El motel

Una fantasía echa realidad, después de mucho tiempo nos vimos en un motel

Llamaste y dijiste quiero verte, todo un mundo de cosas pasaron por mi mente la sola idea de pensar en todo lo que podría pasar hizo que un escalofrío recorriera todo mi cuerpo y simplemente conteste: -hagámoslo.

Fue el fin de tantas fantasías en mi cabeza por fin iba a saber a qué saben tus besos, tus caricias, tu esencia; deje de soñar y con los nervios al mil me emti a bañar, sentí la espuma como si fuera tus manos, el agua dejo de ser agua para convertirse en una lluvia de deseos infinitos, salí fresca pero más caliente que nunca. Me arregle sencilla pero sexy, no quería demostrarte más importancia de la que tenías, que no notarás mi esfuerzo por complacerte desde mis horas pensando que ponerme para que después arrancaras todo Demi cuerpo. Se dió la hra de verte, subí al coche y pense que estoy haciendo? Y si no va? Y si no le gusto? Inmediatamente aleje esos pensamientos y pensé es momento de disfrutar sin dudas solo déjate llevar… y … me puse en marcha. El camino fue largo como nunca antes habían Sido esos 15 minutos de recorrido. Llegué al estacionamiento y ahí estaba en su coche, esperando; me estacione, sonreí y pense: -estoy loca.

Baje y me subí a su coche los dos nerviosos dijimos

"hola", un beso en la mejilla y una sonrisa nerviosa pero picara,después de unos segundos sus palabras me retumbaron: -veniste! Wow me sorpendes.

Lo único que pude pensar fue es una prueba o que? Pero mis labios dijeron:

-tu también…

Sonrio tímidamente y respondió:

-Nos vamos?

-Si

Encendió el auto y partimos, sentís que mi corazón iba a explotar, palabras cortas y efímeras en el camino. Me sentía nerviosa, excitada, no podía creer que por fin mi fantasía se iba a realizar. Te veía de repente, tu barba cerrada, tus ojos pequeños, obscuros, tus labios carnosos, mi mente volaba e imaginaba todo lo que quería hacer. Llegamos rápido al lugar, nos indicaron a cual ir, bajaste a pagar y me quedé en el coche esperando, los nervios aumentaban, sentía que las piernas me temblaban, fuiste a mi lado y abriste la puerta, me ayudaste a bajar y simplemente me besaste, recargada al coche. Un beso largo, intenso, sentí tu olor, tu le gua dentro de mi, tu mano en mi cintura apretándome a ti, te separaste un poco, sonreí y preguntaste:

-subimos?

Tome tu mano y camine hacia las escaleras, subimos tranquilos, sonriendo. Mi mente no dejaba de pensar: es un sueño!!!! Sentía tu beso todavía en mis labios. Senti un pequeño tirón en mi mano voltee y preguntaste:

-Estás segura?

No respondí, solo abrí la puerta y sonreí.

Entramos al cuarto, vimos la cama grande, bien arreglada, un olor a fresco inundaba el espacio, vimos el columpio sexual colgando y los dos volteamos a vernos y reímos;

-Lo probamos?, Preguntaste entre risas

Un silencio, una mirada intensa de parte de los dos y empezó el inicio de  la más placentera de mis aventuras.

Caminaste hacía mi y me besaste, te bese, nos besamos de la manera más apasionada que había probado, nuestras lenguas se rozaban, jugaban, sentía que querías entrar cada vez más dentro de mi, me empezaste a quitar el vestido sin dejar de besarme, te quite la playera. Tus brazos marcados por el ejercicio, tu espalda ancha, fuerte, tu sexy abdomen…

Me llevaste a la cama, no dejabas de besarme, empezaste a bajar por mi cuello, dando besos, pasando tu lengua, mis manos entre tu cabello, mi respiración acelerada, empecé a gemir despacio, seguías bajando por mi cuello llegaste a mis senos, me levantaste un poco y desabrocharse mi brasier, lo quitaste y dejaste expuestos para ti mis senos, te hundiste en ellos, empezaste a besarlos, morderlos, te apretaba contra ellos arqueando mi espalda, mis gemidos iban aumentando poco a poco, me besabas a mi y después volvías a mis pezones, sentía como me iba mojando con cada lamida que les dabas, tus manos recorrian mi espalda, tus dedos entraban a mi boca y yo los chupaba como si fueran el más exquisito caramelo, fuiste subiendo recorriendome con tu lengua hasta llegar a mi oído y decirme con tu voz ronca, pero casi entre dientes

-chúpamela

Explote en frenesí, me levanté y cambie de lugar contigo, te acostaste boca arriba y yo sentada arriba de ti empecé a besarte, morderte el labio inferior, me encanta hacerlo. Fui besándote, lamiendo te mientras iba bajando, llegue al pantalón y te lo quite junto con el boxer. Salió disparado tu pene, lo ví y pensé que rico se ve, ancho, grande, me sorpendi ni en mi más loco sueño estaba tan grande. Me acerque a el gateando viéndote a los ojos, puse mi cabeza encima de tu pene y mirándote otra vez a los ojos, sonreí y empecé a darle besos a la cabeza, saque mi lengua y empecé a hacer círculos sobre ella, gemiste sin evitarlo, empecé a succionar poco a poco hasta meterlo todo en mi boca, me llenaste toda, no cabia más,empecé a subir y bajar despacio, constante, pare y empecé a pasar mi lengua por todo, desde la base hasta la punta como su fuera la paleta más rica del mundo, sentí tu mano en mi cabeza y mirándote a los ojos empezaste a empujar mi cabeza hacia ti, me ahogabas y yo genia de placer, dejaste de empujar y baje hasta tus testículos, los lamí y me los metí a la boca; nunca había hecho tal cosa pero lo sentí delicioso y tú te arqueabas de placer. Pare y te dije:

-quiero más

fui hacia tu boca y te bese como nunca había besado a nadie, me sentía tan sexy, cachonda, perversa y solo te dije al oído:

-hazme tu puta

Su mirada cambio en ese instante, se volvió más obscura, más intensa y me perdí. Se sentó conmigo encima y empezó a morder mis labios, lamer mi cuello, jalar mi cabello hacia atrás dejando mis senos en su cara, mordió cada uno de mis pezones con una fuerza que me hacía gritar de placer y pedir más y así sin más me metió todo su pene de un solo golpe, grité y gemir de placer, me apretaba a él lo más que podía mientras nos moviamos, apretaba mi espalda, lo rasguñaba yo en la suya, me beso sin parar y en un segundo me puso abajo de el, abrí mis piernas lo más que pude para sentirlo lo más adentro posible, su cuerpo sudado pegado al mío, su olor, mi olor, nuestros sabores mezclados. Salio de mi, me miró con esos ojos de perdición, se hincó frente a mi y puso mis piernas sobre sus hombros, empezó a besarlas y morder adentro de mis muslos y en un instante volvió a estar dentro de mi haciéndome gritar, gemir y pedir más, lo empujaba contra mi apretándole las pompas, enterrando mis uñas en su espalda, estaba tan adentro que sentía iba a explotar … y lo hice explote de una manera que nunca había probado, tan intensa, sentía como escurrían mis líquidos atravesó de su pene, todo mi cuerpo tembló, mi mente se perdió por unos instantes, deje de sentirlo dentro, solo sentía escalofríos por todo mi cuerpo y empecé a reír soltando todo, dejándome llevar volví en mi con un rico e intenso beso y su voz diciéndome:

  • empinate

Lo obedecí, me puse de rodillas en la cama y baje la espalda lo más posible para dejarle mis pompas sin ningún pudor, esperando por el para que hiciera conmigo lo que quisiera; sentí como se puso atrás de mi y empezó a acariciar mi espalda, morderla me agarró de la cintura y me volvió a penetrar de un solo golpe, volví a gritar de placer y dolor mezclados y el empezó a entrar y salir más fuerte cada vez, me presionaba más sobre la cama para estar más empinada, escuchaba su respiración rápida, entrecortada, sus gemidos y en un momento me apretó con tanta fuerza de la cadera que sentí me iba a romper y explotó en mi, me lleno toda de su leche, se ti el chorro caliente como me iba llenando y el se dejó caer sobre mi, me voltee despacio y lo bese con pasión, con ternura con todo. Lo ví a los ojos y en esa mirada le dije soy tuya, eres mío y lo volví a besar