El mejor amigo de mi novio
Mi novio me dejó tirada pero llamó a un amigo para que cuidara de mi
Llevaba varias semanas sin ver a mi chico, así que, cuando me dijo que no iba a trabajar el viernes, decidí reservar entradas para el cine.
Me puse una minifalda estilo escocés y una camisa negra de manga corta, para facilitar al máximo las cosas, ya que nos gustaba meternos mano en el cine. Y mientras que le estaba esperando sonó el móvil. No podía venir porque le había surgido algo, pero había llamado a un amigo suyo para que me acompañara. Genial, mi gozo en un pozo. La verdad es que Javi era un chico muy majo y me llevaba muy bien con él pero yo quería mi ración de sexo y parecía que me había quedado sin ella.
Sonó el timbre y bajé. Saludé a Javi y nos fuimos dando un paseo hasta el cine, ya que hacía un buen día y no estaba muy lejos.
Entramos a la sala y subimos hasta la última fila que era la nuestra y curiosamente estaba vacía. Nos sentamos y nos dispusimos a disfrutar de la peli. Yo no podía dejar de pensar en la maravillosa oportunidad que brindaba aquella fila vacía y que se había perdido por el "algo" de mi novio. Me giré hacia mi acompañante y saqué un tema de conversación absurdo mientras empezaba a mirarle con otros ojos.
Es cierto que siempre me había atraído. Era y es un chico delgado pero con músculos bien marcados. La mandíbula fuerte y ancha y unos ojos grandes de color negro.
Pensándolo bien, me ponía mucho.
La peli empezó y mis pensamientos se interrumpieron.
Me enfrasqué hasta olvidarme de lo que pasaba a mi alrededor y como a mitad de la peli un contacto me devolvió a la realidad. La mano de Javi estaba posada en mi pierna e iba subiendo lentamente hacia mi sexo. No me lo podía creer pero la verdad es que lo estaba deseando así que me hice la tonta y abrí un poco más las piernas. Intenté concentrarme de nuevo en la peli pero la mano ya estaba rozando mi tanga y me di cuenta de que estaba empapada.
Empezó a juguetear con las costuras del tanga y como por casualidad me iba rozando la entrepierna. Yo estaba extasiada de que esa maravillosa fila vacía no se fuera a desaprovechar, y si sentí algún remordimiento por mi novio, desapareció en el momento en que las caricias se hicieron más intensas.
Se acercó a mi cuello, me besó, me mordió, me lamió subiendo hasta mi oreja y bajando después.
Poco a poco iba introduciendo sus dedos en mi rajita y fue buscando mi clítoris. Lo encontró con mucha facilidad ya que estaba muy abultado y empezó a acariciarlo. Despacio, deliberadamente despacio, haciéndome suspirar. Se apartó de mi cuello y siguió viendo la peli como si no estuviera pasando nada pero su mano iba aumentando de velocidad. Me recosté contra él para que no se oyeran los gemidos que empezaban a escapar de mi garganta.
Noté como iba llegando al orgasmo así que le susurré que no parara, y él, diligente, no solo no paró, sino que aumentó el ritmo hasta que ya no pude aguantar más y, mordiéndole el hombro para no chillar, tuve un orgasmo largo y prolongado.
La peli se acabó y salimos del cine. Fui al baño a limpiarme y al ver mi tanga totalmente empapado me lo quité y lo tiré a la papelera y así, libremente, volví al lado de Javi.
Me dijo que se quedaría conmigo hasta que llegara mi novio así que nos dirigimos a un parquecito bastante resguardado de miradas indiscretas para estar un rato solos.
El parque estaba totalmente vacío así que lo teníamos todo para nosotros. Nos acercamos a un banco que estaba bastante apartado y al ir a sentarme me cogió por la cintura y me sentó abierta de piernas encima de él.
Pude notar la dureza que había debajo de sus pantalones y he de reconocer que la noté muy grande. Comenzamos a hablar como si no hubiera pasado nada.
Sonó mi móvil. Mi novio que ya iba para casa a ducharse y que le diera conversación mientras estaba en el tren. Que si no se aburría.
Mientras hablaba con él, una mano comenzó a desabrocharme la camisa para descubrir que no llevaba sujetador. Dejó libres mis pechos y primero uno y luego el otro me los fue lamiendo y mordiéndome los pezones. A duras penas conseguí no gemir para que mi novio no se diera cuenta de lo que estaba pasando. Eso pareció excitar a Javi o quizá se lo tomó como un reto porque metió una mano por debajo de mi falda y buscó mi húmedo agujero. Introdujo dos dedos y comenzó a moverlos en círculos haciendo que yo me mordiera los labios para que no se me notara. Yo seguía hablando con mi chico de cosas de las que ni me enteraba y él seguía masturbándome cada vez más deprisa. Estaba deseando colgar y parece que mis ruegos fueron escuchados porque mi novio ya había llegado a casa y me tenía que colgar.
Tiré el móvil encima del banco y paré a Javi. Me eché un poquito hacia atrás y le fui desabrochando el pantalón. Liberé su miembro de la presión de los boxer y me maravillé ante su tamaño. La agarré con delicadeza pero con firmeza e inicié un movimiento de sube-baja que parecía gustarle. Me estaba volviendo loca. Deseaba chupársela y ni corta ni perezosa me agaché entre sus piernas y allí, en mitad del parque me dediqué con más ahínco que nunca a hacer la mejor mamada que había hecho en mi vida. Le fui lamiendo el tronco con deliberada tranquilidad mientras que con una mano le acariciaba los huevos. Me metí uno en la boca y luego el otro. Se la lamí desde la base hasta la punta y me la metí todo lo que pude en la boca. La saqué y le di ligeros lametazos en la punta. Comenzó a gemir lo que me puso más cachonda si cabe pero me paró.
Me levantó y me montó encima suya. Cogí su polla y la dirigí hacia mi agujero que estaba encantado de recibirla. Me senté por completo, sintiendo esa enormidad en mi interior. Me agarró las tetas y empecé a cabalgarle. Gemía incontroladamente y estaba disfrutando como nunca. Deseaba que se corriera en mi interior para compensarle el enorme placer que me había dado en el cine. Le susurré que me encantaba su polla, que quería que fuera siempre mía y que quería que se corriera. Él estaba muy excitado. Me agarró de la cintura y empezó a llevar él la iniciativa, manteniéndome en el aire para poder embestirme. Yo no aguantaba más y el orgasmo nos llegó a los dos a la vez. Sentí como se corría en mi interior y como me llenaba de leche.
Sonó el móvil. Mi novio de nuevo. Que ya estaba bajando y que donde quedábamos. Le dije que en mi casa y le colgué.
Descabalgué a Javi. Recuperé la compostura y fuimos a mi casa. Nos sentamos en mi portal a fumarnos un cigarro y en ese momento llegó mi novio. Le dejé con Javi y subí a casa a lavarme pues estaba empapada y a ponerme un tanga. Bajé, nos despedimos de Javi y nos montamos en el coche.
Me dijo que quería disfrutar de lo que se había perdido por no ir al cine conmigo así que mientras conducía hacia algún lugar donde no nos molestaran, yo seguía pensando en lo que acababa de pasar con su mejor amigo y empezaba a excitarme de nuevo.
Me incliné hacia él, le desabroché los pantalones y me acomodé para no molestarle mientras conducía.
Comparada con la de Javi era más pequeña pero no me podía quejar. Me incliné del todo para poder chupársela y me la metí en la boca. Noté como se iba endureciendo mientras jugueteaba con mi lengua y pronto estuvo bien firme. Puso una mano en mi nuca para indicarme que siguiera. Me ayudé de una mano para poder lamérsela como si fuera un helado. Jugué un rato en la punta, succionándola y chupándola como si fuera un auténtico manjar. Tan entregada estaba que no me di cuenta de que habíamos llegado.
Me cogió de la mandíbula para que me levantara y nos fuimos al asiento de atrás. Me colocó a cuatro patas apoyada en la bandeja y comenzó a lamerme el coño. Lamidas largas que me recorrían entera. Estaba muy cachonda y le pedí que me follara que no aguantaba más.
Me arrastró de nuevo al asiento de adelante y lo tumbó del todo para que yo pudiera estar tumbada boca abajo y totalmente estirada. Se tumbó encima mía y me penetró desde atrás. Se agarró a mis hombros y comenzó a moverse muy despacio, haciéndome sufrir. Yo quería más. Quería que me lo hiciera con fuerza, que me desgarrara. Le grité que me follara de una puta vez. Que me lo hiciera con fuerza. Y lo hizo.
Me embistió con tanta fuerza que grité. Grité de placer y de dolor. Siguió y siguió y yo gritaba cada vez más hasta que me corrí. Fue un orgasmo brutal. Me tembló todo el cuerpo.
Él estaba a punto de correrse y me la sacó, me dio la vuelta y empezó a cascársela delante de mi cara mientras que yo le daba ligeros lametazos. Se corrió y me roció toda la cara de leche caliente. Abrí la boca para tragar todo lo posible y los restos que quedaron por mi cara los limpié con mi mano y me la llevé a la boca para lamerlos. Nos dimos un beso muy tierno y me susurró al oído que le había encantado. Nos quedamos abrazados mientras compartíamos un cigarro y me llevó a casa.
Y así fue como comencé una relación con el amigo de mi novio mientras que seguía con él.