El mecánico

Después de 6 años sola, Carmen consigue una cita por TINDER, pero un desperfecto en el carro, hará que ella al final se quedé con el mecánico.

EL MECANICO

Hola a todos me permito presentarme. Me llamo Carmen Rocío y soy una mujer ya de 41 años de edad que a pesar que no soy la súper modelo que algunos hombres moldean en sus imaginaciones y en especial en sus pajas diarias, me conservo muy bien pese a ser madre de dos hijos ya adolescentes. Mido 1.67, trigueña clara, cabello negro no muy largo (suelo pintármelo de vez en cuando, de preferencia rubio), ojos marrones intensos, mis medidas son 90, 67, 100, pero de toda mi anatomía descrita es sin duda y lo digo sin mucho tapujo es mi trasero, ya que es m uy redondito y cada vez que camino por las calles, estos se mueven en un vaivén bastante llamativo, razón por la cual he recibido todo tipo de piropos y ni que decir cuando viajaba en bus, ya que en ocasiones se me apegaban algunos hombres y sentía sus pingas semi erectas en mi culo.

Bueno ahora que les cuento de mi vida personal. Me casé a los 23 años y al año siguiente tuve a mi primer hijo Luis y 4 años después, nació Kike. Con mis hijos y mi marido vivía tranquila, él en su trabajo de supervisor de ventas y yo de administradora de una tienda de equipos de cómputo. Como dije nuestro hogar se mantenía unido, pero con el paso de los años, nuestra vida se fue volviendo monótona y casi aburrida y en el plano sexual entre mi marido y yo, la llama de la pasión se fue apagando de a pocos (hacíamos el amor casi una vez a la semana) lo que provocaba que muchas veces me masturbase en la ducha o en caso extremis, me compré un consolador para que sea mi amante en la cama.

Pero a veces el cuerpo no se siente a gusto con una cosa de plástico y sobre mi linda cabecita, pasaba y repasaba una palabrita algo atrevida (AMANTE) A pesar de que yo siempre le fui fiel a mi marido, me sentía muy urgida y en mi trabajo sabía que tenía compañeros que me miraban de una forma morbosa y suelo reconocer, que esas miradas me excitaban mucho, pero luego pensaba en mis hijos y que ejemplo les daría al saber que tienen a una madre concha caliente. Por ello desistía de esa idea, aunque mi organismo me mandaba señales de que quería carne (en especial cuando estaba en mis días de ovulación)

Por ello un día como curioseando por la wed, encontré una página de scort tanto de mujeres como de hombres. A esta última sección entre y la mayoría de tipos que se exhibían mostrando en especial sus penes (las cuales dudaba si era cierto o no, sus formas) eran chibolos entre 18 a 25 años. Pero buscando encontré a un scort de 33 años, casi a la edad mía, que solo lo hacía por placer y no dinero. Después de ver que era algo simpático (me gustan mucho los hombres de brazos fuertes, son mi debilidad) decidí llamarlo y tras casi 6 minutos de conversación, decidimos vernos en un hotel cercano a la plaza de armas.

El día de mi encuentro, llamé a mis hijos diciéndoles que iba a demorar, debido a que tenía un almuerzo con los ejecutivos para expandir un nuevo local. Finalmente me pude ver con ese tipo, quien a simple vista mostraba ser muy cariñoso y directo me saludó con un beso en la boca. Su beso provocó que mi arrechura retenida, se liberara, que de inmediato entramos al hotel y me hizo suya por casi tres horas.

Al ingresar al cuarto, me fui al baño a refrescarme y quitarme la ropa, mientras él me esperaba en la cama semi desnudo. Pude ver sus brazos bien marcados y ni que decir de su pectoral (tal como se mostraba en la página) Yo ni corta ni perezosa, me le fui encima como si nunca en mi vida hubiera tenido sexo con un tipo. Él me correspondió con besos deliciosos, olía tan rico, en resumen ¡el hombre perfecto!

Él seguía comenzó a quitarse la ropa, hasta quedarse solo en su bóxer azul, de por medio le acaricié el pene de tamaño y dureza perfectos, desabrochó mis bragas y su boca fue directo a mis pezones, no me contuve gemí, jadeé y mis dedos se hundieron en su pelo, mientras los suyos entre mis piernas

_ ¡Uf! ¡Uf y recontra uf!

Claro que se dio cuenta que se dio cuenta que no necesité mucha motivación para estar bien empapada, con besos recorrí su torso hasta llegar a su pene erecto y delicioso. Sí, tengo una fijación oral súper extrema, todo quiero meterme a la boca y en esta ocasión no perdí oportunidad para darle rienda suelta a mi lengua recorriendo ese miembro delicioso, la cual también olía bien y aunque no era muy pingón (pijudo, vergón, polludo en otros países), estaba muy emocionada y arrecha al a vez.

Mientras mis labios se mantenían ocupados, sus manos estaban sobre mi clítoris, me vine y siempre después de que eso pasa me convierto en un monstruo come penes

_ ¡Quiero que me la metas yaaaa!

Con voz entrecortada y agitada me preguntó:

_ ¿Quieres que te la meta, eh putita?

No le contesté, lo enfundé, me la ensarté y lo cabalgué despacio pues no quería que mi amante de ese momento, acabase tan temprano, en mi pensamiento malévolo y egoísta quería tener más orgasmos, no aguanté mis caderas adquirieron vida propia nos movimos al mismo compás, sin separarnos seguimos de misionero, aquello era la gloria y la locura

– ¿Te gusta? - me pregunta

_ Me encanta, siente como me tienes le contesto .

Lo veía tratando de guardar en mi memoria su cara de éxtasis y otra vez me puse sobre él, ya no sabía si me movía o no estaba en otro mundo orgasmo tras orgasmo, hasta que me saco del trance orgásmico al decirme que iba a acabar, era justo ya lo había usado demasiado para mi placer. Así que con embestidas más potentes y un fuerte gemido terminó la primera ronda sentí los latidos de su descarga y con la esperanza de que no se bajara, con los labios de arriba lo besé y con los de abajo le exprimí hasta la última gota. Sudada, despeinada y con mi conchita llena de su semen escurriéndome por las piernas, me levanté de la cama, fui a darme una ducha.

En el intermedio platicamos de varias cositas interesantes (de cómo se inició en ese mundo, sobre mi marido que no me satisfacía, mi casa, etc) Le corté el habla y nos fuimos a la segunda ronda, que no se quedó nada corta, solo que fueron menos orgasmos que la primera ¡Soy una golosa! Siempre quiero más y más.

Obvio que sabía que el hombre más forzudo y buen amante, no era Superman. Lástima que el tiempo pactado terminó, (era las 7 de la noche), así que salimos sin ducharnos mucho y quedando otro día volver a repetirlo.

A casa volví muy satisfecha, pero al ingresar vi a mi marido jugando con mis hijos muy alegremente, luego los tres se me acercaron y quisieron abrazarme, pero actuando como un rayo y, sobre todo, para no ser descubierta, los esquivé y les dije que estaba cansada y que quería primero darme una ducha. Este desplante, activó las alarmas, que mi esposo solo disimulo (él sabía que nunca me resistía a un juego con mis hijos, por muy cansada que esté, pero no quería que se diese cuenta de otra cosa)

Mis hijos se fueron a su cuarto y yo raudamente me cambié en el baño y me duché para que no sospecharan que venía de tener sexo con mi amante ocasional. Pero entrada la madrugada, ya cuando el sueño reinaba en la casa, Freddy me despertó y me enseñó mi braga, conteniendo restos de semen. Yo no supe que decir.

_ Nunca pensé que llegarías a este extremo.

_ Freddy, por favor, déjame explicarte.

_ No me digas nada, al menos podrías deshacerte de la evidencia no.

_ Escúchame yo la verdad sabes que nuestra vida sexual estaba apagada y no me pude resistir.

_ No quiero saber nada. Me voy de la casa y solo te pasaré con mi abogado la pensión de mis hijos.

Y así se fue mi marido, sin hacerse el ofendido ni tampoco haciendo escándalos. En ese momento me recriminé por haber sido tan descuidada, de no haber lavado mi braga y lo peor, permitir que mi amante, se corriera dentro de mí (al menos si hubiese usado condón no me descubrirían)

Como dije Freddy se fue y ms hijos siempre me preguntaban porque se marchó su papá. Aunque me dolió en el alma, les conté que lo nuestro había terminado, más nunca que descubrió la prueba de mi infidelidad.

Lo más satisfactorio de mi divorcio, fue que pude quedarme con mis hijos y para no saber nada del asunto con el otro miserable, destruí el chip y nunca más volví a entrar a esa página de scort.

06 AÑOS DESPUES: 2019

Después que me separé de mi marido, me dedique por completo a mi trabajo, mi casa y mis hijos. Luego de haber sido descubierta esa noche, decidí no volver a salir con nadie más pasará lo que pasará. Es más incluso mi consolador que me compré, lo guardé y sabe Dios donde lo habría refundido. En fin, me sentía bien, al menos eso pensaba.

Veía que la mayoría de mis amigas del trabajo siempre me animaban para salir los fines de semana y en algunas ocasiones, hasta me conseguían pareja para salir y de paso “me hicieran el favor” sin embargo, yo no salía ya que, en casa, mis hijos por ser varones eran demasiado celosos y por ello prefería evitarles disgustos. Por este tipo de conducta, siempre me ganaba algunos pleitos con mis amigos.

Pero en las noches de soledad, nuevamente mi apetito sexual regresaba y mis dedos ya no eran abastos para auto calmarme, por ello regresó el deseo de entrar a buscar chicos sexuales, pero al final desistía y dormía con la calentura encima.

En el trabajo había una chica menor que yo, que me contó de una cierta aplicación llamada TINDER, en donde se podía conocer a personas de tu ciudad o alrededores. Ella me comentó que ese aplicativo era así como Facebook, pero más para ligar (o hacerse de pareja virtual) Aunque al principio estuve escéptica, me anime por descargar el aplicativo y en pocos días tuve a varios tipos de la ciudad, que me enviaban saludos, fotos y otros detalles. Incluso para poder ver más mensajes y contenidos adicionales, pagué los tres primeros meses de suscripción.

Dentro de todos los contactos que tuve, había un tipo de nombre Ángelo el cual tenía 44 años, también separado como yo y vivía a 40 minutos de mi casa. Algunas noches nos quedábamos conversando casi dos a tres horas, en donde nos contábamos de nuestra vida, gustos e incluso llegamos a tocar temas relacionados al sexo. Poco a poco me fue cayendo bien, hasta el punto en que llegamos a mandarnos fotos al inicio, era así de una parte de nuestros cuerpos, hasta que posteriormente nos enviamos fotos desnudas completamente, y si esto fuera poco, comenzamos con llamadas calientes, en donde se podían escuchar nuestros gemidos, mientras nos masturbábamos.

Tras algunas semanas me animé a conocerlo en persona y porque no, darme un buen polvo con él. La cita se pactó para un sábado desde las 10 de la noche, hasta el amanecer. Para ello en mi casa, les dije a mis hijos que esa noche íbamos a tener una comida con motivos de la celebración de la firma de un nuevo local de vetas, y para ello yo debía estar presente y quizá no llegase por la madrugada o, mejor dicho, en toda la noche. Mis hijos no objetaron tal medida, ya que no era la primera vez que salía a ese tipo de eventos.

Por ello el viernes por la noche, Ángelo me escribió, diciéndome si íbamos a tener la cita para el día siguiente, y le contesté que sí, luego nuestra conversación seguía entre lo normal y lo erótico

_ Bueno te veo el sábado a las 10 de la noche verdad preciosa.

_ Si te estoy diciendo que sí iré a la cita, ya tengo permiso jejejeje

_ OK no olvides que nos quedamos toda la noche. Además, por nada del mundo me pierdo de acariciar esas ricas nalgas que tienes.

_ JAJAJAAJAJA. Lo sé.

Bueno ya todo estaba listo, por la noche me duché, me puse un vestido negro muy sexy que me cubría las nalgas y llegaba hasta el muslo

Comencé mi salida a la cita justamente a las 9.30 de la noche (tenia media hora para llegar) pero cuando el auto comenzaba a pasar ya dos cuadras, empezó a fallar y me quedé en plena calle ya varada. Maldije el momento y a la vez recordé que justo por esa zona, había un taller mecánico, así con ayuda de algunas personas que pasaban por allí, y de paso se ganaban con mis nalgas jejejeje, pude llegar a la puerta del taller el cual estaba cerrado debido a que ya iban a ser las 10 de la noche. Antes de seguir tocando le escribí a mi contacto de TINDER, que tardaría un poco en llegar, debido a un accidente con mi auto.

Empecé a tocar la puerta insistentemente, hasta que salió un tipo aproximadamente de unos 35 años, blancón, pelo corto, bien grandote, de unos 100 kilos aproximadamente, fuerte de brazos, algo panzoncito y de esas miradas recontra pícaras. Luego del saludo cordial, me preguntó que necesitaba, yo le dije que tenía problemas con mi auto y, que si podía arreglarlo ahora ya que tenía una cita urgente. El mecánico primero no quiso atenderme, diciéndome que ya era muy tarde y que su ayudante, no vendría hasta la mañana. Yo seguí insistiéndole que era urgente y de tanto insistir, finalmente me atendió y con mi ayuda, hizo ingresar el auto, hasta dentro del taller.

Una vez en el taller, apagué el auto y lo llevamos a empujes, hasta una fosa que había en ese lugar, para que el tipo empezará a revisarlo, luego bajo a esa fosa, para revisar más detenidamente, ayudado por la luz de una bombilla blanca de gran luminosidad. En ese momento recibí una llamada, era Ángelo preguntándome donde estaba y le dije que estaba con el mecánico viendo lo del auto. Mas no me había dado cuenta que este tipo desde esa fosa, me estaba viendo las nalgas pues el vestido por ser muy corto, hacía ver que tenía puesta una tanga que me compré, para la ocasión.

Me hice como la que no se había dado cuenta y le seguí el juego a ese señor, luego como quien un poco por arrancar charla, me comentó que se llamaba Guillermo y era paraguayo que ya llevaba radicando tiempo en la ciudad. Cansada de estar mucho tiempo en pie y más con los tacos que llevaba, me invitó a sentarme en un asiento hecho con restos de otros. Yo me senté y mientras trataba de escribirle a mi amigo, aunque ahora era la señal de internet que impedía que los mensajes y llamadas, lleguen sin éxito.

De vez en cuando me agachaba para quitar algo de mi zapato y así dejaba ver más de la cuenta, y ver que mi acompañante improvisado, no dejaba de mirarme. Aquel juego me estaba calentando mucho, hasta que de pronto me pidió que me acercará hacia él, dónde pudo explicarme el problema de mi auto. El daño en sí no era grave, ya que solo el motor no había sido calentado, debido a que el vehículo no lo usé durante mucho tiempo, por ello ya no andaba y que debía esperar por lo menos unos 45 minutos mientras se calentaba.

Ni bien escuché esto, me enojé mucho, pero Guillermo me pidió que me sentará y me aclaró que tenía dos opciones. O me iba en taxi hasta donde estaba mi amigo y volver a la mañana siguiente por mi carro o en todo caso, solo esperar a que terminará de calentar el motor y luego marcharme a mi cita. Yo la verdad no tenía dinero para un taxi y volver a mi casa solo por un poco de plata, me dio más cólera, así que decidí esperar que el carro se terminase de componer.

Mientras esperaba, el mecánico se acercó a hacerme conversación y yo gustosa acepté. Ángelo llamo preguntando insistente si iba a ir la cita y le explique el problema del auto. Entonces comenzó a inquietarse y dijo:

_ Está bien, no demores que el restaurante ya va a cerrar.

_ No te preocupes ya voy.

Guillermo solo escuchaba y se reía. De rato en rato salía a ver el auto, pero hay algo que no expliqué. Él traía vestido aun su uniforme de mecánico, y eso le hacía ver sus fuertes pechos, pese a que estaba gordito. También su mirada, empezó a desnudarme y yo no sabía dónde meter mi cara (acaso los años de no tener un macho, me estaba haciendo ser muy notoria, mis ganas de ser tirada)

Aun así, simulé la situación y empezamos a contarnos de nuestras vidas personales, allí supe que él tenía una hijita de doce años, separado y que de vez en cuando traía a sus amigas cariñosas de turno, a darse un buen polvo con él, dentro de su taller. La conversación me estaba poniendo muy arrecha, a tal punto que le dije si me podía prestar su baño y el me guió, hacia donde estaba. Una vez allí pude empezar a tocarme un poco, para bajarme las ganas y, sobre todo, vi que el ambiente estaba muy sucio, pero que expedía un olor a cien por ciento, macho. Salí del baño y Guillermo estaba cerca del auto y me dijo que me acercará para ver cómo iba el calentamiento del motor.

Yo le obedecí y llegué a su lado y al estar muy cerca, empecé a oler que él olía a aceite, grasa a gasolina y en especial a sudor. No sé pero esos aromas juntos comenzaron a gustarme,  Guillermo se puso detrás de mí y pegando su cuerpo en mis nalgas me apunto hacia una parte del carro diciéndome que el motor aún faltaba para calentarse (mientras que los calientes éramos él y yo) yo deje escapar un gemido al sentir su contacto y él lo tomo como una invitación, luego comenzó a deslizar su mano por debajo de mi vestido llegando a mi zona intima yo solo gemí de placer y encima sus olores corporales, hacían que perdiera mis sentidos, no sé pero ese momento quería ser poseída y no me importará si fuera por ese mecánico.

Empezó a tocarme los senos mientras me besaba en la boca, yo correspondía a sus caricias, y me dejaba manosear, como si fuera una colegiala. Me levantó el vestido y por ser de una sola pieza, le permitió ver mi tanga. La hizo un lado y hundía su lengua dentro de mi conchita, Ohhhh el placer era indescriptible.  Nunca había sentido esa caricia y me encantó, entonces le abrí lo más que pude mis piernas, para que aquel hombre me comiera.

En ese momento, otra vez sonó el maldito celular, quería contestar, pero Guillermo me dijo que no, al final me alejé un momento y le contesté al otro idiota, preguntándome si iba a venir que ya eran 20 para la medianoche, entonces enojada le dije que aún no estaba listo el auto, fue allí cuando me dijo.

_ Sabes qué. Eres una maldita falla

Escuchar esas palabras me enfurecieron, que terminé de quitarme el vestido y las bragas de un solo golpe. Entonces jalé al mecánico a mi lado, lo agaché y otra vez comenzó a comerme la conchita, mientras acerqué el teléfono, para que Ángelo escuchará, los sonidos del sexo oral que me estaban haciendo.

_ ¿Con quién mierda estás?

_ ¡¡Qué te importa cojudo!! Estoy con un verdadero macho.

_ ¡¡ MALDITA ZORRA!!

Corté la llamada y de paso apagué el móvil. Seguí en lo mismo con mi mecánico, luego él comenzó a despojarse de su ropa quedando completamente desnudo frente a mí; entonces clavé mi mirada en su pene, no podía creerlo. Su pinga (pija, polla, verga) era bien gruesa y medía cerca de 20 cm, con muchas venitas alrededor y para rematar, ya estaba súper erecta (soy sincera, era la primera vez que veía un pene descomunal en vivo, que puedo asegurar que ni la de mi ex marido y ese scort con quien me vi tiempo atrás, igualaban la que estaba frente a mí)

Me hinqué frente a él y empecé a acariciarla, olía muy fuerte, más combinado con el ph de su dueño, me volvieron loca y empecé a chupársela como una poseída, pero apenas me cabía en mi boca, vi que mientras estaba en esa felación, Guillermo gemía de placer y eso me gustó mucho.

Luego paramos y me tomó de la mano y me llevó hacía el sofá que mencioné antes, se echó encima y me pidió que me siente sobre él. Yo obedeciendo como una sumisa, me acerqué y empecé a meterme esa enorme pinga dentro de mi conchita, que a pesar que estaba muy húmeda por las lamidas que me dio, sentía como me habría como nunca mi sexo, que provocó que emitiera unos gritos bien fuertes. Me tomó un poco acostumbrarme a esa pinga dentro de mí, me recosté en su pecho abriendo mis nalgas al aire, luego comencé a cabalgar encima de él, se movía como un poseído, mientras mis gritos no dejaban de excitarlo.

_ ¡¡TE GUSTA MI PIJA EH PUTITA!

_ ¡¡SÍ PAPI SIGUE!!

De repente, me cambió de posición y esta vez mi espalda, le estaba dando a su cara mientras apoyaba mis tacos encima de sus piernas, que así permitió como un sube y baja, bastante lubricado. Tanto era el placer que, sin duda, gritaba como una loca, hasta el punto que las luces de un segundo piso se encendieron, para decir que nos calláramos.  Seguía el dándome más duro, hasta que comenzó a moverse en forma de circulo y sentía como su pinga, me daba un placer nunca antes descrito.

De pronto tuve ganas de orinar y me fui otra vez al baño, así desnuda. Otra vez aspiré ese rico olor de macho y sin esperármelo, Guillermo vino y me penetró desde atrás con el equilibro perfecto entre dureza y cuidado, comenzando con unas embestidas perfectamente sincronizadas y profundas que casi me llevaron al éxtasis.

Justo en el momento en el que los músculos de mi vagina comenzaron a contraerse, sacó su

miembro, me alzó en sus brazos y de nuevo me llevó al mueble, una vez allí comenzó a penetrarme en la pose del misionero (mi favorita) Pude apreciar mejor su rostro y lo vi cubierto de pequeñas gotas de sudor debido al esfuerzo que estaba realizando y el calor que hacía.

Abrí las piernas instintivamente y me volvió a penetrar, esta vez más profundo todavía por lo que

mi cuerpo no pudo más y estalló en un potente orgasmo que me hizo gritar, un grito que retumbó

por todo el local y otra vez a gritar desde la ventana continúa.

Él me acompañó en mi llegada al éxtasis y sentí como se estremecía mientras todo su semen caía

esparcido en mi interior, sin importarme en absoluto (después de todo, para eso existen las pastillas) Tras esto me miró unos instantes, y comenzó a besarme con mucha pasión, a la cual le correspondía como nunca.

Descansamos un momento mientras nos acariciábamos, vi mi celular como 30 mensajes (todos de cólera, molestia por parte de Ángelo, pero que chucha importaba) Luego vi que era cerca de la 1 de la madrugada, a la cual se levantó, fue al auto y vio que ya el motor estaba calentado.

_ ¿Aún la esperan en la cita, eh putita?

_ No ya no.

_ Qué bueno, ya que te quedarás conmigo toda la noche.

_ Claro, para eso era mi salida. Para pasarla bien.

Sin decir nada más, apagó la luz del foco, del taller y me tomó de la mano, mientras yo le agarraba de la pija y me llevó hasta su casa, en especial su cuarto. Allí ese lugar estaba desordenado, sucio, maloliente, pero ese olor me gustaba. Acto seguido tomo una de sus camisetas sucia y me la hizo oler, su simple aroma, me endrogó.

_ Huéleme perrita. Huele como suda un macho.

_ Oh si cariño.

Mientras olía su camiseta, él se acercó me abrió las piernas y comenzó a comerme el culito. Lo hacía tan magistralmente que no paraba de dar gemidos bastante fuertes, Mientras me comía el hoyo, también con un dedo, me frotaba la conchita, en resumen, me estaba haciendo correr otra vez, en menos de 15 minutos. Luego de hacerme el beso negro, me dijo:

_ Ahora sí, ME VAS A DAR EL CULO

_ No por favor, por el culo, no. Sor virgen allí

_ En serio. Entonces seré el primero que me lo cache

_ No, no lo hagas

Sin hacerme caso, Guillermo acercó su pichula a la entrada de mi culo y empezó a empujar despacio en ese momento tuve un enorme orgasmo, siguió empujando y logro meter la cabeza de su pinga, la cual me dolió, pero me aguanté el sufrimiento, hasta que sentí que la metió toda fue una sensación dolorosa pero placentera, ya que esa pinga me estaba partiendo en dos las entrañas. A esto, comenzó a moverse rápidamente dentro de mí y tuve miles de orgasmos uno tras otros, así estuvo no sé cuantos minutos (creo que fue media hora) y en medio de jadeos, gritos, orgasmos continuos, de pronto la sacó de mi culito, en donde sentí un dolor horrible y se puso de pie e hizo que me hincara en el piso, acercó su pene a mi boca y empezó a descargar su leche caliente en mi boca y yo que nunca había tragado semen (en esas cantidades) y su sabor me encanto, ya que también podía sentir ese olor a macho ranció.

Me di cuenta que mi mecánico dotado, aun no estaba exhausto y yo seguía hincada en el piso el mundo me daba vueltas, hasta que de pronto me dijo que tenías ganas de orinar y se me acercó y empezó a soltar su lluvia dorada en mi boca yo simplemente me empecé a beber su orina me gusto. Este tipo sí que le gustaba hacer de todo en el sexo.

Después de ello, me lavé un poco la cara, ya que mi maquillaje ya estaba diluido, y volví con él, esta vez me tumbó sobre la cama y comenzó de nuevo a embestirme esta vez con piernas al hombro, bien extremas, (es que este cojudo no se cansará, decía yo, me está cachando en una noche, lo que en 6 años no he tenido). Después de unos minutos, otra vez dejó su semen, pero en poca cantidad. Se tumbó a un costado diciéndome:

_ OH NENA, ME HAS DEJADO SECO.

_ JEJEJEJEE Y TÚ ME HAS DEJADO CANSADA

_ Y ESTO ES SOLO EL INICIO. DESDE HOY SERÁS MI PUTA Y ME VENDRÁS A VER TODOS LOS SÁBADOS.

_ ESTÁS LOCO.

_ A POCO NO TE GUSTÓ MI PIJA EH NENA.

Yo solo le respondí con un beso en la boca. Luego nos dormimos hasta casi las 7 de la mañana. A esa hora me levanté, me lavé un poco y me fui a buscar mi ropa y cambiarme, el me siguió a buscar su mameluco, hasta que me quito las bragas y comenzó a olerlas.

_ ESTE SERÁ MI PAGO, POR HABERTE ARREGLADO EL CARRO, NENA

_ ESTÁ BIEN.

mientras se acomodaba su ropa y yo mi vestido y mi cabello, me dio otro beso y el terminar, me dijo_

_ HA SIDO UN PLACER - dijo con una sonrisa mientras yo volvía a mi vehículo.

_ GRACIAS A TI, POR LA CITA . Le contesté

_ YA SABES, TE ESPERO EL OTRO SÁBADO.

Sin saber muy bien qué hacer, subí a mi auto y él abrió el portón y salí directo a mi casa. En el camino pensé en su propuesta, hasta que llegué a mi casa, dejé el auto en una cochera cercana y me metí a mi domicilio rápidamente. Menos mal que mis hijos dormían aun, lo que me dio tiempo de poner a la lavadora mi vestido, que olía a grasa y de paso yo ducharme.

Desde ese día y por espacio de 3 meses, visitaba cada viernes a mi mecánico, hasta que me comentó que debía viajar a ver a su hija en Paraguay y desde allí lo nuestro se había terminado.