El Negrito del Tren

Mi primera vez fue con un Negrito del congo en Alemania, que conoci en el tren.

Bien, he decidido comenzar a contar mis aventuras en este mundo que tanto nos gusta, que es el sexo.

Me presento, me llamo Pamela, soy de Chile y actualmente tengo 21 años, tez blanca, pelo castaños oscuro y corto, ojos cafés y carita bonita( eso me han dicho). Mido 1,58, lo cual es bueno, porque me encantan los hombres altos, y con mi estatura es fácil de lograr uno de mis  "requisitos". Soy una mujer gordita, talla 48, de colita normal y unas tetas que son la envidia de muchas, grandes  y redonditas,de copa DD, de las cuales a los hombres con los que he estado les encanta apretarlas y manosearlas...

Esta historia ocurrió el 2010, cuando estaba de intercambio estudiantil en Alemania.

Todos los dias para ir al colegio debía tomar el metro, como soy una mujer de rutina siempre tomaba el mismo tren a la misma hora, antes de las 7 am , caminaba a la estacion. Era un largo viaje en tren.

Con el pasar de las semanas me iba fijando en la gente que frecuentaba siempre el metro, casi siempre estaba la señora alta y flaca que me dedicaba una sonrisa al entrar o los niños de la escuela privada de la ciudad de alado. Siempre me sentaba en el mismo lugar, en la tercera fila del segundo vagón alado de la ventana. Una estación después se subía siempre un señor que aparentaba unos 29-31 años, siempre se paraba alado de la puerta, serio, como si no le gustara mucho estar ahí. Me llamaba la atención su color de piel, acá en Chile ver gente de color no es muy común. Vestía siempre de traje negro y camisa blanca, a veces llevaba corbata y a veces no, me gustaba el contraste(o semejanza) entre la ropa y su piel.

Un dia, este señor comenzó a sentarse justo al frente mío, los primeros días lo omitía, pero después cuando se sentaba le dedicaba una sonrisa tímida, muy típica de mi. El día que comenzamos a hablar iba un poco más arreglada de lo normal,  estaba iniciando la primavera y decidí colocarme un bonito vestido, a la rodilla de color negro con calipso, manga tres cuartos, ceñido el la parte baja del busto y caía libre hasta las rodillas, llevaba el pelo algo húmedo, por lo que se me generan unos pequeños rizos.

Cuando este señor se sentó, le dedique una sonrisa tímida al igual que todas las mañanas, pero esta ves me saludo(toda la conversación ocurría en alemán)

  • Buenos días- saludo el, con un tono de voz profundo, grave y con un notorio acento de extranjero, francés según yo, pero no estaba segura

  • Buenos días- le responde con una sonrisa mas amplia

  • ¿Como esta?- me pregunta amablemente

  • Bien, con un poco de sueño, pero bien, y usted?

  • Bien también, cansado eso si- le sonrío y desvío la mirada hacia la ventana, en el reflejo de ésta noto que desvía la mirada hacia mi escote, me hago la lesa y me sonrío a mi misma- Usted...- comienza el y lo miro de nuevo, desvia rápidamente su mirada y continua- ¿es extranjera?

  • Si, Soy de Chile, en América del Sur, me llamo Pamela- y le estiro mi mano por cordialidad.

  • Jean Jackes, del Congo, un placer conocerla- me dice respondiéndome el saludo con la mano, y da una pequeña risita, mientras en mi cabeza me repito" del Congo mmmm...."- Se donde queda Chile, no era necesario especificar el continente.

  • Jajaja, es que mucha gente por acá me queda mirando raro cuando digo de donde soy y me pregunta donde queda, así que opto por hacer la presentación completa

  • Yo se donde queda Chile por el fútbol, ¿Zamorano es chileno, no?- le asiento- Me gusta mucho el fútbol español y el ha sido uno de los grandes jugadores de ahí

Le sonrio y seguimos conversando de trivialidades. Me entere que el llego a Alemania cuando chico, escapando de la guerra que había en su país y que actualmente trabaja en un hotel como recepcionista por su manejo de alemán, ingle y francés.

Quedó sorprendido cuando le conté que tenia 17 años y que estaba sola con una familia  alemana de intercambio, me encontró muy valiente para tener tan poquitos años, me dijo que tenia 31 años y que vivía solo.

Nuestra conversación termino muy al aire porque llegue a mi estación y me tuve que bajar. Muestras conversaciones se repetían todos los días, siempre cosas diferentes de que hablar, coincidíamos solamente por las mañanas, ya que el tenia turno en el trabajo hasta tarde.

Un dia, después del colegio me quede en la ciudad para conocer un poco más y mientras paseaba por ahí, me encontré con Jean, me saludo muy animadamente. Estuvimos conversando un rato, hasta que le dije que me tenia que ir a casa, ya se estaba poniendo fresca la tarde y me estaba comenzando a dar un poco de frío, ya que estaba con el mismo vestido de la vez que comenzamos a hablar, el  me dijo que también se tenia que volver, así que caminamos juntos a la estación del metro.

Como era hora pick, había muchísima gente tanto en el tren como la estación, apenas entrábamos en el metro y quedamos algo separados. Yo iba sujetada como podía de una de las manillas que cuelgan del techo, apenas alcanzaba. Cuando el tren estaba llegando a la siguiente parada, por el frenado alguien choco contra mi o yo contra el, no se había demasiada gente como para saber que había pasado. Subió y bajo gente del metro escuche que me decían al oído,"Te encontre", era Jean, obviamente.

No alcance a darme vuelta y el tren volvió a partir, esta ves, Jean choco contra mi por mi espalda, no me moví porque claramente fue un accidente, pero lo que si me dejo extrañada fue que no se movió de atrás mío. Yo estaba sujeta de la manilla del metro, casi sepultada entre tanta gente que es mucho mas alta que yo con un hombre negro pegado a  mi espalda...

¿Como esperan que mi cuerpo no reaccione a eso? Me quede quieta sin hacer nada, sin moverme. Sentí como ponía una mano en mi cadera, no me opuse, mi respiración se hizo mas profunda y pausada. Me atrajo más contra el y sentía que su entrepierna estaba contra mi espalda. Yo seguía quieta sin saber que hacer, a mi cuerpo le estaba empezando a llegar ese agradable calorcito de la excitación y mis mejillas se pusieron levemente rosadas, sentía como me ardían levemente. Su mano seguía en mi cadera y con sus dedos comenzó como a subir mi vestido. Mis ojos se abrieron como platos y el señor que estaba frente mío me miro extrañada y miro para otro lado. Jean puso su otra mano en la zona alta de mi cintura, por el costado y acariciaba levemente. Siento como se encorva hasta que siento su respiración en mi oído.

  • ¿Sigues dos estaciones más?- no me había dado ni cuenta que estábamos por llegar a mi parada. Era un mar de confusiones, estaba muy caliente con prácticamente un extraño acariciando me en el metro. Tenia miedo y curiosidad, quería comprobar si el mito de los negros era de verdad, pero me daba miedo porque también  iba a ser mi primera vez y tenia cero experiencia relacionada con el sexo, que no sea la autosatisfacción. Respire profundo y me doy la vuelta, el sigue encorvado así que no me es difícil susurrarle en el oído

  • Soy virgen- le tomo dos segundos reaccionar, apretó su mano contra mi cintura y la otra agarro mi suavemente mi nuca, enredando sus dedos en mi cabello.

  • No va a pasar nada que tu no quieras- y me da un suave beso en los labios, que me hizo tomar la desicion, hoy, seria la noche. Me separe de el lentamente, con una pequeña sonrisa. El tenia los ojos cerrados, como con cara de susto.

  • Debo avisar que no llegare a casa- le dije con una risita, el se sonríe inmediatamente, y me da un corto beso en los labios. Me separo un poco de el para sacar mi celular y avisar que iba a quedarme donde una amiga durante la noche. Guardo el celular en la cartera y el me toma suavemente de la mano y me susurra

  • No te arrepentirás- me dice, el tren se detiene y bajamos en la estación, caminamos casi en silencio...se me había olvidado prácticamente todo el alemán de los puros nervios, respondía con un leve si y no

No se cuanto habremos caminado hasta llegar donde vivía, era un complejo de edificios, el vivía en el ultimo de la fila en el 3er piso. Entramos al lugar, era un pequeño apartamento de 2 ambientes, el living- comedor-cocina, y el dormitorio baño.

  • Toma asiento- me ofreció lugar en el sofá y me senté, calladita, nerviosa, jugaba con la cartera.-¿Quieres jugo?

-No, michas gracias- respondí, me pare, no quería alargar mas la situación y fui a su encuentro. Me coloque alado de el, y trate de tomar la iniciativa pero no me dejo. Me agarro suavemente de mi cadera y me comenzó a besar, lentamente, mientras mis manos se ponían en su cuello. Comenzamos a caminar hacia el dormitorio mientras una de sus manos subía a mis pechos y los comenzó a acariciar.

  • Mmmmmhh- gemí al sentir el contacto de su mano contra mi pecho.

Sentí como choque con mis piernas contra la cama.

El trato de que me recostara, pero no le deje, me quede sentada y comencé a cariciarle su paquete que estaba justo frente e mi cara, no se molesto y se saco la camisa mientras yo desabrochaba su cinturón junto con su pantalón, al soltarlo este callo solo al piso, quedandose el solo en unos bóxers ajustados que me encantan.

Mire hacia arriba con una pequeña sonrisa traviesa y comenze a deslisarle los bóxers hacia abajo sin separar mi vista de el, al bajarle los Bóxers.

Senti como algo reboto frente a mi rostro y lo mire, no era de un tamaño que me hubiera esperado de un negrito, era normal, pero  tenia  un pene negro y venoso frente a mi, que irradiaba ese calor que tanto me gusta ahora, con su aroma a sexo golpenadome exquisitamente en la nariz.

Lo tome con una mano y volví a mirar su rostro como reaccionaba. Tenia los ojos cerrados. Moví mi mano hacia atrás, destapando su capullo, y sus labios se entreabrieron dejando salir un leve gemido. Me sonreí y acerque mi boca a el. Saque mi lenguita y la pase levemente por la punta, su respuesta fue totalmente aprobatoria, gimió más fuerte y se afirmo con una mano de mi hombro.

Yo seguí con mi labor e imitando una que otra película xXx que vi por internet, le pasaba mi lengua por el capullo y luego lo metía de a poquito en mi boca, jugaba enredando mi lenguita en lo que entraba en mi boca, mientras que con mi mano jugaba con sus bolas, el disfrutaba, gemía y movía levemente sus caderas contra mi, llego un momento que me agarro de la nuca, y creí que me la iba a meter él, pero no, me alejo de él.

  • No quiero acabar todavía preciosa- se agacha y me comienza a besar, se acomoda alado mío y me sigue acariciando las tetas con una mano, mientras que con la otra me acaricia la pierna por sobre el vestido

Comienza a acercar su mano a mi entrepierna que a esas alturas yo ya sentia que era un charco gigante de mis líquidos. El los toca con sus dedos y me besa más profundo al notar lo húmeda que estoy.

Me hace que me levante y me quita rápidamente todo lo que llevo puesto y me recuesta lentamente sobre la cama sin dejar de besarme.

Hace que separe lentamente las piernas mientras con sus dedos toca la humedad de mi conchita y pasa a rozar levemente sus dedos contra mi clítoris, que me hacen soltar leves gemidos.

-¿La quieres dentro tuyo?- me pregunta

Sin pensarlo dos veces, le respondo que si. Hace que levanta las rodillas, y dirige la punta de su pene hacia mi entradita y la frota un rato contra ella hasta que mete la puntita.

Suelto un gemido, me encanta sentirla ahí, mueve levemente sus caderas, haciendo que entre y salga el la pura entradita. En uno de esos movimientos empuja mas y siento como entra mas en mi.

Misteriosamente no me duele, o no como creí que iba a ser, se sentía muy rico y se lo hice saber con un gemido muy profundo, el se quedo  un rato mirándome. No me había dado cuenta, pero había cerrado los ojos con su penetración mas profunda,los abro y lo veo a el, con su piel negra, levemente sudada.

-Estas bien?- me pregunta

-De maravilla le respondo- mientras hago que mis caderas se muevan contra su abdomen.

El rápidamente retoma su mete y saca ahora, con todo su pene entrando en mi, entre los dos hacíamos una sinfonía de gemidos, que dudo que alguien en el edificio no se enterara de lo que pasaba en el piso 3.

Sentía como Jean entraba y salía haciéndome sentir un calorcito agradable por mi cuerpo.

Derrepente Jean comenzó a darme con embestidas más fuertes y a jadear mucho, de un de repente se sale y siento como salta su leche caliente contra mi gatita, lo miro al rostro, extasiado con la boca abierta y todo sudado. Se recuesta alado mío y con su mano alcanza algo de la mesita de noche que esta a su lado, me limpia su semen con un pañuelo húmedo y me acurruco a su lado  a dormir después de una placentera sesión de sexo.

En otra oportunidad probare su leche, me decía mientras caía en los brazos de Morfeo....

Y esa fue mi primera ves. En Alemania con un Congoriano, que me hizo descubrir que el mito, es solo un mito ;)

Ojalá les halla gustado leerla, como a mi vivirla y recordarla

Besitos rico y hasta la próxima.

Pame