El morbo del topless (9)

Cuando tu novia hace topless se producen una serie de sensaciones que desatan tus más locas fantasías

Raúl y yo nos quedamos alucinados viendo como Ana desaparecía por las escaleras. ¿De verdad Ana había dicho que si prefería que fuese Raúl? No me lo podía creer. Una cosa era que me gustase exhibirla y otra que se la follasen. ¿Y ella quería?. Nunca se había mostrado muy abierta  a ese tipo de experiencias. Vale que estaba borracha y había fumado pero la seguridad con la que había pronunciado esas palabras me hacían creer que de verdad lo deseaba.

-        David por favor, déjame que vaya –me suplicó entre susurros Raúl

-        Raúl, creo que no es buena idea – justificaba – Jamás Ana me había dicho una cosa así. No estoy seguro ni que fuese en serio

-        Joder David, te juro que lleva toda la noche calentándome. La he estado mirando las tetas descaradamente y ella como si nada. Pero si incluso me ha dejado verla con su bikini transparente. Te aseguro que quiere que la folle

-        No sé… de verdad… no me parece bien…

-        Venga tío no le des tantas vueltas. Si tengo un calentón que no veas. Me la ha puesto durísima enseñándome las tetas. Y tú sabes que quieres que lo haga, me has enseñado la foto en tetas y luego la has quitado el bikini para que la vea en vivo. No me digas que no

-        Bueno una cosa es el morbo de enseñar y otra que te la folles. No sé creo que no estoy preparado para eso. Además Nuria te estará esperando. Imagina que se entera

-        Venga ya no pasaría nada. Te lo aseguro.

-        Raúl, por favor, hoy no… esta borracha.. luego se arrepentiría y no quiero problemas… Además ya es muy tarde… venga salgamos del agua – dije empezando a subir las escaleras mientras Raúl me seguía insistiendo

-        Joder David mira como estoy – me dijo ya fuera del agua y señalando un bulto enorme en su bañador – Y tu tío estás igual – era verdad y no podía negarlo

-        Ya… joder… no me lo pongas más difícil. Hablaré con ella ahora y si de verdad quiere te aviso por mensaje

-        Si entro en casa ya no me puedo escapar – me explicó – es ahora o nunca

-        Raúl, no puedo, de verdad y cogí mi toalla y me encamine hacia mi casa

-        Está bien no quiero malos rollos. Ya hablaremos. Espero que me cuentes todo lo que pase ahí dentro

Llegue a arriba de las escaleras y vi como Raúl cogía todas sus cosas y se marchaba hacia su casa. Mas le valía que Nuria estuviese dormida porque iba a ser un canteo que entrase con ese empalme. A mí se me notaba menos aunque también lo estaba.

Nuria estaba en la parte de arriba. Me quite el bañador y lo deje colgado antes de subir totalmente desnudo. Ana estaba en el baño completamente desnuda. Secando las puntas de su pelo que se habían mojado con una toalla. Me miró a la polla y me dijo – Joder como vienes – No conteste me abalance sobre ella y la empecé a morrear y a sobar  todo lo que podía. Ella se dejaba hacer. Mis manos iban de sus tetas a su coño, a su culo, le apretaba y ella me correspondía metiendo más la lengua en mi boca. Su coño chorreaba flujos. La cogí y la senté en la encimera del lavabo. Abrí sus piernas. Ante mi se mostraba el paraíso de su coñito depiladito. Esos labios salidos totalmente brillantes por sus flujos y por todo lo que había pasado esa noche. No hacía más que un rato que había estado masturbándola en el coche mientras le miraba la polla a un desconocido. Luego había enseñado sus tetas e incluso su coño a Raúl. Era como una desconocida para mí pero me ponía muchísimo.

Observe durante unos segundos su coño. Luego su cara. Una cara de vicio como nunca la había visto y que me hacían desear que disfrutara más y más. Me agache de rodillas al suelo. Su coño quedó a la altura de mi cara. Me llegó su aroma a excitación. Acerque mi cara y aspire fuerte inhalando el olor de su coñito excitado Ella se dejaba hacer Saqué la lengua y la pase de arriaba abajo por toda su raja recogiendo con mi lengua todo el néctar acumulado en sus labios. Ana gimió como nunca y cerró los ojos echando la cabeza hacia atrás e invitándome a continuar. Empecé a lamer con más ganas. Jugueteaba con mi lengua en su clítoris unos segundos y luego bajaba a la entrada de su coño a recoger todo lo que salía de él y volvía a la carga. De vez en cuando mi lengua se escapaba más abajo hasta su culo. Recorría desde el estrecho agujerito de su culo hasta su coño. Lo hacía con deseo y Ana lo disfrutaba. Introduje un par de dedos en su coño y mi lengua se centró en su clítoris. Mis dedos jugueteaban en su interior mientras mi lengua cada vez lamía con más velocidad. Ana se espatarraba todo lo que podía y gemía como nunca la había oído. Iba a estallar. Mis dedos se movieron más rápido a la vez q Ana aceleraba su respiración y empezaba a correrse gracias a mis lametazos. Mis dedos seguían haciéndola estragos en su interior. El orgasmo estaba siendo brutal. Intentaba cerrar las piernas aprisionando mi cabeza que no dejaba de lamerla y entonces ocurrió. Saque los dedos porque no podía más  al hacerlo un chorro de un líquido caliente y transparente salió disparado de su coño impactando contra mi pecho desnudo. Ana sin decir nada apretó con una mano mi cabeza hacia su coño mientras yo volví a lamer todo su coño recogiendo los restos que aun quedaban en él y notando los últimos latigazos de su brutal orgasmo. Poco a poco sus fuerzas fueron disminuyendo y aflojando la presión que hacía sobre mÍ hasta que me liberó completamente suspirando para coger todo el aire que su cuerpo demandaba

Me fui incorporando poco a poco. Las piernas me dolían de la posición anterior pero daba igual. Quedamos el uno frente al otro. Yo de pie. Ella sentada espatarrada conmigo entre sus piernas. Nos miramos unos segundos y me dijo – Fóllame

Fue una orden directa. Carente de cualquier sentimiento. Ana solo necesitaba una polla dentro. Creo que en ese momento le hubiese dado igual la de quien fuese. Yo acepté sumisamente y puse mi polla en la entrada de su coño, la restregué un poco y enseguida se la metí. El calor que desprendía ese coño no lo había sentido nunca. Mi polla dura aun algo fría por el baño en la piscina notaba el contraste de temperatura de una manera que nunca antes había experimentado. Empecé a bombearla, quería ir despacio pero me era imposible. Los movimientos de Ana hacían que cada vez fuese más rápido. Ana necesitaba sentirse llena. Nos miramos a los ojos unos segundos. Su cara de vicio me volvía loco – Me encanta que seas tan puta – y la besé. Un morreo sucio. Mi boca con todos los restos de la comida de coño que la acababa de hacer pero que ella aceptó gustosa. Nuestras lenguas se juntaron. Me la ofrecía para que se la chupara y yo lo hacía con ganas mientras me la follaba. No nos importaba nada en ese momento. Solo estar lo más posible uno dentro del otro. Bajé un poco el ritmo para no correrme en ese mismo instante y nuestras lenguas por fin se separaron.

-        Le has enseñado mis tetas a Raúl – me dijo mirándome a los ojos y analizando mi respuesta mientras seguía bombeándola

-        Sí.. era lo que tú querías, no?  - le dije bajando aun más la velocidad pero haciendo más profunda las penetraciones

-        Eras tú el que quería – insistía ella como con superioridad – Reconócelo, querías que Raúl me viese las tetas, ¿verdad?

-        Sí, joder, sí – le reconocí. Me daba igual todo. Solo quería sentir a Ana disfrutar y era absurdo negar que yo había enseñado las tetas de Ana a Raúl. Lo había hecho porque deseaba que se las viese. Me daba celos y sin embargo me excitaba. – Le han encantado tus tetas. ¿Te ha gustado que te las vea? – le pregunté penetrándola aún despacio y profundamente.

-        Mmmmm me da morbo que a ti te de morbo

-        Pero le has enseñado más que las tetas… y eso no te lo había pedido yo

-        Ya… jodeeer… estaba muy cachonda… ¿se me ha visto mucho?

-        Ana, se te ha visto todo el coño… mmm… Raúl ha visto tu coñito, te ha visto las tetas y el coñito – le repetía cachondo perdido

-        Joder David… ufff… que va a ser mi jefe –

-        Siiii, le has enseñado el chochito a tu jefe – remarcaba – el chochito y las tetas, zorra – yo estaba completamente fuera de mi – y has dicho que viniera a follarte puta mmmm ¿te lo querías follar?

-        Noo, sería una locura – decía con los ojos cerrado disfrutando de la follada que estábamos dándonos – que va a ser mi jefe

-        El te quería follar

-        Mmmm… y tu ¿querías que me follase? – otra vez volvia a dejar la pelota en mi tejado

-        No sé… sería morboso… ufff… verte follando con el…. Mmm… ¿pero a ti te gustaría follártelo?

-        David, no me hagas esto por favor… suplicaba

-        Contéstame ¿te gustaría follártelo? – le insistía

-        Sí, joder, si me gustaría follarme a Raúl – confesó finalmente – pero va a ser mi jefe, bastante ha visto ya

Escuchar eso hizo que casi me corriese. Saque la polla de su coño totalmente pringosa de sus flujos. La hice bajar. La di la vuelta. De pie con las piernas flexionadas. Mirando hacía el espejo donde nos veíamos los dos reflejados. Metí la polla entre sus piernas buscando la entrada de su coñito y enseguida me introduje de nuevo dentro de ella. Veía su cara de vicio reflejada en el espejo mientras mi polla la penetraba con fuerza. Sus tetas se movían con cada empujón que le daba

-        Seguro que se está ahora pajeando pensando en ti… en tus tetas… - y se las cogía fuerte – nos tenias a los dos empalmados

-        Mmm ¿tú crees que se estará pajeando? –

-        Siiii…seguro… pensando en tus tetas y en tu coño… y tu aquí deseando follártelo ¿Verdad?

-        David… no puede ser… es una locura…

-        Te lo quieres follar zorra

-        Si no fuese a ser mi jefe tal vez… pero no insistas David

-        Si le llamo ahora y viene ¿te lo follarías? – estaba dispuesto a llamar a Raúl para que viniese. Ahora mismo solo quería verla follar con Raúl

-        Eso es lo que quieres verdad – me dijo ya de forma sería – Llámale – me retó – Llámale y que se folle a tu novia… te encantaría verme con su polla dentro… confiésalo…

Escucharla hablar de aquella forma hizo que inevitablemente me corriese. Saque mi polla chorreante de flujos la puse apuntando a su culo y empecé a correrme casi sin tocarme. Mi polla empezó a escupir chorros de semen por todo su culo y espalda. Jamás me había corrido con tanta potencia. Mi corrida escurría por la parte baja de su espalda hasta su culo y se metía entre sus cachetes. Creo que era la mejor follada de mi vida

Por fin nos incorporamos. Nos miramos. Ana se miró en el espejo girándose – Joder, cómo me has puesto – se quejaba riéndose – cada vez se nos va más la cabeza. Por mi parte seguía recuperándome de semejante corrida pero la besé y la dije – Lo que pasa en vacaciones, se queda en vacaciones...