El monte

Estamos en lo alto de un monte de esos que adornan un bello paisaje, y desde aquí podemos ver un precioso valle, esta atardeciendo.

EL MONTE

Estamos en lo alto de un monte de esos que adornan un bello paisaje, y desde aquí podemos ver un precioso valle, esta atardeciendo.

Tú llevas aquellos pantalones vaqueros ajustados que me gustan y una camiseta roja, muy sexi por su escote y porque en su parte de abajo deja entrever la cintura y el ombligo, yo llevo una camiseta negra que se ajusta a mi cuerpo y abajo un pantalón largo, algo ancho de un color pastel.

No he dejado de mirarte todo el rato, todavía me sorprende que este junto a ti, que te pueda tocar, mientras pienso eso te abrazo fuerte y te doy un beso muy dulce en tus labios, ese beso me anima a seguir besándote por el cuello y subir a la oreja donde saco la puntita de mi lengua para acariciarte el lóbulo de la oreja haciéndote sentir unas cosquillitas que te gustan mucho, me siento muy agustito junto a ti y por eso te abrazo fuerte y acaricio tu espalda y tu culito, ese culito que tantas veces había soñado tocar y q ahora acaricio y toco con mis manos, ains, es una sensación tan agradable; a ti también se te ve contenta por verme y también tocas mi culo y mi oreja con la otra mano, con tus labios comienzas a besarme el cuello y eso por unos instantes me deja inmóvil ante ti, lo sabes y sigues besando mi cuello mientras introduces tus manos bajo mi camiseta y comienzas a acariciarme por debajo de ella, la espalda y mi peludo pecho, yo reacciono metiendo mis manos dentro de tu pantalón, por la parte de tu culito, lo quiero tocar, calentito, suavecito, y lo aprieto con mis manos para hacerlo más mío. Nos vamos al suelo, allí nos seguimos besando, y es que son tan dulces tus besos...

Son deliciosos! Una vez en el suelo te quito tu camiseta roja, debajo de esta tienes un sujetador muy bonito, blanco, y q te hace un pecho precioso, necesito desabrochártelo y lo hago, debajo un pecho que desea ser devorado, desea que mi lengua se extienda por él y que mis manos le den todo el placer de que sean capaces y así es como lo hago, mi boca va desde tus húmedos labios hasta tus pechos pasando por un deseoso y terso cuello dándote besos suavecitos, besos que hacen que tus bellos se pongan de punta y que tus pechos estén todavía más deseosos de la humedad de mi boca, con mi mano derecha te estoy frotando el pezón de tu teta y noto como te pones cada vez más caliente, eso me hace ponerme también más caliente a mi, sobre todo cuando noto que tu mano se posa sobre mi pene, eso hace que mis labios deseen darte todavía más placer si cabe, y si hasta ahora estabamos como sentados ahora nos tumbamos, aunque antes de hacerlo me quito la camiseta y dejo mi pecho descubierto, al tiempo que tu haces lo mismo con tus pantalones, tan solo te quedan unas preciosas braguitas blancas que empiezan a estar algo húmedas debido a tu excitación, yo también me quito mis pantalones y quedo tan solo con mis calzoncillos de licra blancos y tras los cuales se puede intuir perfectamente un largo bulto deseoso de salir.

Estamos tumbados sobre una fría roca que nos hace de lecho de amor pero apenas notamos su temperatura y pronto la aclimatamos a nuestros cuerpos que están calientes, muy calientes, yo estoy situado encima tuyo, te miro a los ojos y me río, estoy tan contento de estar contigo...

después bajo mi cabeza y comienzo a besarte, primero los labios, después paso mi lengua por tus pechos y continuo bajando con esta hasta el ombligo, mientras con mis manos acaricio tu entrepierna y tus ingles, noto como abres un poco más tus piernas, antes de que mi cara llegue a la altura de tu sexo mis manos te bajan unas braguitas que comienzan a estar mojadas de más, una vez con las braguitas fuera eres toda para mi y lo sabes, y lo noto por un suspiro que sale de tu boca mientras que mi boca se introduce en ti, mis dedos índice y corazón la acompañan rítmicamente, dentro y fuera, tu mueves la cabeza y te humedeces los labios, mi lengua no deja de darte placer y mi mano derecha que se introduce en ti tampoco, mientras con mi mano izquierda te acaricia a la altura de la cintura y descubres una zona de placer que no habías descubierto con anterioridad.

Ahora eres tú la que desea pasar a la acción y así me lo haces saber, con un susurro y una mirada, yo me tumbo obedientemente y tu boca comienza a trabajar, primero dándome un largo beso que hace que casi pierda el sentido, después esa misma boca, con mi conciencia casi perdida, continua bajando hasta llegar a la altura de mi pene que está deseoso de asomar y conocerte, pero antes de eso muerdes muy suavemente ayudándote con tus labios mi pene que todavía se pone más duro, no se a que agarrarme, encuentro un matojo de plantas y me agarro fuerte a ellas, no tardarán en ser arrancadas cuando con un rápido gente me quitas los calzoncillos y comienzas a besarme por esa zona y a acariciarme, y a masturbarme, dándome mucho placer, tanto como tan solo tú podrías darme.

Ahora te pones junto a mi y comenzamos a besarnos y juntamos nuestros cuerpos, y hacemos de dos, uno solo, te acaricio con mis manos por todo tu cuerpo mientras el calor se adueña de nuestros cuerpos y el placer de nuestro corazón, noto que estoy apunto de correrme y te lo susurro al oído, esto te excita todavía más y llegamos al orgasmo juntos con un beso en los labios que jamás será olvidado por su pasión y dulzura a la vez.