El mejor compañero de piso
Mudarse a un nuevo piso de estudiantes tiene sus inconvenientes pero también sus beneficios. Después de visitar un piso, las cosas se ponen calientes entre Javier y yo y acabamos follando más duro que nunca.
Buenas a todos! Hace muchísimo que no publico un relato, así que me he decidido en volver a escribir alguna cosa. Espero que os guste.
EL MEJOR COMPAÑERO DE PISO
Hoy empieza una nueva etapa de mi vida. Eso es, empiezo la universidad. Me adentro en ese mundo tan maravilloso como dicen y del cual tendré miles de buenos recuerdos.
Me mudé hace una semana a la ciudad de Barcelona ya que estudio Ingeñería de Telecomunicaciones en la Politécnica. Tuve bastantes problemas durante todo el verano para encontrar alojamiento pero finalmente a través de internet encontré a un chico que buscaba urgentemente un compañero/a de piso ya que su antiguo compañero se había ido y no podía pagar el alquiler él solo. Pues bien, me puse en contacto con él y al cabo de dos semanas ya estaba mudado. Me pareció muy simpático ya que se ofreció a ayudarme a mudarme desde Tarragona, que es donde vivía.
Ahora bien, la primera vez que lo ví, fue impresionante. Soy gay, aunque todavía no he salido del armario. Tengo un defecto y es que disimulo muy mal cuando un hetero u otro gay me pone cachondo y se me nota bastante (tanto en el habla como en los pantalones).
Así pues, como decía, quedé con él para que me enseñara el piso y para organizar un poco la mudanza. Quedé con él en un parque que hay cerca del piso. Cuando llegué, me senté en un banco y lo esperé que llegara. Hacía bastante calor, ya que era pleno Agosto, aún así, en la sombra se estaba más o menos bien. Mientras me entretenía con el móvil vi a un chico de lejos dirigirse a mi. Era alto y un poco robusto; se notaba que iba al gimnasio y su ancha camiseta de tirantes dejaba apreciar sus bíceps en augmento . Su pelo negro azabache estaba un poco despeinado, un detalle que le daba un aire de chico despistado. Estaba, también, muy moreno y se notaba que había ido a la playa. No pude no dejar de mirarlo: estaba buenísimo.
Cuando se acercó más a mí, pude observar su belleza de más cerca. Ojos azules, nariz recta, labios firmes y finos y lo mejor de todo es que tenía una barba de unos 2-3 días que me volvía loco. Me preguntó que si era Daniel, y yo asentí. Supuse al instante que el era Javier, mi futuro compañero de piso (menuda suerte había tenido!). Nos estrechamos la mano, la suya firme y ruda, y nos pusimos a hablar un poco sobre nosotros.
Descubrí que ese chico tenía algo especial, a parte de un carisma y un sentido del humor impresionantes, algo me atraía mucho a él. Después de hablar un buen rato, me invitó a ir pasando a ver el piso. Yo accedí, ya que lo único que quería era cuanto más tiempo a su lado, como si no lo iba a hacer en los próximos cuatro años.
Mientras nos dirijíamos al apartamento, observé que me miraba bastante de reojo y tenía una sonrisa en su cara. Una vez coincidimos con la mirada y lo único que pude hacer fue sonreír y mirar a otro sitio.
Una vez llegamos al apartamento todo pasó muy rápido. Fue algo parecido a esos típicos tráilers de películas pornográficas en los que te pones cachondo pero no te da tiempo a nada más. Pues bien, una vez cruzamos el umbral de la puerta, me empezó a mostrar las diferentes habitaciones del piso. Por último, me enseñó su habitación y me comentó que si lo prefería, me podía quedar a dormir esa noche en Barcelona para no tener que volver a Tarragona tan tarde. Le expliqué que no quería molestar, que ya vendría con todo mi equipaje cuando empezara la uni (mentira, lo único que deseaba en ese momento era follármelo con ganas, pero no dije nada, obviamente). Justamente cuando le iba a decir que el piso me parecía perfecto, se acercó aún más a mi y sin decir nada me cogió en brazos y me beso. Era justo lo que quería en ese momento, estaba en la gloria. Sus finos pero fuertes labios rozaban con pasión los míos y desataron en pocos segundo una potente erección en mí. Pude notar también como a través de sus pantalones cortos sobresalía un enorme bulto. Un instante, me dejó de besar me miró plácidamente y sonrió. Yo, asentí y al tener una constitución parecida, lo cogí en brazos y me lo llevé a su cama. Lo tumbé despacio y reemprendimos la sesión de besos apasionados que antes habíamos interrumpido. Poco a poco, estando encima suyo bajé la cabeza y empecé a darle caricias en todo el cuerpo. Podía escuchar sus débiles gemidos de placer y esto me volvía loco, me encantaba como gemía. Le quité la camiseta de tirantes de un golpe y descubrí su cuerpo. Joder, parecía un mismísimo dios griego! Tenía poco vello en el pecho y sobre su marcado abdomen, y le fuí dando caricias y besos en todo el pecho, en los pezones (como le ponía eso!), ombligo, todo... No pudo esperar más y me apartó de encima suyo, se desabrochó y quitó los pantalones y se quedó en sus calzones blancos con un marcado paquete que me hacía derretir. A continuación, me quitó la camiseta y repitió el mismo ritual que yo había hecho. A diferencia de él, mis gemidos eran rudos y bastante fuertes ya que estaba muy caliente.
Llegó a mi bulto y me miro con cara de chico malo, le sonreí y lo cogí por la cabeza acercándolo más a mi paquete. Me quitó los pantalones y descubrió la marcada erección que tenía desde hacía un buen rato. Una vez me quitó los calzones pude experimentar la mejor sesión de sexo oral que he tenido en la vida. Lo hacía despacio y con pasión, y yo gemía como un loco. Al cabo de un rato se levantó de pie, y me acercé a su pene desnudo que él se había encargado de ejercitar mientras jugaba con el mío. Era un pene largo y era bastante ancho, así que me preguntaba lo bueno que sería el sexo anal con él. Sus piernas, musculosas y fuertes, estaban recubiertas por una capa fina de vello moreno y eso a mí me ponía a cien. Suavemente,pues, cogí su pene entre mis labios y se lo comencé a chupar. A diferencia de antes, sus gemidos eran de un gran gozo, no paraba de repetir un ''sí'' jadeando y gimiendo a la vez. Al oír eso yo enloquecía y jugaba con su pene aún más.
Al cabo de unos minutos me preguntó (lo único que me dijo desde que empezamos a hacerlo) si era activo o pasivo, y yo con toda naturalidad le indiqué que podía ser lo que él deseara entonces. Su reacción fue de incorporarme a su altura y darme un largo beso. Me susurró a continuación: ''Fóllame hasta dejarme hecho polvo''. Obedecí a sus órdenes sexuales y lo tiré en la cama, disponiéndome a darle un beso negro y más adelante darle su merecido.
En pocos minutos nos encontrábamos los dos unidos, a él le encantaba que yo estuviese dentro suyo y a mi igual. Gemiamos los dos a la vez y de vez en cuando se nos escapaba un grito de gozo. Estaba disfrutando mucho de esa situación, era de las mejores folladas en las que había estado.
Cuando ya me estaba cansando, le ordené que me follara él a mi; quería sentirlo dentro mío. Me obedeció, se incorporó y sentó sobre la cama. A mi me indicó que lo montara mirándole a él. Asentí e hice lo que me pidió. Pude sentir como su pene, el cual yo había chupado con tanta pasión minutos antes, me penetraba cada vez más rápido. Nos mirábamos los dos mutúamente y gemíamos.
Finalmente, a su debido momento nos levantamos y mientras nos besábamos nos empezamos a correr uno delante de otro, gimiendo cada vez más fuerte. Lo dejamos todo hecho un estropicio, pero mereció la pena. Era sin duda, el mejor compañero de piso que iba a tener.
Me negué a quedarme a dormir en su casa ya que al día siguiente tenía muchas cosas que hacer, y debía llegar a Tarragona lo más pronto posible. Antes de irme, pero, decidimos darnos una ducha juntos, la mejor que me he dado en toda mi vida.
Además, hasta que volví a verlo (en Setiembre) las pajas diarias consistían en la imagen de los dos follando. A veces hablábamos por Skype y nos acabábamos masturbando los dos a la vez... Pero ésas son otras historias que ya contaré algún día...
Gracias por leer mi relato! Espero que os haya gustado, si tenéis algun consejo o comentario ya sabéis, podéis comentar mi relato. Me ayudará muchísimo para mejorar en los siguientes. Saludos!