El mirón (III: Paula)
El mirón (III: Paula)...
Como ya he adelantado en alguna ocasión, soy psicólogo de una ciudad grande del sur de Chile, me especializo en problemas sexuales de jóvenes y adolescentes, al principio todo fue bien, pero con el tiempo no pude dejar de calentarme con las historias de las chicas y chicos que venían a mi consulta, incluso comencé a practicar algunas costumbres absolutamente prohibidas pero enormemente excitantes y que me han llevado a cuestionarme personalmente, pero esa es otra volada. Seguiré con la historia de una chica que vino a mi consulta.
Su nombre era Paula debía tener 15 años, muy delgada piel blanca, ojos celestes, cabello crespo rubio, una monada de chica, se sentó delante de mí y al principio con mucha timidez habló, pero después se relajo tanto que ya verán.
Estaba sola en casa acababa de llegar del cumpleaños de una prima al otro lado de la ciudad, eran alrededor de las 4 de la mañana y mis padres muy jóvenes aun, habían salido de juerga a bailar a las numerosas discos que hay. Yo aun tenía en la mente a mi novio en la fiesta de mi prima, bailábamos apretadamente y mi pelvis se incrustaba en bulto que como un asta de bandera apuntaba hacía adelante, yo estaba tan caliente que de vez en cuando hacía pequeños círculos con mis caderas para tratar de rozar mi escondido y mojado sexo, él aprovechando la luz tenue me tomaba las nalgas y apretaba mientras metía su lengua completa en mi pequeña boca.
Paulita te quiero, vamos atrás y hagámoslo, necesito besarte esos labios que deben estar hirviendo mi vida.
Yo solo cerraba los ojos mientras sus dedos se incrustaba por detrás de mis nalgas en mi raja que ya me dolía del calor debajo del jeans, pase mi mano lentamente por su pecho, bajando por su estomago hasta llegar a su pene que acariciaba sin parar, de pronto las luces se encendieron y nosotros quedamos atrapados entre la gente que comenzó a bailar de nuevo, esa noche no pudimos joder, después me trajeron a casa unas amigas y quede absolutamente caliente. Con mi novio sólo habíamos tenido encuentros cortos de sexo espontáneo en algunos lugares inusuales, pero nada más.
Me recosté en la cama y apague la luz, logre ver en la oscuridad mi cuerpo delgado, mis piernas que se metían levemente en las sabanas suaves que recorrían mi espalda, veía mi ombligo como un pequeño punto en la suavidad de mi piel, mis pechos que se levantaban como dos bolas de apuntando al cielo por la excitación, comencé a acariciarme lentamente mi piel que se erizaba al contacto con mis manos, mi trasero se movía en redondo por las sabanas, dejando que el olor a jugos sexuales se esparciera por la cama, mi mano se detuvo un momento en mis pezones, lo apretaba lentamente pellizcándolos con ternura, mi otra mano en un momento sorpresivo comenzó a refregar desesperadamente mi concha que hervía, rozaba sus labios y metía mi dedo medio hasta el fondo, mientras con mi pulgar tocaba en círculos mi abultado clítoris. Creo que no sentí la puerta de la calle, estaba tan caliente que seguí metiéndome mano, sin importar lo que haya querido sentir, además un tercer orgasmo me tenía con los ojos perdidos en el techo, mientras mi voz gemía de tal manera que tapaba los ruidos de la noche. En un último grito acabe llenando mi mano y mis sabanas de líquidos fuertes que anunciaban mi orgasmo. Me quede en silencio jadeando con la respiración acelerada, sin moverme un solo centímetro, mi cuerpo estaba agotado. De pronto note un ruido y supe que mis padres estaban en casa, me corte pensando en que habían escuchado mi show, así que me puse una blusa larga que me tapaba el trasero y salí al pasillo, escuche jadeos fuertes de mujer, de mi madre, el corazón se me helo y mi entre pierna volvió a palpitar mientras distinguía lo bello de esa música, camine a través del pasillo y entre abrí lentamente la puerta de mis padres.
Él un maravilloso semental con el sudor marcando sus músculos embestía como una bestia el trasero de mi madre que estaba en cuatro patas sobre la cama, mi madre con sus largas piernas blancas y sus cabellos rubios gritaba como una zorra mientras sus senos se movía frenéticamente golpeando hacía adelante. Mi mano instintivamente comenzó a moverse por encima de mi blusa, prontamente llegue a mis labios que otra vez hervían y los marturbé desesperada, por acabar junto a ellos, me imaginaba yo tan joven y frágil en la posición de mi madre, enculada por aquel tremendo poste de carne que salía y entraba derramando semen. Un grito ensordecedor dio mi madre quedando tendida en la cama, desmayada, agotada, yo acabe con ella afirmándome de la puerta para no caer, mis rodillas se doblaron por el temblor que recorrió mi cuerpo, mi rostro sudado miraba a mi madre muerta en la cama, muerta de placer, mi padre se incorporó de su espalda y comenzó a lamerle la raja a mi madre, que delicioso se veía un sexo que acaba de recibir semejante tratamiento. Escuche como mi madre decía unas palabras entre lenguas y supe que estaba borracha, no tardó en quedarse dormida y mi padre como gran semental que es, con su pene erecto en toda su plenitud aun. El la movió un poco comprobando que en realidad se había quedado dormida, enojado se levanto de la cama y se sentó en un sillón cerca de la ventana, mirando el cuerpo desnudo de mi madre en la cama, comenzó lentamente a pasar su mano por su enorme tronco de casi 25 cm. Mientras sus pectorales ser contorsionaban, yo me puse re caliente de nuevo, pasando mi mano por mis pechos y tocando lentamente mi clítoris que no apañaba ante semejante cantidad de orgasmos que había tenido es noche. En mi cabeza comenzaron a pasar idea tras idea, deseos que no pude contener y temores de ser rechazada, pense en salir e ir a mi cuarto, terminar de masturbarme allá, sin quererlo ni haberlo pensado predeterminadamente me excitó mi padre masturbandose, quería que me follara, quería que me tocara, que probara a su hija, esa chica que lo amaba mas que a la vida, pero sabía que el me rechazaría, no podía yo competir con la tremenda mujer que es mi madre, alta de 1.80, piernas largas, trasero redondo, cintura preciosa, hermoso pechos absolutamente parados, mi madre no necesitaba usar wonderbra, ella lo tenía todo, con ojos claros como los míos, y largos cabellos rubios, como las tías de las propagandas de cerveza. Estaba a punto de irme a mi cuarto cuando note que mi padre mientras se masturbaba lentamente me miraba de re ojo. Al principio se me heló la sangre, pero después algo en mi volvió a aflorar, mi entre pierna se mojó cada vez más. Me abalance sobre mi padre y le tome su tronco de carne metiéndolo de lleno en mi boca, lo chupaba con tanta desesperación que fuertes chupetones sonaban en la habitación, el me agarra con sus manos mientras me decía, "Si mi amor, gracias, así cariño, me encantas!", yo estaba caliente y subí montandome en sus piernas, sentía su pene fuerte tocar mi estomago, nos miramos a los ojos y nos besamos, metí toda mi lengua en su boca, y después lo besaba en la cara, mientras lo acariciaba, "te amo papa, te amo tanto", estaba desesperada, mi padre me tocaba el trasero y las piernas, yo acabe otra vez sobre sus piernas, el al oler el aroma, tocó con su dedo mis labios y después se llevo la mano a la boca, que rico fue eso, metí mi lengua entre su dedo y sus labios, que hermoso era, note que su pene estaba enorme, rojo, y no quise esperar más, sin pensarlo dos veces, me pare en el sillón y apunte su pene a mi rajita que se abrió como una flor, mi padre me detuvo, tal vez asustado, "por favor papá, follame, quiero sentirte en mí", mis lagrimas de placer deben haberlo convencido, me tomo de debajo de mis muslos y me hizo bajar lentamente, cerré los ojos para sentir como su carne entraba en mi cuerpo, que delicía, comence a gritar de placer, al sentirla toda, mi padre me detuvo cuando tuve metida las ¾ partes, pero yo continué bajando, que rico, me deje caer de un golpe, el lanzo un jadeo mientras yo lentamente para acostumbrarme comencé a cabalgar y moverme en círculos, mi madre seguía en la cama muerta, sin ni siquiera pensar que nosotros sudados enteros, nos movíamos frenéticamente, yo saltaba y escuchaba sonar mis nalgas en sus testículos que me hacía hervir mas por su calentura, mi padre me agarraba fuerte el trasero y los pechos, metiéndoselos de lleno en la boca, yo gritaba de placer, "para te quiero.., papito....ahhhhhhh!!!", mi cabeza no podía más, mis manos sólo se sostenían en sus hombros, mientras su pedazo hirviendo de carne era abrazado completamente por mi estrecha conchita que con sus labios besaba de abajo hacía arriba la piel del pene, que placer, cuanto olor se desprendía de nosotros, como dos bestias jodíamos sin parar, me corrí como tres veces más, y de pronto sentí que mi padre terminaba, la cabeza de su pene se hincho en mi interior, provocándome una sensación bellísima, el me quiso que me saliera, pero yo apreté mis piernas agarrándome del sillón, que bello fue, sentir su grito de placer, su orgasmo, su leche caliente que me invadió entera, y que salía por mi concha, mezclándose con el olor de mis jugos, nos abrazamos fuertemente, mientras nos besamos con ternura, quedándonos allí en silencio, mientras nuestros cuerpos aun se movía lentamente, como desacelerando de a poco.
Mientras escuchaba a la chica no pude evitar una erección de magnitudes, ella a espaldas mías no podía ver que yo me la estaba meneando como nunca, pensaba en la suerte de su padre y en la suerte que tendría yo de tener a una jovencita tan hermosa como ella, pero esas son otras historias.
Bueno Espero que les haya gustado, también espero que ahora sea publicada, escribanme si son jovencitas o si quieren compartir algo, o por último si quieren que les de una consulta. (Todos los nombres y menciones fueron cambiadas para proteger a los protagonistas).
Amano. ( amanojk@hotmail.com )