El mochilero

Un hombre decide llevar a un joven mochilero, con el que pasará un agradable momento.

EL MOCHILERO

Luego de casi 5 horas de estar manejando, me detuve en una estación de servicio a cargar combustible y a tomar un café para despertarme y continuarme viaje. Eran las 7 de la tarde, invierno, ya estaba empezando oscurecer.

Cuando llegue, luego de cargar combustible, me estacioné y antes de nada, me dirigí a los servicios. A la entrada me topo con un joven, de unos 18 años, delgado que traía una tremenda mochila a en sus hombros. Me coloco a orinar y el joven se coloca a mi lado hacer lo mismo. Me llamó la atención que habiendo tanto espacio, siendo las dos únicas personas en los servicios, se colocara tan cerca mió. No lo quise mirar mucho, pero desviando un poco la mirada, me encontré con la de el, que venía subiendo después de mirar lo que yo tenía entre mis manos.

Noté que su sexualidad no estaba bien definida, gay, bisexual, homosexual, no se, nunca he tenido contacto con ninguno de ese tipo , y sin rechazarlos o juzgarlos, me daban exactamente lo mismo, siempre y cuando no se metieran conmigo.

Al encontrarse nuestras miradas, me soltó una leve sonrisa, que ni siquiera conteste, pero por más que intente no bajar mi mirada, inevitablemente, por segundos vi lo que el joven tenía entre sus manos.

Terminé antes que el, me lavé las manos y sin mirar hacia atrás, me Salí del baño y entré a la cafetería a tomarme un café antes de continuar mi viaje.

La mirada del joven quedó grabada en mi mente, y aunque tenía muy definida mi masculinidad, comencé a pensar como sería estar con alguien de mi mismo sexo. A mis 35 años, nunca jamás había echo nada parecido, era amante de las mujeres y por mi buena facha, nunca me habían faltado. Pero hace como un año, me había nacido la inquietud, pero solo como algo pasajero, nunca para llegar a realizarla

Salí del café, me fumé un cigarro antes de ponerme en marcha, cuando veo que el joven de los servicios, estaba haciendo dedo para que lo llevaran. Seguramente por la fecha, por su mochila era un aventurero, un mochilero que recorría nuestro país viajando gratis, viviendo la aventura. En segundo me pase películas con el, de llevarlo, total en ese lugar nadie, absolutamente nadie me conocía, se notaba un muchacho limpio o por su ropa, tampoco un muchacho pobre. Pero ni siquiera sabía que es lo que yo buscaba. No me excitaba la idea de follarlo, y menos de que el me follara. Quizás sentir una buena mamada o incluso ser yo el que la hiciera, no era desagradable la idea, siempre había deseado experimentar eso, pero llegar a algo mas, nunca. En estos pensamientos me terminé el cigarro, me subí al auto, y aun pensando si lo llevaba o no, me quedé a la espera que el bombero atendiera a otra persona. Yo sabía perfectamente que el bombero no me conocía y que nunca mas me iba a ver, pero de todas formas me daba algo de vergüenza que me viera.

Al fin llego un auto a cargar combustible y me puse en marcha. Los autos por la carretera pasaban fuertemente y justo venían muchos, por lo que me tuve que detener obligadamente antes de tomar la carretera. El joven me miraba fijamente esperando el momento en que yo saliera para hacerme dedo. Aun estaba dudoso en tomarlo o no, pero cuando pasé delante de el me hizo dedo, no se como, me detuve. El se acerca al auto y abriendo la puerta me pregunta si lo puedo llevar, que viajaba al sur y que donde yo lo dejara, en cualquier ciudad, igual le servía. Le dije que se subiera, y abriendo la puerta de atrás, dejó su mochila y se sentó a mi lado.

Era un joven muy conversador y simpático. Su voz era suave, pero masculina. Pensé que me había equivocado en mi apreciación, pero ya estaba sentado a mi lado, manejaba rumbo al sur y pensé que a las finales, no me venía mal un poco de compañía para acortar mi viaje, total la próxima ciudad estaba a menos de una hora donde lo había tomado, cualquier cosa, lo dejaba ahí.

Como mencioné el joven era muy agradable, me pregunto hasta donde iba y le respondí que viajaba al sur, a cerrar el trato de ventas de unas tierras que mi padre me había heredado, cosa que era verdad. Conversamos que hasta donde yo iba, al menos me quedaba unas 10 horas de manejo y me preguntó si manejaría toda la noche o pararía a dormir en algún lugar. Le dije que aun no sabía, que trataría de hacerlo, pero que si me bajaba el sueño, pararía en cualquier motel a dormir. El me dijo que iba más allá de donde yo le había mencionado, que había salido con cuatro amigos, que ya era la segunda vez que salía a mochilear, y que siempre viajaban por separado, ya que así era mas fácil que la gente los llevara, incluso tenían una apuesta de quien llegaba primero. Le pregunté como lo hacía para dormir y me dijo que a veces dependiendo del lugar armaba una pequeña carpa, o que si ya era muy tarde, o el clima no le acompañaba, arrendaba en cualquier lugar, siempre buscando lo mas barato. Por lo que me contó, era hijo de un abogado, que tenía dinero que le daba su padre para cualquier eventualidad. También me comentó que su padre al principio no aceptó su condición de muy buena manera, pero que apoyado en su madre que era sicóloga, terminó a duras penas aceptándolo. Cuando le pregunté cual era su condición, me dijo que era gay. Mi primera impresión no era errónea, y al escucharlo de sus labios, instintivamente comencé a sentir como mi verga se levantaba.

Con toda naturalidad, fue contestando mis preguntas, haciéndome una cátedra de la diferencia entre activos, pasivos, mixtos, travestís, transformistas, homosexuales, bisexuales etc. Yo ni siquiera sabía que había tantos.

Cuando le pregunté cual era su posición, me dijo que le encantaba ser pasivo, pero que a veces también le gustaba actuar como hombre, haciendo bromas de eso. El tema estaba muy entretenido, y con la naturalidad que lo tomaba, me fue relajado, contándome como fue su primera vez etc, hasta que pasamos por fuera de la ciudad. Era el momento de decidir si lo dejaba ahí o continuaba hasta la próxima, que ya estaba a otra hora mas de camino, salvo uno que otro pueblo entre medio.

La conversación estaba muy interesante, y me agradó su compañía, a veces incluso olvidándome de cual era el principal objetivo de llevarlo. Me animé a continuar hasta la próxima ciudad, viendo el momento de tratar de hacer algo más con mi agradable acompañante.

A unos 20 minutos de alejarnos de la ciudad, comenzó a caer una leve llovizna y al poco rato se transformo en un aguacero El camino se torno peligroso y acordamos que seguir manejando así, de noche, con ese clima, era demasiado, peligroso, por lo que llegaríamos a la próxima ciudad y buscaríamos algún lugar donde quedarnos. Fue ahí donde el dio la primera muestra de querer algo mas conmigo. Me dijo que si no me parecía mal que, para abaratar costos, arrendáramos a medias solo una cabaña en algún motel y que el no tenía ni un problema de dormir en el suelo o en el sillón, para no molestarme. Le dije que me parecía una buena idea, pero que tratáramos de arrendar algo con dos camas. Al fin llegamos a la ciudad, y antes de ubicar donde quedarnos, pasé a comprar un trago y cigarros para amenizar mas la noche. Adrián, como así se llamaba el joven encontró muy buena mi idea, ya que según dijo, nos serviría para entrar en calor, cosa que no se si dijo por el clima, o por lo que podría venir para nosotros.

Encontramos un motel que contaba con varias cabañas. El precio no era muy caro y contando solo con lo básico, estaban bastante buenas. No pregunte en portería si tenían cabañas con 2 camas y Adrián en ningún momento me recordó ese punto.

Entramos a la cabaña, claramente amoblada para ser usada sexualmente. Una cama de dos plazas, un gran espejo en la pared al lado de la cama, baño sin puerta, con una ducha separada del cuarto con una pared de vidrio catedral, mas la televisión colgada en la pared. Lo bueno del cuarto es que contaba con calefacción que mantenía el cuarto a una agradable temperatura.

Recorrimos el cuarto, prendimos la televisión, y serví dos tragos. Adrián se tomo el de el, fumamos un cigarro y me preguntó si me molestaba que el se diera una ducha antes de acostarse. Obviamente le dije que no tenía problema, y mientras ambos veíamos la televisión comentando la noticia que daban, el joven sin ninguna vergüenza se fue desprendiendo de su ropa, hasta quedar solo con la ropa interior. Se metió al baño y se comenzó a duchar. A través de la pared de vidrio, pude ver la silueta de su delgado cuerpo, y como ponía especial atención en asearse sus genitales y su culo. Yo ya estaba terminando mi segundo trago, con mi verga completamente dura, me acosté quedando solo en ropa interior, esperando que el saliera de la ducha. Se ducho por largo rato, hasta que salió del baño solo con su ropa interior puesta y se acostó a mi lado. Me pidió que cambiara el canal, e inmediatamente apareció el canal porno del motel, donde una mujer le chupaba afanosamente la verga a su pareja. Nos quedamos en silencio unos cinco minutos muy atentos a la imagen que en la Tv se mostraba. Fue en esos momentos, que Adrián con su mano bajo las sabanas, la llevo hasta mi entre pierna, encontrándose con un mástil deseoso de ser tocado. Yo no dije nada, y el con solo su mano estirada hacia el lado, masturbándome suavemente, no quitaba la vista de la Tv. Después de unos cinco minutos más de estar tocándomela, se acerco a lo que tenía en la mano y me la comenzó a chupar suavemente.

La chupaba deliciosamente y mis manos apoyadas en su cabeza lo hacían metérsela mas y mas, dándome un trabajo de todo un profesional. Solo después de varios minutos de estar haciéndolo, la saco de su boca, para mirarme y preguntarme si me gustaba lo que estaba haciendo. Le dije que lo hacia deliciosamente, pero que yo también quería probar. Se acostó de espalda, se saco su última prenda, dejando ante mis ojos una verga completamente dura, no muy gruesa, pero si bastante larga. La tome entre mis manos, se sentía muy rara la sensación y con toda la calentura que tenía me acerque a ella, dándole pequeños besos. Su aroma era exquisito, recién lavada, y sin aguantarme mas, abrí la boca y me metí esa deliciosa verga en mi boca. No sabía lo que estaba haciendo, obviamente trataba de hacer lo mismo que a mi me gustaba que me hicieran y al parecer por los gemidos de Adrián estaba haciendo un buen trabajo. Largo rato estuve sacando y metiendo ese pedazo de carne a mi boca, chupándolo fuertemente, sintiendo sus venas en mi lengua.

Adrián me pidió que parar un poco, que si no le iba hacer acabar. Me preguntó si tenía ganas de hacerlo y diciéndole que si, adoptó la posición de cuatro patas mostrándome la entrada a su culito. Me apoyé detrás de el, y ejerciendo presión trate de metérsela. El me dijo que la tenía muy grande, que por favor se lo hiciera suave al principio para que su culito se dilatara. Así, luego de unos minutos de estar metiéndole solo la punta, su culo se abrió un poco mas y gran parte de mi verga se metió en su interior, sacándole un gemido, mezcla de dolor y placer. Me dijo que me quedara quieto, y que sería el, el que se moviese. Luchando por meterse toda mi verga, Adrián fue echando el culo para atrás, hasta que ya no le causo dolor permitiéndome a mí que lo follase como yo quisiera. Comencé a follarlo fuertemente, mientras el gozaba sintiendo mi verga en su ano. Mis fuertes envestidas en ese culo no cesaban, solo cuando lo notaba muy caliente y le decía que se aguantara, que no quería que acabara muy luego. A veces me pedía que me detuviera, para no acabar, cosa que yo hacía inmediatamente, ya que esperaba experimentar algo mas con el joven.

Luego de un buen rato, le dije que quería experimentar lo que se sentía estar en su lugar y adoptando su misma posición quedé a merced de Adrián. Este, quizás con mucha mas experiencia, me comenzó a besar el ano deliciosamente, preocupándose que me quedara muy mojado, para luego con uno de sus dedos, el mas pequeño, comenzó a jugar con mi culo, luego que este entraba sin dificultad, haciéndome sentir sensaciones completamente extrañas, fue alternando con otro dedo y metiéndomelo cada vez mas adentro.

Era una sensación completamente distinta, deliciosa. Sentir ese dedo intruso metiéndose dentro de mi, recorriendo un camino virgen hasta ese momento. Ya deseaba ser penetrado por una verga de verdad y ya entregado al placer, le ordené que me la metiera. Sentí su verga acomodarse a la entrada de mi culo, la presión de ese duro miembro, hasta que tratando de relajar mi culo, sentí como mi ano era invadido por esa verga. Sentí un poco de dolor, pero me aguante hasta que la verga de Adrián se había clavado hasta el fondo de mi virgen ano. El dolor era mucho, pero soportable. Sin moverme me quede sintiendo cada centímetro de esa verga que poco antes había tenido dentro de mi boca. Sentía las manos de Adrián aferrándose a mis caderas, y como me empujaba contra su cuerpo, cada vez que me la metía. Aun con algo de dolor, comencé a sentir placer , me miraba en el espejo, tal cual como una de las tantas mujeres que había tendido así en esa posición, y ver al joven esforzándose por penetrarme , me excito mucho y sin aguantar mas terminé acabando. Adrián al saber que era mi primera, vez se contenía para hacerme sentir el máximo de placer.

La verga de Adrián no encontraba ya ningún obstáculo en mi perforado ano, y sabiendo que de seguir así, mi joven amante terminaría acabando, le dije que cambiáramos de posición, que quería cumplir una de mis fantasías sin cumplir, que era sentir el semen de otro macho en mi boca.

Adrián quería que esa noche fuera especial y preguntándome lo que quería, le hice ponerse en cuatro patas, pero sobre mi, con su verga en mi boca, pidiéndole que se aguantara lo mas posible. La chupe sin ningún asco, se sentía delicioso ese pedazo de carne en mi boca, chupándolo afanosamente, pasándomelo por toda la cara, metiéndomela como a mi siempre me había gustado que me la chuparan, hasta la garganta, a veces incluso llegando a ahogarme con semejante pedazo en la boca, hasta que Adrián me aviso que ya no aguantaba mas y que su eyaculación era inevitable. Sabiendo lo que se venía abrími boca a mas no poder y lo masturbe esperando su descarga directamente a mi boca. Adrián se quejo mucho hasta que ya no aguantó mas y me lanzó un potente chorro de semen directamente a mi boca.

Era algo raro, pero delicioso. Sin pensarlo, junte sus tres primeras explosiones en mi boca y las trague, sentí que me llegó a raspar la garganta, un sabor completamente distinto a cualquiera cosa que había probado, mientras Adrián como un volcán, seguía botando su leche en mi boca y al verme un poco ahogado, la puse en mi cara recibiendo los siguientes chorros en mi cara. Al fin había cumplido esa oculta fantasía, y la verdad no me desagradó para nada.

Nos quedamos en silencio, bebimos un trago,hasta que Adrian rompiendo el silencio, me preguntó si me había gustado. Le dije que si, pero que no me tocara, para asumir lo que había pasado. El me comprendió perfectamente, sabía que para mi no era fácil de digerir lo que había experimentado.

Alabo mi verga, y mi manera de hacerle sexo oral. Me dijo que entendía perfectamente lo que yo sentía. Que era un hombre curioso como muchos, que probablemente después que se pasara la calentura no le gustaría su presencia, y que incluso podría sentir un rechazo por el, pero que tratara de no confundir las cosas. Lo que había pasado, solo lo sabríamos los dos, que si yo no quería nada mas , el comprendería, y que actuase normalmente sin ocultar mis pensamientos, ya que el estaba acostumbrado a cualquier cosa, solo que no me pusiera violento o ordinario al rechazarlo.

Le dije que no se preocupara, que le agradecía su disposición a cumplir esa fantasía, y que en ningún momento pensaba en actuar como el había mencionado.

Conversamos como dos amigos, contando nuestras aventuras sexuales, hasta que me dijo que se ducharía nuevamente. Lo seguí a la ducha, nos metimos bajo el agua caliente, nos masturbamos mutuamente, enjabonando nuestros sexos, pero sin penetración de vergas, solo con nuestros dedos.

Adrián era la persona indicada para probar esa nueva experiencia, entregado completamente a mis deseos, sabiendo que yo aun sentía cosas extrañas al ver mi masculinidad modificada.

Lo volvimos hacer una vez mas, de una forma mas caliente aun, penetrando a ese extraño y desconocido joven y sentirme penetrado de la misma forma, cambiando cada cierto rato la posición de sumiso o activo.

Nos despertamos temprano en la mañana y duchándonos por separados, como solo dos amigos, nos vestimos sin hacer nada y salimos de ese motel. En el camino, después de casi una hora, Adrián me pidió que me dejara chupar la verga nuevamente, como desayuno. Así manejé, con mi verga en la boca de ese joven por varios kilómetros, haciéndome sentir gran placer, a veces paraba, miraba el camino, siempre masturbándome. Yo sabia que a estar con alguien así, no sería fácil a si que mientras la lluvia no cesaba de caer, me detuve en el camino y se la chupé hasta hacerlo acabar nuevamente en mi boca.

Llegamos a mi destino, y antes de entrar a la ciudad, dejé al joven mochilero, quien como si nada hubiese pasado en el camino, se bajó, sacó su gran mochila y agradeciéndome el aventón se marcho, haciéndole dedo aun camión que paró inmediatamente.

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