El mal que he hecho

Angustia, ansiedad, dolor.

Hay imágenes y pensamientos que te hacen sentir como un puñal o una espada afilada te atravesara el pecho de arriba abajo, y sientes como el aire que tenía que pasar por tus pulmones queda enredada en medio de tu pecho. Ni avanza ni se para. Una presión interior no te deja pensar con claridad y tu mente se convierte en un cúmulo de bruma que no te deja ver, ni razonar, ni hablar.

Cuando ves a alguien a quien quieres herido, y mas cuando te sabes causante de ese dolor, el puñal y la espada se transforman en miles de agujas que se van introduciendo cada vez más profundamente dentro de la parte esa del cerebro donde nacen, crecen y viven los sentimientos. Y te das cuenta de muchas cosas. Y cuando lo ves claro, el número de agujas aumenta haciendo de un error estúpido la peor de las pesadillas jamás vividas.

Sientes tanto dolor en tu interior que no eres capaz de hablar. Las palabras no salen. Y, aunque puedes dar mil y una explicaciones para ese lapso, sabes que no tiene explicación, ni razón, ni sentido. Impotencia ante actos inconscientes que toman consciencia una vez hecha la herida.

No puedes llorar, no te sale. No te disculpas, tampoco te sale. No hablas, no puedes. Eres un ser inerte, inanimado, un bicho que no es capaz de dar ningún paso. Quieres pensar y no puedes, quieres hacer algo y no puedes, quieres arreglarlo y no puedes, quieres plantar cara y hablar y no puedes.

Impotente es el que tiene el don de la palabra. Miles de sentimientos tiene el insensible. Inexplicable para el que lo puede explicar. Silencio para el mas hablador. Calor para el frío.

Y en el momento en el que ves delante la imagen, en otra cara, de lo tu provocaste, es en ese momento en el que ves el dolor de tus estúpidos actos, y en el momento en el una parte de la bruma de tu interior se disipa para ver algo con claridad. En ese momento lo único que sale de ti no es una disculpa, si no una súplica que sorprende a aquel agnóstico de la vida.

Contradictorio es el que no quiere dañar ni ser dañado. Contradictorio es el que no sabe ser egoísta. Contradictorio es el que solo siente miedo cuando se sabe importante para aquel que es importante para el.

Y el perdón de uno mismo es imposible de alcanzar hasta que se puede demostrar lo contrario. Ese perdón que no llega a la mente por mucho que el resto del mundo te perdone. Ese perdón es el mas difícil de obtener. Un rencor que nunca se siente por nadie, solo por uno mismo, con un complicado proceso de olvido.

Tristeza clavada desde el principio hasta el final de tu interior. Se ve a ras de piel y la sientes en la profundidad más oscura. Un agujero negro dentro de la luminosidad del resto. Una carga que pesa más que toda la basura del mundo.