Cristian empezó a penetrar como una taladradora supe que tenía que parar y disfrutar del roce de su polla a la vez que su leche calentita lubricaba mis empotradas.

Mi bro se sacó la polla de la vagina y me la metió en la boca mientras penetraba el coño de Eva con furia, no tardé en venirme yo también, pero sabía perfectamente que para mi bro dos polvos no eran suficiente por lo que le seguí mamando con los estertores del orgasmo aun sacudiendo mi cuerpo mientras Eva me mamaba prolongando esa sensación sublime hasta que mi bro me dio una fuerte nalgada que no necesitaba más explicación para mí, iba a follarme.

Me puse a cuatro patas pero Cristian, juntando su cara con la mía me besó en los labios antes de introducir su lengua entre los míos y tras bailarlas la una junto a la otra mientras Eva seguía comiéndome el rabo que luchaba por mantener su erección después de haber eyaculado. Cristian me miró con sumo cariño y acariciándome la cara mientras yo le atusaba su barba me anunció:

  • Quiero follarte, bro, porque te amo

-        Hazme sentirte lo más fuerte que puedas.

Mi bro colocó la cabeza de su pene en mi ano y sin decir nada la clavó lo más al fondo que pudo haciéndome gritar, me dio con todas sus fuerzas mientras el llanto se apoderaba de mí y Cristian me secaba las lágrimas pidiéndome que pensara que era él y su cuerpo quienes me producían esa sensación tan deliciosa como insoportable, Eva trataba de lamer mi polla que seguía echando fuego del reciente orgasmo y con el dolor del macho de Cristian reventándome el culo como un poseído era incapaz de llegar a la erección, cuando mis gritos de dolor ya eran insoportables Eva le pidió a su novio que parara y este la ignoró completamente, siguió empotrando fuertemente hasta que paró en seco y sin sacar la polla de mi culo mientras yo me aliviaba momentáneamente empezó a lamer el lóbulo de mi oreja mientras mi boca se unía con la de Eva, aquello estaba volviendo a ser una sensación sublime con Eva besándome con su lengua, mi bro lamiéndome el cuello mientras me acariciaba un pezón con suma ternura y me recordaba lo mucho que me amaba y lo importante que había sido y que en su vida.

Nada más terminar de besarme con Eva, mi bro esperaba ansioso para volver a juntar su lengua con la mía, me acariciaba el pelo mientras sentía su polla gorda quieta en mi culo, su mano en mi pelo y tras volver a mirarme lleno de orgullo me pregunta:

-        ¿Seguimos?

Esperó a que le respondiera y tras asentir con mi cabeza empezó a penetrarme con la lentitud deliciosa mientras me magreaba los costados con todo el amor del mundo, yo seguía comiéndole a Eva los melones mientras mi bro me follaba con suma delicadeza y el dolor fue desapareciendo de mi cuerpo a la vez que la erección iba creciendo en mí, bajé con mi lengua por el estómago de Eva y tras comerle el chocho sacándome un momento la polla de mi bro del culo, golpeé su coñito pequeño, salidote y arrugado con mi glande varias veces al tiempo que Cristian empezaba a penetrarme de nuevo y le fui metiendo la polla por el toto sintiendo el rabo de mi bro en mi culo a la vez que mi pinga se deslizaba por las paredes húmedas del chocho de Eva, le estuve dando con fuerza mientras controlaba también el rabo duro y cabezón de Cristian que se meneaba dentro de mi ano al ritmo con el que marcaba los pingazos a Eva, era una sensación indescriptible de dolor y explosión de placer que me llevó al cielo a la vez que gemía y sudaba como un cerdo; de repente, Eva nos pidió que paráramos y abrazándome con ansiedad me dijo casi a gritos:

-        ¡Follátelo!

-        ¡No!

Dijo Cristian con miedo en los ojos.

-        ¡Tú te callas, pedazo de quinqui!

Eva le soltó tal bofetón a mi bro que me dolió hasta mí ¿Pero qué hacía esa pegándole a mi bro, mi puto bro, mi hermanito “pequeño”? Cristian agachó la cabeza, pidió perdón a la vez que la lujuria de su mirada inundaba la habitación y comenzaba a masturbarse como un babuino:

-        ¿Pero qué haces masturbándote conmigo delante, quinqui asqueroso?, ¡No, ni “perdón” ni ostias!, Rubén trae ahora mismo la fusta que está en la parte alta de ese ropero!

Hice lo que me ordenaba mientras Eva iba a esposando a mi bro a los barrotes de la cama boca arriba, tomó la fusta y empezó a golpearle las abdominales mientras le dedicaba una catarata de insultos clasistas como “niñato de barriada”, “futbolista de tercera división”, “despojo del sistema educativo” y alguno más que, personalmente, me hicieron muchísimo daño, más que a él cuando empezó a retorcerle los pezones y Cristian gritaba de dolor, me parecía horrible lo que le estaba haciendo sus tetitas, yo siempre he tratado el cuerpo de mi bro con mimo, cada detalle de su anatomía es una zona que merece ser trabajada con suma delicadeza y cariño y esos pezoncitos redondos, pequeñitos y ultraprominentes de mi bro eran un ejemplo de ello y en vez de amarlos como yo lo hacía se los estaba convirtiéndoselos en un infierno. Sin embargo, a pesar de sus palabras de desprecio mi bro tenía una erección increíble, sin que nadie le hubiera tocado la polla, su rabo lucía altivo, soberbio y exultante sobre su cuerpo velludo y musculoso mientras le torturaban sus pezones retorciéndolos y sus oídos con palabras de sumo desprecio, estaba cachondo como nunca lo había visto:

-        Rubén, vete a mi despacho y en el primer cajón hay unas pinzas de papeles

Se las traje y le colocó una pinza en cada pezón lo que provocó un grito de mi hermano que seguía con su rabo a punto de reventar, otra en el ombligo y tres en el escroto de cada testículo, acaricié el costado de mi bro sintiendo como se estremecía, Eva miró con desdén antes de decirme:

-        ¡Qué asco, no toques “eso”!

En ese momento Cristian se estremeció de excitación y empezó a lamer la fusta, Eva empezó a golpear su pene con la fusta mientras lo llamaba “pene violador”, “cebolleta de cerdo asqueroso”, “polla de macarrilla niñato de barrio” y mi bro se contorsionaba reprimiendo el dolor. Le quitó las esposas para volverlo a esposar esta vez a cuatro patas y sin mucho preámbulo le metí el cipote en el culo al tiempo que mi erección iba “in crescendo” ahí dentro, le penetré ni lento ni rápido, al ritmo que me pedía el cuerpo e ignorando sus gritos de dolor, Eva seguía insultándolo mientras le ponía el coño en la cara

-        Solo vales para limpiarles el culo a las viejas, ni un coño sabes comerte, futbolista retrasado, ¡Más fuerte, Rubén!, ¿Tienes miedo de hacerle pupita a la mierda de “tu bro”?

Por un momento la desafié y empecé a darle más lento mientras acariciaba su espalda con amor, pero eso produjo un escalofrío en mi pobre hermanito temiendo las consecuencias de haber recibido un acto de cariño sin permiso; sin embargo, fueron los verdes ojos de Eva en ese rostro angelical pero esta vez aterrador, los que me hicieron empezar a meterle unos pollazos a mi pobre bro que lo hicieron llorar a gritos a la vez que le trataba de comer el coño a Eva; sin embargo, no sé cómo pero me aburrí de aquello y sin venir a cuento saqué la polla del culo de mi bro y se la metí a Eva por el chocho para seguir reventándola con más ímpetu que a Cristian, no tardé en venirme en la boca de mi bro que, esposado y con el culo aún dolorido, me lamía el glande mientras yo le acariciaba su barba.

Y ese es más o menos nuestro día a día cuando estamos los tres juntos.

Descubría a Eva cada vez más fascinado por su personalidad, de ser una mujer callada que no expresaba demasiado se fue abriendo hasta descubrir a una persona de una profunda inteligencia y sensibilidad aunque tiene algo turbio en ella que me fascina y me causa temor a partes iguales: lo que le gusta maltratar a Cristian en la cama.

No sé en qué momento empecé a pasar más tiempo con ellos que en mi casa. Al poco nos trasladamos a un apartamento con cuatro dormitorios, cada uno tiene el suyo y el principal está ocupado por una cama inmensa en la que cada noche dormimos los tres abrazados; no se puede decir que seamos un trío, es algo así como que Eva y Cristian son pareja, Cristian y yo tenemos nuestra relación fraternal y Eva y yo somos amantes, o algo así.

Quién me iba a decir, que abrirle la puerta a aquel adolescente prófugo de la policía para que se salvara de ser detenido, años más tarde me iba a traer esta felicidad.

FIN