El misterio de las bragas rotas

Fermín sospecha que su mujer no le esta siendo sincera. Decide espiarla una noche en la que sale de cena con sus amigas. Y se ve envuelto en una situación surrealista. Mientras observa a su mujer bailando en una discoteca, conoce a Pascal un tipo algo siniestro que le asegura conocer a su mujer muy

El misterio de las bragas rotas

Decidí volver a Madrid, estaría en un par de horas, le explicaría a Pam que mi cliente había anulado la reunión a última hora.  Yo podría volver otro día, pues no me encontraba con ánimo de trabajar, necesitaba estar con mi mujer, refugiarme en mi casa y tranquilizarme.

Además seguía pensando en ella cuando me despedí por la mañana.

Desnuda en el baño, con tacones, medias negras y pintándose como una puta.

Tenía ganas de follarla sin respeto, de forma vulgar y obscena, con insultos y azotes en sus nalgas, tirándola del pelo y escupiéndole en la cara. Bueno… quizás solo sea una fantasía… Ella no lo permitiría… pero tenía ganas y me gustaba pensar que lo podría hacer.

Si llegaba antes de que se acostase, seguro que podríamos hacer una “fiesta”, ya que estábamos solos, sin Pablito, por lo que no habría excusa posible y podría por fin descargar los huevos, aunque fuese al misionero y a luz apagada, que es como le gustaba a Pam.

De camino a Madrid me dio tiempo a pensar en lo que me había dicho  mi mujer.

Me resultaba extraño que se le hubiese olvidado decirme que saldría a cenar con las compañeras de trabajo, teóricamente me lo cuenta todo.

También si no le apetecía salir, tal y como me explico, podía haber dicho que yo estaba de viaje y no tenia con quien dejar al niño.

Hoy por segunda vez y por motivos distintos las cosas no me cuadraban y empecé a sentir una sensación de angustia y pesadumbre, necesitaba despejar incógnitas… ¿con quien estaría?… ¿me había mentido?... ¿o tan solo eran conjeturas mías sin fundamento?

Recordé que cuando salía con las compañeras de trabajo acudían a  Gayarre, que es una sala de fiestas que está en  La Castellana, así que decidí ir directamente allí.

Gayarre es una sala muy grande con dos entradas, una da al Paseo de la Habana y otra directamente a La Castellana, por lo que es fácil entrar sin ser visto, además dispone de dos barras una a cada lado de la Discoteca, y una de ellas está en alto por lo que puedes controlar toda la sala discretamente, así que al llegar a Madrid me fui directamente  a ver si podía salir de dudas, empezando por saber con quién estaba.

Ya metido en la discoteca, me acerque a la barra y pedí una copa de Matusalén con coca cola, que me sirvió una camarera alta y muy delgada, agradable aunque distante y con aires de superioridad.

Con mi copa cogida a la altura del pecho, me desplace despacio unos cuantos pasos entre la gente hasta mi puesto de observación.

Había buen ganado, si no fuese porque tenía otra misión que hacer, creo que me hubiese lanzado al ruedo, y entrado como el Cid Campeador a una rubia provocativa medio pedo que estaba en la pista buscando guerra.

A la rubia se le acerco un tío muy trajeado y le dijo algo al oído, se miraron y se empezaron a reír con ganas, y luego brindaron chocando sus copas. De repente cambio la música y comenzó a sonar una bachata de Romeo Santos y la rubia se desato y comenzó a llamar emocionada a alguien desde la pista. ¡Y cuál fue mi sorpresa que la que se acerco a toda prisa era Pam!

Salió de un lateral donde debía estar sentada con alguien que desde mi posición  me era imposible ver.

Di un paso hacia atrás para ocultarme.

Fue una reacción inconsciente pues había demasiada distancia para ser visto y la zona estaba en penumbras, y sin querer pise a un tío que estaba justo detrás de mí, quizá demasiado pegado.  Le pedí disculpas un tanto azarado, y el tío me hizo un gesto indicando que no había pasado nada. Yo volví a mi posición original y el hombre del pisotón se adelanto poniéndose justo a mi lado. El tío con su copa de la mano miraba muy atento hacia la pista y especialmente hacia el grupo de Pam.

Me quede contemplando a mi mujer sin perder detalle. Llevaba un vestido negro y ceñido que la marcaba mucho las curvas, con la espalda al aire, y unos zapatos de tacón de aguja altísimos que nunca se ponía, al menos cuando salía con migo.

Me resultaba todo demasiado llamativo para salir a una cena de compañeros, parecía una puta buscona, de no haber sido mi mujer, creo que me hubiese acercado y le habría invitado a una copita y ofrecido 100€ con la seguridad de que los hubiese aceptado encantada por petarle el culo.

Se abrazaron las dos como adolescentes y empezaron a bailar. Era un baile pélvico y muy sensual. Yo no sabía  que bailase de esa forma tan provocativa y obscena, y en ese momento caí en que la rubia era su “compi” de trabajo Noelia. La verdad es que con esa pinta estaba irreconocible, yo siempre la había visto con el uniforme del trabajo.

Realizaban movimientos un tanto subidos de tono, que en ella me avergonzaban, y después de calentar motores se dieron un piquito, en plan amiguísimas de la muerte.

No podía creer lo que estaba viendo, mi mujer no era ella. Al momento apareció el “cómplice” de la rubia y otro más que debía de estar también con ellas, es más, yo diría que se trataba del tal Hilario. Tan solo le había visto en una ocasión pero me daba que era ese canalla. ¿Pero qué hacía con ellos?  ¿Si Pam había tenido los problemas que me conto, porque estaba allí? –Mi mujer dejo a Noelia y se acerco a él para bailar, el tipo no se corto y se engancho a ella haciendo movimientos de perro en celo…yo me estaba poniendo malo, sentí un leve mareo y otra vez la angustia y falta de aire, pero necesitaba saberlo todo, así que decidí no moverme de allí y menos hacer escándalos.

Hilario le cogía de las moyas del culo y se movía como si la estuviese follando de pie. Ella lejos de apartarse y hacerse respetar, le seguía el royo embelesada y sin pudor.

¡Estaba estupefacto!  Cuando escuche al tipo de al lado decirme:

­- joder como se lo montan algunos  - que suerte han tenido esos   - indicando con la mirada hacia mi mujer y sus amigos.

  • Se me han adelantado por gilipollas

  • no me digas - le conteste

  • si  - ¿ves esas dos? -  Pues he estado con ellas hasta hace 20 minutos.  - He salido del local a atender una  llamada y al entrar ya estaban en la pista con esos tiburones.  -Supongo que habrían quedado con ellos, porque si no, no se me escapan.

Yo siguiéndole la corriente, y haciendo grandes esfuerzos de auto control, le dije…

  • pues están un rato buenas las dos, eh  - y parece que tienen ganas de lio.

  • Joder a mí la que me gusta es la de negro que es con la que más he hablado, buen; al menos no he perdido el tiempo y tengo su teléfono.

Algo se me rompió por dentro, no daba crédito a lo que estaba escuchando.

Mire al tipo, iba bien vestido y tenia buena planta, podría tener unos 50 años, aunque bien llevados, lucía un sello de oro en el dedo meñique, tenía pinta de mafioso, no parecía de fiar.

Pero yo proseguí y le dije: - bueno te lo habrá dado falso, estas tías son así. jejeje

-No no, si le he puesto un whatsaap, y me ha dicho que nos podemos ver otro día, que está con gente del trabajo, que lo siente mucho. - A esta es cogerla con tranquilidad y sin prisa, seguro que no se conforma con un ratito, la va la marcha y además tiene pinta de ser culera como me gustan a mí.

No sé que me estaba pasando pero estaba atacado de celos y a la vez sentía una excitación inconfesable.

Hubiera entrado a palos a aquel fulano. Estaba hablando de mi mujer como si fuese una facilona o una cualquiera,  pero a la vez me intrigaba su opinión acerca de ella, para mí era la oportunidad única de saber como la ven otros hombres, así que hice un esfuerzo y le  seguí la corriente. Quería que el fulano siguiese con la charla.

Noelia señalo el reloj mirando a Pam y claramente se dispusieron a salir de la discoteca. Eran las dos y media de la madrugada y ya debían  de regresar al nido.

Estaba cerca de casa, así que lo mejor era dejar que se fuesen y esperar el mensaje de Pam que debía de enviarme en cuanto llegase tal y como habíamos acordado, momento en que me acercaría a casa, y sin darle tiempo a dormirse le atravesaría con el sable para luego continuar con un  interrogatorio que pudiese aclarar lo que había pasado.

O mejor no le diría nada de lo que había visto, simplemente me la follaría como marido que soy, sin más.

Una vez que se había marchado sentí una sensación de tranquilidad y con la distensión quise continuar la conversación con el lobo solitario.

-       Veo que somos iguales, porque te gustan las mujeres tanto como a mí - le dije, para animarle a seguir hablando.

-       Bueno… hay una gran diferencia entre nosotros, y es que además yo me las llevo a la cama. Jajajajaja

-      Y que te hace pensar que yo no? -  A lo mejor eres un poco fanfarrón, al fin y al cabo no me conoces de nada.  --Sonriendo al final forzadamente—

-       Perdona hombre, tienes razón, no te conozco y por supuesto no he querido ofender, tan solo era una broma.

Lo dijo en un tono que  a pesar de su imagen fulera, sonó bastante sincero y con una entonación y un rictus muy convincente.

-       Permíteme que me presente.   - Mi nombre es Pascal y me dedico a la venta de coches de importación. - También soy aficionado a las apuestas, pero esto no es más que un hobby, aunque también me da buena rentabilidad y además es con lo que más me divierto. -Ahora sonreía como un actor de Hollywood-

-      Bueno, pues yo soy Fermín  - momento en que le extendí mi mano  educadamente y él me dio la suya.    - También te pido disculpas por mi atrevimiento  - las cuales me aceptó complacido.

Observe a Pascal, vestía un traje de corte sastre e impecable. Era alto y delgado, quizá excesivamente  perfumado al punto que resultaba cargante.

Parecía un hombre acostumbrado a los ambientes nocturnos. Con seguridad en sí mismo y claramente con exceso de testosterona. Se le veía carismático y de alguna forma también misteriosa y siniestra.

Pensé en el atrevimiento de Pam por haber dado su teléfono a un tipo como Pascal y me reconcomio por dentro aunque seguí mi papelón.

Vi que su copa estaba vacía y yo le di un último trago a la mía para seguidamente proponerle una invitación que acepto “encantado de haberse conocido”.

Nos acercamos a la barra y él me tomo la delantera. - ¡Por favor Anaïs! (Se dirigió a Miss indiferencia)  - al señor (señalándome) -  lo que estaba tomando y otra de lo mío cariño.

La camarera no hablo ni hizo preguntas, y  preparo las bebidas, mientras nosotros continuábamos la cháchara.

Recordé lo que me había dicho Pascal en relación a mi mujer, y quise volver a sacar el tema.

-      Oye Pascal, ¿sabes si la morena de la pista suele venir por aquí?

  • Ja! veo que te ha gustado eh.  - Pues la verdad que solo la he visto un par de veces por aquí, pero a su amiga sí. -  Esa sí que suele venir mas, es una cachonda de cuidado, la he visto salir de aquí hasta con tres, y te aseguro que no iban a jugar a la brisca.

Pues a la rubia tampoco le aria ascos jeje. – le dije, haciéndome el simpático y distrayendo el foco hacia Pam.

  • Tampoco tienes mal gusto, pero la morena es otra cosa.

  • ¿Otra cosa?   ¿Y eso?...

  • A mí me gustan las casadas aburridas de lo que tienen en casa y deseosas de un chulo que les eleve el ego y las recuerde que siguen reventando braguetas.  - Esa es de las que te lo ponen difícil y no te deja que la penetres aun cuando ya la tienes en la entrada y estas a punto de abrirte pasó entre sus pliegues encharcados. -  Le gusta que las tomes a la fuerza.  - Como un animal en celo.

¿Y cómo sabes tú eso?

  • Yo sé eso y mucho mas amigo  me dijo mirándome sonriente

  • Mira, la morena se llama Palmira, recibe clases de salsa todos los jueves de 5 a 8  en “El templo Latino”, tiene un niño de 4 años que hoy esta con sus padres, vive no muy lejos de aquí, y trabaja en  Galerías Preciados, además tiene un marido picha fría, poco detallista, aburrido y que no sabe ni lo que tiene en casa. JAJAJAJA

-      ¡Soy un profesional amigo!  concluyo irónicamente.

Note como me subía la sangre hasta las orejas, que empezaron a arderme mientras la sangre se me helaba. Pero haciendo de tripas corazón, le dije:

  • ¿Eso te ha contado?     “me costaba seguir en mi papel, pero necesitaba seguir escuchando”

  • A mi me lo cuentan todo.  ` Se puso serio´  - Aun así te puedo decir que ya la conocía de antes.

Ahora sí que me quede mudopero toda la información me era súper necesaria. Realmente sobre el pasado de Pam conozco muy poco pues es muy ermitica con sus cosas.

  • Esta chica trabajo en “Boj” de camarera hace ya unos diez años y tenía fama de acostarse con los clientes a cambio de “regalitos” y coca o simplemente con los que le gustaban, pero siempre tenía unos cuantos locos a su alrededor, no había noche que no le esperase alguien hasta que salía de la discoteca.

  • Se ha debido de follar a medio Madrid.

Pero lo mejor es que tenía un novio formal que estaba en la academia militar de Zaragoza. - Un tío serio, que se quería casar en cuanto terminase su carrera militar y al que dejo por un chulo que tenía un gimnasio en Cuzco. - Un negro que se dedicaba a entrenar boxeadores y que tenía fama de violento y mujeriego.

  • Esta tía llevaba unos cuantos años de locura y diversión hasta que el negro desapareció y entonces ella dejo la noche, empezó a trabajar en unos grandes almacenes y se busco un pringado que le ha hecho un hijo, ahora va de formalita pero es de las que se lo han comido todo.

  • Pero mira, la cabra tira al monte, ya es la segunda vez que le veo por aquí, seguro que el marido tiene ya más cuernos que un saco de caracoles, a la cama no se va con el coño vacio, eso te lo aseguro.

Me dieron ganas de entrarle a hostias, pero no podía delatarme. Ahora no.

Y Pascal continúo:

  • Las mujeres en estos tiempos hacen lo que les sale de ahí Fermín. - Son como éramos nosotros hace 25 años. - Esta ha sido camarera y mas puta que las gallinas, pero también está la que no lo sospecharías ni por lo más remoto, recatada, cariñosa, detallista, ejemplar en todos los aspectos, pero que no se la cruce un chulo que le mole, porque se lo come con mierda y todo y sin pensar en consecuencias.

  • Pascal seguía hablando eufórico, mientras, yo hacía elucubraciones sobre los datos que me había dicho.


“Es cierto que Palmira había trabajado en Boj, y también lo del novio militar, aunque ella me conto que el tipo la dejo por una prima suya y no al revés”

“Lo más inquietante para mí era lo de la coca, o lo del fulano negro y malas pulgas, esto ya me parecía de viciosa y desde luego Pam no era de esas”


  • Pues créetelo Fermín.

  • Mira tengo un amigo al que le paso un caso:

  • Su mujer se enamoro de un tipo y se marcho de casa con todos los ahorros que tenían, unos 100.000€.  - En cuanto se termino el dinero el tío la dejo, tan solo fueron unos meses, y ahora ha vuelto con mi amigo, el cual tiene que soportar recordar la humillación cada vez que la ve desnuda, pues el tipo era tatuador y de paso le dejo el cuerpo lleno de recuerdos y frases de todo tipo. Pero lo peor es que le tatuó su propia polla de 23 centímetros en el culo.

  • ¿Qué te parece amigo?  - ¿Tú tragarías con eso?

  • Pues es lo que hay… Ahora es lo que hay…

“Pascal tenía una voz grave y profunda, y aunque no era Argentino por la manera que se explicaba casi lo parecía”

  • Las mujeres de hoy tienen el poder absoluto sobre el hombre y hacen lo que les da la gana, antes también, pero había un límite que nos ponía a salvo. Y ese límite era  la puta apariencia.

Ellas no querían mostrar al hombre débil y hacían que en apariencia fuesen los que mandaban.  - Los que dominábamos y dirigíamos la situación, por lo que no se daba la humillación pública, la desautorización permanente o la indiferencia de estos nuevos tiempos.  - Antes tan solo eran expertas en manipulación. Y movían los hilos desde la retaguardia. La mayoría de las veces ni nos enterábamos de nada.

-Tal como lo hablas parece que tu estas fuera y a salvo de todo esto y que lo que dices no fuese contigo no?

  • Pues sí. Yo soy el contrapunto. - El antídoto al aburrimiento. - La válvula de escape, un seductor crápula de libro. - Soy el diablo. - El autentico  Lucifer.

  • ¿Tu no crees Fermín que las mujeres necesitan sentir la dominación en el ámbito sexual, y esto no les es posible con el nuevo modelo de pareja? - Me refiero al de la “igualdad entre sexos”. - ¡Ahí tienen un problema!

-  Quizá algunas… podría ser, pero no lo tengo claro. Eso sí me parece un tópico.

  • Las mujeres nunca van a entrar en contradicción con sus propios objetivos.  No van a ceder su autoridad en la cama y luego recuperarla por la mañana, entre otras cosas porque el hombre tampoco lo entendería.  - Somos demasiado simples para poder ejercer con distintos roles según la ocasión.

  • Por eso para mí es un campo abonado.

  • Las mujeres necesitan de hombres como yo.  - Sin domesticar.  - Con instinto primario.  - Salvajes, pero a la vez que gocen de buena posición. Que sean seductores. Que sean deseados por otras. Y que se entreguen a ellas traspasando límites y rompiendo barreras.

-      ¿Tiene alguna explicación que  50 Sombras de Grey sea el libro más vendido de la historia, distribuido en 40 países con más de cien millones de copias?-

-      y lo mejor de todo es, que mayoritariamente lo leyeron mujeres? -  Una historia de dominación en plena era del feminismo.

-       ¡Tócate los pies amigo!

-      la explicación es simple. – Las gusta que las dominen. Que las domen.

  • Por mi cama Fermín han pasado abogadas, empresarias, ejecutivas, casadas de alta sociedad, peluqueras, amas de casa, putas, cajeras, limpiadoras y a todas les trate exactamente igual en la cama: follada brutal con manotazos en el culo, insultos,  según fuese la cosa un tortazo en el momento justo, tirones de pelo, corridas en la cara, y mejor no seguir… - Pues te aseguro que ninguna de ellas se me ha quejado jamás, a todas les gustó que les tratase como a putas de carretera, incluso a las propias putas, aunque en público todas quieren trato de princesas eso también es cierto.

-      Con el tiempo he comprobado que casi todas son machistas emocionales y feministas racionales, ambas cosas. Te hablo de 30 para arriba, las de 30 para abajo no las conozco, ni estoy muy interesado la verdad.

  • Perdona Pascal, pero sin conocernos creo eres un poco presuntuoso con cada una de tus conclusiones y afirmaciones, de momento estas aquí perdiendo el tiempo con un tipo al que acabas de conocer  y no follando como a ti te gustaría, de hecho la morena se te ha escapado y sinceramente creo que ni tu ni yo la volveremos a ver.

  • Tú la vas a ver si quieres, me dijo afirmándolo con seguridad  --me dejo helado—

Y eso?  Pregunte intrigado y temiendo cualquier sorpresa en su respuesta.

  • Quieres apostar a que me la tiro y delante de ti?

-      ¡Si! Cuanto quieres apostar Pascal?  - Conteste de forma automática quizás para no darme tiempo a reaccionar de otra manera y tapar mis verdaderas emociones. Por otro lado me seguía pareciendo un fantasma porfiador.

  • 500€ te parece bien?

  • Y 1000 si quieres. Le respondí con chulería.

  • Aceptado, contesto Pascal estirando su mano hacia la mía.

  • Bien Pascal, pero antes de darte la mano, como sabré yo que has estado con ella eh?

  • Muy fácil, lo veras con tus propios ojos.

  • Y que estaré, ¿debajo de la cama? jajaja

  • No, estarás enfrente del dormitorio en mi apartamento, tan solo separado por un espejo espía, desde donde lo veras todo. ¿Te gusta la idea? jajajajaja

--Volvió a extender su mano con una sonrisa inquietante para mí—

Yo también se la extendí y al momento de estrecharla le comente:

  • Explícame bien todo por favor, porque yo voy en serio…creo que la voz me tembló un poco a causa de los nervios por la excitación incontrolada.

  • Ya te dije que era aficionado a las apuestas, pero a otro tipo de apuestas que no vienen al caso, aunque si alguien me desafía entro al trapo, más cuando no tengo ningún riesgo de perder, como es el caso.

Y lo del apartamento con vistas, supongo que se debe a que eres un poco pervertido, ¿no? jjjjjjjjj

  • No, yo soy un tipo muy corriente te lo aseguro, pero uso el apartamento porque soy corneador, otra de mis aficiones, y lo tengo preparado para los cornudos consentidores que aunque no les gusta participar, quieren ver como se folla a su mujer un macho de verdad.

Cómo??    Hay tipos tan imbéciles?? – aguante el tipo como pude -

  • Claro, hay hombres que les excita ver a sus mujeres jodiendo con otros, pero no quieren participar solo quieren ver. Y algunos no quieren ni que lo sepan sus propias esposas. Y además me pagan por ello. -  ¿La vida te da sorpresas eh Fermín?

  • Bueno, en fin, hay que ver cómo está el mundo

  • Mira si quieres seguir con esto, hacemos una cosa.  - Me das tu teléfono y yo te llamo en un par de semanas, te doy la dirección y quedamos en mi apartamento una hora antes de mi encuentro con la cachonda esa.  - El apartamento tiene dos puertas, la antigua de servicio y la principal, para que en todo momento haya una total discreción, yo te abriré por la de servicio cuando llegues.  - Tendrás que esperar un rato pero dispones de refrescos y todo lo necesario, y desde allí tendrás un sitio privilegiado donde no te perderás ni un detalle, cuando haya terminado me das los 500 € y listo. ¿Te parece?

Ah, y otra cosa. Dime, que quieres que le haga?

Pues lo normal, fallártela. Según lo solté me dio cierto cargo de conciencia, pero pensé que si Pam accedía seria culpa suya y de nadie más.

  • No hombre, eso por su puesto, me refiero a alguna cosa especial.

De repente me entro un mal rollo y le advertí:

-      Oye Pascal, quiero dejar claro algo, no serás de esos tipos que droga a las mujeres o les da burundanga, porque si es así olvídate de todo lo que hemos hablado.

-      No Fermín, conmigo vienen voluntariamente y sin aditivos, yo soy su droga. Pero yo quiero también dejarte algo muy claro Fermín…Yo soy un señor entiendes. `Lo dijo con mucha firmeza y mirándome ofendido por haber puesto en duda su método´

  • Está bien Pascal, pues adelante con la apuesta, tan solo como petición especial quisiera que la llevases a sus propios límites. Demuéstrame eso que me has contado y trátala como puta de carretera. - Quiero saber si todas esas teorías tuyas son reales.  - Estoy dispuesto a pagar otros 500€ mas si lo consigues.

  • Trato hecho, Fermín, será un placer demostrártelo.

Perfecto Pascal, me dio su numero el cual guarde y yo le hice una perdida para que el grabase el mío.

Me despedí de pascal tras un poco mas de conversación acerca de los cornudos consentidores, consentidos, participativos, masoquistas, mandones, travestidos, voyeurs, etc. Pascal era un erudito en el tema y yo nunca pude imaginar que la gente pudiera tener esas perversiones y hubiese un abanico tan grande de pervertidos y trastornados.

Me dirigí hacia mi casa nervioso, Pam no me había llamado, estaría en casa ya?

De camino estuve pensando en todo lo que había sucedido y también lo de Pascal, las cosas que me dijo sobre Pam, las cuales me parecían que no podían ser ciertas, desde luego Pam no era floja de cascos, y además no le gustaban los negros, me lo había dicho en diferentes ocasiones.

Supuse que Pascal, habría sido cliente del Boj y por eso conocía a Pam, seguro que como tantos otros habría fantaseado con acostarse con la camarera que le sirve las copas y todo había degenerado en esas fantasías fruto de su propia imaginación.

Llegue al piso y de Pam no había ni rastro, tuve la tentación de llamarla, pero no, preferí la sorpresa, así que la esperaría hasta que llegase y dejaría que ella me fuese contando sin levantar sospechas de lo que había visto.

Me recosté en el sillón, y recordé a Pam bailando con Hilario, pensé en Pascal y su apartamento espía, me imagine allí a Pam haciendo todas las marranadas que nunca hace conmigo, puesta a cuatro patas en ropa interior y comportándose como una zorra. Note una fuerte erección, una excitación que dejaba los celos y el enfado en un segundo plano, me la saque fuera de los calzoncillos y me la comencé a menear, estaba a punto de correrme cuando escuche la puerta, era Pam, ya estaba en casa, me la guarde rápidamente. Pam, al llegar al salón y verme se llevo un susto.

-¿¿ Pero no estabas en Valladolid Fermín??  Me pregunto sorprendida mientras permanecía inmóvil y lánguida, con la rodilla derecha ligeramente flexionada y con la mano apoyada en el interruptor de la luz, como si quisiera apagarla de nuevo y dejarme como me había encontrado.

-      El cliente me anulo la reunión a última hora y preferí volverme, no he querido decirte nada para que estuvieses tranquila.

-      Y tú, ¿que tal la cena?  - Sin contestarme  se acerco  con lentitud a mi lado y me dio un beso en los labios.  - Se quedo mirándome un momento sin decir nada, como indagando en mi rostro, tratando de ver mi estado de ánimo real pues mi explicación no le había convencido del todo.

Quería asegurarse de que mi repentina aparición no estaba relacionada con su escapada nocturna, por lo que buscaba  un gesto más benigno y complaciente hacia ella, pero a la vez quería ganar tiempo.

Yo me mantuve callado tan solo reforcé mi pregunta con un…  - eh??

Automáticamente bajo la cabeza mirando al suelo un par de segundos y la volvió a elevar, parecía que me iba a decir algo, pero me miro callada y con una media sonrisa, se acerco y me beso de nuevo.

Introdujo su lengua en mi boca que se abría incrédula.

Comenzó a desabrocharme los botones de la camisa y lamio mis pezones, a la vez acariciaba mi poya por encima del pantalón.

Recordé lo del baile con Hilario y también las intenciones de Pascal.

Estaba a mil. Me puse de pie, saque la verga y se la ofrecí delante de su cara.  Me la empezó a menear y me la escupió. Era algo muy inusual en ella, un gesto que solo se veía en las películas porno, así que se la acerque hasta posarla en sus labios, pero Pam tan solo me la meneaba, y escondía los labios cerrando la boca con fuerza demostrando que no tenía ninguna intención de metérsela en la boca.

Pam se levanto y me empujo al sofá, quería llevar ella las riendas,  se levanto el vestido y vi que no llevaba bragas estaba con el coño al aire, que por cierto se había rasurado por completo la muy cochina, la atraje hacia mí y ella misma se la introdujo.

Hacia movimientos de vaivén y follaba como una ninfómana. Yo aproveche su nivel de excitación para propinarle unos sonoros azotes en su gran  culo. Le metí un dedo en el ojete mientras le decía al oído que era una puta y que todos los tíos la querían para follar por el detrás. Me sentía con cierto derecho a sobrepasarme después de lo que había visto en Gayarre.

Le dije todo lo que se me paso por la cabeza mientras ella se corría una y otra vez, cuando termino le pedí que me la chupase. Protesto, me reprocho que no me hubiese corrido con ella, que estaba muy cansada, que terminase rapidito.

Ya volvía a ser la misma de siempre, al menos con migo.

Se arrodillo delante de mí y empezó a chupar, repose mi mano en su cabeza para acompañar los movimientos y ella me aparto la mano con un movimiento brusco, y me dijo…NO ME TOQUES LA CABEZA; ¡QUE NO ME GUSTA! Yo no dije nada, me resigne para poder terminar, y volvió al ataque.  - ¡Córrete fuera eeeh! - Me advirtió, sin tan siquiera dignarse a mirarme, levantando su mano derecha en tono amenazante y luego recogiéndose el pelo tras la oreja.

Me corrí apuntando hacia el suelo, que remedio… entonces ella ya más relajada, me dio un beso y me dijo que me quería, pero que se iba  a la cama porque tenía mucho sueño.

Yo le dije que estaba desvelado y que me quedaría en el sofá un rato, le di otro beso, y le deje irse a dormir, ya habría tiempo para pedir explicaciones,

Al rato, me acerque al dormitorio y vi que estaba dormida, cogí su ropa el bolso y su teléfono , el teléfono tenia clave por lo que no pude ver nada, examine su bolso y nada del otro mundo, set de maquillaje, un frasco de perfume, pero al fondo en un bolsillo semi oculto,  sorpresa! su tanguita roto, lo examine y olí, tenía un aroma de perfume masculino, el mismo que se mezclaba con el suyo cuando se acerco a mí para besarme.

La ropa también tenía la misma mezcla de perfumes, estaba claro que el propietario de esa colonia nauseabunda, le había arrancado las bragas.

Recordé su gesto con la cabeza, en realidad fue un gesto de resignación, seguro que pensó que lo mejor era follarme para evitar las largas explicaciones y por eso se arranco como una loba, y se salió con la suya, se acostó sin darme ninguna explicación. ¡Menuda zorra!  Pensé.

Al día siguiente en el desayuno le volví a preguntar, y Pam me comento que a la cena también había ido Hilario, y que estuvieron hablando de lo que había pasado y que todo fue un mal entendido, ya que a Hilario le gustaba ella y algunos compañeros le habían dicho que ella estaba separada y que también le gustaba Hilario, por eso había estado tan pesado.

También me dijo que con el cambio de planta le había dejado en evidencia y que se había dado cuenta que era un buen tipo.

Vamos, que el HP de Hilario ahora era un corderito…tócate los cojones.

Ella solita fue haciéndome un relato sobre la noche anterior  en el que todo encajaba:

Salieron a cenar, luego a tomar una copa, quedaron en Gayarre pero la mayoría se rajaron por unos u otros motivos y tan solo aparecieron ellas dos y otro compañero al que le gusta  Noelia que está separada desde hace un año, e Hilario de forma fortuita.

Como habían hablado y aclarado cosas estuvieron bailando juntos.

Luego regresaron a casa cada uno por su lado.

Me conto lo del tanga.  Que se le había quitado al ir a hacer pis en el servicio porque lo vio roto y no se sentía incomoda y ella misma no entendía como estaba asi. Cuando se lo puso no lo debió de ver. -  Vamos que era un misterio.

Sobre la peste a colonia me dijo que era porque quería regalarme una colonia por mi cumpleaños y había guardado un palito probador en el bolso para poder comprobar si no resultaba pesada. ¿….?

Sobre Pascal ni mú.

El relato lo tenía perfectamente estudiado la muy puta, aunque yo no le creí nada.

Recordé los datos que me había dado Pascal, ¿serian ciertos?

Ahora el problema es que realmente de ser así, yo no tenía ni idea de quién era la zorreras con la que me había casado.

Por otro lado me excitaba pensar si realmente tras su máscara de señora sensata y formal, esposa y madre, había una viciosa desinhibida y promiscua. Y si Pascal ganaría la apuesta - ¿cómo sería el encuentro?

Me daba cargo de conciencia pero a la vez me excitaba, y esto inclinaba la balanza. Si Pam se dejaba seducir por Pascal  yo podía ser testigo y ella tendría que someterse a mí para compensar su desliz y por fin podría disponer de ella como la puta que era.

Continuara…