El mundo de Bumbo (10 de 11)
Bumbo es un negro que provoca una epidemia de sumisión
Cuando el padre de Nina volvió a su casa, su esposa tenía ya preparado un almuerzo de media mañana y le esperaba arrodillada en el suelo junto a Lumi, la madre de Loli.
-Hola, mis cerdas. Vengo muy caliente del cole de vuestras hijas, y necesito descargar.
Las dos jóvenes atendieron diligentes con sus bocas la polla de su amo, que mientras era lamido y engullido desde el suelo, se bebía un aperitivo. Tras llenarlas de lefa, comió su almuerzo, servido por ambas. Su esposa se atrevió a hablar.
-Amo, cuéntenos qué tal le ha ido con Nina y Loli.
-Ha estado muy bien. Por un lado, he disfrutado de la profesora, una tal Lucy, y de una de las niñas, Erika. Por otro lado, creo que Bumbo estará contento de mis gestiones. Pero sobre todo, Lumi, me ha encantado ver a tu hija exhibiendo su emputecimiento con la mía. Esa niña me pone a cien.
-Si me lo permite, amo, a mí me pasa lo mismo. Mi hija Loli es una bomba sexual. Casi me estoy corriendo sólo con pensar en ella. ¿Y la profesora se ha portado bien con usted, dice? Yo la conozco, es preciosa, y casi una niña aún. Pero muy formalita.
-Sí, ha bastado con ponerla un poco en su sitio. Me apetece rellenarla de semen cuanto antes.
-Querido, eso está hecho. La invitaremos a tomar café, esta misma tarde. Ahora le llamo, con su permiso.
La mamá de Nina marcó el teléfono del colegio, mientras Lumi bebía la meada de su amo.
-Hola, ¿puedo hablar con la señorita Lucy? Sí, espero. Hola, Lucy, soy la madre de Nina, tu alumna. Sí, ya sé, mi marido ha estado esta mañana allí. Te llamaba para invitarte a tomar el café esta tarde en nuestra casa. Estará también la mamá de Loli, ya sabes, la amiguita de nuestra Nina. Sí, a las cinco. Un beso, cariño.
Hacía tiempo que la madre de Nina no disfrutaba de las hostias de su marido. Cuando terminó de hablar con Lucy, recibió una sonora bofetada que le sacó las tetas del corpiño. Se relamió entusiasmada.
-Gracias, mi amo.
Luego puso la otra mejilla, mimosa e ilusionada, y recibió otro tortazo que le llevó al paraíso. Las niñas no tardaron en llegar.
-¡Hola! Papi, ha sido genial lo de esta mañana. Nuestras compañeras nos han estado felicitando por la fenomenal corrida de la tarima. Y Erika está colgada por usted, papá. No hacía más que nombrarle frotándose el coñito.
El hombre metió su polla entera en la boca de Loli, su depósito de semen favorito. Le había gustado que su hija pasase por fin a tratarle de usted.
-Esa Erika me ha caído bien, sí. Me apetece desvirgarla, hija mía.
-Genial, papi. Métame su polla en el culito, porfa, porfa...
El hombre accedió al capricho de su hijita. Sacó el miembro de la garganta de Loli y lo enchufó en el agujero trasero de Nina. Loli se desquitó apaleando un rato a su mamá. La cerda, mientras, necesitaba más hostias y se acercó a su hijita Nina.
-Mi amor, mientras te encula tu padre pégame un ratito, preciosa.
Las cuatro putas estaban gozando felices el encuentro doméstico. Y el cabeza de familia tenía suficiente energía para no dejar de penetrarlas, usarlas y apalearlas. El ambiente que se respiraba en casa de Nina era ya similar al de la de Bumbo. Erika recibió una llamada de su compañera de clase, Nina.
-Hola, Erika. Mi papi dice que te da permiso para visitarnos esta tarde, antes de ir a casa de Bumbo.
-¡Genial, Nina! Te lo agradezco muchísimo. Me apetece mucho conocer a Tina y Tana y ya tengo el dinero preparado, pero lo de que tu papá me reciba me hace muchísima ilusión.
-También vendrá la profe, así que lo pasaremos muy bien. Vístete con poca ropa, a mi papá le gusta mucho eso.
-Lo haré, Nina, un besito.
Esa tarde, la primera en llegar a casa de Nina fue la señorita Lucy. Esa dulce perrita había vivido algo inaudito por la mañana y continuaba nerviosa y excitada. Las mujeres de la casa -Nina, Loli y sus respectivas madres- se habían vestido y caminaban sobre sus pies, con normalidad. La llevaron ante el hombre de la casa, tratándola con suavidad. La cerda ejercía de anfitriona.
-Ven, querida Lucy, nos alegramos mucho de conocerte, tanto Lumi como yo.
-Oh, encantada, ¿entonces tú eres la madre de Nina, y Lumi es la de Loli, ¿no?
-Eso es, preciosa, Lumi y Loli se han hecho como de la familia y viven con nosotras. Ahora somos cinco en la casa, y disfrutamos mucho todos juntos. Mi marido está encantado. Oye, te has puesto hermosa, a él le va a gustar este modelo que llevas.
La madre de Nina y las otras tres acariciaban sobre la ropita a la profe, mientras la acercaban al amo. Lucy no había entregado su cuerpo a ningún hombre, pero intuyó que para visitar aquella casa debía vestir sin ropa interior y con aquel trapito ajustado de una pieza que la hacía parecer desnuda. A ello contribuyó el endurecimiento de sus pezones por las caricias recibidas. Al llegar ante el cabeza de familia, se acobardó ligeramente, bajando su cabecita.
-Hola, profe. Espero que hayas reflexionado estas horas sobre tu mal comportamiento en clase. Ven.
Lucy se acercó hasta aquel señor que le hacía sentir tan pequeña y a la vez tan puta. No sabía bien cómo debía comportarse, así que se arrodilló a sus pies.
-Señor, siento haberle enfadado un poco esta mañana. Le ruego que me vuelva a disculpar.
En aquella postura, Lucy mostraba al hombre casi enteras sus tetazas a través del escote. Él metió su mano y le agarró uno de esos dos melones.
-No te preocupes, todo está perdonado.
Lucy se dejaba magrear, y su respiración empezó a ser más rápida. El timbre volvió a sonar. Las niñas se quedaron con su amo y su profe, y la cerda fue a abrir.