El móvil de Alicia
Alicia contestame x favor estoy preocupado ace días k no se nada d ti
EL MÓVIL DE ALICIA
"Alicia contestame x favor estoy preocupado ace días k no se nada d ti"
Fue el mensaje de texto que Miguel envió al móvil de Alicia, pero Alicia no contestó. Miguel y Alicia eran amigos desde niños, a Miguel le gustaba Alicia pero no se atrevía a decírselo por miedo a complicar las cosas y perderla como amiga, además a Alicia le gustaba otro chico, ese chico era como no, Carlos, no era el chico que ningún padre desearía como novio de su hija, pero quizá por eso mismo era el chico que todas las chicas de clase deseaban.
Pero el lector se preguntará: ¿por que hace días que Miguel no sabe nada de su amiga?. Bueno te lo explicaré: El pasado Jueves fue la cena de fin de curso, era el último año de instituto y al año siguiente muchos ya no volverán a verse. Carlos llegó al restaurante donde iban a cenar en un deportivo negro que se había comprado con el dinero negro que le proporcionaban sus negocios ilegales relacionados con la distribución de sustancias psicotrópicas. Por supuesto fue el centro de atención esa noche y todas las chicas estuvieron babeando durante la cena.
Al acabar la cena fueron a una discoteca, y allí Carlos se fijo en Alicia, no era la chica mas guapa de la clase pero tampoco era fea, Carlos nunca se había fijado en ella, pero aquella noche Alicia llevaba un precioso vestido blanco bastante escotado que dejaban apreciar bastante bien buena parte de la impresionante anatomía pectoral de Alicia y eso a Carlos le llamo la atención, "menudas tetas" pensó "por que todavía no me e follado a esta tia" así que se dirigió a ella confiado y altanero mientras apuraba las últimas caladas de un cigarrillo y rodeado por las miradas llenas de envidia del resto de chicas entabló conversación:
Carlos: "¿Alicia verdad?".
Alicia: "Si".
Carlos: "¿Como es que estando en mi clase todo el año (él era repetidor) nunca había hablado con una chica tan guapa? Bueno yo soy Carlos ¿me das dos besos?".
Alicia: (dándole dos besos sin poder ocultar lo sonrojada que se puso) "Ya lo sé je je, no se eso mismo digo yo je je. Tu nunca has hablado conmigo.
Carlos: "Pues que estúpido he sido. Es una lástima que solo quede una semana de clase ahora que nos hemos conocido, me hubiese gustado pasar mas tiempo contigo.
La conversación siguió con temas triviales. Carlos le contó a Alicia algunas cuantas anécdotas sobre las "putadas" que hacían él y dos o tres matones mas a los "pardillos". Putadas como robarles la ropa en los vestuarios mientras se estaban duchando después de la clase de Educación Física, o mearles en las mochilas sin que se diesen cuenta y ver la cara que ponían después al meter la mano para sacar los libros, o incluso agresiones físicas. Todas estas "gamberradas" solían ser grabadas en video con los móviles e incluso Carlos había contactado a través de internet con un tipo que le pagaba por esos videos. No es que este comportamiento le gustase a Alicia, pero estar allí con el chico mas guapo y "peligroso" del instituto le hacia sentir importante y no pudo evitar fingir que le hacían gracia esas historias. Ella pensaba que en el fondo no podía ser tan mal chico y que quizá una chica como ella podría amansar a la fiera y convertirla en un hombre de provecho.
Mientras tanto, miguel desde lejos, con sus amigos en la otra punta de la discoteca, resignado e ignorado veía como Alicia parecía estar pasándoselo muy bien. Veía como ambos bebían y reían y como en un momento dado Carlos le paso la mano por la cintura a Alicia y a ratos le susurraba al oído acercándose cada vez mas a su cara.
De repente sonó en móvil de Carlos, este contestó a la llamada y comenzó a hablar, con el ruido de la música Alicia solo alcanzó a escuchar que Carlos decía "vale, pero esta vez no me jodas y tráete la pasta, no te fío mas" y colgó.
Se dirigió a Alicia y dijo: " Preciosa, tengo que ir a un sitio un momento".
Alicia: (Con cara d desilusionada) " ¡Ah! Esta bien, ya nos veremos supongo".
Carlos: "Tengo una idea. ¿Por que no me acompañas? Solo será un momento, así de paso te enseño mi nuevo coche.
La última vez que Miguel vio a su amiga ese fin de semana fue en aquel momento, saliendo de aquel local junto con Carlos. Al día siguiente, viernes, Alicia no fue a clase y, como ya sabes, durante todo el fin de semana Miguel no tubo noticias suyas, pese a que siempre solían quedar los Sábados para ir al cine o salir con los amigos. Llamó a todas sus amigas y ninguna sabia nada.
El lunes por la mañana, penúltimo día de clase, todo el mundo hablaba sobre las vacaciones, sobre las prescripciones a la Universidad o sobre las pruebas de acceso. Pero Miguel no hacia mas que mirar hacia el vacío pupitre de Alicia, la clase de Matemáticas acababa de empezar y no estaba. Tampoco estaba Carlos, pero eso era mas normal.
De repente se abrió la puerta y entro Alicia "venga pasa por ser el ultimo día haremos la vista gorda con la puntualidad" dijo el profesor, pero en tono de broma, Alicia no solía llegar tarde así que si esta vez lo hizo, sería por algo. Fue directa a su pupitre, sin mirar a nadie, se sentó y estuvo todo el rato cabizbaja y pensativa, como ausente.
Al acabar la clase Miguel se acercó y le preguntó por que no contestó a sus mensajes " se me perdió el móvil" dijo ella, "si debió ser una noche muy loca, ¿no Alicia?" apuntó una de sus vecinas de pupitre, y varias chicas comenzaron a reírse murmurando a cerca de los morados que Alicia llevaba en el cuello. En esto Miguel se dio cuenta de que también llevaba otro moretón en el brazo, como si alguien la hubiese sujetado con fuerza.
Al terminar la última clase Alicia recogió sus cosas rápidamente y se marchó sin mediar palabra y sin esperar a Miguel como hubiese sido habitual. Cuando Miguel se percató salió detrás suya y la alcanzó a la salida del instituto.
Miguel: "¡Alicia! Espera."
Alicia: "¿qué quieres?" (dijo sin detenerse).
Miguel: "¿qué quiero? Estas muy rara. ¿Que te pasa?"
Alicia: (con tono irritado) "nada no me pasa nada ¿vale?. ¿Por qué me tendría que pasar algo? Que pesaditos estáis todos hoy.
Miguel: ¿por qué te enfadas conmigo? ¿no ves que lo paso mal al verte así? Se que estas mal ¿o acaso crees que soy estúpido? Te conozco mejor que nadie.
En ese instante Alicia rompió a llorar, Miguel la abrazó y trató de tranquilizarla "por favor, cuéntamelo". "esta bien" dijo la chica "pero aquí no, no quiero que nadie me vea así. Vamos a mi casa ahora no habrá nadie" así lo hicieron y Alicia contó lo sucedido aquella noche. Su relato fue mucho menos detallado y mucho mas lleno de angustia, pero ¡tú!, lector, si sigues leyendo, conocerás los hechos tal y como sucedieron íntegramente.
Carlos abrió las puertas de su flamante deportivo, se quitó la cazadora, quedándose en una camiseta de manga corta que dejaba ver el dragón que llevaba tatuado en su musculoso brazo, ambos montaron en el coche y salieron de camino hacia el viejo parque que estaba detrás del ayuntamiento, un lugar sombrío y poco transitado donde Carlos había quedado con un "cliente" para pasarle un gramo de farlopa, pero eso Alicia no lo sabía.
Eso si, en el trayecto, Alicia comprobó alucinada, la formidable habilidad que tenía Carlos para conducir y liarse un porro simultáneamente. Le dio unas caladas y le pregunto a Alicia si quería a lo que esta contesto que "no, gracias".
Aparcaron en la orilla del parque. "no me lo puedo creer, encima el cabrón este me va a hacer esperar" dijo Carlos. "¿Que hacemos aquí?" pregunto la chica, "esperar a que venga un colega al que tengo que darle algo". Y convenció a Alicia para ir al asiento de atrás mientras esperaban.
Acabó de fumarse el porro y lo echó por la ventanilla, la cerró y miró a Alicia, sonrió, la chica, ingenua le devolvió la sonrisa. Carlos acercó su cuerpo al de ella y le paso una mano por detrás de la cabeza mientras con la otra le acariciaba la mejilla.
Carlos: "Eres una chica preciosa ¿Lo sabes?".
Alicia: "¿en serio? Gracias".
Carlos: "y ese Miguel... ¿sale contigo?".
Alicia: "¿Miguel? Bueno... solo somos amigos.
Carlos: "entonces ¿no tienes novio?".
Alicia "No je je".
Carlos: "No puedo creerlo, una cosa tan bonita como tu".
Y mientras decía esto, masajeaba las cervicales de la chica con una mano y con la otra le acariciaba los labios. Alicia estaba temblando de los nervios, cuantas veces había soñado con aquél momento. Entonces la besó, y mientras la besaba Carlos acariciaba su espalda y sus piernas desnudas. Adentró una de sus manos por debajo de la corta falda del vestido y cuando Alicia comprendió hacia donde se dirigía esa mano, cerró de repente las piernas y dijo:
Alicia: "Lo siento... eso no, por favor".
Carlos: (que no estaba acostumbrado a que le negasen nada) "¿eh? ¿y eso? ¿qué pasa? ¿estas con la regla?
Alicia: "No, es que... veras, me gustas mucho pero yo... es que soy virgen.
Carlos: "No te preocupes que eso lo arreglo yo".
Alicia: "Pero... no se si quiero todavía. Nos acabamos de conocer."
En esos momento una luz irrumpió por detrás y se detuvo al lado del coche. Era el cliente de Carlos, Alicia lo reconoció nada mas ver la furgoneta blanca. Se trataba de un tipo muy chungo al que llamaban "el Mafias", un drogadicto que había estado en prisión por varios robos con violencia y por violación.
Sin mediar palabra el Mafias se metió en el asiento delantero del coche y preguntó "¿lo tienes?. Carlos saco una cajita de debajo del sillón del conductor, era el lugar donde escondía la droga para que su padre no la encontrase en casa, ya que sus padres, que no eran tontos, solían realizar registros rutinarios por su cuarto. Sacó una bolsita llena de un polvo blanco y le preguntó al mafias "¿un gramo no?", "si tío, ¡tirale! que tengo un mono que no me aguanto, me voy a hacer una aquí mismo" respondió el mafias, "que no ostias, ¿no ves que tengo compañía?" Trato de objetar Carlos, "venga coño Carlicos, que ya sabes que a mi solo me sienta mal", finalmente Carlos le dejó hacerlo, era un "cliente fijo" pero no pudo evitar maldecir entre dientes "joder".
El mafias depositó un poco de polvo encima de un CD, lo trituro con un carné , sacó un billete de cinco euros, lo enrolló formando un cilindro y con él, inhaló la droga. Después dijo "voy a mear" y salió del coche. Estando solos Alicia y Carlos:
Alicia: "¡Carlos!, esto no me gusta ¿me llevas a la discoteca o a casa por favor?"
Carlos: (mirando como el Mafias hacia sus necesidades fisiológicas) "joder ¿has visto que calibre que tiene el trabuco del hijo puta?"
Alicia: "¿Me estas escuchando? Quiero irme."
Carlos: "tranquila nena, ya se que no te gusta este tío, pero conmigo estas a salvo".
El mafias vuelve al coche y ya parece estar sufriendo los efectos de la droga, parece estar cada vez mas nervioso y eufórico, comienza a hablar como un comentarista de fútbol sobre lo respetado que era el en la cárcel. Carlos trata de cortarlo y hacer que se largue.
Carlos: "Venga tío, ahora déjame en paz que ya ves que tengo un asunto entre manos".
Mafias: "si, ya veo, ya, menudas tetas que tiene tu amiguita, cuanto eché yo de menos en la cárcel comerme unos melones como esos. ¿por qué no me la presentas?"
Carlos: "ja ja ja no flipes que esta fruta es para mi".
Mafias: "Venga Carlicos ostias, que con la farli me pongo muy cachondo y no me queda pasta para ir de putas, déjame que me la folle (y mientras dice esto estira un brazo y le toca un pecho a la chica que reacciona dando un grito).
Alicia: "¡suéltame cerdo!".
Mafias: "¿cerdo yo? Je je".
Carlos: "Venga mafias largate ¿No ves que no quiere?".
Mafias: "¿y desde cuando te importa a ti lo que quiera una de estas putitas?. ¿tampoco quería contigo verdad? La he escuchado decir que quería irse. ¡Con lo guapa que se a puesto esta zorrita esta noche!, ¿vas a dejar que se vaya así, sin mas? Vamos a follarnosla entre los dos.
Carlos: "¿Y buscarme la ruina? ¡Mafias copón! ¿Tu te has creído que quiero acabar en la cárcel como tu?
Mafias: "esta puta no dirá nada a nadie por la cuenta que le trae
(dijo mientras sacaba una navaja de grandes dimensiones, y después dirigiéndose a Carlos) y tú tampoco dirás nada ¿Verdad? ¿Qué prefieres echar un polvo o...?
Carlos: "Joder Mafias...visto así...tienes razón".
Alicia: (Llorando, muerta de miedo y con la voz entrecortada) "¡Carlos no! , Carlos no por favor"
Carlos: "Lo siento, no puedo hacer nada, me amenaza con una navaja y esta loco, pero que conste que yo no quería, ¿no dirás que fuy yo verdad?"
El Mafias salió del coche, abrió una de las puertas traseras, hizo un gesto a Carlos para que se apartara y acercó la navaja a la cara de Alicia (que no paraba de llorar) mientras se desabrochaba la bragueta y dejaba al aire su tremenda polla que estaba ya prácticamente en erección, Carlos calculó que debía medir al menos veinticinco centímetros, ya que era aproximadamente el doble que la suya, que media trece. Situándose encima de Alicia casi aplastándola y bajo la mirada entre temerosa y morbosa de Carlos, el Mafias le dijo a la chica "chupa". Alicia inundada de lagrimas dijo "No por favor no, deja que me vaya no le diré nada a nadie". El Mafias agarró a la chica del cuello y le puso pegada a los ojos, mientras la chica gritaba de miedo, después la cogió de los pelos, la acerco a su cuerpo y le restregó la polla por la cara. "¿Qué prefieres chupar? Hazlo, o te corto la lengua". "¡¡Valeee!! ¡valee! Dijo Alicia mezclando las palabras con el llanto y comenzó a mamársela. Era tan grande que apenas le cabía en la boca, a Alicia le daban arcadas, no vomitó de milagro. Mientras tanto el Mafias le tiraba del vestido para sacárselo, cuando llego a bajárselo hasta la cintura hizo señas a Carlos para que se lo quitase, "y quítale también el sostén y las bragas, vamos desnúdala". El Mafias sacó su polla de la boca de Alicia mientras y comenzó a manosearle y chupar le las tetas mientras Carlos acababa de quitarle las braguitas.
Tenía un cuerpo realmente hermoso, se podría considerar alta, en torno a metro setenta, el pelo castaño, lacio los ojos verdes, pero verdes de verdad, no marrón-verdosos ni verde-azulados, verdes puros, tan verdes como la lechuga. Sus pechos eran grandes pero firmes y redondos, si no la conociese desde la infancia Carlos pensaría que eran operados. Su cinturita estrecha, y su coño...su coño era una maravilla, gordito, rosadito, con un bello sin rasurar, pero bonito, fino y casi lacio, virginal.
"Chupale el coño" ordeno el Mafias a Carlos, mientras el proseguía mordisqueando los pezones de Alicia, que cerraba los ojos con fuerza y trataba de imaginar que aquello era una pesadilla y que terminaría pronto. Pero de repente algo la devolvió a la realidad. Sintió la lengua de Carlos frotando de arriba abajo sus otros labios y su clítoris. Alicia no pudo evitar que su cuerpo reaccionase involuntariamente ante esa caricia, sintió una especie de calambre que le hizo estremecerse y soltó un gritito involuntario mientras sentía como por sus ingles y sus muslos caía resbalando un liquido que emanaba de su coño. "esta putita ya esta a punto" dijo el Mafias, y apartando a Carlos se colocó encima de ella y le separó las piernas, Alicia quiso volver a suplicar que no lo hiciese, pero antes de que pudiese articular palabra el Mafias colocó un dedo en el orificio de la entrada a la vagína de Alicia y apretó con fuerza haciendo que su dedo penetrase dentro y causando en la chica un grito de dolor. Cuando el Mafias sacó el dedo estaba empapado de sangre " ¡mmm así que voy a estrenar este chochito eh!".
Carlos pensó que seria buena idea grabarlo en video, por algo así le pagarían mucha pasta, pero al coger su móvil se dio cuenta que se había agotado la batería. Así que busco en el bolso que Alicia llevaba y encontró su móvil y comenzó a grabarlo todo con él.
El Mafias se colocó encima de Alicia, le chupaba las tetas mientras restregaba su polla por la vajína de Alicia tratando de encontrar el agujero, cuando lo sintió apretó fuertemente. Alicia sentía una fuerte presión, trataba de no mirarle pero su aliento le daba en la cara, de repente sintió un fuerte dolor que le obligó a gritar. En realidad solo había conseguido meter le la puntita y seguía empujando para tratar de seguir penetrando, pero entre lo estrecho del coño virgen de Alicia y el aparatoso tamaño del pene del Mafias la penetración se hacia bastante difícil . A Alicia le dolía a horrores y no podía evitar moverse involuntariamente para evitar el dolor y para colmo el Mafias la echaba la culpa por no estarse quieta "Así no se puede follar ostia, abre las piernas joder, ¿no piensas estarte quieta? Esta bien peor para ti"
Agarro del brazo a la chica, la sacó fuera del coche y la empujó de boca contra el capó del coche, de modo que su ano quedase visible y dijo: "Carlitos, tu turno, quiero que te folles a esta puta por el culo".
Carlos le pasó el móvil a el Mafias que lo cogió sonriendo y continuó grabando. Carlos se chupo un dedo que restregó y metió en el culo de Alicia, a la cual ya casi no le quedaban fuerzas ni para quejarse, después le colocó su polla y empujó, la penetro entera y comenzó a follarsela cada vez con mas violencia. Carlos empujaba una y otra vez mientras con ese rítmico vaivén las grandes tetas de la chica se movían adelante y atrás rozando el capó del deportivo negro. Alicia gemía medio de dolor y quizá medio de algo mas. De repente fue Carlos el que comenzó a gemir mientras la cara se le ponía morada y las venas del cuello se le hinchaban. "Que pronto de has corrido" dijo el Mafias, quien no había parado de masturbarse todo el tiempo, después dio la vuelta a la chica la empujo hacia abajo hasta ponerla de rodillas, puso su poya entre las dos redondas y enormes tetas de la joven y le obligo a que se las sujetara con las manos y las moviese de arriba abajo para masturbarle con ellas. Al cabo de un rato haciendo esto, empezó a masturbarse apuntando hacia la cara de la chica y comenzó a gemir, y cuando Alicia comprendió lo que iba a pasar cerró los ojos y la boca y justo entonces sintió como chorros de un liquido caliente y viscoso, le golpeaban la cara. El semen del Mafias le caía resbalando desde el pelo cruzando la cara y chorreándole hasta los pechos.
Después Carlos la llevó a su casa, advirtiéndole de que si contaba algo el Mafias los mataría a los dos. Alicia fue corriendo a darse una ducha y se metió en la cama, al día siguiente fingió estar enferma para no ir al instituto y se pasó en su cuarto todo el fin de semana, llorando, a escondidas. Sentía rabia, pero también mucho miedo, miedo a tener que contar todo lo que pasó, miedo al que dirán, miedo a hacer sufrir a sus padres, y miedo de si misma por no entender por que en el fondo hubo momentos que se sintió excitada. Se auto culpaba a si misma, "si no hubiese montado en aquel coche".
Al acabar de escuchar la historia Miguel, enfurecido como nunca salió corriendo en busca de Carlos sabía que lo encontraría detrás del instituto, fumando hachis con sus secuaces. Fue directo hacia él y para asombro de todos le propino un puñetazo que lo dejo tumbado en el suelo, prosiguió pegándole una buena dosis de patadas, finalmente lo agarró del cuello y continuo la paliza pegándole una serie de brutales puñetazos mientras decía encolerizado "hijo de puta, pagaras por esto". Los chorros de sangre salían disparados de la nariz de Carlos a cada puñetazo. La gente que lo veía no podía creerlo aquel pringao le estaba zurrando a Carlos, el que se podía considerar como el jefe en el instituto, hasta los profesores le tenían miedo. Cuando dejo de golpearle y soltó su cabeza, Carlos cayó al suelo semiinconsciente y al darse la vuelta para irse los chicos se apartaban a su paso.
Alicia le confesó llorando a Miguel que no se atrevía a denunciar.
Alicia: "Además, no hay pruebas, han pasado varios días y me he duchado varias veces".
Miguel: "Pero hay cardenales y habrán heridas que puedan servir como prueba. Además... sabemos donde guarda la droga, de eso si tenemos pruebas podemos acusarle por lo menos por eso"
Finalmente Miguel convenció a Alicia para contárselo a sus padres y denunciar. Después fueron al hospital donde examinaron a Alicia, por suerte el Mafias, no había llegado a eyacular dentro de Alicia, pero aun así le realizaron todo tipo de pruebas para descartar posibles infecciones de transmisión sexual.
Cuando la policía registró el coche de Carlos, encontró la caja donde guardaba la droga y además encontró el móvil de Alicia, donde quedaban de manifiesto pruebas suficientes para detener a Carlos y al Mafias.
Al cabo de nueve meses se celebró el juicio. En ese tiempo Alicia había empezado a ir a la universidad, y eso le ayudó a olvidarse del instituto y de todo aquél asunto, de todo menos de Miguel con quién se sentía mas unida que nunca y este le acompañaba siempre que tenía que presentarse en comisaría para declarar o hacerse chequeos en el médico. Finalmente todas las pruebas dieron resultado negativo, se le diagnosticó en su momento algunas lesiones en la vajina y un desgarre en el ano que a estas alturas ya estaban curadas. El Juez ordenó el ingresó en prisión del Mafias por delitos contra la libertad sexual y por reincidente. El Juez desestimó la petición del abogado de Carlos para que se considerase a su cliente también como una víctima por el hecho de que el Mafias lo había amenazado con un arma, ya que consideró que Carlos pudo haber evitado la violación mientras el otro acusado estaba tratando de violar a la chica y en su lugar se limitó a grabarlo todo con el móvil.
Después del juicio Miguel fue a visitar a Alicia. Entró en su cuarto, se sentó junto a ella, la abrazó, y Alicia le dijo "gracias por todo, por estar a mi lado en todo momento, y perdona por no haber sido mas atenta contigo". Él la besó en los labios y le prometió que si ella quería, nunca jamás volvería a dejarla sola.
Alicia y Miguel comenzaron a salir. Al cabo de un mes hicieron el amor por primera vez. Ella no sintió ningún dolor, solamente un inmenso placer y por primera vez en su vida Alicia tuvo un orgasmo.