El más bello trabajo

Gracias a mi marido, soy una puta.

El más bello trabajo

Hola, mi nombre es Brenda y soy un bombón, tengo 23 y vivo en el hermoso puerto de Veracruz. Físicamente soy delgada, de piel morena, con buen trasero pero no con muchas tetas; estoy casada desde hace tres años con David, un hombre maravilloso en los 30, que ha sabido complacerme en todo y creo que yo a él. Tenemos un pequeño negocio de renta de películas VHS y DVD, por lo que no estamos tan mal económicamente.

Cuando lo conocí, él ya tenía el Videoclub y yo entré a trabajar como su empleada, al poco tiempo empezamos a coquetear y un día después de cerrar, me dijo que yo le gustaba mucho y que me invitaba a salir, yo le dije que tenía novio en ese momento y que no quería dejarlo, pero que si quería podía ser una relación discreta; él acepto y nos besamos como si quisiéramos comernos. Me acarició las nalgas y yo le acaricié la verga por encima del pantalón

Siguió besándome el cuello mientras me alzaba el vestido, abrí las piernas y dejé que metiera sus dedos dentro de mi cosita. Yo estaba mojadísima y él la tenía bien parada. Me tiró de espaldas en el piso detrás del mostrador y se bajó el pantalón solo un poco, me clavó su verga y empezamos a coger muy rico. Al poco rato se vino dentro de mí y se levantó, yo le dije que me tenía que ir porque mi novio siempre me esperaba en la esquina del negocio y que no quería que pensara mal. Mi amante sólo movió la cabeza y me dijo:

Se ve que eres tremenda, ¿verdad?... –

Me despedí con un beso en la boca y me fui a ver a mi novio, a quien no le pasaba por la cabeza lo que yo había hecho con mi jefe. Al otro día, mi amante se pasó preguntándome cosas acerca de mí y de la relación con mi novio; y al cerrar el negocio, me empezó a fajar y me decía que si me gustaba serle infiel, ya caliente yo le decía que sí, que con él sí. Me sorprendió cuando me dijo que quería que cogiera con mi novio, después de coger con él, y así lo hice; talvez porque así se dieron las cosas con mi novio, pero no podía dejar de excitarme pensando en David.

Al siguiente día me pregunto si lo había cogido con mi novio y cuando le dije que si, me empezó a besar en ese mismo momento, valiéndole sombrilla que los clientes estuvieran ahí. Así poco a poco las cosas se volvieron más calientes entre mi jefe y yo. Cuando terminé con mi novio, que fue como a las dos semanas de empezar con David, salí con él más en serio, pero ahora él me insistía en que le gustaba compartirme con otros como me había compartido con mi anterior novio. Realmente eso me excitaba, y aunque yo no decía nada, él notaba que me calentaba mucho.

Un día llegué a trabajar y él me llamó a una bodeguita que tiene atrás del negocio, me empezó a besar y me preguntó que si quería jugar con él ha cosas calientes. Yo le respondí:

Depende de qué cosas… -

Él me dijo que no era nada malo, pero que había platicado con un cliente sobre mi forma tan caliente de ser. Me dijo que yo estaba muy buena y que le había gustado mucho al cliente. Me sorprendió al confesarme que le había dicho al cliente que yo por una lana me acostaba con quien fuera, obviamente el tipo no tardó en ponerse de acuerdo con David para que me propusiera acostarme con él. Después que terminó de decirme todo eso, yo me negué pero él insistió; así que terminé por decir que si.

Ese mismo día, como a las seis de la tarde, llegó el tipo. Era un hombre como de 45a o más, calvo y flaco (a mí no me gustan flacos). David me dijo que me metiera en la bodega e inmediatamente entró el cliente. Lo primero que me dijo fue que David le había dicho que me diera 200 pesos y me los dio, yo solo los tomé y no decía ni hacía nada. Empezó a besarme el cuello y a tratar de besarme en la boca, no me deje; le dije que en la boca no (después me dijo, mi ahora esposo, que eso mismo dicen las putas de verdad)

Sentí sus manos rasposas entre mis piernas y no me di cuenta cuando se sacó la verga, que era gorda pero no muy grande. Me hizo que me hincara para mamársela, y después de un rato de estársela chupando, me levantó y me puso de espaldas a él; me bajo el pantalón y trató de metérmela, no me dejé porque no traía condón; él insistió para que lo hiciéramos así, que él era casado y muy limpio, cosa que a mí no me importaba, yo solo quería que se pusiera el condón. Como David me había dado uno, lo saqué y le dije que se lo pusiera, él no quería y decía que sin el gorro se sentía mejor.

Al fin llegamos a un acuerdo, solo me penetraría un par de veces y después se lo pondría (claro que ese era el riesgo pero quería salir de ese embrollo rápidamente), así que me la metió así. Estando yo de espaldas a él, me cogía como loco mientras yo le decía que ya se lo pusiera, pero seguía empalándome. Yo pensaba en la clase de tipo que me cogía y hasta donde estaba llegando por hacer lo que el pendejo de David me pedía, pero para mi sorpresa y al estar pensando eso, me empecé a excitar muchísimo.

Pronto sentí como me ardía la panocha y ya no me importó nada, me hinqué y me puse a gatas, parando el culo, mientras el tipo me seguía cogiendo. Trataba de no hacer ruido, pero me dijo David después, que si se escuchaba de vez en vez algún quejido. Total que el hombre nunca se puso el condón, y después de estar de perrito, me volteé yo misma y terminé de quitarme el pantalón. Ya estando acostada, abrí bien mis piernas y lo jalé, él se acomodó mejor y me siguió cogiendo, arriba de mí. Ahora si lo besaba en la boca, en el pecho y en donde el quisiera.

Siempre fui muy caliente y les daba las nalgas a mis amigos, pero nunca lo había hecho con un desconocido, y no supe cómo, pero me vine más de dos veces; y cuando el tipo anunció que se venía, yo en lugar de quitarlo, dejé que se viniera adentro de mi cosita. Ahí terminó la calentura y me quedé un poco seria, el tipo se vistió y se salió; yo después de vestirme, me quedé pensando en lo que había pasado. Me arrepentí de momento

Entró David y quiso besarme, yo estaba molesta y sólo se me ocurrió decirle:

Se la mamé, estoy sucia-, pero él empezó a besarme a la fuerza.

Yo quería un poco de consuelo y él empezó a acariciar mi pelo, mi cuerpo y me decía lo mucho que me quería, que todo había sido un juego de nosotros dos. Me preguntaba si no lo había disfrutado, pero yo no le contestaba. Al terminar el turno, me fui y no hice nada con David, a pesar que me insistía… Al otro día ya me sentía un poco mejor y pensaba en que no había pasado gran cosa. David me abrazó al verme entrar y me besó, diciéndome:

¿Cómo esta la puta que tanto amo?... -, traté de verme molesta y le di un golpe, pero me ganó la risa.

Esa noche al cerrar, cogimos muy rico, me calentó tanto diciéndome que le había gustado, que quería que lo volviera a hacer; y terminé contándole a detalle cómo me había cogido ese hombre y lo rico que sentí. A partir de ese día, cogíamos como nunca, cada vez eran cogidas más fuertes y más calientes. Pasaron unos días y el cliente que me había cogido, regresó a rentar películas pero en compañía de su familia; no me habló para nada y yo casi me escondía de la pena. Cuando David llegó, le conté que ese hombre había llegado con su familia y me preguntó que cómo me sentía para volver a hacerlo… Lo besé y le dije que bien, que si quería, haría todo lo que él quisiera.

Así que David cada que tenía la oportunidad de comentarle a un cliente, lo hacía. Después resultó un buen negocio para mí y muy rico, por cierto; es mentira que todas las putas lo hacen por dinero nada más, por lo menos yo lo hice y aunque si gané algo de lana, hubo chavos que me cogían por 50 pesos, solo por darle gusto de mi actual marido, y el mío, por hacerlo con otros.

Han pasado cuatro años de eso, y ya me casé con él, pero ahora las cosas que hacemos son diferentes y creo que más fuertes; pero eso después se los escribo. A mi esposo y a mí nos excita ver que publiquen nuestra historia, por lo que escribiremos más de lo que hemos vivido David y yo. Besos

brendaswver@hotmail.com