El mejor regalo de aniversario

Una escapada con mis amigas a la playa para celebrar mi aniversario acaba con un regalo muy agradable que no podre olvidar.

Buenas a todos, empezare presentándome, me llamó Paula tengo 31 años, soltera y físicamente soy rubia con pelo liso hasta un poco más del cuello y ojos verdes, mido 1.63m y soy de constitución más bien delgada, tengo un trasero bastante respingón y definido gracias a las horas que dedico al gimnasio y el running con mis amigos y amigas y tengo los pechos naturales usando una talla 100 que no pasan desapercibidos en cuando me pongo algún escote.

Una vez hecha la presentación me gustaría contaros un encuentro inesperado que aconteció el día de mi aniversario ara ya unos nueve meses atrás.

Mi aniversario este año dio la casualidad que cayó en un viernes trece del mes de agosto, justo antes de terminar mis vacaciones ya que tenía la primera quincena del mes.

Mis tres amigas y yo habíamos hecho una escapa de fin de semana a la costa y para  celebrar a lo grande mi aniversario.

Habíamos alquilado un piso turístico a unos 500 metros de la línea de playa, el piso estaba muy completo para no tener más de 70m ² , disponía de un baño con un plato de ducha con mampara moderna, una cocina con todos los electrodomésticos necesarios, dos habitaciones, una de ellas con litera y para terminar un comedor con un sofá cama muy confortable.

Llegamos sobre el mediodía al piso y tuvimos tiempo para dejar nuestras pertenencias y así poder ir a comer. Después de 30 minutos buscando mesa en los restaurantes del paseo marítimo, encontramos sitio en una marisquería, donde pudimos comer un menú especial de mar. Tras dos botellas de vino blanco y la copa de licor que nos invitó un camarero joven y muy simpático, pague todo y pusimos rumbo al piso para coger las toallas las cremas y el parasol para ir a pasar la tarde en la playa.

Una vez llegamos, pusimos nuestras toallas entre un matrimonio de nuestra edad aproximadamente y de un grupo de tres chicos de veintipocos años.

María, una de mis amigas y yo practicamos topless la mayoría de veces que vamos a la playa y hoy no iba a ser la excepción. Mientras nos untábamos crema los jóvenes se fueron al agua, pero observé que el marido que teníamos al otro lado no me quitaba los ojos de encima, era como si el movimiento de mis manos untadas con crema recorriendo cada centímetro de mis tetas lo hubiera hipnotizado, lejos de ofenderme y molestarme decidí darle un buen espectáculo a ese hombre que para que engañarse resultaba bastante atractivo. Cuando termine clave mis ojos en los suyos y eso le hizo girarse y no volver casi a mirarme más en lo que quedó de tarde.

Cuando la alarma del teléfono nos avisó que eran las ocho de la tarde, recogimos todo y fuimos al piso para ducharnos, maquillarnos y vestirnos para ir a cenar y de fiesta.

Me puse un vestido corto de tirantes de color blanco, así podía hacer resaltar el bronceado de mi cuerpo, me calcé unas sandalias de tiras de caucho y piel color beis, debajo me había puesto un tanga beis y un brasier de encaje de color blanco que hacia relucir un potente escote en mi vestido.

Decidimos cenar de tapeo y lo acompañamos con una sangría de cava bien fresca.

Acabamos en torno a las once de la noche y como todavía era pronto para ir a la zona de baile nos quedamos haciendo unos gin-tonics en una terraza en la que había un grupo tocando en directo.

Pasada una hora cambiamos de lugar y tras caminar unos quince minutos nos adentramos en una calle con locales a ambos lados donde se mezclaban multitud de estilos de música. La calle estaba abarrotada y se respiraba buen ambiente. Tras visitar cinco locales distintos en el cual mis amigas me habían invitado a una copa en cada uno de ellos yo ya estaba en un estado de felicidad y euforia imparable.

Ya debían ser cerca de las cuatro de la madrugada cuando les dije a mis amigas que salía un momento a airearme y alejarme un poco del ruido a ver si así recomponerme.

A 50 metros giré para salir de la calle, entonces vi un vehículo de la policía municipal haciendo fuera de un portal a un grupo de jóvenes. Al pasar por su lado les dije buenos días a lo que uno de ellos me respondió el saludo y luego me dijo:

-        Señora, ¿sabe usted que no está permitido el consumo de alcohol en la vía pública y todavía menos con un vaso de cristal?

Yo que había salido completamente despistada, no me había dado cuenta que llevaba el vaso, lleno hasta la mitad, supongo que debido al alcohol le conteste

-        Como que señora? Tan mayor me ve agente? Y disculpe lo del vaso, veras es que estoy celebrando mi aniversario y mis amigas las muy cabronas a cada local que entramos me invitan a una copa y ahora he salido a tomar un poco de aire y sin darme cuenta he salido con el vaso en la mano, ¿no me ira usted a denunciar no? Tenía entendido que a las chicas guapas la policía, en este caso un policía tan guapo como usted, no las denunciaban.

-        Pues vera señorita, si me dijera usted su nombre para así saber con quién estoy hablando.

-        Paula, (contesté). ¿Y usted?

-        Soy el agente 075.

-        Eso ya lo he visto, pero yo te he dicho mi nombre y esperaba poder saber el tuyo.

-        Me llamo Luis, pues vera Paula es verdad que a las chicas guapas no las denunciamos por ese motivo a usted la voy a tener que denunciar.

-        ¿Como? (me acaba de llamar fea pensé)

-        Es una broma mujer, lo digo porque usted no es que sea guapa es que es un monumento de mujer.

Quería contestar ante tal piropo, pero me pillo tan por sorpresa que me quede muda y roja como un tomate.

-        Perdona si he sido demasiado descarado paula.

-        No para nada, solo que no sé qué decirte, me has dejado en shock jaja, uff madre mía que calor que tengo.

De repente por las emisoras de los agentes se escuchaba a otro policía indicando alguna incidencia en otra calle y reclamando los servicios de la patrulla con la que me encontraba.

-        Veras Paula, me encantaría seguir aquí contigo, pero tenemos que ir,  termino el turno en poco más de una hora, si quieres podemos ir almorzar o cuando termine, que me dices.

-        Sera un placer señor agente, me libro de una multa y me invitan almorzar

-        Ya te cobrare la multa más tarde (dijo mientras me sonreía), ¿nos damos los números de teléfono?

-        Si claro sin problemas.

Y casi sin saber cómo y porque tenía una cita para almorzar.

-        No me van a creer cuando les cuente esto las chicas (pensé)

Volví con mis amigas y ya estaban cerrando la mayoría de los locales, entonces una de ellas sugirió ir almorzar y fue el momento idóneo para contarles lo acontecido con el policía i así expresarles que me sabia mal ausentarme en el almuerzo.

Después de responder varias preguntas de como había ocurrido, ( que si como era, que si quería royo con él y más curiosidades), vi en mi teléfono que apenas restaban diez minutos para las seis de la mañana y decidí enviarle un whatsapp.

-        ¿Sigue en pie la invitación de almorzar?

-        ¿Solo almorzar?

-        Quien sabe ¿Me va a interrogar agente?

-        Quien sabe J, ¿quieres que te pase a buscar o quedamos en algún sitio?

-        Puedes venir a buscarme, así podrán coger la matrícula de tu coche mis amigas por si tienes malas intenciones.

-        Bueno el coche es robado así que no hay problema (bromeo), que conste que la que se ha librado de la denuncia eres tú, espero que seas agradecida.

-        ¿yo? Siempre.

Le pase la dirección y a los quince minutos me paso a buscar, me despedí de las chicas y me llevo a un bar en la periferia de la ciudad, donde había muchísima gente a pesar de la hora que era. Me resulto llamativo ver gente almorzando porras con chocolate y otros hamburguesas o bocadillos calientes.

Luis pidió porras para dos y una buena taza de chocolate, mientras comía me percate que intentaba mirar con disimulo mi escote, con un escaso éxito en cuanto a que yo no me percatar.

-        ¿Te gustan? (le pregunte)

-        Si suelo venir a menudo almorzar con los compañeros.

-        No hablaba de las porras, si no de lo que estas mirando

-        Jaja, la verdad que también me gusta, estas espectacular con ese vestido, ya que mencionas las porras, ¿a ti te gustan?

-        Algunas más que otras, las que son gruesas y grandes son mis favoritas (al acabar la frase moje en el chocolate la porra y pase la lengua por la punta, limpiando todo el chocolate)

-        Joder tía, me estas poniendo malo jaja, y ¿has pensado como agradecer que no te sancionara?

-        Tengo una ligera idea que nos va a satisfacer a ambos, pero tendríamos que disponer de algún sitio, digamos más íntimo.

-        Tengo un piso que ando reformando, pero creo que para lo que sugieres podemos estar cómodos.

-        Pues por mi no hay ningún inconveniente agente.

Al terminar Luis pago, nos subimos al coche y en diez minutos aproximadamente estábamos aparcados.

Al entrar al portal, llamó al ascensor y una vez en el interior apretó el número de la última planta.

Durante la subida Luis aprovecho para agarrarme de la cintura y comerme la boca, no opuse resistencia, mi lengua empezó a jugar con la suya y antes de que llegara abrirse la puerta en la última planta tenía sus dos manos apretándome el culo.

Entramos al piso y continuamos besándonos, mientras me guiaba hacia la habitación donde nos aguardaba una cama King size, un armario en el que las puertas eran dos espejos enormes en los que se podía ver todo el reflejo de la cama y un gran ventanal en el que se apreciaba el mar a lo lejos.

Luis se desprendió con rapidez de la camiseta del pantalón corto y de sus alpargatas, dejando solo a la vista su bóxer con un gran bulto, al desnudarse pude apreciar que estaba totalmente depilado, que tenía un torso muy definido y se apreciaban unos abdominales duros y marcados, acto seguido me levantó a peso y me dejo caer con suavidad en la cama, empezó acariciándome las piernas hasta llegar a quitarme sandalias, luego me fue besando desde los tobillos hasta donde cubría la parte inferior del vestido.

Yo podía sentir a esas alturas que estaba completamente húmeda y con unas ganas salvajes de que me follase.

Luis seguía acariciándome las piernas mientras nos besábamos apasionadamente, de vez en cuando su boca se escapaba para lamer mi cuello y orejas, cosa que hacía que se me erizara la piel. En uno de esos viajes de su lengua hacia mi cuello, aprovecho para bajar uno de los tirantes del vestido con la boca, posteriormente con sus manos me desprendió del vestido por mis piernas.

-        Que buena que estas Paula, eres de lejos la mujer más hermosa y atractiva que e visto.

Sus palabras solo hacían que excitarme como no recordaba nunca.

-        Tu no estas nada mal que digamos.

-        Como me pones, tu disfruta y déjate llevar.

Fue terminar esas palabras cuando me volvió agarrar para llevarme al medio de la cama y dejarme tumbada boca arriba, empezó a pasar la lengua de nuevo por mi cuello, pero ahora ya no se iba a detener y la siguiente visita la recibirían mis tetas aun ocultas por el brasier, lamio y beso el trozo que quedaba al descubierto de mis pechos y siguió bajando mientras lamia cada centímetro de mi abdomen, al llegar a mi entrepierna, beso ambos lados de las ingles y con su hábil mano aparto la fina tela del tanga dejando a la vista mi húmedo y depilado coño. Empezó lamiendo suavemente de arriba abajo mis labios, poco a poco fue aumentando el ritmo y lo combinaba con un movimiento de lengua de derecha a izquierda, no contento con el placer que me estaba ocasionando, de vez en cuando me besaba abarcando todo mi coño de forma que cuan terminaba el beso parecía que me estaba absorbiendo el alma, cuando realizaba ese acto no podía contener mis gemidos a lo que me decía que le excitaba mucho escucharme y fue en ese instante cuando tuve mi primer orgasmo corriéndome en su boca y dejando mis piernas temblando sin control.

Luis de reincorporo y me beso, durante el transcurso de los besos me volteo quedando el tumbado y yo encima con las rodillas apoyadas en la cama, cosa que aprovecho para desabrochar mi brasier y dejar mis tetas al fin libres,

-¡Wow¡ menudo par de tetas tienes, son increíblemente perfectas y encima sin la marca del biquini, hoy me ha tocado la lotería conociéndote paula.

-Son todas tuyas guapo, después de lo que me acabas de hacer te las has ganado.

Luis acerco sus manos para abarcar con cada una mis pechos, empezó con suavidad, pero no tardo en apretarlas con fuerza mientras su boca se acercaba a mis pezones, se le podía ver disfrutando de mis tetas como un niño con un caramelo, no dude en agarrarle la cabeza con mi mano y apretarla contra mis pechos mientras con la otra mano le acariciaba la espalda.

Decidí que ahora tocaba a mi hacerle sufrir y disfrutar a la vez.

-        Tu ponte cómodo que ahora te voy hacer la mejor mamada de tu vida

-        A sus órdenes preciosa

Imite su forma de proceder para bajar hasta su entrepierna, una vez allí mordí por encima del calzoncillo su miembro y después de unos segundos le quite la única prenda de ropa que le quedaba. Luis se debió de dar cuenta de mi reacción al observar el tamaño de su polla, debía hacer 20cm aproximadamente con un grosor considerable, al igual que el resto de su cuerpo también estaba completamente depilado.

-        No te prometo que pueda meterme eso entero en la boca, hay que ver con el policía menuda porra llevas de dotación.

-        Jaja, yo con que me la chupes me doy por satisfecho guapísima.

La verdad que tener a escasos centímetros de la cara y boca semejante trozo de carne me daba impresión, ninguno de los chicos con los que había tenido relaciones tenían un miembro grande, así que podría decirse que me iba a estrenar. Empecé besando con mis labios su glande y fui bajando con mi lengua por todo el tronco hasta llegar a sus testículos a los que no deje ni un solo milímetro sin lamer y succionar, mientras con mi mano le masturbaba lentamente, luego volví a subir por su tronco dándole algún que otro mordisco y al llegar a su cabeza le deje caer saliva la cual repartí por toda la polla con una de mis manos mientras la otra hacia lo mismo con los testículos, cuando ya la tenía llena se saliva decidí que era hora de pasar a la acción, así que engullí la polla todo lo que pude, utilice un gran ritmo de subida y bajada  con la  boca y manos, de vez en cuando me sacaba su polla para poder comerle los huevos, cuando ya llevaba un rato comiéndole la polla decidí mirarle a los ojos y la complicidad que tuvimos fue increíble.

-        Paula, es de lejos la mejor mamada que me han hecho en la vida, te juro que no lo digo por quedar bien y tanto es así que como no frenes voy a correrme.

-        Es la mejor polla que he comido en la vida, y te digo lo mismo, no lo digo por decir, me encantaría hacer que te corras como has hecho tu conmigo.

-        Ya habrá tiempo para eso tranquila anda sube aquí y bésame.

Le di un par de besos y lametones a su polla y me dispuse a subir como me había indicado, pero decidí subir lentamente haciendo pasar mis pechos por encima de su miembro.

-        Uff joder vaya tetas tienes hija mía, sé que te va a sonar un poco raro así sin conocernos, pero ¿me dejarías follarme tus tetas?

-        Ya te dije antes que son todas tuyas, haz lo que quieras con ellas, bueno y conmigo también (me acerque y le bese mordiéndole el labio al separarme)

Mientras permanecía tumbadome agache para que pudiera poner su polla entre mis tetas, cuando ya la tenía en medio use mis manos para apretar mis tetas contra su polla, solté un par de veces saliva entre su polla y mis tetas y empecé a moverme adelante y atrás dejando salir solo la cabeza entre mis pechos. No estuvimos mucho rato en esa posición, cuando Luis tubo bastante se retiró para coger un preservativo y ponerse de pie en frente de la cama, me indico que me tumbara mirando hacia arriba y con las piernas colgando, cosa que hice sin rechistar. Me cogió las dos piernas a la vez y se las puso en el hombro, luego me introdujo con cariño su miembro, centímetro a centímetro hasta hundir por completo todo el tronco en mi coño, en ese instante un gran gemido salió de mi boca.

Estaba a merced y a su voluntad, el dominaba la situación como si de un actor porno se tratara, el ritmo pocas veces disminuía y cuando así ocurría era para embestir e introducir por completo y de golpe toda su polla, antes de que llegásemos a cambiar de posición llego mi segundo orgasmo y tener por seguro que se lo hice sentir.

Me dijo que me pusiera a cuatro patas y no tarde ni diez segundos en hacerlo, solo deseaba tener esos 20 cm en mi interior llenándome por completo. Esta vez no tuvo tanta piedad y empezó empotrándome contra el cabecero y agarrándome del pelo, mientras me taladraba desde atrás haciendo que sus testículos chocaran constantemente contra mi coño, no  sabría decir cuánto tiempo estuvimos en esa postura ya que mi cuerpo estaba en trance, pero lo mejor no había llegado, cuando decidió dar por zanjada la postura del perrito me ordeno que me tumbara boca abajo con las piernas juntas, una vez en esa posición se tumbó encima mío sin llegar a tocarme ya que sujetaba todo su peso con los brazos, como si estuviera haciendo una tabla en el gimnasio, entonces ocurrió, introdujo por completo y sin aviso su polla en mi interior y el mete y saca iba al ritmo de unas embestidas salvajes, era incapaz de controlarme y mis gritos de placer y gemidos resonaban por toda la habitación.

-        Me estas matando Luis, ¿es que no piensas correrte o qué? Por mi puedes hacerlo cuando quieras.

-        Antes me gustaría que me follaras tu a mí.

-        Jaja vale, pero no sé si mis piernas me van a responder, me tienes exhausta.

Le dije que se tumbara y estuviera bien quieto que ahora me tocaba a mí llevar el ritmo, el con una sonrisa pícara cumplió mis órdenes a rajatabla. Una vez ya lo tenía tumbado me puse encima suyo y comencé a cabalgar todo lo que mis cansadas piernas me permitían, el aprovechaba para sobarme las tetas y de vez en cuando se inclinaba para besarlas y darme algún que otro mordisco inofensivo en el pezón.

-        Oye paula me gustaría pedirte una cosa, pero me da vergüenza

-        Anda va, que después del rato que llevamos como te va a dar vergüenza.

-        Me encantaría correrme en tus tetas si no te molesta.

-        Claro que no me molesta tonto, pensaba que me ibas a pedir algo raro jaja, ¿quieres correrte ya?

-        Va siendo hora ¿no?

-        Yo creo que sí, venga va dame toda tu leche guapo, mis tetas te estas esperando.

-        Eres perfecta tía, me encantas.

-        Que conste que vas a ser el primer chico que se corre en ellas así que puedes sentirte privilegiado. (cosa que era verdad)

-        ¿en serio? ¿Nadie te lo ha pedido?

-        Digamos que no he tenido la fortuna de tener sesiones de sexo tan placenteras como la de hoy.

-        Pues que sepas que por mí podemos tener todas las que tú quieras.

-        No sé, me lo pensare, pero vamos a lo que vamos, ¿cómo me pongo?

-        Siéntate en el borde de la cama que estarás mas cómoda.

Luis se deshizo del preservativo, acerco su polla a mi boca, una calara invitación a que se la chupara un poco, después de unos cuantos lametones me dijo que me sujetara las tetas con un brazo, de esa forma quedaban más subidas y unidas, con el otro brazo me pidió que le masturbara ya que quería que fuera yo quien le hiciera correrse.

Mientras estaba masturbándolo le mire a los ojos ya sin ninguna vergüenza, el me correspondía y me decía lo muy guapa que era entre otros cumplidos. Acelere el ritmo de la masturbación y rápidamente me advirtió que iba a correrse, por lo que intente acercar el máximo posible mis tetas a su polla, en seguida empecé a ver como de su polla salían chorros de semen a presión que terminaban en mis pechos, mi mano no se detuvo en ningún momento mientras pude contar seis disparos con una gran cantidad de semen, su esperma había cubierto casi por completo mis tetas y algún churretón se dejaba caer de mis tetas a mis piernas, jamás había visto correrse tanto a un hombre y me excito mucho ver como había logrado hacer desahogar a Luis en mis pechos. Cuando terminé de menearle la polla, mirando si quedaba alguna gota por salir, sentí la necesidad de comerle por completo toda la polla hasta dejársela reluciente.

-        A sido espectacular paula, me ha encantado lo que acabas de hacerme muchas gracias.

-        Me has dejado perdida jaja, no esperaba que te corrieras tanto.

-        Bueno ahora si quieres nos podemos duchar y si te apetece te puedes quedar a dormir conmigo.

-        Eso suena muy bien, así que espero que no seas de los que roncan porque si no te va a tocar dormir en el sofá.

Después de una confortable ducha nos dispusimos a dormir hasta el mediodía, cuando nos levantamos Luis pidió comida a domicilio y tras un buen rato conversando y conociéndonos mejor decidimos que queríamos tener más encuentros, pero no solo sexuales ya que ambos notábamos una complicidad y una atracción que no se podía disimular.

Y así es como para mi 31 aniversario conocí al chico que hoy en día es mi novio y con el que comparto piso.

Espero que es haya gustado.

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