El mulato Duncan se folla a mi mujer (2)

Mi hermana y su novio Duncan vienen a casa a pasar unos días (2ª parte)

II

Esa noche cenamos tranquilamente y salimos a tomar unas copas, mi mujer y yo nos recogimos pronto pues al día siguiente ambos trabajábamos, pero mi hermana y Duncan se “fueron de marcha”. A eso de las cuatro de la mañana hoy un ruido, me levanté a ver qué pasaba y al pasar por la puerta de la habitación de mi hermana escuche lo que pasaba. Mi hermana y Duncan estaban follando a lo bestia y mi hermana gritaba de manera desaforada sin impórtale que estuviéramos a sólo unos metros. No sé si mi mujer se enteró pero yo volví a la cama con una buena erección.

La semana comenzó como todas las de verano de trabajo, un lunes perezoso y muy caluroso. Cuando me fui todos seguían durmiendo, mi mujer no entraba hasta las 10 de la mañana pero yo tenía que estar en la oficina a las 8 así que me levantaba entre las 6 y las 6:30 para poder ducharme y desayunar con tranquilidad. A eso de las 12 llamé por teléfono a mi mujer para preguntarle que qué tal. Ella respondió: “Hola amor, qué tal has dormido” yo dije: “Bien cariño, la verdad que un poco agitado por el calor y por un poco de ruido que hicieron estos al llegar”. María dijo: “¿Tú también lo escuchaste? Vaya jaleo que montaron, como sea así todas las noches vaya tela.” “bueno, están de vacaciones y es normal” respondí yo. “Ya, ya” dijo María “si los hubieras visto esta mañana para desayunar, tu hermana ha salido con un picardías y el con unos calzoncillo tipo bóxer, tienes que hablar con tú hermana y dejarle claro que esta no es su casa.” “Vale, vale, hablaré con ella, te dejo que tengo un poco de lio, un beso”. Volví muy tarde a casa, la cosa se complicó mucho, es lo que pasa algunas veces en verano cuando la mitad de la plantilla está de vacaciones, normalmente es tranquilo pero hay veces que no das a vasto. Llegue a eso de las 9:30 y en casa sólo estaba mi mujer, mi hermana y Duncan se habían ido a cenar fuera. Mi mujer estaba un poco alterada, me contó que mi hermana y Duncan se habían bañado desnudos en la piscina y que creen que habían follado allí mismo. Le dije que se tranquilizara un poco que me dejara darme una ducha que venía muy sudoroso y comer algo y hablábamos, a los 15 minutos y con un bocata en la mano le pregunté que qué había pasado. María empezó: “llegué de trabajar a eso de las 5 y media y escuche ruido en la piscina, fui a la cocina a beber algo y desde la ventana que da a la piscina vi a Duncan desnudo y a tú hermana saliendo del agua totalmente desnuda, ella se fue hacia Duncan y le cogió la polla con una mano como si fuera una manguera y tiro de él, agarrada a su polla fue andando por el jardín, yo me escondí para que no me vieran, pero tú hermana guió a Duncan hasta una tumbona, se sentó y comenzó a chupársela. Era como una película porno, tú hermana no hacía más que chupársela a Duncan y a él parecía no dejar de crecerle, apenas le cabía a tú hermana en la boca. Así han estado por lo menos 15 minutos cuando Duncan se ha puesto a bramar como un toro y ha empezado a correrse en la boca de tú hermana, yo me he puesto muy nerviosa y he salido corriendo a la calle a comprar algo y distraerme.”

Joder con la historia, me la había puesto durísima, mi mujer parecía muy agitada y le pregunté mientras me acercaba a ella: “¿y qué quieres que hagamos?” Ella dijo: “no sé, es tú hermana” me puse a su lado y la abrace dándole un pequeño beso: “tranquilízate cariño, ya verás cómo lo solucionamos” Ella respondió a mi beso y yo me lance a besarle con más pasión. La cogí de la mano y me la llevé al dormitorio donde nos seguimos besando mientras nos desnudábamos, ella al notar que yo iba totalmente empalmado me dijo: “eres un guarro, te has puesto cachondo con lo que te he contado” yo asentí mientras le lamía el cuello y bajaba hasta las tetas. Con la mano derecha fui acariciándole el coño y note que ella también estaba húmeda. “vaya” dije yo “parece que no soy el único excitado aquí”. Ella sin decir nada se arrodillo y se metió mi polla en la boca comenzando a hacerme una mamada de campeonato. Llevábamos varios días sin hacerlo y yo la verdad es que estaba un poco necesitado, ella siguió un rato con la mamada y cuando le hice un signo de que parara o me iba a correr ella aceleró la mamada. Yo no aguanté más y me corrí copiosamente en su boca, el semen se le escurría por las comisuras de los labios. Me senté en la cama a descansar un momento mientras María cogía un pañuelo de papel y se limpiaba de los restos. Me miró y miró a mi polla todavía dura y se lanzó a chuparla otra vez, sin embargo la corrida había sido tan intensa que me había dolido un poco, y poco a poco se me fue aflojando. Ella seguía succionando  y empezaba a ser un poco molesto, tuve que cogerla de los brazos y levantarla. A continuación la tumbe boca arriba en la cama y comencé a lamerle las tetas bajando hasta su coño.  Le comí la parte anterior de los muslos y después me lance hacía su coño y su clítoris. Estaban ardiendo y totalmente mojados, el simple roce de mi lengua sobre su clítoris provocó un gemido larguísimo que me alteró un poco y me hizo parar, ella me miró y dijo: “no pares por dios”. Seguí chupando un buen rato hasta que me dolió la lengua, creo que se había corrido un par de veces por lo menos por los estremecimientos y los jadeos. Con tanto chupeteo y jadeo a mí se me había puesto otra vez a tope, me incorporé un poco  y se la metí de golpe. Ella reaccionó con un gritito, aunque estaba tan lubricada que era casi como meterla en un bote de crema. Nosotros habíamos fantaseado muchas veces con terceras personas y mientras me la follaba lentamente le dije al oído: “¿qué pasa? Te has puesto cachonda con la escena de la piscina”. Ella mirándome a los ojos y con cara de lujuria me dijo:”no ha estado mal”. Yo insistí “¿tiene una buena polla Duncan no? “Eso parece” respondió ella mientras jadeaba lentamente. “¿Mi hermana se la chupaba bien?” pregunté. “Él parecía contento” Yo seguía follandomela lentamente y poco a poco iba acelerando, continué: “bueno tú eres una chupadora fenomenal, ¿quizás podrías enseñarle a mi hermana como se chupa una polla, no? María siguió a jadeando y yo le dije: “¿te gustaría chupar la polla de Duncan? Ella me miro a los ojos y dijo: “si, estaría bien”. Yo le dije: “dime que te gustaría hacer” Ella apretándome el culo con las dos manos dijo: “me gustaría chuparle la polla” yo aceleré la follada y le pregunté otra vez: “¿a quién, a quién? Ella con la boca abierta dijo casi gritando: “me gustaría chuparle la polla a Duncan, quiero chuparla y que luego me folleeeeeee” y nos corrimos juntos.

Los dos caímos rendidos por la monumental follada, poco a poco fuimos recuperándonos. María se incorporó un poco y me dijo: “Antonio, todo esto es una fantasía no quiero que te preocupes por Duncan.” Yo haciéndome el distraído le comenté: “¿por qué te preocupas tanto, sólo estábamos fantaseando, no?” Ella me respondió un poco azorada:”no, no es eso. Pero no me gustaría que estuvieras preocupado” Yo le dije: “Pero el otro día vi como a Ruth y a ti si os iban los ojos detrás de él, y hoy te has puesto cachonda viendo a mi hermana chupándosela, no?” Ella un poco confusa respondió: “bueno, sí pero sólo son fantasías nada más”. A mí con la charla la polla se me estaba poniendo dura otra vez, cosa que no pasó desapercibida a María. Ella estiró la mano y empezó a pajearme mientras me decía y cambiando su discurso: “Y tú qué, ¿te gustaría verme haciendo algo con Duncan?” yo le respondí: “¿Son sólo fantasías no?, pero la verdad es que imaginarte metiéndote ese rabo me ha puesto cachondo.” Ella me miro y con lujuria volvió a chupármela hasta que me corrí por tercera vez, hacía mucho que no me corría tres veces tan seguidas. Nos duchamos y nos fuimos a la cama destrozados, Duncan y mi hermana todavía no habían vuelto.

Transcurrió lentamente la semana, yo volvía tarde y apenas vi a mi hermana y a su novio. Mi mujer no volvió a contarme nada sobre ellos aunque teníamos sexo todas las noches y ella estaba especialmente caliente, no incluimos a Duncan en nuestras fantasías el resto de la semana, la verdad es que no hacía falta, María estaba súper caliente y yo estaba un poco mosqueado pero sin llegar a preocuparme. El miércoles llegué a eso de las 7 y Duncan y mi hermana no estaban, se habían ido a comprar y luego a cenar por Madrid, nosotros pasamos el resto de la tarde en la piscina leyendo y cenamos una pizza mientras veíamos una película en la televisión, a eso de la medianoche nos acostamos. Duncan y Luisa no habían llegado todavía.

En medio de la noche una sensación muy placentera me despertó, María me había bajado los pantaloncillos del pijama y me estaba chupando la polla. Era algo que María me hacía de alguna vez cuando comenzamos a salir, ella se despertaba en medio de la noche con ganas y comenzaba a chupármela hasta despertarme, hacía mucho que no lo hacía. Yo ya estaba empalmado en sueños y ella completamente desnuda me la mamaba con ansia. En la penumbra de la noche me recosté un poco mientras me desperezaba, ella siguió chupando mientras se ponía de rodillas colocando su coño encima de una de mis piernas rozándose y jadeando. Yo notaba en la pierna la humedad y el calor de su coño y me excitaba aún más, pero lo más fuerte fue verla de pronto incorporarse un poco y comenzar a hacerse un dedo mientras con la otra mano me la chupaba. Notaba como sus lamidas se hacían más intensas mientras jadeaba, estaba acercándose al orgasmo ella sola, yo estaba flipando medio dormido como estaba. En eso que con la polla agarrada en la punta de los labios empieza a gemir, yo ante semejante panorama comencé a correrme. María con un orgasmo largo notaba en la penumbra mi esperma saltar sobre su cara y su mano. Cuando dejo de correrse me miro y comenzó a lamer su mano limpiándose el semen. Yo completamente flipado me tumbe y después de relajarme un poco, le pregunté: “¡Coño María!, ¿qué ha pasado que te has despertado con tanta ganas de guerra?, son las 3 de la mañana, madre mía que mamada que me has hecho.” Ella jadeando se tumbo a mi lado sin soltarme la polla con el olor mezcla de semen, sudor y saliva me dijo: ”¿te ha gustado?, digamos que me apetecía mucho.” “Ya, ya lo he notado” dije yo “pero hacía mucho tiempo que no hacías esto y la verdad es que te noto súper cachonda esta semana.” Ella me miro y me besó, se apartó un poco y me contó:

“Me he despertado y he ido a por un vaso de agua, he escuchado un ruido fuera y me he asomado a la piscina. Allí estaba tu hermana en medio del césped a cuatro patas mientras Duncan se la follaba por detrás, estaban de espaldas a mí, yo me he quedado completamente paralizada viéndolo meter y sacar , no me he dado cuenta y me he quedado en el dintel de la puerta unos segundos que me han parecido eternos, de pronto él se ha puesto a bramar se la ha sacado y ha dado la vuelta sentándose en el suelo delante de tú hermana con la polla lista, ella se la ha agarrado con las dos manos y se ha puesto a chupársela. Duncan ha levantado la vista y me ha visto mirando, al principio parecía sorprendido pero al ver que yo no me movía ha levantado la mano y me ha hecho un gesto para que me acercara, tú hermana se ha dado cuenta y con la polla agarrada se ha girado y al verme me ha sonreído. Yo he salido del trance y he salido corriendo para la cama. Estaba tan excitada que no he podido evitar bajarte los pantalones y ponerme a chupártela.”

Yo con la narración me había puesto otra vez a tono, me puse encima de mi mujer y sin más preámbulos y comencé a follarmela de manera salvaje. Ella me miraba a los ojos y me apretaba los brazos como si yo fuera a escaparme. En un momento de la follada la miré y le dije: “quieres que Duncan te folle” y ella sin pensármelo me miro y me dijo: “si” y comenzó a correrse otra vez. Yo también me corrí y caí rendido al lado de ella. Me giré y le di la espalda, se hizo un silencio largo. A los cinco minutos ella se arrima a mí y acariciándome la espalda me dice: “¿te has enfadado?” no respondí, decidí hacerme el dormido. Ella viendo que no respondía me dijo: “Antonio, yo te quiero y no voy a hacer nada que te lastime, quiero que lo sepas…, estás dormido?...” yo seguí sin responder y ella se giró hacia el lado de su cama. Permanecí despierto un rato pensando en la situación hasta que caí dormido sin darme cuenta. Por la mañana me desperté, me levanté sin hacer ruido y sin despertar a María. Me duche y me fui al trabajo.