El Mirón

La historia de un joven mirón que disfrutó de lo lindo mirando como una vecina madura se autocomplacía sin saber que era observada por él.

EL MIRÓN

Esta es la historia que le ocurrió a un hombre en su juventud, el cual no me dejó mas datos que los de ser español y nada mas, pero tenía muchas ganas de contarlo ya que  nunca lo había hecho a nadie

Esto es algo que me ocurrió hace casi 20 años, yo tenía 22 y acababa de terminar mi carrera de técnico en telecomunicaciones, que mas adelante pude convertir en técnico en informática, el caso es que mi primer trabajo llevaba incluida la vivienda, y me correspondió un piso en una zona residencial de mi ciudad de residencia, que estaba junto a otras viviendas de compañeros de trabajo, por lo que deje el domicilio de mis padres y me traslade allí, no era muy grande pero para mi era suficiente, hacía rincón con otro piso donde vivía uno de los jefes de planta de la empresa, los dos baños quedaban uno junto al otro y con las ventanas abiertas se veía perfectamente a quien había en el otro y por ahí va este relato por la indiscreción de esa madre de familia, involuntaria, y por la pasión mía por mirar que hacen las demás personas y que se vio acentuada a partir de esa experiencia.

Este hombre debía de andar por los 48 ó 50 años, su esposa, tendría unos pocos menos, y la verdad en un principio no era mujer que por lo menos, para ir por casa y moverse por la zona, se arreglara mucho que digamos, tenía buenas tetas, que disimulaba siempre con camisas amplias y sin meter dentro del pantalón, con falda la vi muy poco, el caso es que era muy correcta, educada y simpática, nunca nadie pudo decir que iba provocando a nadie y se dedicaba a sus labores como esposa y ni siquiera salía mucho a cotillear con otras vecinas de la finca o del barrio, o sea una mujer de su casa y punto, yo nunca me fije en ella, me dijo cuando llegue que si me hacía falta algo que se lo dijera, como persona educada que era, y supongo seguirá siendo, aparte de eso nunca mostró más interés por mí que ese.

Pero para entrar en el asunto, digamos que llegué en invierno, y me adapté de maravilla a vivir solo, si bien alguna vez venía mi madre “a pasar revista” al piso pero como me apañaba bien pues nada, tenía novia, y era de mi edad y se venía muchos días a casa donde lo pasábamos de maravilla follando a solas y sin mirar reloj, pero ella estaba con sus padres y a dormir debía ir a casa por lo que de noche igual me quedaba solo, pero un día, cerca de primavera, que el tiempo empezaba a ser menos fresco, llegue a casa del trabajo y me quería duchar pero antes de encender la luz del baño, me di cuenta que el baño de la otra casa estaba con la luz encendida, y no se porque esperé un poco a ver quien había pues la contraventana estaba abierta lo suficiente para que desde fuera no se pudiese ver quien había dentro o que estaban haciendo pero desde mi posición con la ventana algo abierta se veía el espejo, y me di cuenta que era ella la que estaba dentro, pensé que cerraría la ventana, pero no lo hizo y después de hacer algunos preparativos comenzó a desnudarse ante el espejo, me puse a mil en dos segundos, y la indiferencia que sentía por esa mujer, como mij en todo lo referente a ese aspecto, cambió con la misma rapidez, no se si llevaba pantalón pero como llevaba una camisa ancha no se podía ver nada mas, hasta que se la quitó, y efectivamente tenía un par de tetas que eran de impresión, no tenía apenas un poquito de barriguita por el espejo solo se podía ver eso, tras quitarse la camisa se quitó el sujetador, ahí si que casi me meo y todo encima, vaya par de tetas que tiene la vecina de las narices, me dije, bastante erguidas y con los pezones y aureola negros, y se los empezó a tocar agarrándoselos y apretándolos entre ellos mientras cerraba los ojos, para terminar agarrándose los pezones con dos dedos, yo a esas alturas ya iba a mitad de paja, pues me baje los pantalones y me estaba masturbando como hacía mucho que no lo hacía, el coño tal y como tenía la ventana no se lo veía, ya que si bien me di cuenta cuando se quitaba las bragas no le vi nada, por lo que me excite mas aún por el morbo que eso me daba, después se metió en la ducha y cerró la cortinilla, y esperé a que terminara pero el cristal se había empañado y no pude ver mas, pero que paja la de aquel día, ese día no estuve con mi novia pero al día siguiente si y me la folle también como hacía tiempo que no lo hacía, extrañándose que la llamara en varias ocasiones, cosa que no solía hacer mucho, por cierto también tenía un par de tetas como mi vecina, con las que en mas de una ocasión me hacía una paja cubana para terminar corriéndome sobre ellas, uff.

En un principio creí que había sido una casualidad o un descuido lo de la ventana pero era así a diario, se solía duchar antes de cenar y si no había luz en mi casa la ventana estaba siempre abierta, y me acostumbre cuando llegaba de trabajar a no encender la luz del piso y asomarme primero de todo al baño, por si estaba pues no siempre era así, pudiendo ver como se magreaba los pechos una y otra vez, para terminar pajeándome como un mono mas adelante.

El tiempo fue pasando y la primavera fue afianzándose, hasta que hacía bastante calor ya, y un día no era la contraventana sino la ventana la que tenía abierta, la tendría algo así como un palmo, ya me dí cuenta desde abajo, comprobando que efectivamente no se podía ver nada desde el patio de la finca, pero si desde mi ventana, y me dispuse a subir corriendo, era un segundo piso y no había ascensor, además tenía que entrar con cuidado para que no me escuchara o se asomara y me viera, entonces me podía morir de la vergüenza, pero por suerte nunca ocurrió tal cosa. Para entonces me había comprado una cámara con el sistema VHS y me dispuse a estrenarla con mi vecina, por si algún día se me acababa el chollo, tenerla grabada para seguir pajeándome a su salud todas las veces que quisiera, ese día si, por fin le vi el coño, negro como el azabache y espeso como pocos, todo ello grabándolo en el reflejo del espejo, esta vez además de magrearse las tetas bien, se empezó a tocar su lindo coño, pero alguien la llamó, alguno de sus dos hijos y dejó de hacerlo, pero se fue a la ducha y allí si se dispuso a terminar su paja, y yo a comenzar mi segunda, ella debía de hacerlo a menudo pues tenía una maestría frotándose el clítoris, que mi novia, a la que también le gustaba hacerlo mientras me chupaba la polla, no lo hacía mas rápido que ella. Estuvo varios minutos dándole al chochete, para terminar corriéndose con los ojos cerrados y mordiéndose los labios y con la otra mano agarrándose una teta, y así se quedó un momento, después cerró la cortinilla como siempre, pero esta vez si espere a que saliera ya que el espejo no se empañó, y la grabe como se secaba y como se ponía las bragas y el sujetador, y me dio otra subida de miedo, que morbo tenía la tía, aunque esta vez espere a conectar la cámara a la tele para poder verla mas tranquilamente mientras me pajeaba a su salud como un salvaje, esa noche salí a tomar un café a un bar cercano y a ella y a su marido los vi paseando, que relajadita debía de estar con el pajote que se había hecho no haría mucho mas de una hora y no deje de imaginarla como se lo hacía cada vez que la veía, si bien la grabe mas masturbándose, tocándose como otras veces, con lo tranquilita que es, me decía yo, y todo eso hasta que un domingo, que yo llegaba de pasar el día con mi novia, vi salir a su esposo y a sus dos hijos juntos y me dijeron que se iban a ver un partido de fútbol a la peña del equipo al que eran aficionados, y me fui a mi casa a descansar, pero esta vez era la puerta del balcón, un poco mas alejada que la del baño, la que estaba abierta y ella estaba en el sofá de casa sentada, pero como no había encendido la luz de casa espere haber que pasaba antes de encenderla, pues ella habría cerrado la suya inmediatamente, y efectivamente como estaba sola ya se estaba tocando los pechos por encima de la camisa, y me fui rápidamente a preparar la cámara para ver que era lo que me tocaba ver ese día.

Una vez con la cámara, que para verla mejor tuve que colocarla encima de unas escaleras, empecé a grabar y ella seguía sobándose los pechos, y de vez en cuando se pasaba la mano por la entrepierna, si bien aún no se había quitado los pantalones vaqueros, al rato, yo ya estaba desesperado, empezó, al fin, a desabrocharse los pantalones, se iba ha hacer una paja tranquilita del todo, sabiendo que no tendría a su familia hasta pasadas dos horas como poco, y se ponía la mano nuevamente en la entrepierna, pero sin meterla dentro de las bragas, hasta que se terminó de quitar tanto los pantalones como las bragas, casi de golpe, comenzando a darle a sus dedos de forma vertiginosa sobre su clítoris, que ahora si que se le veía bien, dentro del felpudo que tenía por coño, en aquellos años pocas se depilaban, que morbazo daba verla allí totalmente abierta de piernas, creyendo que estaba sola y sin embargo tenía un espectador y una cámara que lo grabaría para los restos, eso si, para su único disfrute, pero sigamos, con su mano izquierda se sobaba las tetas, sabiendo lo que hacía pues con los apretones que se daba no se como no se hacía daño, y con la otra se estaba haciendo un pajote de cuidado, todo ello con los ojos cerrados, estuvo frotándose el coño un buen rato, hasta que por fin se corrió, no se si grito o no en algún momento pero que se mordió el labio seguro, después se quedó, igualmente con los ojos cerrados y las piernas abiertas un rato mas, hasta que se levantó poco a poco, en ese momento me acordé que me había dejado el coche abierto, y baje para cerrarlo pero se puso ha hablar conmigo un compañero y estuve un rato con él, aunque también deje la cámara grabando, pero no me di cuenta hasta pasado un tiempo.

Cuando subí me pude ver que la puerta del balcón seguía abierta, pero no había nadie, quite la cámara antes de encender la luz y me dispuse a ponerla en la televisión para ser yo el que se hiciera una paja a la salud de ella, efectivamente se grabó de maravilla, había ajustado bien el zoon de la cámara y lo captó todo de maravilla, de acuerdo con la técnica y calidad de lo que había en esa época, y disfrute de unas pajas estupendas durante buena parte del verano, pensando en como sería follar con una mujer 20 años mayor que yo.

Pero un día, que me dispuse nuevamente a ver como se lo hacía en la grabación, sonó mi teléfono, y estuve un ratito hablando, cuando volví, allí estaba ella nuevamente tocándose su lindo chocho, normalmente después de ver como se corría paraba de ver el video, para volver a rebobinarlo y tenerlo preparado para una nueva sesión, pero como digo ese día siguió pasando lo que había grabado, maravillándome otra vez de lo bien que esta señora se lo pasaba ella solita. Eche para atrás la cinta hasta donde ella se corría por primera vez y la deje pasar, al minuto llegó nuevamente al sofá y se agachó, disfrutando de su vista trasera, dejándome ver sus cuartos traseros y su fabulosa pelambrera desde estando agachada y de culo, ufff, que barbaridad, se sentó un poco después en él y llevaba algo en su mano, un consolador de madera, me pareció por el color o algo semejante, y lo dejó al lado, para empezar otra vez a sobarse las tetas y el coño, no tardando en ponerse a tono pues aún debía de tenerlo excitado de la paja anterior, cuando agarró el cacharro, al que parece ser había puesto un condón, pude ver que era grande, levantó las piernas hasta dejarlas encogidas y con los pies apoyados en el sofá, toda abierta vamos, y se dispuso a meterse eso dentro, tenía un agujero enorme y negro, negrísimo, ella era algo morena, y se lo empezó a meter poco a poco todo, y después comenzó a sacarlo y a meterlo hasta que estuvo bien lubricado con su flujo, madre mía cada vez que veo eso como me pongo, hasta llegar ha hacerlo con una relativa rapidez, empezando a sobarse los pechos con la otra mano, hasta que se corrió, y bien corrida, esta vez si que pude ver como salía disparado su flujo hacía adelante, era la primera vez que lo veía, de hecho ni sabía que a algunas mujeres les pasaba, a mi novia no desde luego, quedando un rato con el cacharro dentro del coño, para sacarlo poco a poco, y llevárselo a la nariz a olerlo, ufff, dije para mí nuevamente, y me he estado perdiendo esto durante meses.

Después se levanto con toda la tranquilidad del mundo, regresando en unos tres minutos, esta vez me quede hasta el final de la grabación, pero ya regresó con unas bragas puestas, se quitó la camisa, para buscar el sujetador y ponérselo, no sin antes darse dos apretones en sus tetas como era costumbre en ella, se puso también el pantalón y la camisa y desapareció, no saliendo nada mas en la grabación, y que mas quería yo que saliera, si no era yo mismo trabajándome aquel chochazo, pero eso quedó siempre en ganas, ya que como dije era una señora de lo mas discreta que había, no charlando nada mas que de cosas amenas o algún comentario como vecinos y nada mas, que penita, pero en fin así es la vida.

Con la grabación la he ido pasando de formato conforme iba avanzando la informática, y destruyendo la versión anterior, para evitar tener que dar explicaciones innecesarias, y sigo recordando aquellos tiempos, ya son 20 años de aquello, con sabor agridulce, por haber tenido la oportunidad de grabarla y sin embargo no poder tocarla, como dije antes así es la vida de agridulce.

Y así fue como me contó este muchacho, bueno hoy ya todo un hombre de mas de 40 años, su experiencia como mirón o como voyeur (que se dice ahora), para deleite quien guste de fantasear con personas desnudas practicando sexo o simplemente viéndolas, sin ser vistos.