El Mensaje III

El mensaje esperado de ella.......

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Los rayos de sol entraban por la ventana posándose encima de nuestros cuerpos desnudos cuando me desperté, la claridad dejaba ver todo su cuerpo desnudo, la observaba detenidamente, su cara, un cuello largo, unos bonitos hombros, al tener la espalda un poco ancha por el ejercicio que hacía, unos bonitos pechos muy bien puestos, serían una talla cien, su cintura muy contorneada llegando a esas voluptuosas caderas, que hacían que sus dos nalgas fueran explendidas y duras, tenía unos muslos fuertes y grandes que se iban estrechando a la vez que llegaban a sus rodillas, acabando sus piernas en unos tobillos finos y sus pies preciosos, que se veían en esos tacones altos que ella se ponía para mí.

Dude en despertarla y meternos en la ducha, pero preferí darle un mejor despertar para que no se olvidara de mí en mucho tiempo, así que con cuidado me puse de rodillas pasando sus piernas por encima mis hombros, abriendo sus labios, saque toda mi lengua mojada en saliva y le di unas lamidas de abajo hacia arriba, abriéndole todo su coño rosado y dejándolo bien mojado, erizando su clitoris, ella se movía un poco pero al tener sus piernas por encima mis hombros no podría salirse, seguí lamiendo ese manjar y mi desayuno ( que tanto me gusta ), cuando empezaron a salir de su boca unos pequeños gemidos, lubricándose ya por sus flujos que empezaban a rebosar de los más adentro de sus ser.

Los mejores buenos días de mi vida, salieron esas palabras de su boca mientras se colocaba mejor en el sofá, apretándose, lamiéndose los pechos y los pezones, rebufaba y sollozaba uffff que delicia de lengua tienes, como me encantas, hazme tuya con tu boca, bebe de mí como tanto te gusta, a cada palabra de placer suyo mi énfasis subía por lo que estaba haciendo, me encanta lamer y hacer disfrutar a una mujer, más cuando te lo hacen saber y su coño rebosa de ese manjar tan bueno que sueltan las mujeres, mmmmmm......

Su cuerpo empezaba a tensarse, cerrando sus piernas contra mi cabeza, aprisionadome contra ella, dejando de tocar sus pechos para cogerme de la cabeza y los pelos haciendo fuerza contra ella, gimiendo y chillando me voy a correr no pares, uffffff..... Se arqueo un poco de la espalda levantando su cuerpo del sofá, empezando un movimiento de caderas, al unísono que iba mi boca y mi lengua, cada vez más fuerte me apretaba, cada vez emanaban más jugos de su coño, por el sol que entraba por las ventanas esta vez los podía ver, eran blancos y deliciosos, se estaba corriendo, dejando de mover su cadera y moviendo mi cabeza al mismo tiempo que me apretaba más fuerte contra ella, en ese mismo instante se abrió más de piernas, tensándolas, dejándolas bien rectas, cuando de su vejiga empezó a soltar un buen chorro de orina, la cual trague un poco, un gusto salado se puso en mi boca, dejándome la cara mojada, yo en vez de apartarme puse mi mano aprisionando fuerte contra su coño y si clitoris, apretando y moviendo de arriba hacia abajo, pensé en ese momento en las corridas de anoche y dije esta no va ha ser menos, te vas a retorcer y acordarte de mí cada vez que te corras, lo di todo para que tuviera los mejores buenos días de su vida, así me lo hizo saber después de convulsionar varias veces, orinandose y emanando toda su corrida y flujos que salían de su coño, quedando traspuesta encima el sofá con sus piernas ha horcajadas encima de mis hombros, ya relajadas y yo disfrutando de todos su flujos que salían de su coño bebiéndomelos y dejándolo bien limpio como buen niño que se acaba su desayuno.

Se quedo traspuesta por varios minutos por la descarga tan brutal que había tenido, mientras yo le acariciaba sus pechos, sus vientre, bajando por sus muslos, acariciando hasta sus pies, volviendo a subir con mis caricias hasta que se recompuso, sentándose en el sofá y levantándome pegándome un beso y entrando su lengua hasta lo más adentro de mi ser, mezclando su sabor más preciado por mí con sus papilas gustativas disfrutando del gusto que tuvo de su placer. Cabrón te has lucido despertándome como lo deseaba...... Me dijo levantándose al mismo tiempo que yo me levantaba y me tiraba al sofá.

Se puso de rodillas ante mi jugando con mi miembro que estaba más duro que una piedra, por el placer que le había dado y lo cachondo que me ponía cuando hacía disfrutar a una mujer, acabando bebiendo de ella hasta dejarla vacía, ufffff solo de recordarlo mi cuerpo se estremece.

Empezó escupiendo mi miembro y esparciendo su saliva por todo mi tronco, mientras me lamía los huevos, luego se introducía primero uno y luego el otro, haciendo un vacío con su boca al sacarlos, cogio con su otra mano mis huevos subiéndolos dejando libre mi perineo, lamiéndome el mismo y bajando a mi esfinge mientras me masturbaba, bajaba su cabeza bien hasta mi esfinge llegando hacer vacío con sus labios en mi esfinge, perineo subiendo por mis huevos aprisionados con la otra palma de su mano, mientras me masturbaba, por mi capullo reluciente ya salían algunas gotas de líquido preseminal.

Subió la intensidad de masturbarme, lamiendo más fuerte mis huevos y mi perineo, bajando su lengua hasta mi esfinge, deleitándose con ella y apretándola con la lengua dilatándome poco a poco esa parte de mi cuerpo, nunca antes había sido tocada por nadie pero ella tenía un don hacia mi persona, volviéndome sumiso a sus roces, caricias y lamidas, dejándome hacer de todo por aquella musa del sexo que encontré por casualidad en aquella página queriendo salir de la rutina de pareja.

Mi cuerpo se estremecía de placer, por mi mente corrían un sinfín de sensaciones nuevas, cada vez más atrevidas por mi musa, Ella..... Verónica mi nueva y única amante que había tenido en mis treinta y ocho años de edad, en un momento menos esperado su lengua atravesó mi esfinge entera, siendo penetrada por ella, un cosquilleo y un calor recorrió todo mi cuerpo subiendo por la espina dorsal hasta mi nuca, arqueando mi espalda y echando mi cabeza hacia atrás, por mi capullo salía más líquido preseminal haciéndole a ella más fácil la masturbación, acelerando cada vez más, mientras yo me estremecía de placer.

Estuvo un rato jugando con su lengua en mi esfinge hasta que sin presión entraba y salía sola, de nuevo subió con su lengua y sus labios chupándome los huevos haciendo vacío al sacarlos de su boca.... Mi mente estaba atenta a todos los sentidos de placer que recorrían por mi cuerpo, que me estaba dando ella, en el momento menos pensado para mí note como me introdujo un dedo bien lubricado, atravesando mi esfinge el cual doblo y empezó acariciarme por dentro de mi perineo y por debajo de mis huevos, haciéndome explotar en un sinfín de sensaciones, en ese mismo instante dejo de masturbarme introduciéndose todo mi miembro en su boca a la vez que con su lengua lamia todo mi tronco, cada vez succionaba más y más fuerte, hasta que no pude contenerme más y el orgasmo fue eminente, un orgasmo que nunca jamás había sentido, tan diferente, tan placentero, mis pies se tensaron como nunca, mis piernas quedaron duras como piedras, mi culo se apretó levantándome más mi miembro, a la vez que mi espalda se arqueaba, empezando a salir esperma como nunca había salido de mi, Ella succionaba una y otra vez sin dejar caer ni una sola gota de esperma, su boca se llenaba pero tragaba tan rápido como salía, seguía apretándome con el dedo por dentro de mi esfinge, el orgasmo era largo y parecía que nunca se acababa, no paraba de succionarme con su boca tragando todo el esperma que me salía de mi miembro, mi cuerpo empezó a convulsionar pegando los dos últimos latigazos de esperma, uffffff que placer más largo, que orgasmo que tuve, nuevo y placentero, una nueva experiencia extraordinaria para mí y para ella la cual disfruto tanto como yo.

Fue sacando el dedo de mi esfinge lentamente, a la vez que fue sacando su boca de mi miembro dejándolo limpio de esperma, lamiendo el tronco y los huevos, acariciándome lentamente mientras me reponía del orgasmo más grande que había tenido en mi vida...... La levante por las axilas sentándola encima mío y besándola como un loco, nuestras lenguas se entrelazaban entre sí, ahora era yo el que notaba mi sabor en su boca, siendo un sabor salado y suave, agarrándola bien fuerte por sus carnosas y duras nalgas.

Estábamos tan excitados que después de esa gran corrida que tuve mi miembro no se bajó todo lo contrario, estaba duro como una piedra era tal mi asombro y el de ella que no dudó en ponerse ha horcajadas encima mío cabalgándome como si de un caballo desbocado se tratara, su espalda se tensó hacia atrás, lamia sus pechos, sus pezones estaban duros como piedras, los mordisqueaba haciéndola estremecerse y que su movimiento de cadera fuera cada vez más intenso, subía lamiéndole el cuello besándonos y mordisqueándonos los labios, pasó sus brazos por detrás de mi nuca, yo pase mis brazos por debajo de sus piernas, poniendo sus muslos a la altura de mis hombros, cada vez las embestidas eran más fuertes y duras, por su coño emanaban jugos blancos, volvía a estremecerse, mi cuerpo se tensaba, esta vez me clavo las uñas en la espalda apoyando su boca en mi cuello mordiéndome haciendo estremecer por ese dolor y placer al mismo tiempo, dando las últimas embestidas fuertes y empezando a gemir y chillar los dos por el placer del orgasmo que llegó al unísono, dejándonos medio muertos encima el sofá sudados y relajados, oliendo a sexo puro y duro.

Pasado unos minutos fuimos capaces de mirarnos a los ojos, nuestra mirada estaba cansada, llena de lujuria, pasión y mucha química, nos levantamos del sofá yendo para el baño, a darnos un baño en la bañera para recomponernos de aquel buen rato de sexo que tuvimos mañanero, descansamos más de media hora dentro del agua llena de espuma, jugando con caricias, besos y pasión.

Cuando salimos del baño relajados, recogimos todo lo que había en el comedor de la noche anterior, vols, aceite, botellas vacías y las velas quemadas....

Que quieres para desayunar me dijo con su voz pícara, yo le contesté, el desayuno ya lo tuvimos, fue muy bueno y especial, más bien prepara la comida que ya van a ser las tres de la tarde......

Miro el reloj y chillo de admiración, menudos buenos días y desayuno me has dado, a sido recíproco, le contesté.

Comimos tranquilos y fuimos a disfrutar de la playa ya que estaba a diez metros de la casa.

Continuará...........