El mejor sexo

En este relato cuento con detalle, mi mejor experiencia sexual.

EL MEJOR SEXO

El mejor sexo que he experimentado en mi vida, lo tuve hace muy poco tiempo, con 38 años que tengo ya. Por supuesto que he experimentado orgasmos y cosas maravillosas, pero este que estoy comentando fue diferente y extraordinario.

Salimos primero a tomar unas copas, nos conocíamos y deseábamos pero aún no habíamos tenido nuestro primer contacto. Allí en el bar comenzaron los besos, los tocamientos y a subir la temperatura descubriendo que había una química sexual increíble entre nosotros.

Además había mucho morbo, ya que teníamos que escondernos porque él tenía pareja y encima le conocían en el bar.

Estábamos los dos ardiendo en deseo de poseernos, por lo que comenzamos a caminar hacia mi casa, pero sin paciencia, seguían los besos y los abrazos por el camino. Él no podía evitar deslizar sus manos debajo de mi blusa, que estaba toda llena de aberturas que le facilitaban el acceso.

Mientras tanto mis braguitas se iban mojando cada vez más y más, hasta llegar a sentir la humedad al principio de mis muslos, y así entre la pasión y desesperación llegamos a mi apartamento.

Al llegar, le ofrecí una percha para que colgara su ropa pero me agarró y me obligó a tirarla a la vez que me arrojaba sobre la cama, se tumbó junto a mí y apagó la luz. Me hizo jurarle que me correría muchas veces, se lo juré al oído y eso me puso aún más caliente.

Me fue despojando de mi ropa poco a poco y diciéndome una y otra vez lo buena que estaba y cómo le gustaba desde la primera vez que me vio. Me besaba y me acariciaba sin parar mientras yo me estremecía.

Entonces yo tomé la iniciativa comenzando a lamerle su cuerpo que deseaba desde hacía tanto tiempo. Chupé su orejas, su cuello y fui bajando hasta llegar a sus pezones, allí me detuve un momento para seguir hacia su ombligo y finalmente llegar hasta sus partes más íntimas donde me concentré con pasión.

Mientras chupaba su hermoso pene le miraba la cara que era puro placer, no pude evitar volver a besarle y perderme en sus besos.

Entonces él recuperó el control haciéndose de nuevo con la situación y comenzó a lamer todo mi cuerpo, creí morir de placer.

Entonces llegó el momento del coito, algo tan simple, pero que deseábamos tanto. Nunca me había excitado tanto al ver a un hombre acercarse a mi cuerpo para penetrarme, aquello fue sublime. Disfruté muchísimo de su pene, y practicamos todas las posiciones posibles e imposibles.

Le oía gemir y gritar una y otra vez: ¡Que rico!. Aquello me excitaba más y más pero a la vez retrasaba mi orgasmo ya que eran un montón de sensaciones por todos lados que no me permitían centrarme.

Finalmente me colocó a cuatro patas y sentí como su semen caliente entraba en mi cuerpo, lo que me hizo reventar de placer a mi también.

Fue sencillamente perfecto. Nunca había experimentado un sexo tan pleno y tan perfecto con nadie, creo que nunca lo olvidaré.

Lucía Martín

www.escortviplucia.es.tl