El medico me azota (2)

Sigue la consulta, pero desde la visión de los 2 protagonistas. Contiene Spanking.

Aviso: La historia lo cuenta desde el lado de Anaís y luego del médico, siento si se os hace un poco pesado y repetitivo, para la siguiente será más ameno.

ANAÍS:

Tras esa primera impresión, más por vergüenza que por el dolor me frote un poco el trasero; él siguió hablando como si nada.

  • Como lleva tiempo sin ir al médico haré unas pruebas añadidas, es decir medir la altura, peso y tensión. Además me deberá traer la analítica de sangre completa.

  • Pero señor, eso no es necesario, estoy bien.

  • Aquí el médico soy yo y no usted, y esto es a consecuencia de su irresponsabilidad. ¿No temerá una aguja no?

  • Que va, sólo digo que exagera un poco.

  • quitese la ropa detrás de ese biombo y pon la bata que hay al lado, se puede dejar en ropa interior. - ignorando por completo mi comentario.

Doy por imposible razonar con él y hago lo que me ha dicho. Mientras me quito la ropa siento un cosquilleo por todo el cuerpo sobre todo en la parte de abajo y rezo porque no se note mucho; al final con la bata salgo del biombo con un poco de timidez, nunca antes había mostrado ante los demás tan poca vestida, él me indica que me de un poco de prisa y entonces llego hasta donde está. Primero me indica que me suba a la báscula donde indica que peso 48 kg, luego me mide la altura que es 1.66 m, y por último la tensión que la tenía bastante alta, era normal porque estaba muy nerviosa con esta consulta y no sabía cómo iba él a actuar. Tras hacer esto no hizo ningún comentario pero ya se le veía a leguas que el humor no era para nada alentador, y me pregunto yo si este tipo alguna vez en su vida ha sabido o no sonreír.

  • desate la bata y quite el sujetador para proceder a su exploración.

Dude un poco en si quitar o no, pero lo hice, al quitar mis pechos estaban tiesos y con los pezones bien visibles, yo decía para mis adentros que él no pensase que era debido a él que mis pechos estuvieran así, aunque en parte era cierto; él  me las estuvo tocando sin que pareciese un manoseo encubierto.

  • ¿siempre lo tiene así de sensible? ¿Tenías más peso antes no?

  • Que va, es que hace un poco de frío aquí . Sí antes pesaba un poco más, ¿por qué lo pregunta?

  • Porque el peso y el tamaño de los pechos ahora no concuerda sin esa explicación. Ahora la revisión de la parte de abajo, ponte allí con las piernas abiertas.

Dude un poco pero lo hice, digo yo que nadie muere por hacer una revisión, por eso fui a la camilla y abrí un poco las piernas, y le esperé un poco. Él se acercó hacía mi y en ese momento miréa otro lado porque me daba vergüenza que estuviera tan cerca de mi conejito. Me bajó la tanga.

  • Pero qué veo, está muy húmeda y tu concha es un bebedero de patos - dice mientras deja a un lado la tanga y pasa un dedo por allí, yo siento que me humedezco más pero a la vez quiero negar eso e intento cerrar las piernas - estate quieta, que a ti te está gustando, y me has mentido mucho por lo que luego seguiremos hablando, voy a terminar la revisión. Por cierto lo tienes bastante irritado, por eso te pica.

Yo seguí intentando cerrar las piernas pero el tenía más fuerza que yo por lo que no pude hacer más que dejar que hiciera lo que quisiera, él me siguió tocando y yo veía que el tenía un bulto bastante grande debajo de la bata; él de repente paró dejándome un poco frustrada por haberme tocado todo y no terminase.

  • No te pongas así, que tu tienes la culpa, la próxima vez se buena y acabarás.

  • YO NO ESTOY ASÍ POR ESO, SINO PORQUE ERES UN PERVERTIDO.

  • Cuidado con lo que dices, ya te he avisado que no me gusta que se use insultos, mientan ni que me griten. Habla como una persona civilizada, no te voy a avisar más.

  • ME IMPORTA UNA MIERDA TU OPINIÓN, TODOS LOS TÍOS SOIS UNOS CERDOS.

Él sin miramientos y sin esfuerzo me baja de la camilla para sentarse y ponerme en su rodilla; empezó a dar con su mano, primero despacio, para luego ir dando más fuerte mientras recarcar algunas palabras.

  • Vamos a ver, te has comportado como una niña IRRESPONSABLE, MAL HABLADA Y MENTIROSA, ya te advertí que como hicieras alguna falta te iba a castigar, iba a ser suave pero contigo no tengo más remedio que castigar hasta que me DIGAS TODA LA VERDAD, y estaremos así hasta que lo hagas.

  • AYYY!! NO PUEDES, LA ENFERMERA LO OIRÁ, AYYY!! ADEMÁS TENGO TRABAJO A LA TARDE Y TENDRÁS QUE COMER.

  • tranquila que la enfermera ya sabe que si alguien hace algo mal, yo castigo así, y en cuanto al tiempo es asunto tuyo, yo no te impido a hacer lo que debas hacer, eres tú la tozuda que no quieres decir la verdad, cuanto antes lo digas antes acabamos. - esto me lo decía sin parar, pero de repente dejó de darme para levantarse e ir a hablar por su teléfono. Mientras lo hacía me froté el trasero que sentía que lo tenía al rojo vivo y me fui a vestir tras el biombo que estaba detrás de él sin peligro de que me viera. Cuando salí del biombo él estaba tan enfadado que me asusté, y en ese momento que no reaccione bajo la cremallera de la falda y me volvió a poner sobre sus rodillas, no me podía creer que siguiera empeñado en tratarme como una niña e intente darle unas patadas y rodillazos.

  • SUÉLTAME GILIPOLLAS, QUE NO SOY UNA NIÑA PEQUEÑA AL QUE LE PUEDAS CASTIGARME ASÍ.

  • No aprendes, pero yo te aseguro que cuando salgas de aquí serás toda una niña mansa y respetuosa. - esto me lo decía mientras ponía una pierna suya encima de los míos para que no siguiera dando patadas, y dando con sus manos en el trasero, que con la tanga es como si no tuviera ninguna protección - Estás así porque como te he dicho estas teniendo una actitud de una NIÑA MAL CRIADA, y ahora me vas a decir lo que te he preguntado al principio de la consulta sin mentiras. ¿Realizas todas las horas de comidas de manera saludable?

  • AYY PARA!! Hay cosas que son muy relativas, por lo que a mi me puede parecer una cosa y a ti otra cosa diferente. AUCH!!! DEJA DE PEGAR TAN FUERTE IMBÉCIL!!!

  • A ver, contesta y aquí no hay relatividad, no te pases de listilla, cada vez que te pases que te doy más fuerte, por lo que ten cuidado.

  • Vale, te voy a contestar pero para por favor.

  • Ves como puedes ser civilizada, contesta a las preguntas y paro.

  • Reconozco que no hago todas las comidas diarias, me salto alguna de ellas, y eso es porque no quiero engordar.

  • Para tu información tu peso está por debajo de la de una persona con tu estatura, ASÍ QUE NO QUIERO QUE VUELVAS A DEJAR DE COMER BIEN, y me tendrás que traer la analítica de sangre sin rechistar ¿Entendido?.

  • AYYY AYYY!!!, para por favor!! Pero eso de la análisis...

  • No hay peros, ¿has entendido lo que te he dicho?

  • Si, te lo traeré y comeré bien

  • muy bien, nos vamos entendiendo. ¿A qué no me equivoco si digo que se masturba más que un poco y no se asea después de eso verdad?

  • Eso es verdad, ¿Pero cómo lo ha sabido?

  • No había más que ver tu concha de lo irritado que estaba, te diré una crema para que te des y deja de usar la tanga que no absorbe bien la humedad y eso también contribuye a la irritación. Debe cuidar su higiene personal. ¿Es verdad que tienes novio?

  • No, sólo lo decía para que no pienses que soy aburrida.

  • ¿Y lo de beber?

  • bebo cada vez que salgo de fiesta, que no son pocas veces.

  • Pues eso se acabo, debes ir menos a fiestas, y descansar más. Además dejaras de tomar medicación sin prescripción, cosa que pase me preguntas y yo te receto lo que necesites.

  • Vale, me puede soltar ya por favor - ya estaba a todo llorar, no podía aguantar más, me había dado por todo el trasero, sobre todo en la zona baja de los muslos - le prometo que no le voy a faltar al respeto ni a mentir.

  • Muy bien, ya sabía yo que podías ser una niña de lo más buena - me decía mientras me acariciaba un poco el trasero, para luego incorporarme y me dio un abrazo que en ese momento era lo que más necesitaba para calmar. - bueno ahora si te puedes poner la falda, y te doy la receta y el volante para los análisis.

Yo de manera más calmada cogí lo que me dio y me despedí. Una vez fuera de consulta me fui directamente a mi casa que no estaba muy lejos, mientras iba estaba pensando que no pensaba en volver más.

**MIGUEL

:**

Me llamo Miguel Jimenez, trabajo como médico, hoy era un día como otro más, mujeres con sus problemas, donde algunas necesitaban algún que otro pequeño castigo por intentar engañarme, lo que ellas no comprende es que a quien perjudica no es a mi sino a ellas mismas.

Hoy iba con el pelo castaño corto, ojos marrones y bien afeitado. Me considero una persona que sabe diferenciar y separar la vida profesional y personal, es decir, que muchas mujeres de la consulta me han pedido cita y por principio las he rechazado todas de plano; también he de reconocer que yo no tenía así a nadie especial en mi vida personal.

Deseaba que se acabara la mañana, y menos mal que la última paciente era nueva, seguro que me termino pronto; pero no sabía lo equivocado que podía estar. Ella entró tras la enfermera Laura, con una ropa que no necesitaba mucha imaginación para intuir como era físicamente. Tras decir a Laura que se quedara un poco más, me fijé que era tímida y empecé con la presentación de cómo era esto.

Al principio la cosa iba bien, pero al empezar con las preguntas me daba cuenta que me estaba mintiendo, que es una de las cosas que no me gusta porque creen que soy tonto, y se le notaba en la cara que mentía porque en vez de mirarme los ojos iban hacía la derecha, dudaba en responder y bajaba un poco la voz. Aunque me molestaba que hiciera eso, preferí darle una advertencia y seguir con las preguntas, lo que más me fascinó es que tuviera tan poca responsabilidad y preocupación por su salud, que claramente se veía que era más delgada de lo normal y que tenía algo más, con este reto de saber la verdad seguí preguntando. Al final sin poder disimular mucho mi mal genio por su irresponsabilidad la cojo para poner encima de las rodillas y empezar a dar varios azotes, nunca antes había dado tan pronto los azotes, siempre espero un poco porque la gente normalmente miente un poco sin que sea relevante o no muestran su gran despreocupación por temas de este tipo.

Una parte de mi quería cuidarla, eso es extraño ya que nadie me había hecho sentir eso, veía que si yo no le hacía entrar en razón con cuidarse nadie lo haría, por lo que paré de dar en el trasero con la esperanza de que luego me dijera la verdad; así que añado dentro de mis funciones la de ser su médico de cabecera. Así que proseguí con la consulta, y veía que ella seguía teniendo carácter para rebelarse.

Cuando sale con la bata me parece una mujer estupenda con esa timidez de verse en esa situación, y mi miembro se despierta un poco. Al principio pone que otra pega pero sin revelar mucho, sino que me hace caso, no sé si es por el castigo o porque quiere acabar pronto. Cuando toca revisar su concha me doy cuenta que se le ha olvidado quitar la tanga, era una visión que me ponía a mil, donde ella estaba abierta, se le veía mojada y creo que era por mi. Para darle una lección y comprobar mi teoría la masturbé hasta que estuviera apunto de caramelo pero sin premio y hacerla rabiar un poco.

Lo que no esperaba era que tuviera una lengua tan mordaz y vulgar; no me iba para nada que me gritaran y que usen ese lenguaje, por lo que la puse en mi rodilla tan rápido, me habría aguantado si sólo me hubiera gritado un poco, entonces empecé a dar y cada palabra que era importante se lo di a entender con un golpe más fuerte. Cuando me recordó que estaba todavía Laura la dejé para ir al teléfono.

  • Laura, ya se que te he dicho que iba a tardar poco pero se me ha complicado las cosas.

  • No pasa nada, puedo quedarme más tiempo

  • No hace falta, ve a comer y ven a la hora de siempre, por cierto traeme por favor un bocadillo que creo que no me va a dar tiempo a ir a comer.

  • Sin problema, hasta luego y buena suerte.

Cuando terminéde hablar vi que no estaba donde la había dejado, vi que se estaba vistiendo en el biombo, era una persona muy crédula si pensaba que por estar vestida se iba a librar de los azotes, no iba a salir de aquí sin decir la verdad y sin su compromiso de cuidarse; así que nada más salir de allí la puse sin falda y en mis rodillas sin posibilidad de que se mueva. Pensé que iba a ceder pronto, tenía el trasero muy rojo pero era muy tozuda y orgullosa, esto me va a impedir conseguir mi objetivo. Al final lo conseguí.

Cuando ella salió, me quedé pensando que sería una mujer estupenda que no se deja amendrar por cualquiera pero que yo sin quitar esa chispa le iba a hacer comprender que será mía y que si no se cuida tendrá consecuencias desastrosas para su trasero.

Continuará...


Quiero da gracias a todas me han escrito dando ideas para mejorar. Y comentar que todo lo que escribo es fantasía y no real.