El mensaje

La suerte de tener una pareja que sabe lo que quiere.

EL MENSAJE

Llevábamos ya un tiempo juntos o al menos viéndonos con cierta regularidad. Teresa trabajaba como comercial de una compañía de Internet y su trabajo la hacía viajar por toda la comunidad y de vez en cuando aparecía por mi ciudad y básicamente nos metíamos en la cama hasta el día siguiente.

En esta ocasión fui yo quien se acercó a su ciudad, quizás un fin de semana juntos nos diría si lo nuestro era mas que sexo. A primera hora de la mañana me mando un mensaje al móvil en el que decía que quería el postre directamente. No hay que ser muy listo para saber lo que quería decir. A lo largo del viaje en coche me llegaron un par de mensajes más, pero esta vez eran fotos. Tuve que parar en una gasolinera para verlas tranquilamente. Una de ellas mostraba un pubis perfectamente afeitado, casi se podía sentir su suavidad, que me provoco la inmediata salivación. La otra foto mostraba el mismo plano pero esta vez aparecía un bonito tanga azul oscuro muy pequeño y cuya triangulito central se convertía en una cinta que se perdía entre un labios rosas y esta vez provoco un cosquilleo en mi entrepierna. Tuve que pedirla que parara para poder concentrarme en conducir. Ella respondió con un escueto mensaje que decía "VEN".

Cuando llame al portero automático de su edificio llevaba excitado un buen rato y no paraban de pasar por mi mente imágenes de lo que iba a pasar en unos minutos.

Cuando subí a su piso encontré la puerta abierta y a Teresa esperando en el hall, de pie, es una mujer de casi treinta años, de pelo negro, media melena, de complexión delgada, pero curvas donde hacen falta (de hecho tiene un culo que me tenía loco), labios carnosos y la mirada mas provocadora que he visto nunca. Llevaba una blusa negra abierta, más de lo que sería aconsejable para ir a la calle y una falda del mismo color por encima de las rodillas, ajustada a sus caderas y que luego caía suelta.

Cuando me acerque solo me dijo "hola, te gustaron las fotos?". Sin decir nada la agarre y la bese en la boca y mientras lo hacia agarre su mano y la dirigí a mi entrepierna para que notara la velocidad a la que mi miembro se iba endureciendo. - Eso no es nada – susurro, y esa vez fue ella quien sujeto mi mano con la suya, la metió bajo su falda y la coloco entre sus muslos

Estaba húmeda, empapada, sabe que eso me excita muchísimo. Notaba el calor y la humedad a través de la tela de su tanga que yo imaginaba sería el de la foto. Mientras mi mano jugaba ella comenzó a desnudarme, hasta dejarme solo con los boxer, entonces se pego a mi y comenzó a contonearse, aplastando su pecho contra el mío, su vientre contra el mío. Yo no paraba de comer su boca, de lamer su cuello, hundir mi cara en su cuello y rozarlo con mis dientes. Ya no respirábamos jadeábamos, ni siquiera nos habíamos movido del pasillo, al menos cerramos la puerta, porque en ese momento sonó el timbre. Ella no hizo ningún ademán de abrir así que yo seguí moviendo mi mano acariciado su pubis, presionando un poco más fuerte y mirando sus ojos con expresión divertida. Ella aceptó mi reto y agarrando mi mano con la suya a por encima de la falda comenzó a dirigir mis movimientos, mas fuertes, mas profundos, notaba como su coñito sea abría y como el tanga desaparecía entre sus labios. Estaba mojadísima, yo me moría por meter mi lengua, pero cuando intente cambiar de postura y arrodillarme se negó y me sujeto, así que lo único que pude hacer fue mover mis dedos, retirar el tanga y meterlos. Su mano se cerró más fuerte sobre la mía y mordió mis labios cuando mis dedos la penetraron, movió las caderas un par de veces y sentí en mi mano como se corría, como sus músculos se tensaban y como sus flujos corrían por mis dedos.

Después de unos segundos apoyada en mi pecho mi miro y me preguntó "que tal el viaje?", yo reí y la bese mientras la levantaba en brazos. Ahora no iba a impedir que por fin pudiera saborearla.

La lleve hasta la habitación y la tumbé en la cama, comencé a besar su cara mientras acariciaba su vientre, tumbado a su lado, bese sus ojos, su nariz, su cuello….mi boca bajó por su pecho, recorriendo su escote con la punta de mi lengua, desabroché los botones de su blusa y lamí la piel que iba descubriendo, hasta llegar a su vientre y al borde su falda. Llevaba un sujetador azul a juego con el tanga que vi en la foto, era fino y semitransparente, sus pezones totalmente erectos se marcaban a través de la tela. Eran de un color marrón claro, grandecitos y muy sensibles. No pude evitar besarlos, frotarlos con mi lengua y sentir como su respiración se aceleraba, ella misma desabrocho el sujetador y puede tener sus pechos en mis manos, eran redonditos y suaves, más grandes de lo que podía parecer ya que insistía en caminar algo encorvada. Los masajeé con mis manos, lamí con mi lengua, besé con mis labios, el sabor de su piel mezclado con el sudor era salado en mi boca y quería más y más. Mordí, lamí y bese hasta que sus manos empujaron mi cabeza hacia abajo, baje la cremallera que había en un costado de su falda y la deslice por sus piernas recorrí sus muslos con mi boca y al subir ella abrió las piernas y encontré lo que tanto deseaba. Su coñito estaba abierto, rojo y brillaba por la humedad. Su tanga convertido en una especie de cuerda estaba apartado a lado, retorcido, mojado. Lo agarre y comencé a pasarlo sobre su coñito, lo moví arriba y abajo deslizando esa especie de cuerda sobre su labios, sobre su clítoris. Teresa comenzó a mover sus caderas en círculos siguiendo el movimiento que yo daba a su tanga, como si fuera una marioneta. No aguante mas y me lance entre sus muslos, hundí mi cara en su carne, como intentado entrar sus manos volvieron a empujar mi cabeza, pero esta vez también levantaba las caderas, como si ella también deseará que entrara hasta el fondo. Lo único que entro fui me lengua, todo lo que puede, la hundí en su coñito y por fin pude saborearla, la moví como enloquecido. De su coño no paraba de manar flujo y yo lo quería todo, quería beberlo, repartirlo por mi cara, extenderlo por sus muslos mientras la lamía. Ella siguió mi ritmo frenético su culo saltaba sobre la cama y me gritaba "así cabrón, cómeme". Me dejo paralizado nunca había dicho algo así. "Te molesta?" pregunto. Como respuesta volví a lamer con más ansia, mi lengua no paraba se movía en círculos dentro de ella, subía y bajaba hasta su clítoris, mis labios frotaban su vulva y mi boca bebía todo su caldito. Ella seguía tumbada boca arriba y cuando creí que estaba a punto de corredse se separó de mi. La sensación de frustración fue enorme. Debió verlo en mi cara y dijo "tranquilo, solo quiero que tú también disfrutes". Me tumbo en la cama y me bajo los boxer. Mi polla saltó liberada, estaba durísima y en la punta del glande asomaba una gotita de color blancuzco. Ella dio un pequeño toque con su lengua que me hizo estremecer.

Se puso de pie abierta de piernas sobre mí y comenzó a acariciarse, sus dedos subían y bajaban y ocasionalmente dos desaparecían en su interior mientras con la otra mano se acariciaba el pecho. Se giró y se acarició el culito, extendía sus flujos por su nalgas y su dedo índice rozo su culito

No te gusta verme? – pregunto.

Si – pude susurrar

Pues demuéstralo – ordenó

Sin dudar de lo que quería comencé a masturbarme mientras veía como su dedo índice cada vez presionaba más su culito y como su respiración era más acelerada. Por fin su dedo entro con un gemido, casi me corrí en ese momento, pero aguante ella se giro y la mano que antes estaba en su pecho bajo por su vientre y desaparecía entre sus muslos.

tu serás un cabrón, pero yo puedo ser muy puta – dijo riendo

Yo sabía que no podía durar mucho así y se lo dije. Pensé que ella me dejaría penetrarla o al menos me ayudaría, pero solo volvió a reírse y decir

puedo ser muy puta.

Estaba claro que iba a pasar. Yo fije mi vista en ella, en su cara, en su cuerpo, en sus dedos, mientras no paraba de masturbarme. Mi mano subía y bajaba por mi polla sin parar iba a explotar y ella lo sabía.

quieres que me corra contigo? – pregunto

Si – jadeé, apunto de explotar

Ella aumentó el ritmo de sus dedos, yo de mi mano…. Se giro para que viera su culito, como el dedo entraba y salía y como su otra mano frotaba su coñito cada vez más rápido.

Me corro - gemí y unos chorro de semen salió disparado sobre mi vientre. Ella se giró justo a tiempo de verlo mientras gritaba y sus dedos parecía quedar atrapados en su interior y su vientre se convulsionaba.

Se desplomo, poniéndose a cuatro patas sobre mí y cuando volvía a tener su coñito delante de mi cara me dijo "abre el segundo cajón de la mesilla". Estire el brazo y metí la mano, note diversos objetos, algunos extraños y otros que no dejaban lugar a dudas."Sirvete" me dijo.

Sin apartar la vista de su culito y su coño abierto saque un vibrador de color rosa y otro blanco más pequeño, sin duda destinado a otros orificios. Mientras yo estaba contemplando los juguetes ella comenzó a lamer el semen que había en mi vientre, haciendo círculos con la lengua acercándose a mi polla. No perdí más tiempo y volví a lamer sus muslos, estaban increíblemente suaves por el efecto de sus flujos, el olor era fuerte y me inundaba, excitándome cada vez más. Sentía su boca que comenzaba a lamer mi polla semi-erecta. Yo la correspondí lamiendo de abajo arriba, hasta el agujero de su culito, en el que abierto por su dedo mi lengua no tuvo problemas para entrar. Oí una especie de maullido cuando mi lengua entró y arqueó su espalda, sacando el culito más hacia fuera para facilitarme el trabajo. Mi mano agarro el consolador blanco y comencé a pasarlo por su culito. "ya era hora" dijo separando la boca de mi polla.

Fui jugueteando con la punta en su entrada y poco a poco empecé a presionar…ella dio un respingó pero no se quejo, seguí presionando hasta que el vibrador fue despareciendo, ella mordió la base de mi polla cuando la parte mas gruesa la penetro, pero no me detuvo. Lo saqué y lo metí despacio, el orificio estaba lubricado por mi saliva y por sus flujos y ayudaba a que el vibrado entrara y saliera cada vez con más facilidad. Al mismo tiempo mi polla había recuperado su dureza en su boca, las caricias de su lengua, de sus labios, su saliva resbalando por el tronco, sentir como recogía los restos de la corrida en su boca, como yo hacia en su coñito

El vibrador entraba y salía cada vez más rápido y ella movía sus caderas y la boca sobre mi polla al mismo ritmo cuando gire la rueda y el motorcito se puso en marcha

Joder- fue lo único que grito antes de correse sobre mi cara

Tenias razón, puedo ser un cabrón – reí y di un lametón en su clítoris que la hizo estremecer

Como sino me hubiera oído reanudo la mamada mas rápido que antes y sentí una mano que se colaba bajo mi culo y sin darme tiempo a estar preparado su dedo presiono mi culo hasta penetrarlo. No era la primera vez que me lo hacían, pero nunca de una forma tan brusca. Me dolió pero el placer que me procuraba su boca lo compensaba, comenzó a mover el dedo y ahora era yo quien levantaba las caderas como si estuviera follando su boca.

  • ¿creías que solo ibas a follar tu? Yo también te voy a follar a ti – susurro y el tono de su voz me puso aún mas caliente.

Después de un rato cuando ya no creía poder apuntar mas la pedí que me dejara penetrarla, ella pareció ignorarme, pero a los pocos segundos paro y preguntó

Reconoces que eres mi cabrón? – pregunto

Si, lo soy – admití, entrando en su juego. La verdad es que hubiera dicho cualquier cosa con tal de poder follarmela.

Muy bien- dijo y se tumbo boca arriba de nuevo – follame – ordenó

Me lance sobre ella, pude volver a comer su boca, a saborear su saliva que se mezclo con la mía, con sus flujos, con los míos….recorrí sus labios, ella me mordió, la mordí

Y sin esperar mas levante su pierna derecha, apoyando su rodilla en mi hombro y al dejarme caer de nuevo la penetre. De golpe en un solo moviendo, hasta el fondo. Los dos gritamos o más bien gruñimos, como animales. La penetraba con ansia, fuerte, intentando llegar al fondo en cada embestida ella gemía, y clavaba sus dedos en mi espalda, no tenia mucha libertad de movimiento pero notaba los músculos de su vagina intentando atrapar mi pene cada vez que entraba y salía, pero mi polla resbalaba una y otra vez dentro y fuera de ella, estaba empapada, tan húmeda que cada vez que metía y sacaba la polla se oía una especie de chapoteo. Ella pareció intuir que no podía más

  • Lléname – jadeó

Era todo lo que necesitaba, comencé a correrme, sentía los chorros de esperma saliendo de mi polla derramándose dentro de ella, mientras no paraba de moverme, de entrar y salir, ella comenzó a gemir mas alto y mas fuerte y sentí en mi polla, en todo mi cuerpo que ella también se estaba corriendo, cuando me desplome sobre ella, rodé hacia un lado y de su coñito abierto salió mi esperma, derramándose hasta su culito, ella se acaricio el pubis suavemente.

mmmmm ya veo que tu también tenias ganas de postre, cabroncete – y soltó una carcajada

Si, y después de comer quiero mas – respondí riendo

Claro, todavía te queda un juguete que no has usado y ya que lo has sacado….

Pero eso pasó después de comer….

Comentarios a luisp1975@hotmail.es