El morbo del topless (13) (final)
Cuando tu novia hace topless se producen una serie de sensaciones que desatan tus más locas fantasías
Me encontré ante la decisión de mi vida. Mi novia me ofrecía mi propio móvil para que llamase a un tío. Sabía que si hacía esa llamada no había vuelta a atrás. Dudé. En el fondo lo deseaba pero sabía que eso cambiaría las cosas entre nosotros. Ella cogió mi brazo. Lo saco de sus braguitas. Cogió mi dedo. Sabía perfectamente cuál había estado en su interior. Lo subió y lo puso delante de nuestras caras. Sentía el aroma a coño excitado, su aroma más íntimo.
- David, haz lo que quieras pero decídete ya – y metió mi dedo en su boca. La sensación fue indescriptible. Era una cosa tonta pero nunca me había chupado un dedo y mucho menos embadurnado de sus flujos
Perdí la cabeza al verla hacer eso. Estaba deseosa. Yo mismo había iniciado aquel juego. No era justo que lo parase ahora. Cogí mi móvil mientras ella seguía chupando mi dedo y llamé a Raúl.
- Dime David – contestó en seguida. Parecía que esperase mi llamada
- ¿Quieres venir a casa? – No me anduve con rodeos. Tenía que ser directo.
- Voy ya – una respuesta corta, directa y colgó.
Ana me miró. No olvidaré jamás esa mirada, esa cara de zorra que tenía en ese momento. Sus ojos expresaban deseo. Nos besamos. Con amor. Fue un beso tierno, demostrándonos que nos queríamos y que ambos queríamos lo que iba a pasar – Estoy nerviosa – me dijo – Yo también – le confesé – Pero esto es solo para disfrutar – Y volvimos a besarnos cada vez mas excitados. Mi polla estaba durísima atrapada en el pantalón. Me dolía. Alcé la mirada y allí estaba Raúl.
Esperaba tranquilo en la puerta de entrada del jardín mirándonos y acariciándose la polla por encima del pantalón. Nos observaba dejándonos a nuestro ritmo. Ana fue consciente de que ya estaba allí pero ni se giró. Siguió mirándome a mí y besándome. Raúl comenzó a avanzar hacia nosotros. Se colocó detrás de Ana que no giraba la cabeza. La cogió de la cintura y empezó a restregarle el bulto de sus pantalones por el culo. Ana solo cerró los ojos y se dejó hacer. Raúl siguió frotándose con su culo mientras Ana empezó a moverse rítmicamente acompañando sus movimientos. Abrió los ojos y me besó mientras Raúl se restregaba a placer por su culo. Note las manos de Raúl llegar a sus tetas. Le agarraba las dos tetas por encima del bikini y se las magreaba a su gusto mientras Ana me besaba o simplemente me miraba. Sus manos descendieron por la cintura de Ana hasta llegar al borde del pantalón y habilidosamente coló una mano por dentro alcanzado por fin el deseado coñito de Ana. Pude notar como Ana separaba las piernas facilitándole la labor.
- Ufff… como estás de cachonda niña… - le dijo Raúl
Ana ni siquiera contestó. Seguía mirándome y dejándose hacer aunque cada vez apretaba más el culo contra Raúl que seguía con la mano dentro de su pantalón.
- ¿Sabes lo que va a pasar ahora? – le preguntaba de nuevo a Ana
- Sí – por fin salieron unas palabras de su boca acompañadas de unos jadeos
- ¿Y qué es lo que va a pasar?
Raúl dominaba la situación claramente y empezaba a hacer de Ana su muñeca. Los dedos en el coño de mi novia hacían perfectamente la función de tener a Ana tal y como quería Raúl. Ana abrió los ojos y mirándome directamente dijo
- Que me vas a follar – mi polla casi revienta al oírla decir aquellas palabras con tanta seguridad y tanto deseo
Raúl tenía ya a Ana a su merced. En cuanto quisiera se la follaría. Pero quería algo más.
- ¿Y tu novio lo va a consentir? – le siguió torturando a Ana con sus preguntas
- Sí, no le importa – se apresuró a decir Ana
- Ya sé que no pero quiero que lo diga él – dijo Raúl haciendo que sintiese la superioridad en sus palabras
- Sí Raúl, quiero que te folles a mi novia – le dije sin alargar más esa tortura para Ana. Lo dije mirándola a ella y sin decir su nombre, solo mi novia, haciéndole saber que lo que estaba era cogiendo lo que era mío.
Raúl sacó la mano y retrocedió un par de metros separándose de Ana – Dale la vuelta - me ordenó. Hice que Ana se girase y por fin se mirasen. Los pezones de Ana luchaban por salir de su bikini. Su cara era de vicio total, de deseo. Raúl se mostraba muy seguro en esa situación
- Si quieres que follemos tendremos que desnudarnos – dijo con una sonrisita – pero para que me desnude a cambio tendrás que pedirle a tu novio que te quite una prenda para mí. ¿De acuerdo?
- Sí – acepto rápidamente Ana – David, vuelve a quitarme el bikini para que Raúl me vuelva a ver las tetas – Fue directa. Remarcó el vuelve. Lo deseaba y yo acaté sumisamente su orden y liberé sus tetas para Raúl
- Ufff no me canso de ver esas tetazas – dijo Raúl y se quito la camiseta. - Una por la otra
- David, bájame los pantalones – me ordenó acto seguido. Me puse de rodillas en el suelo y comencé a bajarle a Ana los pantalones con la dificultad de lo ajustados q eran.
Ana quedó solamente con una minúscula braguita negra de encaje delante de Raúl que la miró mientras desabrochaba sus pantalones y los dejaba caer al suelo. Se quedó solamente con unos bóxer negros luciendo un buen bulto dentro de ellos. Permanecimos así unos segundos hasta q por fin Ana se lanzó
- Quítame las bragas – alce mis manos para agarrarlas por la cintura y comencé a bajarlas.
El depilado coñito de Ana fue apareciendo poco a poco para Raúl que miraba sin quitar ojo. Ana sacó las piernas de las bragas y yo las recogí. Estaban empapadas. Parecía que se hubiese meado en ellas. Me aparte un poco y la observe desnuda, expuesta ante Raúl. Preciosa.
Raúl llevo la mano a su calzoncillo y la imitó solo que fue más directo. En seguida lo dejo caer apareciendo su miembro totalmente duro apuntando a Ana. No era una polla descomunal pero sí que estaba bien dotado. Algo superior a la mía. Al final el cabrón hasta en eso me ganaba.
Me fui hacia el sillón y me comencé a desnudar. Mientras lo hacía Raúl avanzó hasta Ana. Llego a su altura y la besó. Ana le correspondió. Empezaron a comerse la boca ajenos a mi presencia que de vez en cuando veía la lengua de Ana intentando introducirse profundamente en la boca de Raúl. De repente Ana paró. Lentamente se fue arrodillando. Cogió la polla de Raúl con una mano y empezó a pajearle. Raúl echó la cabeza para atrás en señal de placer y Ana continuó pajeando de rodillas con la polla de Raúl a escasos cm de su cara. La imagen era puro vicio. Vi como me miró de reojo. Volvió la vista al frente y entonces abrió la boca y se metió la polla de Raúl dentro. Parecía no entrarle más que el capullo pero poco a poco fue trabajándola y haciendo cada vez más profunda la mamada.
- Ummmm… así… ufff que bien la chupas – le decía haciendo que con la excitación Ana cada vez chupase con más ansias. – Vaya mamadas hace tu novia dan ganas de correrse en su boca
Al decir eso temí que Ana parase ya que nunca había querido que yo me corriese en su boca, sin embargo, lejos de parar, Ana chupó más intensamente al oír aquellas palabras. Raúl se tomo su tiempo allí de pie disfrutando del trabajo oral de Ana hasta que por fin la indicó que parase. Ana se la sacó de la boca pero le siguió pajeando. Parecía no querer soltarse de aquella polla. Raúl la hizo levantar. La giro apoyándola las manos en una de las sillas y por detrás de ella se agachó la dio una par de besitos cariñosos en cada cachete del culo y se los separó con las manos
- Mmmmm, madre mía como está esto – dijo Raúl antes de enterrar su cara entre los cachetes de Ana/. Su lengua se perdió en el coñito empapado de Ana que se agarró fuertemente a la silla y se dejo llevar
Me percaté de que estaba allí de pie, desnudo, con la polla en la mano y pajeándome mientras Raúl hacia disfrutar a mi novia con su lengua. La imagen era vicio puro. Ana apoyada en el respaldo de una silla doblada ligeramente hacia delante. Raúl arrodillado en el suelo intentando que su lengua llegase lo más profundo que pudiese al coño de Ana. La nariz enterrada en el culo de Ana. Por fin Ana me miró y me vio allí pajeándome. En su cara se veía que faltaba poco para que se corriese. Conocía perfectamente esa mirada, esos jadeos, el orgasmo estaba cerca. Entonces Ana giro la cabeza mirando a Raúl q seguía disfrutando del olor y sabor de mi novia y con una mano apretó la cabeza de él hacia dentro. Parecía que quisiera meterle dentro de ella. Raúl al notarlo le comió el coño aún con más ganas. Los gemidos de Ana se aceleraban. Me miró sin soltar la cabeza de Raúl y empezó a correrse. Me estaba enseñando como se corría. Para mí fue demasiado y empecé a soltar leche mientras mi novia se corría con la comida de coño de Raúl.
Ana empezó a aflojar la fuerza sobre la cabeza de Raúl que poco a poco también fue aminorando la velocidad de sus lamidas pero que seguía recogiendo en su lengua todo el néctar de Ana.
- Vaya corrida que te has pegado, cariño – la dijo cuando por fin se recuperaron un poco y volviéndole a dar algún lametón – Parece que a tu novio le ha gustado tanto como a ti – dijo al ver la situación en la que estaba yo.
Antes de levantarse Raúl aun tuvo tiempo de separar los cachetes de Ana y dar un último lametazo desde su coño hasta su culo. Raúl se detuvo unos segundos en su más intimo agujero. Ana dejó que la lengua de Raúl jugase en su culito hasta que él solo se puso de pie.
La polla de Raúl estaba más tiesa que nunca. Seguía detrás de Ana y empezó a rozar con su polla entre sus piernas. Mojándola, embadurnándola de sus flujos. Iba a suceder. En unos segundos enterraría su polla dentro de mi novia. Vi como Raúl me miraba con cara de “te dije que me iba a follar a tu novia” y lo peor de todo es que Ana estaba deseosa de que lo hiciera. Antes de follársela aún tuvo tiempo de decirme
- ¿Quieres besar a tu novia antes de que me la folle? – preguntó con absoluta superioridad
- Raúl déjalo – interrumpió Ana restregándose contra él para que se la metiese
- Está bien – dije yo acercándome hacia Ana La mire unos segundos. Mantenía la dulzura con la que siempre me miraba pero había vicio en ella. Acerqué mi boca a la suya pero se echó para atrás
- David déjalo – insistía ella
- Venga bésalo Ana, no ves que lo está deseando – le dijo Raúl restregando su polla sin cesar por su coño y empujando su cuerpo hacía mí.
Ana cedió finalmente a la presión de Raúl y cerró los ojos y abrió su boca esperando la mía. Llevé mis labios a los suyos y nos besamos dulcemente. En seguida lleve mi lengua a la suya y Ana se fue entregando cada vez con más pasión. Sus besos sabían distinto. Tanto ella como yo sabíamos que sabía a polla. A la polla de Raúl No dijimos nada solo seguimos besándonos. De repente Ana cesó con el beso. Mantenía la boca semiabierta pero no hacía nada. Estaba claro que Raúl está introduciendo su polla dentro de mi novia y ella cesaba su beso para concentrarse en recibir la polla de Raúl. Yo seguía chupando su lengua pero Ana no se inmutaba. Tenía los ojos cerrados notando como aquella polla se abría paso en su interior. Por fin Ana cerró la boca y tragó saliva. Raúl se la había metido completamente y la sujetaba de la cintura dejando que el coño de Ana se amoldase a su polla. Ana me besó una última vez y me dijo – Apártate ahora – me ordenó.
Retrocedí al sillón de nuevo y me senté. Raúl comenzó a bombear a Ana rítmicamente. Suave pero profundo. Ana recibía los embistes de Raúl. Humedecía sus labios con su lengua. Raúl cada vez la penetraba con más ganas y los gemidos de Ana demostraban que la gustaba. Apoyaba sus manos en el respaldo de la silla y levantaba su culo para facilitar a Raúl la penetración. Ana cerró los ojos e intentó ahogar los gemidos de placer. Pero eso pareció tener un efecto rebote en ella y a los pocos segundos se corrió. Jamás la había visto correrse tan rápido. Llevaban solo un par de minutos y Raúl ya había conseguido que se corriese.
- Así me gusta, córrete todas las veces que quieras en mi polla – le animó Raúl
- Sigue follándome – le imploró Ana
Raúl seguía follándola a su ritmo. Disfrutando. Controlaba perfectamente la situación y ahora se lo hacía despacio y profundo haciendo que Ana le deseara aún más. Raúl sacó su polla de Ana. Pude ver la decepción de Ana cuando esa polla salió de ella
- Ven vamos al sillón – la dijo Raúl llevándola a la zona de los sillones donde yo me encontraba.
Cuando se acercaban pude fijarme en la polla de Raúl. Se mostraba enorme, durísima, brillante de los flujos de mi novia. La verdad es que era más gorda y larga q la mía. Ana estaría notando la diferencia. Me pilló mirándole la polla y detuvo a Ana cuando pasaban por delante del sillón donde me encontraba sentado. Le cogió una pierna y la levanto poniéndola en el brazo de mi sillón. Pude ver en primer plano el coño de Ana abierto, chorreante. Raúl volvió a pasear su rabo por el coño de Ana y la metió ofreciéndome un primer plano de cómo le metía su polla a mi novia.
- Qué coño tiene tu novia. Está ardiendo – le gustaba repetir que se estaba follando a mi novia.
Ana no podía contenerse. Se veía que en cualquier momento se correría otra vez. Era imposible negar que estaba disfrutando muchísimo. Necesitaba correrse otra vez. Sin pensarlo demasiado llevé mi mano a su coño con cuidado. No quería tocar la polla de Raúl. Mis dedos buscaron su clítorix y empecé a jugar con él. Ana jadeaba sin parar. Cada vez más aceleradamente.
- Venga Raúl, sigue así – me animó Raúl – Haz que tu novia se corra en mi polla
Una vez más hice caso a lo que decía Raúl y acelere mis movimientos. Ana también lo obsequió con lo que quería y en seguida se comenzó a correr y por primera vez ella fue la que le dijo algo a Raúl
- ¿Esto querías? – claudicaba Ana – Que me corriese en tu polla , no?
- Muy bien… me encanta estar dentro de ti.. me tienes muy cachondo – le saco la polla y se sentó en el sillón
Ana se fue hacia él. No necesito que se lo pidiese. Se puso de rodillas sobre el sillón con Raúl entre sus piernas. Sus tetas quedaron a la altura de la cara de Raúl que no desaprovechó la ocasión y empezó a comérselas con ansia. Chupaba una mientras amasaba la otra y cambiaba. Le tiraba de los pezones. Ana se las ofrecía.
- ¿Te gustan mis tetas? – le preguntaba juguetona.
- Me encanta – le decía Raúl baboseándolas con ansia
- Las de tu mujer son más grande – le dijo Ana sin venir a cuento. No pintaba nada meter a su mujer en eso pensé
- Sí, pero las tuyas son mucho más bonitas – le contestó Raúl – Aunque a tu novio le he pillado un par de veces mirándole las tetas a Nuria - le soltó de improvisto. ¿A qué venía aquello?. Ana se rió.
- Ya le vi en la discoteca el otro día. Tampoco pasa nada ¿no?. Tú te estás follando a su novia – hablaban como si yo no estuviese presente.
- Yo lo que quiero es que su novia me folle a mi
Ana captó el mensaje a la primera. Se puso en cuclillas cogió la polla de Raúl con una mano y apunto a la entrada de su coñito. Introdujo un poco el capullo y se fue dejando caer, despacio, sintiéndola hasta que llegó a la base. Se había metido por completo la polla de Raúl. Entonces le besó. Se empezaron a morrear. De forma apasionada. Raúl seguía agarrando las tetazas de Ana mientras ella botaba sobre su polla
- ¿Te gusta cómo te follo? – Ana estaba totalmente entregada a Raúl
- Me encanta – le decía Raúl – me va a costar mucho no follarte cuando trabajes en mi empresa
- Disfruta del momento - le indicaba Ana
Lo hicieron. Simplemente todo dejo de existir a su alrededor. Ana cabalgaba aquella polla a conciencia. Cambiaba de velocidad, aceleraba, paraba. Se la sacaba más, se la metía profundamente. En esa posición ella controlaba a Raúl en el que ya se veían signos de no aguantar mucho más
- Me encanta tu polla – le llegó a decir
- Baja el ritmo que vas a acabar conmigo – le pidió por primera vez Raúl.
Pero Ana no cesaba. No podía dejar de sentir esa polla dentro de ella. También se la veía otra vez al borde del orgasmo. Los dos estaban entregados. El uno al otro.
- Me voy a correr otra vez – le avisó Ana
- No voy a aguantar Ana – le avisó por su parte Raúl
Ana no es escuchaba solo cerraba los ojos y disfrutaba de aquella polla que tanto placer le estaba dando. Cabalgaba con ganas y entonces ocurrió
- Ana, me corro – le avisó Raul.
- Y yoooo – y Ana comenzó a correrse cabalgando aquella polla. – Dioooos, noto tu leche. – gritaba Ana
No solo se la había follado si no que estaba haciendo algo que nadie había hecho. Soltarle toda la corrida en su coño y no había sido accidental. Ana le había hecho hacerlo. Joder la podía preñar pero en ese momento a ella le daba igual todo. Simplemente le volvió a besar a Raúl. Un beso guarro mientras su cuerpo se meneaba cabalgando y exprimiendo las últimas gotas que le podían quedar dentro. Por fin paró de moverse aunque aun permaneció un par de minutos más con la polla dentro mientras se besaban.
Finalmente Ana se levantó de Raúl y se quedó tirada boca arriba en el sillón. Espatarrada. Su coño estaba totalmente abierto. Un hilo de semen espeso salía de su interior. Raúl se la había follado completamente. Una follada antológica. Ana estaba intentando aún recuperar el aire. Raúl se levantó.
- Joder, la mejor follada de mi vida – anunció
Ambos me miraron. Yo seguía desnudo con la polla tiesa. No había dicho nada. Simplemente me había limitado a observar.
- Tienes mucha suerte de tener una novia así – me indico Raúl mientras cogía su ropa y comenzaba a vestirse. – Es una autentica diosa del sexo.
- Lo sé – respondí como un pelele. Acababa de dejarle follarse a mi novia y le decía que si tenía mucha suerte con ella.
- Bueno yo me voy a marchar ya. Espero que nos veamos antes de iros. Ana tu y yo hablamos en un par de semanas para ver todo el tema de la incorporación. – Y salió dejándonos a los dos allí solos.
Nos quedamos solos. Ya había pasado. Se había producido lo que llevábamos todas las vacaciones fantaseando.
- ¿Te ha gustado? – pregunté para romper el hielo
- David, me he pasado. Lo siento – dijo arrepentida
- No pasa nada – le calmé y me senté a su lado. Acaricie sus piernas
- Joder que he dejado que se corra dentro – estaba totalmente arrepentida de haber hecho eso
- Mañana lo solucionamos – y me tumbé encima de ella para besarla. Ana se dejó.
Empezamos a besarnos. Ana aceptaba mi lengua cariñosamente. Mis manos acariciaban sus muslos. Poco a poco iba acercando mis manos a su coño.
- No David – intentó pararme. Pero yo no hacía caso.
- Tranquila - la dije incorporándome en el sillón.
Abrí más sus piernas y la contemple unos segundos. Su coño empezaba a rezumar la corrida de Raúl. Acerqué los dedos y recogí lo que chorreaba y arrastrando los dedos lo volví a llevar hacia el interior. Ana gimió. Metí un poco los dedos en su coño y noté la inundación de semen que tenía. Estaba a rebosar. Saque dos dedos con semen en mis yemas. Me quedé mirándolo. Me incorpore y llevé mi polla a la entrada de su coño y antes de que Ana dijese nada la metí. Entro sin ninguna dificultad. Solamente se oyó el chapoteo de ese coño inundado de semen. Notaba en mi polla toda la corrida de Raúl. Era una sensación extraña pero me tenía sobreexcitado. Mis dos dedos manchados de semen se fueron a la boca de Ana que me dejo introducirlos. Por primera vez Ana se llevaba corrida a la boca y no era la mía. Chupo los dedos gustosa pero yo no podía más. Había sido demasiada excitación para mí. Saqué mi polla embadurnada de semen y flujos y en dos sacudidas empecé a correrme sobre las tetas de Ana salpicando incluso su cara. Fue una corrida abundante para haberme corrido hacia unos minutos. Finalmente caí desplomado encima de Ana.
Permanecimos unos segundos en silencio y finalmente Ana dijo que nos fuésemos a limpiar. Lo hicimos en silencio los dos. Nos lavamos bien y nos fuimos a la cama. Ana me besó
- Te quiero.
- Yo a ti también - Y nos dormimos abrazados