El Motel

Otra historia romántica, llena de ternura y placer.

Me siento nerviosa. Han pasado 5 minutos después de la hora fijada y Miguel Ángel no llega. Voy a llamarle por teléfono.

-No puede ser-pienso-No ha contestado y es el correo de voz el que me invita a dejar un mensaje.

-Hola, ya estoy aquí, voy a esperar cinco minutos más, espero que no hayas tenido algún problema, si es así, llama más tarde, no estoy enojada, un beso, nos vemos-Sigo con las instrucciones y como estoy satisfecha con el contenido del mensaje lo envío y cuelgo.

Casi un minuto después recibo una llamada, es él, me emociono.

-Hola linda, disculpa mi tardanza, estoy a dos minutos de llegar contigo, por favor no te vayas-

-No te preocupes, espero-

Pasado ese tiempo alguien me hace seña desde un auto, coincide con el modelo y el color que él me dijo. Me acerco hasta la ventanilla.

-Hola Valeria, sube-

-Hola Miguel Ángel, gracias-

Subo en el auto y me siento aún más nerviosa.

-Disculpa que me tardé-me dice y con eso decido dominar el nerviosismo.

-Tuve que pasar a la gasolinera y ya sabes-

-Sí, lo entiendo, ya te dije que no preocuparas-

-Espero no haberte decepcionado-

-¿Porqué?-

-No te engañé, te dije que era un monstruo, y tú eres hermosa, tal como imaginaba-

-Gracias, pero deja la modestia-Reímos.

Soy Valeria, Travesti de Clóset. Después de mucha platica y contacto a través del messenger he decidido salir con Miguel Ángel. Es todo un caballero y me ha tratado de la forma que tanto esperé: Con respeto, comprensión, nada de morbo, seriedad y lo principal que es el interés. Eso me ha dado confianza y deseo de conocerlo en persona.

-Gracias por permitirme verte, verás que no te arrepentirás-

Saliendo de la oficina me fui rápidamente al lugar en el que guardo toda mi ropa y mis accesorios femeninos. Tomé un baño, me vestí con la ropa elegida: Corset, tanga, medias y zapatos en color negro y por último un vestido azul, corto, ajustado de arriba y amplio de la cintura hacia abajo. Finalmente me maquillé de la mejor manera que pude y me puse mi peluca.

-Espero que de verdad te guste mi manera de arreglarme para esta ocasión.-Siempre me ha gustado ser honesta y siempre estoy mentalizada a las situaciones que puedan presentarse.

-Muchísimo, ardo en deseos de estar contigo, ¿si continuamos con el plan verdad?-

-Sí, estoy segura de ello-

Nos dirigimos al lugar que ambos acordamos. Durante el trayecto me cuenta un sinfín de cosas. La mayoría conocidas por todas nuestras pláticas anteriores.

Llegamos al motel. Al entrar hay una persona que nos indica hacia qué habitación debemos dirigirnos, yo voy completamente callada, nerviosa, temerosa de que ésta persona se dé cuenta de lo que soy realmente.

-Buenas tardes, Señorita-Me dice con total naturalidad.

Le sonrió y hago un movimiento con mi cabeza. Al entrar al garage, suspiro aliviada. Estuve a punto de responder a voz viva.

Miguel Ángel baja del auto, cierra su puerta y se dirige hacia la mía. La abre y extiende su mano para ayudarme a salir. Paso mis piernas hacia fuera cuidando que mi vestido no se levante.

-Como toda una Señorita. Eres muy femenina. Eso me agrada-Me dice asombrado.

Cuando estoy completamente fuera, sin soltar mi mano comenzamos a caminar hacia la habitación. Se oye el sonido de mis tacones al caminar, eso me excita. De repente se detiene y sin esperarlo me rodea con sus brazos, siento su erección frente a la mía, baja sus manos hasta mis nalgas, las acaricia sobre el vestido; las sube lentamente pasando por mis caderas hasta llegar a mis senos (que obviamente son postizos). Me observa de forma que adivino el deseo y la excitación que siente en ese momento. Pellizca los pezones artificiales. Me separo un instante y me doy vuelta de forma que mis nalgas quedan pegadas a su bajo vientre, siento su pene erecto exactamente a la mitad de mi trasero, me empujo hacia atrás, me toma por las caderas y comienza a dar empujones de su miembro por sobre mis nalgas. Levanta el vestido por la parte de atrás, yo me inclino hacia delante apoyándome en su auto, todo mi trasero está expuesto a su mirada, a sus caricias; desabrocha su pantalón y lo deja caer hasta sus tobillos, ladeo mi rostro y veo que lleva una trusa ajustada tipo bikini. Veo como en la parte frontal su miembro lucha por escapar de esa prenda que lo aprisiona. Me toma nuevamente por las caderas y se empuja hacia delante, siento su pene cubierto por la trusa en medio de mis nalgas, está bañado de líquido seminal, mis nalgas quedan cubiertas de él, paso una mano hacia atrás y jalo una de mis nalgas de manera que su pene llega hasta mi ano cubierto por la tela de la tanga. Estamos así un buen rato.

-Quiero hacerte mía-Me dice con la voz entrecortada.

-Y yo quiero serlo-Le respondo igualmente emocionada.

Acomodamos nuestras ropas y nos dirigimos hacia la habitación.

Abre la puerta, me da el paso y ambos nos adentramos a vivir una nueva experiencia.

La habitación es amplia, alfombrada. Los muebles igual son grandes y se vislumbra comodidad. La cama es amplia, un buen lugar para dar rienda suelta a todo lo reprimido hasta entonces.

Me dirijo hacia el televisor, lo enciendo y de inmediato aparece la imagen de una nena haciéndole la felación a un hombre con un pene descomunal. Ambos nos quedamos mirando la escena. Está chica sí que sabe lo que está haciendo. Volteo a mirar a Miguel Ángel.

-¿Te gusta lo que ves? ¿Se ve delicioso verdad?-Me pregunta emocionado.

-Mucho-Le respondo mirándolo de forma provocativa.

-Voy a tomar mi baño, no me tardo-

-Adelante. Yo me entretengo mientras con la película-

En la siguiente escena se trata de otra pareja. La chica está vestida con lencería similar a la mía. Comienza pasando su lengua por todo el miembro de su hombre, muerde sus testículos, los succiona, pasa su lengua por sobre todo el miembro desde la base y hasta la punta. Lo hace muchas veces, con mucha suavidad y ternura. De repente escupe sobre la palma de su mano y toma el miembro dejándolo cubierto de saliva. De inmediato introduce la punta del pene en sus labios apenas abiertos, lo pasea encima de ellos, le da pequeños toques en la punta con su lengua. Finalmente lo va introduciendo poco a poco en su boca, se ve deliciosa la forma en que va desapareciendo ese miembro descomunal. Se nota que lo va succionando conforme lo engulle, luego, el movimiento contrario, hacia fuera. Yo estoy embelesada, disfrutando la escena. Imagino que esa chica soy yo.

Un rato después soy yo quien está realizando ese movimiento en el pene de Miguel Ángel. El se encuentra recostado en el pequeño sillón, su pene se ve enorme, delicioso, yo estoy de rodillas inclinada frente a él. Me tiene tomada por la cabeza, dirigiendo el movimiento de mi boca en su pene.

Me fascina el sabor, el aroma del jabón después del baño. Me separo por un momento y le pido que tome una foto con su pene dentro de mi boca. También acordamos en eso. Me gusta ver las fotos después de las sesiones privadas que tomo. Esta es la primera vez que lo hago estando con otra persona.

Ya no aguanto, me dirijo a la cama, me pongo de rodillas en ella y me inclino por completo hacia delante. Mi trasero queda completamente a merced de lo que quiera hacer.

Comienza acariciando mis nalgas, acerca su rostro, me besa las nalgas, las muerde de manera suave, coloca su nariz en medio de ellas, aspira; saca su lengua y la pasea desde arriba y encima del triangulito de la tanga, con sus manos abre mis nalgas, ladea su cabeza y sigue pasando su lengua sobre la tela, se detiene encima de mi ano, picotea con su lengua, permanece así un buen rato, ya siento la tanga húmeda de su saliva. Con una de sus manos toma la tela que cubre mi ano, la levanta y la hace a un lado, mi ano está descubierto, acerca su lengua y logra introducir un poco de ella, qué delicia, me lame de arriba abajo, en círculos, pone más saliva. Coloca un dedo a la entrada de mi ano, acaricia expandiendo su saliva, comienza a introducir su dedo, yo me relajo, su dedo logra penetrar, lo retira y vuelve a introducirlo. Después ya son dos los dedos que introduce.

-Mi reina, ya estás lista-

-Sí, sí, ya estoy lista, te quiero dentro de mí.-

Se levanta, se coloca detrás de mí, yo abro mis nalgas con ambas manos, pone la punta de su pene sobre mi ano, comienza a empujar de manera suave, la punta logra penetrarme sin problemas. La retira, repite el movimiento muchas veces. Me toma por las caderas y comienza a penetrarme, tiene que dar ligeros empujoncitos, siento un poco de dolor, me relajo, abro más mis nalgas, sigue penetrándome; al fín siento su bajo vientre pegado por completo a mis nalgas, las suelto. Se queda quieto, yo comienzo a apretar mi ano, él acaricia mis nalgas, mi espalda, arregla mi vestido, mete sus manos por debajo de los tirantes del liguero. Comienza a sacar su pene, deja la punta adentro y comienza a introducirlo de nuevo, muchas veces, lento. Lo saca por completo, vuelve a colocarlo encima de mi ano, me penetra de manera más sencilla que la primera vez. Comienza a bombearme cada vez más rápido.

Le pido que se detenga, retira su pene. Le pido que se siente en el sillón, lo acomodo de forma que su pene quede exactamente en la entrada de mi ano, voy sentándome poco a poco, no quiero lastimarlo, al fin siento sus muslos en mis ingles, estoy completamente ensartada en su pene. Subo una rodilla en el sillón, él me toma de las nalgas y me ayuda a subir la otra. Es la posición en la que siempre quise verme. El se empuja hacia arriba, mantiene el movimiento. Aprieta mis nalgas, acerco mis pechos a su boca, muerde mis pezones, le ayudo abriendo una de mis nalgas con una de mis manos. Estoy feliz, contenta, emocionada, él respira agitadamente.

Me ha cansado la posición, nuevamente le pido que se detenga, me desensarto de su pene, me levanto, me tiemblan las piernas. Me dirijo a la cama, me acuesto boca arriba a la orilla de la misma, acomodo la tanga sobre una de mis nalgas; se acerca y yo levanto mis piernas, las poso sobre sus hombros, levanto mi trasero con las manos, mi ano queda a la vista, el toma su pene y lo coloca a la entrada, comienza a penetrarme nuevamente. Estoy nuevamente ensartada por completo. Ya no hago pausa alguna, dejo que me bombee todo el tiempo que requiera. Sé que está a punto de venirse, su respiración es más agitada. Al fin empuja todo su pene dentro de mi ano, siento cómo descarga su semen dentro de él, los espasmos de su pene me hacen sentir completa, admirada del deseo que soy capaz de despertar.

Siento cómo va disminuyendo el tamaño de su pene. Comienza a sacarlo despacio, siento como chorrea semen de mi ano. El toma su pene y lo pasea sobre todas mis nalgas y me embarra con semen que no alcanzó a descargar dentro de mí.

-Ha sido una experiencia fantástica. Deseo volver a repetirla nuevamente-

-Igual la he pasado yo, y por supuesto que estaré encantada de que nos veamos nuevamente-

Así termina mi relato. Espero les haya gustado y recibir comentarios favorables al respecto. Este espacio nos da la oportunidad de externar nuestros más íntimos anhelos así que hay que aprovecharlo de la mejor manera posible. Un saludo de su amiga Valeria.