El morbo de tener sexo sin saber con quién
El sexo es genial pero aumenta el morbo si no sabes con quien
Buenas. Soy Pedro de Valencia (España) tengo 32 años. Hace un tiempo tuve una cuenta aquí y publiqué una veintena de relatos pero los quité posteriormente, he vuelto a crear la cuenta. En primer lugar voy a volver a compartir los relatos que ya tenía y posteriormente publicaré algunos que he escrito posteriormente y aún no he subido.
Voy a contarles una fantasía mía, algo que me gustaría vivir, que me gustaría hacer y que me pasara. Por lo que al ser un deseo mi forma de escribir el relato va a ser buscando lo soñado, aunque lo relate como si lo hubiera vivido es un sueño.
Tras leer mis relatos me habló una chica Alondra, andaluza. Cuando me agregó me dio buena espina, es un nombre que me gusta y me da confianza. La agregué y al ser por internet siempre hay desconfianza, muchos e-mailes de chicas falsos, etc. Por lo que no me gusta decir nada de mi persona hasta que compruebo que es una chica de verdad y que es quien dice ser. Ella era una chica de 18 años, de Jaén. Le pregunté muchas cosas sobre su persona, sus experiencias y ella algunas a mí. La vi una chica atrevida, valiente, me mandó algunas fotos de ella (fotos normales), ella era una chica de piel color canela, pechos grandes, delgada, pequeña cintura, culito bien puesto, cabello castaño. Al llevar media hora hablando le propuse tener una experiencia sexual nunca antes vivida.
Tenía que ser una chica atrevida, ardiente y valiente, sino no sería capaz de llevarlo a cabo. Me dijo que sí que sería capaz y que tras leer mis relatos le gustaba y le apetecía. Le conté que era lo que quería vivir con ella y dio el visto bueno. Aceptó las condiciones (todavía no es momento para contarlas). Entonces acordamos que tres meses más adelante sería el día de llevar a cabo la experiencia.
Acordamos la fecha, la hora y el sitio en el que sería. Hasta la fecha la condición era que ella no sabría mi nombre real, ella no vería ni una foto mía y yo en cambio a ella a partir de la primera semana, le pediría fotos suyas sin ropa, a partir del mes le pediría poner la cam. Así como que se masturbara con lo que yo le contara para que le entraran ganas de que llegara el día y ese día se excitara al máximo.
Así empezamos, hablábamos todos los días 5-6 horas, me contaba muchas cosas de su vida, la condición es que ella me tenía que contar mucho y preguntarme poco sobre mí, la fantasía era una locura y debía aceptar esas condiciones. Así transcurrió la primera semana, hablando compartiendo diálogos, hablando en ocasiones de sexo para saber todas sus aficiones, las cosas que más placer le daban y más le removían el cuerpo, que mejor le hacían sentir. Todos los días se masturbaba un par de veces leyéndome las cosas que le contaba.
Cada vez le gustaba más leerme, cada día estaba ella con más ganas de que llegara, más excitada aunque tan sólo le dijera hola. Seguíamos planificando nuestro encuentro iba a ser una cita, en un hotel, ella me recibiría desnuda con los ojos vendados y con unas esposas en las manos, tumbada en la cama. Yo entraría y podría hacer lo que quisiera, sería un polvo, una vez. Al acabar yo me marcharía, sin que ella me viera, sin que ella escuchara mi voz, sin que ella supiera quien había sido. Saldría de la habitación pensando que podría ser cualquiera persona con la que se cruzara, desde un familiar suyo, a un amigo. Dejaríamos de hablar, nunca más volveríamos a hablar, nunca volvería a saber quién había sido, con quien, como sería, siempre tendría esas incógnitas.
Pasado el mes, la empecé a ver por cam, era preciosa, era una chica espectacular e iba a disfrutarla mucho. Esto prometía mucho. Cada vez había más ganas de que llegara, cuando me ponía la cam lo primero que hacía era contarle lo que haríamos el día de la cita ella se excitaba cada día como si fuera una novedad como si fuera la primera vez que lo escuchaba. Así estuvimos hasta que llegaron 5 días antes, una norma era que los últimos 5 días no hablaríamos, muchas veces el sexo la excitación es más las ganas y al no saber aumenta el deseo, las ganas de que llegara el momento. Tan sólo le hablaría el día del encuentro para saber en qué habitación de hotel se encontraba, avisarle que dejara la puerta para que yo pudiera entrar y que estuviera preparada.
Llegó el día, le mandé un whatsap y le informé de la hora del encuentro. A la hora del encuentro fui por el pasillo, era la hora de los nervios de ella porque tampoco sabía qué entraría por la habitación y yo que no sabía que me iba a encontrar si ella iba a cumplir su palabra, le avise que dejara la puerta de forma que pudiera entrar sin llave y se acostara en la cama como habíamos acordado ella desnuda, con los ojos vendados y esposada. Cuando me dijo ya estoy preparada me dirigí a la puerta de la habitación, abrí sigilosamente y cerré para que ella supiera que ya estaba, le dije que en ningún momento hablaría para que no conociera mi voz.
La ví desnuda en la cama, como habíamos acordado: espectacular, un cuerpo bien formado, con su melena, sus labios, su conejito depilado, sus pechos bien lindos con sus pezones apuntando hacia arriba, ella sabía que yo estaba observándola, le di 5 minutos así quieto simplemente mirando, que ella me notara, pero sin hacer nada. Tras ese tiempo me quité la ropa lo hice de forma que ella escuchara y se diera cuenta que me iba desnudando.
Una vez desnudo me decidí a acercarme a ella, le dí un primer beso en el pie, y empecé a subir haciendo que mi cuerpo rozara sus pies, a la que pase por su entrepierna sople para que notara el aire, mis manos iban por los costados subiendo al mismo tiempo que mi cuerpo, pase mi lengua por su tripita, sus pechos hasta llegar a besarle en la boca, el primer beso. Dulce, suave, para apoyar nuestros cuerpos, fue entonces cuando apunté la polla e inserté de golpe mi polla en su coño. Empezamos a movernos a un ritmo fuerte, los dos a la vez. Mis manos en su culo la apretaban contra mi, mi boca le mordía en el cuello.
Ella estaba disfrutando mucho, me dijo que le gustaba follar a un ritmo fuerte y eso es lo que estaba haciendo, cuando más caliente estaba ella de repente pare, hice dos movimientos de mete-saca muy lentos y la saque, me aparte de ella y lleve mi boca a sus pechos. Le mordisqueaba sus pezones se los amasaba. Volví a apartarme de ella y fui a su conejo, con mi lengua, con mi boca. Intentaba meter mi lengua dentro de ella todo lo que pudiera, me centre en su clítoris en toquetearlo con mi lengua en ponerlo en mi boca, absorbiendo, le soplaba. A ella le encantaba, fue cuando cogí un bolígrafo que había cogido y se lo empecé a introducir mientras mi boca y su conejo seguían juntos, mientras mi otra mano acariciaba su pecho.
En esa estábamos me puse de forma que mi polla se quedara en su boca, ella la nota y la aceptó gustosamente, era una postura complicada para ella sin manos y lo hacía genial. Estábamos haciendo un 69. Ella estaba disfrutando, me estaba pasando la lengua por mi polla. Es cuando dije es el momento .
Me quité y me volví a tumbar encima de ella y esta vez al introducir mi polla lo hacía despacio, con temple, con Calma, empezando a embestirle muy despacio y cada embestida nueva subiendo el ritmo, cada vez a más ritmo. Poco a poco. Hasta llegar a un ritmo fuerte como al principio besándonos, soltarle las esposas de la mano para que ella también pueda tocarme, pero sin quitarle la venda de los ojos. Así estuvimos hasta que conseguimos llegar al orgasmo mutuamente. Cuando llegó ese momento le di un beso, me levante y me marche, en el momento escuchara cerrar la puerta ya podía ella quitarse la venda, y siempre tendría la duda de quién había sido.
Si te gusta mi relato y quieres escribirme, hablar conmigo, que tengamos conversaciones, contarme experiencias tuyas, etc habitantedeunlugarllamadomundo arroba gmail. com