El Maestro – Cap.2 – El Palacio

Taylor llega al Palacio de Caleb decidida a liberar a su amiga Rachel

Cuando salgo a la calle, descubro que la limusina que me está esperando es enorme y lujosa, mi conductor es un apuesto y maduro árabe que por un momento me recuerda al actor Omar Shariff, me abre la puerta sin decir una palabra y empieza a conducir como si no tuviera un pasajero en la parte de atrás de la limusina. Aunque me inquieto ligeramente cuando los cristales de la limusina se oscurecen impidiéndome ver por dónde voy, lo considero normal dado todo lo que he visto de Caleb y Anna la noche anterior.

Empiezo a preocuparme bastante cuando después de una hora todavía no hemos llegado a nuestro destino, por suerte he conectado mi móvil al ordenador de la oficina para que puedan localizarme en caso de que ocurra algo, cojo el teléfono para comprobar las llamadas y los mensajes y descubro que no hay señal, después de un rato de intentar en vano hacer una llamada oigo la voz del conductor por el intercomunicador; 'Lo siento Lady Pryde, pero los móviles no funcionan en el interior del coche, el Príncipe Caleb y la Princesa Anna valoran mucho su intimidad y anonimato, podrá llamar donde quiera en cuanto lleguemos al Palacio.'

'Príncipe; Princesa; Palacio; estamos en Los Ángeles, que locura es esta;' me digo intentando hablar con el conductor, que cerrando el intercomunicador me ignora de nuevo. Unos quince minutos después los cristales vuelven a aclararse y puedo ver cómo nos dirigimos por una estrecha carretera entre las montañas a una construcción con varios edificios con una marcada influencia árabe.

El viaje todavía dura otros cinco minutos desde que el coche cruza una verja de acero fuertemente vigilada, según miro por las ventanillas del coche me doy cuenta de que esa verja es lo único que no encaja entre todos esos edificios sacados de un cuento de las Mil y Una Noches. Por fin llegamos a un edificio con las paredes blancas decoradas con bellos mosaicos, en cuanto el coche se detiene, el chofer se baja y me abre la puerta ayudándome a bajar.

Tan silencioso como ha estado todo el viaje, el chófer vuelve a subirse al coche para irse, dejándome sola sin saber que tengo que hacer; por suerte enseguida aparece una chica de aspecto juvenil; aunque cuando la veo vuelvo a ser consciente de todo lo ocurrido la noche anterior con Anna en mi apartamento. La chica no es demasiado alta, y sus pechos de tamaño medio se ven firmes con unos pezones oscuros rematándoles, y digo se ven, porque su traje de seda azul propio de un harem, compuesto por unos pantalones anchos y una blusa, dejan a la vista perfectamente sus tetas y su coño afeitado, permitiendo ver a quien la observe los anillos que adornan sus pezones y su coño. Cuando soy capaz de dejar de mirar sus tetas, y subo mi mirada hacia su cara, puedo ver el collar de esclava idéntico al de Rachel y su dulce rostro con dos tatuajes dorados debajo de los ojos, que resaltan en su piel de color oliva.

La joven me hace una reverencia como saludo, antes de hacerme un gesto con la mano para que la siga, ‘Buenos días, Lady Pryde, mi nombre es Yaiza, si me acompaña la llevaré hasta donde los Príncipes la esperan.’ Entro en la casa detrás de Yaiza y la sigo, atravesando una hermosa sala decorada con columnas hasta que llegamos a una puerta labrada de doble hoja; 'Yo no puedo ir más allá de esta puerta, Lady Pryde, pase y atraviese la sala hasta la siguiente puerta, entre sin llamar, allí estarán los Príncipes, deseo que disfrute de su estancia en el Palacio y espero volver a disfrutar de su compañía muy pronto.'

La joven se aleja, no sin antes lanzarme una sonrisa pícara y una mirada que parece querer desnudarme, la ignoro y abro las puertas para entrar en una enorme biblioteca con miles de libros; disfruto mucho leyendo y me hubiera gustado detenerme unos minutos a ver todos esos libros; pero veo la puerta que me indicó Yaiza y me dirijo hacia ella, me paro unos segundos antes de abrirla llena de nervios para reforzar mi determinación de acabar con este juego.

Abro la puerta con decisión sin saber que esperar y me encuentro dentro de una sala decorada en mármol y con una enorme piscina en el medio, la puerta se cierra tras de mí y avanzo unos metros hasta que veo a mis anfitriones al lado de la piscina.

Cuando me acerco un poco más a ellos, me quedó helada y paralizada; pero no tanto por mis anfitriones en sí, sino por todo lo que rodea la piscina y no se apreciaba al abrir la puerta: potros; cruces de San Andrés; picotas de violación; paneles llenos de látigos; fustas; mordazas; etc.

'Bienvenida Taylor, acércate; no mordemos; de momento.'

La voz de Anna suena con el mismo tono de la noche anterior, poniéndome nerviosa y a la vez haciendo que me excite. Avanzo un poco más y puedo ver mejor a las cuatro personas que están junto a la piscina; Anna lleva un top y unos pantalones ajustados de cuero rojo que realzan completamente su figura, tiene el cuerpo sudoroso y brillante de haber hecho algún tipo de ejercicio y al ver la fusta en su mano y a Turquesa detrás de ella atada a una Cruz de San Andrés sé al momento que tipo de ejercicio ha sido.

Casi grito de terror cuando me fijo mejor en Turquesa, tiene su espalda y sus muslos llenos de marcas rojas donde ha sido golpeada por Anna, una espalda que luce un espectacular tatuaje de una mariposa o un hada de color turquesa y que debe de cubrir con maquillaje en sus películas.

A unos dos metros de Anna está Caleb con su torso desnudo luciendo un espectacular tatuaje de un león, lleva unos pantalones de cuero negro que se ajustan a su cuerpo marcando su virilidad; a sus pies, sujeta por una correa completamente desnuda, está Rachel, que como me imaginé la noche anterior tiene adornados sus pezones, su ombligo, su coño y su clítoris con varios rubíes.

Caleb me mira como un lobo miraría a una oveja, esperando para saltar sobre mí; 'Buenos días Taylor, me alegra que estés aquí, aunque veo que no has cumplido todas las órdenes que te dimos, no veo que lleves tu collar de esclava.'

Reúno todo el valor que puedo y aunque noto como mi cuerpo se calienta por la excitación cada vez que miro a Caleb o a todo lo que tiene a su alrededor, me acerco unos pasos más a Caleb para hablarle; '¡Que te jodan Caleb!, el collar de esclava está en la basura junto con el resto de juguetes que me mandaste en el paquete, no soy ninguna esclava, ni tuya ni de la zorra de tu hermana, vengo a terminar con todas estas tonterías, y llevarme a Rachel conmigo.'

Caleb sonríe mientras tira de la correa de Rachel para acercarla a su lado y llevar sus dedos a la boca para que se los chupe, 'A la única que van a joder aquí hoy es a ti, Taylor. En esta sala no hay nadie llamada Rachel, solo una esclava llamada Rubí que se ha entregado legalmente a su Maestra, Lady Frost, y tú, aunque no quieras reconocerlo también eres una esclava, lo único que nunca has encontrado al Maestro adecuado; si no eres una esclava ¿por qué llevas puesto los juguetes que te enviamos?'

Estoy asimilando las palabras de Caleb de que Rachel es la esclava de Anna cuando oigo lo que me dice de los juguetes y me dispongo a contestarle, entonces siento como algo en mi interior se congela obligándome a arrodillarme en el suelo. No puedo recordar cuando me volví a colocar la bola y el plug, pero ahora vibran y se enfrían al ritmo que Anna marca con un pequeño mando; 'Por favor, detente;' lasuplico.

Anna se detiene y Caleb se acerca mi levantándome la cabeza, 'Te voy a decir lo que va a pasar los próximos días, estamos a miércoles, tu misma has llamado al trabajo diciendo que estás mala y hasta el martes no vuelves, todos esos días vas a ser una esclava en esta casa, tanto Anna como yo vamos a hacer contigo lo que queramos, incluso Rubí va a poder jugar contigo, al fin y al cabo, se merece un premio por atraerte hasta nosotros. Cuando el lunes te llevemos a casa puedes decidir no volver a vernos a ninguno, pero te aseguro de que si no es el mismo lunes volverás a entregarte a mí como mi esclava.'

'Seguramente estás pensando en denunciarnos por secuestrarte, violarte y Dios sabe que más, pero ten en cuenta que tres de los hombres más importantes del mundo y cuatro de las mujeres más famosas y deseadas jurarán que viniste aquí voluntariamente para participar en diversos juegos de esclavitud, y estarán dispuestos a demostrarlo exhibiendo un video en el que tanto ellos como nosotros disfrutamos de tu cuerpo después de que nos lo pidas, y aunque muevas la cabeza te aseguro que lo harás, cuando tu cuerpo reciba otra dosis de afrodisiacos como los que ya has absorbido a través del aceite corporal, suplicarás que te follemos.'

Caleb me suelta la cabeza; pero antes de que pueda decir nada, veo como Anna toca de nuevo el mando y los objetos de mi interior vibran y se enfrían al máximo llevándome al orgasmo y al borde de la inconsciencia.


Me despierto e intento levantarme rápidamente, pero siento como la cabeza comienza a darme vueltas, y ayudada por una fuerte mano vuelvo a sentarme.

‘No te levantes, Taylor, has tenido un orgasmo muy fuerte y llevas casi veinte minutos inconsciente,’ me dice una voz que enseguida identifico como la de Caleb.

Mientras abro poco a poco los ojos oigo como Anna sonríe, ‘Hermanito, no me creíste anoche, cuando te conté como había gritado mientras se corría en mis dedos.’

Me lanzo sobre Anna; pero de nuevo las fuertes manos de Caleb me empujan hacia el sofá, aunque no puede evitar que la grite y la insulte; ‘¡Eres una maldita zorra!, te juro que me las vas a pagar.’

Anna se levanta como un rayo hacía mí y me cruza la cara de una bofetada, ‘Te dije anoche que yo soy una leona y tu sólo una gatita, voy a disfrutar haciéndote gritar con mi látigo mientras Rubí te hace llegar a un orgasmo tras otro.’

‘Ya basta, dejaros de tonterías las dos,’ grita Caleb haciendo que me encoja en el sofá y que Anna de varios pasos hacia atrás; ‘Creí que ya lo habíamos quedado todo claro mientras ella dormía, ¿O tengo que volver a repetirme?’

Veo como Anna agacha la cabeza para contestar a Caleb, ‘No tienes que repetirlo Caleb, todo está muy claro.’

Intento sonreír ante la humillación sufrida por Anna, pero rápidamente me doy cuenta de que más tarde voy a lamentar todo esto. Olvidándome de Anna, miro a mi alrededor para ver donde estoy y compruebo que estoy en la biblioteca, Caleb se mantiene de pie junto a mí, mientras Anna se ha sentado en un sofá en el que también esta Turquesa abierta de piernas con Rachel comiéndola el coño. A su lado en una mesa observo dos objetos metálicos y no puedo evitar llevar mi mano a mi coño y mi culo encontrándolos vacíos.

‘Anna te los retiró,’ me dice Caleb, ‘al fin y al cabo, anoche ya tuvo sus dedos dentro de tu coño.’

Voy a contestar a Caleb; pero su mirada me hace desistir de decir nada, y es él quien empieza a hablar. ‘Creo que tenemos una conversación pendiente, Taylor. Voy a follarte quieras o no, y voy a hacer que grites de placer, pero prefiero que te entregues a mí, voluntariamente; para inclinar a una mujer sobre una mesa y follármela hasta córreme en su coño, tengo a cualquiera de mis esclavas, incluso a tu amiga Rubí; pero quiero una mujer fuerte que se someta a mis deseos en la cama; pero que me lleve al límite; y creó que tú eres esa mujer.’

Miro a Caleb con asombro, hace veinte minutos me ha dicho que él y todos sus pervertidos amigos van a follarme y hacerme todo lo que quieran durante cinco días, me lo confirma hace un minuto, para luego prácticamente declararme su amor. Debería intentar salir corriendo de aquí, pero todo esto me tiene tan caliente que puedo correrme con solo una caricia.

La voz de Caleb me saca de mi ensoñación y hace que un escalofrío recorra mi cuerpo; ‘Voy a proponerte un trato Taylor, hasta mañana a las doce del mediodía serás mi invitada y no te obligaré a hacer nada que tú no desees, podrás usar a cualquiera de las esclavas de la casa a tu antojo, después de esa hora serás mía, no sabrás como ni cuando, pero acabarás siendo follada por mí o por quien yo desee. Si después de volver a casa el lunes por la noche no te sometes a mí antes del sábado a las dos de la tarde, Anna liberará a Rubí de su contrato de esclavitud.'

Primero miro a Caleb y fijándome en el bulto de su entrepierna me imagino su polla abriéndose paso en mi coño y noto como me mojo todavía más; aunque intento decirme que todo es culpa de los afrodisiacos del aceite corporal no puedo negar las palabras que Anna me dijo anoche mientras me llevaba al orgasmo, quiero ser sometida y dominada por un hombre viril; pero también me doy cuenta viendo a Rubí comiéndole el coño a Turquesa que llevó años fantaseando con tenerla entre mis piernas comiéndome el coño mientras la llevó al borde una y otra vez.

Me levanto del sofá y me acerco a Rubí, la agarro del pelo tirándola hacia atrás; ‘De acuerdo Caleb, acepto tu proposición, a partir de mañana a las doce seré tuya, pero quiero que ahora suban a estas dos zorras a mi habitación y las aten para disfrutar de ellas esta noche, quiero que las lleven al límite una y otra vez sin dejar que se corran; además quiero a Yaiza, la joven que me ha recibido para atenderme hasta mañana y ayudarme a follarme a estas dos zorras.’

Tanto Turquesa como Rubí comienzan a protestar; pero Anna se levanta y las da a cada una un golpe de fusta en sus pechos.

‘Maldita seas Anna, me prometiste que podría jugar con ella;’ grita Rubí poniéndose de pies, ‘Solo acepte ser tu esclava y hablarte de ella para que la convirtieras en una zorra como yo y me dejaras follarme su culo hasta que suplicara.’

Anna se levanta hacia Rubí y después de darla dos bofetadas la coloca una mordaza para hacerla callar, ‘Te vas a arrepentir de esto, perra, pensábamos dejarte jugar con Taylor, ahora tendrás que conformarte con ver todo lo que hacemos con ella mientras recibes tu castigo. Llevároslas a las dos.’

Nada más dar Anna la orden, dos sirvientes salidos de las sombras de la biblioteca aparecen de repente y agarran a Turquesa y Rubí para llevárselas de la biblioteca. Antes de que se las lleven Caleb agarra la cara de Rubí, ‘Te aseguro que vas a ver como Taylor grita de placer, pero a diferencia de ti, ella nunca será una zorra.’

Cuando los dos sirvientes se llevan a Turquesa y a Rubí, Anna sale detrás de ellos, dejándome sola con Caleb sin saber muy bien que hacer ni decir, de repente veo como se acerca a mí y agarrándome la cabeza se apodera de mis labios, el beso se alarga durante segundos y cuando abro la boca para respirar la lengua de Caleb me invade apoderándose de mi lengua. Siento que mi cuerpo se derrite y cuando Caleb lleva su mano libre bajo mi vestido buscando mi coño siento que estoy a punto de correrme.

De repente Caleb saca la mano de debajo de mi vestido y termina con el beso dejándome completamente desarmada, lleva sus dedos mojados con mis jugos a mi boca para que los limpie; ‘Es la última vez que te toco hasta que decida hacerte mi esclava, si quieres algo conmigo antes de esa hora tendrás que pedírmelo. Ahora será mejor que te des una ducha y descanses un rato, a las 19.00 H daremos un paseo por el palacio y a las 21.00 H se sirve la cena, tienes ropa preparada en tu habitación. Yaiza vendrá ahora para acompañarte a tu habitación.’

Mientras Caleb se va no puedo más que desear darle una patada en los huevos, acaba de comerme la boca sin permiso y meter sus dedos en mi coño como si nada, para luego recomendarme una ducha, ‘Ese maldito hijo de puta va a volverme loca.’

Sin saber muy bien que hacer hasta que venga Yaiza, cojo alguno de los libros de la parte baja de la biblioteca y no puedo ocultar mi sorpresa al descubrir que todos son primeras ediciones, estoy intentándome imaginar el valor de todos estos libros cuando Yaiza aparece por una pequeña puerta. ‘Lady Pryde, me alegró de volver a verla, si viene conmigo la llevaré a sus habitaciones.’

Mientras sigo a Yaiza no puedo evitar fijarme en su espalda y su redondo trasero, en la parte baja de la espalda tiene un hermoso tatuaje en relieve de la rosa de los vientos, y en su nalga derecha observo otra especie de tatuaje que no acabo de ver bien. Cuando llegamos a mis habitaciones me asombro ante el lujo con el que está decorada; más grande que mi apartamento tiene el suelo y todas las paredes decoradas con hermosos tapices y alfombras, una gran cama con columnas de madera y cortinas de seda preside una habitación sin ningún otro mobiliario a la vista, Yaiza coge un pequeño mando de una repisa y al pulsar diferentes botones los tapices se recogen revelando una enorme TV, un armario y lo que debe ser la puerta del baño.

Miro alrededor buscando algo, y Yaiza nota mi inquietud, ‘Si buscáis a Turquesa y a Rubí están en otra sala, ahora es el momento de una ducha no de jugar;’ la veo pulsar otro botón del mando y desaparecer entre los tapices, me acerco al armario y descubro una docena de elegantes vestidos, con varios juegos de zapatos y lujosa y sexy lencería.

Tardo poco en desnudarme, llegue aquí sin sujetador y mis bragas desaparecieron mientras estaba inconsciente, el baño tiene una ducha y un enorme jacuzzi, y aunque me veo tentada de entrar en el jacuzzi he visto que son más de las 18.00 H y no quiero hacer esperar a Caleb. Decido poner el agua más bien tibia, necesito ‘enfriar’ mi cuerpo después de todas las sensaciones de hace un rato.

Estoy con los ojos cerrados disfrutando del agua cayendo sobre mi cuerpo cuando noto como alguien me toca y una lengua se introduce en mi coño, al abrir los ojos y mirar hacia abajo descubro a Yaiza arrodillada con su cara entre mis piernas, notando como mi cuerpo se tensa ante su toque, levanta su cabeza y me mira, ‘Relajaos Lady Pryde, le dijisteis al Maestro Caleb que queríais que os atendiera, y eso estoy haciendo.’

Intento decirla algo a Yaiza; pero cuando su lengua encuentra mi clítoris me entrego al placer olvidándome de todo, la joven es una auténtica diablesa jugando con su lengua, llevándome al borde del orgasmo para luego alejarme; cuando por fin creo que voy a llegar al orgasmo Yaiza se detiene y retira su lengua de mi coño, ‘Debería afeitaros el coño, Lady Pryde, os aseguro de que el placer se multiplicará por diez.’

Si no hubiese estado al borde de la locura por el deseo del orgasmo, me habría dado cuenta del juego de Yaiza, pero en esta situación apenas soy consciente de mi respuesta, ‘De acuerdo Yaiza, haz lo que quieras, necesito correrme.’

No me sorprendo al descubrir que Yaiza tiene todo lo necesario para afeitar mi coño a su lado, noto como extiende la fría espuma hasta cubrirlo todo para empezar a pasar suavemente la cuchilla, con unos pocos movimientos rápidos y precisos mi coño queda limpio de cualquier pelo; cuando pienso que ha terminado noto como extiende otro líquido sobre mi pubis que hace que mi piel arda durante unos segundos, ‘Esto hará que tu pelo no vuelva a crecer y aumentará tu excitación,’ la oigo decir a Yaiza sin entender muy bien a que se refiere.

‘¡Por favor Yaiza!,’ la digo entre gemidos.

Yaiza vuelve a colocar su boca sobre mi coño y en cuanto su lengua encuentra mi clítoris estallo en un orgasmo, sin dejar que me recupere me coge de la mano llevándome hasta la cama, me tira sobre ella y luego se sienta sobre mi cara con su coño sobre ella, ‘Veamos qué sabes hacer, Lady Pryde.’

Intento hacerlo lo mejor que sé; a pesar de que en la universidad mantuve una relación de seis meses con mi compañera de cuarto, no me considero lesbiana, la mayoría de las veces que tuvimos sexo, fue como juego previo antes de tener un trío con otro estudiante y cuando llegábamos al orgasmo lo hacíamos gracias a una polla en nuestro coño, solo en un par de ocasiones lo hicimos sin ningún chico presente. Aparte de esa experiencia, llevo varios años teniendo la fantasía de comerle el coño a Rachel, y empiezo a jugar con Yaiza imaginándome que es ella, no debo estar haciéndolo muy mal, los gemidos de Yaiza comienzan a llenar la habitación y pronto se corre en mi cara.

‘Creo que tendremos que ducharnos de nuevo,’ me dice Yaiza sonriéndome y cogiéndome de la mano para llevarme al baño.

Cuando llegamos al baño descubro una caja sobre el lavabo que no estaba hace unos momentos, es evidente que alguien nos ha estado espiando y solo se me ocurre que puede ser Anna; la abro y encuentro dentro dos tapones anales, con curiosidad les saco de la caja para observarles, parecen ser de cerámica o vidrio, uno es morado con puntos rojos y el otro es de color ámbar, ambos están rematados en su parte exterior con el dibujo de un león similar al tatuaje que vi a Caleb.

‘Perfecto Lady Pryde, has encontrado los regalos del Maestro Caleb, primero me ayudas a ponerme el mío y luego te ayudo yo,’ me dice Yaiza metiéndose bajo la ducha apoyando sus manos en la pared y sacando su culo hacia fuera.

No sé muy bien que me lleva a coger el tapón de color morado, pero lo hago y me arrodillo ante Yaiza, llevo varios dedos a su coño, mientras meto otro dedo en su culo encontrándolo bastante estrecho, saco el dedo y empujo lentamente el enchufe dentro, haciéndolo entrar con relativa facilidad, le giro en su interior para que el león quede recto y al fijarme en su trasero descubro que lo que antes me pareció un tatuaje es en realidad una marca a fuego que representa el mismo león. Paso los dedos por la marca y siento como Yaiza se estremece, ‘Es la marca del Maestro Caleb, soy una de las pocas esclavas que lo lleva, apóyate en la pared, es tu turno.’

De nuevo obedezco sin protestar y sin saber que me está pasando, ni siquiera me atrevo a decirle que mi culo es virgen, una vez apoyada en la pared Yaiza me obliga a abrir todavía más mis piernas. Noto como un dedo se abre paso lentamente en mi culo y oigo reírse a Yaiza, ‘Un culo virgen, hace tiempo que no teníamos ninguno en Palacio, tranquila Lady Pryde, seré amable,’ en cuanto Yaiza acaba de hablar noto como un líquido fluye por mi culo y un olor a fresas inunda mis sentidos. El dedo de Yaiza se transforma rápidamente en dos, girándose en mi culo y abriéndole lentamente, cuando pienso que se va a añadir un tercer dedo noto el frío del enchufe intentando entrar, aguanto el dolor y Yaiza no me da descanso empujando el enchufe hasta alojarlo completamente en mi interior; cuando Yaiza lo saca un poco de mi culo para colocarlo correctamente y lo introduce de nuevo de golpe, un nuevo orgasmo me llega.

La siguiente media hora mi mente está nublada por las sensaciones, Yaiza me enjabona y luego me limpia, me saca de la ducha y me ayuda a secarme, de pie en medio de la habitación de frente a un espejo que no sé de dónde ha salido me unta el cuerpo con aceite y me ayuda a vestirme.

Yaiza me viste con unas bragas blancas sin sujetador y unas sandalias con correas hasta la rodilla, mientras elige el vestido, el ruido de una alarma me sorprende y al mirar el reloj descubro que son las 18.50 H, Yaiza me ayuda a ponerme un vestido de tirantes que apenas llega hasta el borde de las medias y tiene un escote que deja ver toda la parte superior de mis pechos.

En pocos minutos y antes de que suenen las 19.00 horas en algún reloj del Palacio, Yaiza me lleva hasta un jardín donde me esperan Caleb y Anna. La imagen es totalmente diferente de la que vi hace unas horas cuando llegué al Palacio; Caleb y Anna están sentados debajo de un gran toldo que les protege del sol charlando amistosamente, las ropas de cuero ajustadas que llevaban antes han sido sustituidas por un pantalón de lino y una camisa de manga corta en el caso de Caleb y un vestido corto de tirantes para Anna. Solo la presencia de Yaiza y varias jóvenes más, todas vestidas con las sedas transparentes da una idea de lo que ocurre en ese lugar.

En cuanto me siento en uno de los sillones del jardín, noto como el tapón de mi culo se clava un poco más y suelto un pequeño grito moviendo mi cuerpo para encontrar una postura cómoda.

La sonrisa de Anna ante mi grito y su posterior pregunta, me confirman que ella es la responsable de los enchufes y de todo lo ocurrido en la habitación; ‘Espero que Yaiza haya atendido todas tus necesidades Taylor. Si no ha sido así dímelo y la castigaremos.’

Por un momento pienso que Anna está bromeando, pero recuerdo la imagen de Turquesa atada en la cruz y dudo de ello, ‘Ha estado todo perfecto, Yaiza ha cumplido perfectamente todas las órdenes que ha recibido, aunque algunas no hayan sido mías.’

No sé si Caleb es consciente de lo que ha hecho Anna, pero ignora nuestra conversación y se levanta para servirme un vaso de té helado, ‘Estoy seguro de que, aunque estés aguantándote, tienes muchas preguntas; primero escucha lo que tengo que decir y luego podrás preguntar.’

‘Mi nombre es Caleb ib Ghazi al Kanaan, Príncipe del Emirato de Kanaan, integrado en la Federación de los Emiratos Árabes Unidos, y ella es Janna ib Ghazi al Kanaan, Princesa heredera. Estoy seguro de que al igual que la mayoría de la gente nunca has oído hablar de Kanaan, apenas somos cuatrocientos mil habitantes, aunque uno de los mayores puertos de la Federación está en nuestra tierra; como el resto de la zona somos ricos en petróleo y en algunas clases de minerales.’

‘Como te habrá resultado evidente hemos sido educados en EE. UU, Stephanie, nuestra madre era de Boston, nuestro padre la conoció en la universidad cuando ambos tenían 19 años y ordenó secuestrarla y llevarla a Kanaan, donde la convirtió en su esclava, incorporándola a su harem de 37 concubinas, cuando nací yo dos años después la liberó convirtiéndola en su esposa; cuando mi padre murió al poco de cumplir yo los 18 años, heredé el trono; aunque es mi madre la que gobierna allí mientras nosotros llevamos los negocios desde aquí.’

Cuando Caleb acaba de explicarse, me quedo sin habla, me acaba de contar como tal cosa que hace menos de 30 años su padre secuestró a una joven estadounidense para esclavizarla y violarla.

Caleb nota mi inquietud y sigue hablando, ‘La esclavitud es algo normal en Kanaan, al igual que en el resto de los Emiratos, legalmente soy el dueño de mi madre Stephanie, de mi hermana Janna, y de las restantes concubinas que tenía mi padre; aunque ya no están retenidas en el harem y viven cómodamente en Kanaan o en alguna de las propiedades que tengo por el mundo. Cualquier mujer nacida en Kanaan está sujeta a las leyes del país y puede ser esclavizada, y cualquier extranjera que visite el país también: ’Caleb deja de hablar y hace una señal a las jóvenes que esperan en el jardín, que se acercan rápidamente y se ponen de rodillas a su lado.

Caleb se pone de pies y pasa delante de las chicas observándolas, toca el hombro de dos de ellas que se levantan y dejan caer las sedas quedándose desnudas, observo sus cuerpos tonificados por el ejercicio y morenos por el sol, ambas tienen unas tetas grandes y llevan los mismos piercings que Yaiza en los pezones y el clítoris, aunque al girarse no veo ninguna marca en sus cuerpos.

‘Estas son Anette, de Noruega y Corinne de Italia, tienen 24 y 22 años, fueron detenidas hace cuatro años por ir borrachas y condenadas a tres años de esclavitud, cuando acabaron su condena decidieron quedarse a mi servicio, viven con todos los lujos posibles, han retomado sus estudios universitarios y pueden moverse con relativa libertad, disfrutan de todo el sexo que quieren y son libres de irse en el momento que lo deseen.’

Mi cuerpo se calienta por la visión de las jóvenes y el enchufe en mi culo, y quiero escapar para masturbarme, pero también quiero seguir oyendo a Caleb.

Caleb toca el hombro de otras dos chicas que repiten el proceso de Anette y Corinne, cuando quedan desnudas resulta evidente el origen árabe de ambas, son más delgadas y esbeltas que las dos chicas anteriores, y sus tetas más pequeñas resultan más agradables a mis ojos; ‘Estas son Amira y Rania, de Kanaan, entregadas por sus familias para servirme, ahora tienen 20 años, cuando cumplan los 21 contraerán matrimonio con algún joven del país, todos quieren casarse con una joven que ha sido educada en el Harem y ha servido al Príncipe.’

Si Caleb nota como mi excitación aumenta no lo demuestra, toca el hombro de la siguiente joven y sigue hablando mientras se queda desnuda ante mí; ‘Esta es Noelia y tiene 19 años, la conocí en una discoteca el verano pasado en Mallorca mientras bailaba en una jaula y me gustó, esa misma noche cuando acabó su turno en la discoteca mis hombres la secuestraron y desde entonces sigue bailando en una jaula; pero para un grupo más reducido y exclusivo de gente. Nadie la ha follado en este tiempo, aunque es toda una experta en dar mamadas y comer coños. Me han ofrecido cinco millones de dólares por ella, pero nunca he vendido a ninguna de mis esclavas, el día que me canse de ella la liberaré con una buena cantidad de dinero en su cuenta corriente.’

Me fijo en Noelia y es evidente lo que ha visto Caleb en ella, unos hermosos ojos azules, en una cara redonda enmarcada por una larga melena azabache, sus tetas con los pezones estirados por las campanas que llevan unidos por una cadena, se ven redondos y deseables, y al bajar por su cuerpo hasta su coño y encontrarle adornado por una cadena de oro y varias campanillas me hace preguntarme como Caleb ha podido resistirse a enterrar su polla en ese apretado agujero cuando yo estoy deseando jugar con mi lengua y hacerla gritar de placer.

Intento quitarme esos pensamientos de la cabeza; aunque el saber que la siguiente joven arrodillada es Yaiza no me ayuda a ello, para mi sorpresa Caleb no la toca el hombro, coloca su mano sobre su cabeza y revuelve su rizado cabello negro, ‘A esta joven belleza de aquí creó que la conoces bastante bien, es una de las nueve hijas que mi padre tuvo con sus concubinas, y la única que vive con nosotros, cuando no está en la universidad la gusta pasearse por la mansión y comportarse como si fuera una esclava; aunque evidentemente aquí nadie que no quiera ella la toca;’ Caleb se detiene y me fijo en la mirada pícara de Yaiza, ‘Y la has debido de gustar mucho, normalmente sus amantes están atadas con sus cuerpos cubiertos de marcas de látigo y sudor por los orgasmos.’

Me levanto y me acerco a la mesa a servirme otro té para evitar que vean mi cara de vergüenza, ¡Caleb sabe todo lo que he hecho esta tarde!, ¡y encima con su hermana!

Bebo el vaso de té con tragos lentos hasta que siento como mi vergüenza desaparece, cuando me vuelvo, todas las esclavas se han vuelto a vestir y a moverse al sitio donde estaban, solo queda Yaiza jugando y sonriendo con Caleb, evito sus miradas y busco a Anna sin encontrarla, ‘Ha ido a vestirse para la cena;’ me dice Caleb, ‘Nosotros deberíamos hacer lo mismo, si no te importa Yaiza seguirá atendiéndote.’

Sin darme tiempo a contestar, Yaiza me coge de la mano y tira de mí hacia la casa, ‘Vamos Taylor si nos damos prisa podremos jugar un rato antes de la cena.’

En cuanto llegamos a mi habitación Yaiza me quita el vestido y me empuja sobre la cama tumbándose luego entre mis piernas, sé bien lo que va a encontrar, pero eso solo hace aumentar mi excitación, ‘Estás completamente mojada Taylor;’ me dice Yaiza sonriendo mientras me baja las bragas, ‘creó que no me vas a durar mucho.’

La afirmación de Yaiza se demuestra cierta en un par de minutos, en cuanto comienza a jugar con su lengua en mi coño y sin avisarme retira el enchufe de mi culo me corro en su cara, ‘Tienes diez minutos para llevarme al orgasmo, si no te castigare, luego será tu turno otra vez;’ me dice Yaiza sonriendo.

Aplico mi lengua al coño de Yaiza encontrándolo también bastante mojado, a pesar de emplearme a fondo apenas consigo arrancarla un solo gemido; cuando pasan los primeros cinco minutos Yaiza comienza a presionarme, ‘Como no lo hagas mejor vas a tener que ir eligiendo tu castigo, puedes elegir entre unas pinzas en tus pezones que verán todo el mundo o un enchufe anal el doble del que has tenido, te aseguro que la cena se te hará muy larga, aunque sinceramente yo prefiero unas bolas chinas vibrando en tu coño.’

Por suerte para mí el aguante de Yaiza comienza a desaparecer y apenas unos segundos antes del tiempo estalla en un orgasmo manchando toda mi cara con sus jugos.

‘Eres una zorra con suerte Taylor, por suerte mañana cuando Caleb decida esclavizarte poder jugar contigo sin ningún límite, ahora vamos a la ducha y te daré tu orgasmo,’ me dice Yaiza agarrándome de la mano.

No son uno sino tres los orgasmos que tengo en la ducha gracias a los dedos y a la lengua de Yaiza, de nuevo como a primera hora de la tarde el placer nubla mi mente y me convierto en una muñeca en manos de Yaiza. Después de untar una vez más mi cuerpo con el aceite de fresa, me viste con unas medias de seda negra hasta los muslos, unas bragas de seda negra sin sujetador y unos tacones de 10 cm, se detiene unos momentos para que me mire en el espejo y puedo decir que me encuentro sorprendentemente hermosa, nunca me he visto tan deseable en mi vida y me imagino desnudándome para Caleb, antes de ponerme el vestido Yaiza me baja las bragas y al mirar hacia abajo veo como me introduce dos bolas metálicas unidas por un cordel dorado, cuando las coloca dentro vuelve a subirme las bragas y me ayuda a ponerme un vestido negro sujeto solo por dos broches en los hombros, veo el escote que llega hasta la mitad del estómago mostrando parte de mis pechos, Yaiza me ayuda a girarme ante el espejo y veo que la parte de atrás del vestido está totalmente abierta, dejando mi espalda al descubierto hasta el principio de mi trasero.

Mientras admiro mi figura en el espejo Yaiza acaba de vestirse y se coloca a mi lado haciendo una pareja opuesta, mi piel pálida y sin broncear cubierta de negro y su piel oliva y bronceada cubierta de blanco.

Acompaño a Yaiza por el Palacio hasta un comedor con una gran mesa en el centro, en cuanto entro veo a un grupo de gente charlando amistosamente, cuando me acerco y les reconozco mi cuerpo se tensa ante la sonrisa divertida de Yaiza, ‘Relájate Taylor, esta noche puedes estar tranquila.’

Las palabras de Yaiza golpean en mi mente; los invitados son el Maestro Summers, el Maestro Danvers y el Maestro Anderson con sus esclavas Ópalo, Zafiro y Esmeralda y no puedo evitar preguntarme si ya saben lo que tiene preparado Caleb para mí, o también es una sorpresa para ellos.

No puedo evitar fijarme que al igual que la noche anterior los tres Maestros y Caleb visten unos elegantes trajes, mientras Anna viste el mismo modelo que Yaiza y yo; pero en un color rojo brillante, las tres esclavas en cambio solo llevan un traje de red sobre sus cuerpos y se encuentran arrodilladas a los pies de sus Maestros.

Los tres maestros se acercan a mí para saludarme y el Maestro Anderson que es el último en hacerlo parece detenerse más tiempo del necesario observando mi cuerpo, ‘Es un placer volver a verla Lady Pryde, el Maestro Caleb nos ha comentado que está estudiando unirse a nuestro selecto grupo y que esta noche no es necesario guardar las formas.’

Cuando nos vamos a sentar en la mesa solo observo siete sillas y pronto me resulta evidente el motivo, los tres Maestros se sientan con sus esclavas arrodilladas a sus pies, esta vez yo me siento entre Anna y Yaiza con Caleb enfrente, una vez sentados veo como cuatro de las esclavas que estaban en el jardín se acercan a la mesa y se arrodillan a nuestro lado; Noelia lo hace al lado de Caleb, Anette al de Anna, Amira al de Yaiza y Rania al mío.

La cena empieza de forma tranquila, Anna ha dejado de comportarse como la bruja arrogante que es, y Yaiza que descubro que está estudiando Derecho en la universidad, no deja de preguntarme por mi trabajo. De repente mientras hablo con Yaiza noto como las bolas en mi interior vibran, miro a Yaiza y a Anna y las veo comiendo tranquilamente, dirijo mi mirada a Caleb y le veo jugando con un mando; ‘¡Maldita seas Yaiza!’

No miro a Yaiza, pero me imagino esa sonrisa pícara en sus labios, sigo mirando a Caleb sin saber lo que pretende, señala a la esclava a sus pies para luego coger un poco de comida y dársela, entonces lo entiendo todo, Rania, la esclava a mis pies depende de mí para alimentarse. Cojo un trozo de carne y se lo ofrezco a Rania que abre la boca y lo mastica suavemente, ‘Gracias Lady Pryde por alimentar a esta esclava.’ Las palabras de Rania casi me hacen llegar al orgasmo, si esto es la sensación que se tiene al controlar a una persona quiero sentirla siempre.

Sigo comiendo y alimentando a Rania ajena a todo lo que ocurre a mi alrededor, la siguiente vez que la doy un trozo de carne, la ofrezco mis dedos para que me los limpie, pronto estoy jugando con los piercings de sus pezones haciéndola gemir de placer; miro a Caleb que mueve la cabeza en señal de aprobación. Cuando acabamos de cenar y esperamos los postres todas las esclavas cambian de posición y se meten debajo de la mesa entre las piernas de sus Maestros y Maestras, miro a Rania que está esperando mi señal, ‘Adelante, hazlo’

Aunque tengo a Rania ente mis piernas lamiéndome el coño y jugando con las bolas que tengo dentro, no puedo apartar la vista de Caleb y de la cabeza de Noelia subiendo y bajando de su polla, los celos me llenan, pero el orgasmo producido por la lengua de Rania me hace gemir de placer, haciendo que todos los comensales me miren y sonrían.

Sé que estoy siendo manipulada por Caleb, Anna y Yaiza desde que llegue al Palacio, no sé muy bien con que intenciones, pero tengo claro que no tengo ningún control de mis actos en estos momentos.

Cuando llegan los postres las inhibiciones en la mesa desaparecen completamente, transformando la cena en una auténtica orgia; El Maestro Summers tiene a Opalo tumbada sobre la mesa follándosela mientras cubre sus tetas de pastel para luego limpiarlo con su lengua. Esmeralda está inclinada sobre la mesa con la cara enterrada entre las piernas de Anna mientras el Maestro Danvers folla su culo, Yaiza intercambia dulces besos con Anette y Amira que se masturban la una a la otra.

Sin pretenderlo estoy ignorando a Rania, no puedo dejar de mirar enfrente de mí, allí Caleb y el Maestro Anderson han intercambiado sus esclavas, el Maestro Anderson después de haber cubierto su polla de chocolate líquido, está haciendo que Noelia se la limpie. Caleb no está jugando de ninguna manera, tiene a Zafiro sin su máscara agarrada por su cabeza para que no pueda dejar de chuparle la polla; pero mantiene su mirada fija en mí.

Me levanto de la silla y me dirijo hacia Caleb y Zafiro, a pesar de estar si máscara, no puedo reconocerla con la polla de Caleb enterrada en su boca; cuando llego a Caleb agarro su cabeza por detrás y le doy un beso, esta vez al contrario que en la biblioteca soy yo la que fuerza mi lengua en su boca, aunque enseguida se une al beso. El beso se prolonga durante un minuto, y no noto como Caleb lleva su mano libre a mis hombros y suelta los broches que sujetan mi vestido.

Mientras beso a Caleb el vestido se mantiene en su sitio; pero en cuanto me separo cae por mi cuerpo hasta el suelo dejando mis pechos a la vista de todos; para mi sorpresa no siento ninguna vergüenza y cuando observo a mi alrededor compruebo que todos están demasiado ocupados en ese momento. Me vuelvo a acercar a Caleb, que soltando la cabeza de Zafiro levanta la mano para detenerme, ‘Pídemelo Taylor, pídeme que te acepte como esclava y podrás tomar el lugar de Zafiro.’

Me siento frustrada por las palabras de Caleb y reacciono de forma inesperada para todos, incluso para mí, me arrodillo a los pies del Maestro Anderson que después de haber vuelto a cubrir su polla esta vez de nata, está esperando a Noelia, y tomo su lugar llevándome la polla del Maestro hasta donde soy capaz. Llevó años sin chupar una polla, la última vez fue en la universidad y nunca me gustó demasiado; pero esta noche por los gemidos y la reacción del Maestro Anderson debo están comportándome como la mejor de las chupa pollas.

Sigo chupando la polla del Maestro Anderson con los ojos cerrados, sin ser consciente de que todos los demás se han detenido y están observándome, solo cuando el Maestro Anderson se corre en mi boca y soy incapaz de tragarme todo su semen, dejándolo caer sobre mi pecho y mis tetas abro los ojos y me doy cuenta de lo sucedido.

Completamente avergonzada me levanto y recojo mi vestido del suelo y subo corriendo a mi habitación dejándome caer sobre la cama entre lágrimas.

Minutos después entra Yaiza y se sienta a mi lado limpiándome las lágrimas con los dedos; ‘Déjame y vete, no sé qué estáis haciendo conmigo, pero me estáis volviendo loca.’

Yaiza se levanta para coger el mando de la repisa y al pulsarlo la pared se abre revelando una sala de aspecto medieval con Rubí y Turquesa atadas y amordazadas; ‘Esta tarde querías jugar con ellas, tenemos toda la noche para hacer lo que queramos con ellas.’

Acercándose a una de las paredes de la mazmorra coge dos objetos y volviendo de nuevo a la habitación me los entrega; ‘¿Qué me dices, Lady Pryde?`

Me levanto de la cama con los dos objetos que me ha dado Yaiza, una fusta y una correa con una polla de 20 cm; ‘De acuerdo Lady Yaiza, juguemos con esas zorras.’

Continuara…