El Maestro - Cap. 7 - Usada

Taylor se adentra en su esclavitud siendo usada por uno de los Maestros

El Maestro - Cap. 7 - Usada

(Esta es la última parte de esta historia que tengo escrita y publicada en la página de Literotica.com, tengo ya otro capítulo escrito y uno más bastante avanzado, aunque tardare unas semanas en publicarlos, mientras tanto ire publicando algunos de mis otros relatos publicados en ingles. Gracias por leerme y por los comentarios sobre mis relatos.)

Me despierto para comprobar que me encuentro de nuevo en mi habitación, no sé cuánto tiempo ha pasado desde que me desmaye por el placer de los orgasmos, pero todavía me siento completamente agotada y tengo todo el cuerpo dolorido, al moverme en la cama me doy cuenta de que estoy desnuda y encadenada a la cama, aunque eso ahora mismo no me sorprende, al intentar incorporarme una voz me detiene.

'Levántate despacio Taylor, todavía tardarás un rato en recuperarte por completo, creo que una decena de orgasmos tan seguidos son demasiados hasta para una esclava experta;' oigo decir a Yaiza que me mira sonriente sentada en una silla en el medio de la habitación.

A pesar de mi situación, lo primero que pienso es quien no me ha hecho llegar al orgasmo, estoy segura de que Caleb no me ha tocado, pero me pregunto quién más no habrá disfrutado de mi cuerpo.

Como estos días anteriores, Yaiza parece leer mis pensamientos, y levantándose de la silla se sienta a mi lado en la cama y comienza a acariciarme y a hablarme, 'Caleb, Rubí, Turquesa y el Maestro Danvers, son los que no han jugado contigo;' me dice.

Mientras me acaricia suavemente, Yaiza hace un gesto con la boca, 'Joder Taylor, estás completamente pegajosa, será mejor que te bañe antes de que sea imposible limpiarte.'

Yaiza suelta las cadenas de mis muñecas del cabecero de la cama, aunque rápidamente las une a mi espalda, me ayuda a llegar a la ducha, pero en vez de dar el agua me apoya en la pared y comienza a besarme y lamerme por todo el cuerpo, ¡Uhmmm!, nata; fresa; chocolate; joder Taylor eres un postre andante;' me dice sonriendo y sigue lamiéndome hasta que de repente da el agua de la ducha. Aunque me gustaría pedirle a Yaiza que me siga tocando, y estoy segura de que ella desea lo mismo, se limita a enjabonarme y frotarme con una esponja hasta dejarme limpia.

Yaiza me suelta las manos antes de vestirme, me coloca unas medias de seda negra y un corpiño del mismo color, después de atar mis manos a la espalda esta vez con unas cuerdas de lino negro, saca un tapón anal de uno de los armarios y me lo lleva a la boca para que lo chupe. El tapón es un poco más grande que el que estuve usando hasta que Caleb me lo quitó mientras me masturbaba y cuando Yaiza lo introduce en mi culo siento una pequeña incomodidad.

Cuando pienso que Yaiza ya ha acabado de prepararme me ordena abrir la boca, al ver la mordaza de anillo que lleva en la mano, no puedo evitar asustarme al recordar la sensación de sumisión e indefensión que mostraban Rubí y Turquesa mientras Yaiza y yo nos las follábamos la noche anterior. Por último engancha una correa al collar que me colocó Caleb durante la comida y me obliga a seguirla por los pasillos de la mansión.

No sé a dónde nos dirigimos, pero tengo la sospecha de que Yaiza me está paseando por la mansión para que todos puedan vernos, en uno de los pasillos vemos venir hacia nosotros al Maestro Danvers guiando a su esclava Zafiro por una cadena enganchada al piercing de su clítoris, pero en vez de sentirme avergonzada porque me vean de esa manera, levanto la cabeza y saco mis tetas hacia fuera para que admiren a la nueva esclava del Maestro Caleb. Aunque esperaba que Yaiza se detuviera a hablar con el Maestro Danvers para poder observar a Zafiro más de cerca para conseguir reconocerla, solo se saludan brevemente antes de seguir caminando.

Si al ver a Zafiro he sentido una sensación de orgullo al sentirme al mismo nivel que ella, Opalo o Esmeralda, cada vez que nos cruzamos con una de las esclavas de palacio, no puedo evitar agachar la cabeza avergonzada. Yaiza se detiene delante de una puerta entreabierta, y la empuja con la mano para darnos acceso a la habitación.

La habitación no es muy diferente a la mía, Yaiza me obliga a subirme a la cama y antes de irse me da un beso en la mejilla, ‘Ahora eres la esclava de Caleb y debes obedecer en todo lo que se te pida, Caleb se enfadará mucho si le decepcionas;’ me dice antes de cerrar la puerta dejándome sola en la habitación.

Apenas tengo que esperar cinco minutos hasta que alguien vuelve a entrar en la habitación, como estoy de espaldas a la puerta no puedo ver quien es, solo cuando alguien agarra con una mano la cadena de mi collar mientras con la otra comienza a jugar con mis tetas, me asusto al descubrir que no es Caleb.

‘No sé qué favor se cobrará Caleb por dejarme ser el primero en follarte como la puta esclava que eres, pero voy a disfrutar mucho durante las dos siguientes horas;’ me dice una voz que enseguida reconozco como la del Maestro Anderson.

‘Ayer tú me chupaste la polla sin mi permiso, hoy yo me voy a follar tu boca y a correrme por tu garganta, luego voy a hacerte chillar de placer orgasmo tras orgasmo hasta que me supliques que te folle, y aunque sé que no me deseas vas a correrte con mi polla en tu coño; lo único que lamento es no poder disfrutar de momento de ese estrecho culo, Caleb se lo reserva para él;’ me dice el Maestro mientras retuerce uno de mis pezones con fuerza.

Intento resistirme y protestar pero está claro que el Maestro Anderson sabe cómo tratar a una esclava, y después de recibir varios golpes con una de sus manos en mis tetas decido que es mejor someterme. ‘Puedes resistirte todo lo que quieras zorra, cuanto más lo hagas más disfrutare follándote;’ me dice mientras se desnuda.

Cuando veo la polla del Maestro Anderson delante de mi cara, no puedo evitar preguntarme como fui capaz de llevármela a la boca la noche anterior, no es demasiado larga pero si bastante ancha y sé que ahora debido a la mordaza de anillo que abre mi boca pronto la voy a tener alojada por completo en mi boca.

Como bien me ha dicho, el Maestro Anderson comienza a follarse mi boca sin ningún problema, el anillo la abre ampliamente y apenas la noto entrar en mi boca, solo cuando llega a mi garganta empiezo a notarla y a sentir los primeros signos de asfixia. Los siguientes diez minutos son una auténtica pesadilla para mí, el Maestro Anderson comienza a mover sus caderas forzando su polla cada vez más profundamente hasta descargar su semen en mi estómago.

Cuando saca su polla de mi boca comienzo a toser y a escupir restos de semen, al hacer esto el Maestro Anderson me da una bofetada en la cara, ‘Tenías que tragártelo todo zorra, tendré que informar al Maestro Caleb de tu pobre desempeño.’

Sin darme tiempo a descansar el Maestro Anderson me tumba sobre la cama atando mis manos al cabecero y después de retirarme la mordaza comienza a bajar por mi cuerpo besándolo lentamente hasta colocarse entre mis muslos soltando una pequeña carcajada, ‘Estas completamente mojada zorra, has nacido para ser una esclava, vamos a disfrutar mucho follándote de ahora en adelante;’ me dice antes de enterrar su cara en mi coño.

Muy a mi pesar el Maestro Anderson tiene razón, de nuevo estoy completamente excitada y necesito sentir una polla en mi coño, pero no la suya. Me digo que tengo que intentar aguantar, el Maestro Anderson podrá follarme si quiere, pero no porque yo se lo suplique.

En apenas cinco minutos llego a mi primer orgasmo gracias a la lengua y los dedos del Maestro Anderson y me doy cuenta de que mi lucha es inútil, a pesar de ello sigo decidida a resistir y aprieto los dientes cerrando los ojos para intentar evadirme de la situación. No se realmente cuanto tiempo transcurre, sólo sé que llego a otros tres orgasmos antes de sin siquiera pensarlo rendirme a él, ‘Por favor Maestro Anderson, fóllate a esta esclava.’

El Maestro Anderson levanta la cabeza de su coño y me mira sonriendo, de nuevo recorre mi cuerpo besándolo lentamente hasta llegar a mi cara y apoderarse de mis labios en un intenso beso al que respondo de inmediato; durante lo que parece una eternidad enlazamos nuestras lenguas y noto como sus manos recorren mi cuerpo. El Maestro Anderson rompe el beso y suelta mis manos del cabecero.

‘Caleb va a estar muy orgulloso de ti Ámbar;’ me dice sin darme ninguna explicación más.

Tumbándose en la cama a mi lado con su polla apuntando al techo, el Maestro Anderson no tiene que decirme nada para que yo sepa lo que tengo que hacer; me levanto de la cama y me pongo de pies sobre él bajando mi cuerpo lentamente, mientras con una mano me agarro al cabecero de la cama, con la otra guio la polla del Maestro Anderson a mi coño, aunque Yaiza me ha follado con un consolador hace horas, llevo casi tres años sin tener una polla de verdad en mi coño, que a pesar de estar lubricado parece querer resistirse a la intrusión.

Agarrándome fuerte al cabecero de la cama con las dos manos, fuerzo mi cuerpo hacia abajo sin detenerme hasta que toda la polla del Maestro Anderson está dentro de mi coño, me siento completamente llena y esa sensación me hace llegar al orgasmo al momento. Me tomo unos momentos de descanso antes de ayudada por el agarre de mis manos al cabecero empezar a cabalgar la polla del Maestro Anderson.

Llevo varios minutos montando la polla del Maestro Anderson disfrutando a pesar de la situación, cuando de repente noto como alguien empieza a jugar con el tapón anal de mi culo, girándole y retirándole suavemente para volverlo a introducir de golpe.

Al girar la cabeza veo a Esmeralda desnuda detrás de mí tirando del tapón anal hasta sacarlo por completo y sustituirlo por sus dedos, pronto empieza a moverlos dentro ensanchando mi culo hasta que los saca sustituyéndolos por una fría bola metálica que empuja dentro de mi culo hasta alojarla dentro por completo.

Pronto noto como una nueva bola más grande que la anterior se abre paso en mi culo, seguida a los pocos segundos por otra, aunque las bolas son más pequeñas que el tapón que he tenido puesto, la sensación cada vez que una bola fuerza la entrada de mi culo ensanchándolo hasta casi juntarse con la polla del Maestro Anderson para luego cerrarse de golpe me resulta extraña y hace que una ola de placer me invada; creo que son cinco o seis bolas las que Esmeralda introduce en mi culo hasta estarse quieta.

Lo siguiente que noto es que las bolas empiezan a vibrar en el interior de mi culo haciendo que todo mi cuerpo tiemble y mi coño apriete más la polla del Maestro Anderson arrancándole un fuerte gemido. Miro de nuevo hacia atrás para intentar ver que hace Esmeralda y la veo jugando con un pequeño mando en una de las manos, mientras con la otra sostiene una anilla unida a una cuerda negra que sobresale de mi culo, enseguida me doy cuenta de las intenciones de Esmeralda, pero no tengo tiempo de decir nada antes de que tire fuerte de la cuerda sacando de golpe todas las bolas de mi culo, llevándome a un tremendo orgasmo a la vez que el Maestro Anderson se corre en el interior de mi coño.

Caigo exhausta sobre el cuerpo del Maestro Anderson, que sin decirme una palabra me ayuda a desmontarme de su polla y se la ofrece a Esmeralda para que la limpie, un par de minutos después el Maestro y su esclava abandonan la habitación dejándome sobre la cama exhausta, sudorosa y con la sensación de que lo único que ha faltado es que me arrojaran unos pocos billetes para confirmar que me han tratado más como una vulgar puta que como una esclava.

Me he debido de quedar dormida ya que no me entero de que Yaiza ha entrado en la habitación hasta que me da un suave beso en los labios, sin decirme nada engancha de nuevo la correa a mi collar y tira de mí para llevarme fuera de la habitación.

Siento algo extraño al notar que Yaiza no me dice una palabra, es más juraría que está enfadada por algo, en vez de dirigirse a mis habitaciones o bajar hacia los salones en los que hemos estado estos días, bajamos por lo que parecen ser unas escaleras de servicio hasta una zona que hace que sienta un escalofrío al verla, la zona decorada en fría piedra está llena de puertas y se asemeja totalmente a una antigua mazmorra medieval. Yaiza abre una de las puertas y me empuja dentro, según lo hace escucho salir unas palabras de su boca, ‘Lo siento Taylor.’

Antes de que pueda decirla algo la puerta se cierra dejándome encerrada en una pequeña celda de apenas tres metros cuadrados sin ningún mueble a la vista y sin apenas iluminación. Hasta ahora todos estos juegos de esclavitud me han parecido divertidos y sobre todo muy excitantes, pero ahora estoy empezando a asustarme al comprender algunas de las cosas que implican.

La celda se ilumina de repente y al hacerlo puedo ver mejor su diseño, tanto las paredes como el suelo y el techo están llenos de argollas y cadenas, y tres de las paredes tienen cuatro o cinco agujeros cada una de unos diez centímetros de diámetro, al momento empiezo a sospechar el uso de esos agujeros, y mis sospechas se ven confirmadas cuando dos pollas aparecen en sendos agujeros.

No tengo ninguna intención de chupar esas pollas, me siento en el frío suelo de piedra dispuesta a esperar el tiempo que sea necesario hasta que me saquen de aquí, apenas llevo un par de minutos sentada cuando en la puerta por la que he entrado se abre una trampilla y oigo una voz conocida, ‘Levántate Ámbar y ven aquí;’ me dice Caleb.

Me levanto pensando que me va a liberar, pero cuando me coloco delante de la puerta esperando que la abra descubro que esa no es su intención, ‘El Maestro Anderson se ha quejado de tu desempeño oral, espero que después de chupar las pollas que vayan saliendo por esos agujeros aprendas que el semen de los Maestros no debe desperdiciarse;’ me dice Caleb

Comienzo a llorar y agacho la cabeza en gesto de sumisión a pesar de que Caleb no puede ver ese gesto.

‘¿Has entendido esclava?’ me pregunta Caleb levantando la voz.

‘Lo he entendido perfectamente;’ le respondo para luego añadir con tono un poco despectivo, ‘Maestro Caleb.’

Voy a dirigirme hacia una de las paredes para encargarme de la primera polla cuando de nuevo oigo hablar a Caleb, ‘¡Detente Ámbar! Date la vuelta, pon las manos a tu espalda y no te muevas.’

Obedezco a Caleb y oigo la puerta abrirse, quiero mirar atrás y ver el rosto de Caleb, pero no me atrevo a desobedecerle, pellizca uno de mis pezones y comienza a bajar su mano hasta mi coño metiendo sus dedos dentro y encontrando los restos de semen de la corrida del Maestro Anderson, Caleb juega unos segundos con mi clítoris excitándome hasta detenerse, de repente noto como unos grilletes se cierran alrededor de mis muñecas, ‘Esto te enseñará a mostrar el respeto adecuado a tu Maestro;’ me dice Caleb empujándome al suelo y uniendo la correa de mi collar al suelo de manera que me resulta imposible ponerme de pies.

Caleb sale de la celda y cierra la puerta volviendo a abrir la trampilla, ‘Será mejor que te des prisa en hacer que se corran todas esas pollas, sino dejaré que lo hagan follándose tu coño o mejor, tu apretado culo;’ me dice antes de cerrar la trampilla.

Pienso en las palabras que me dijo Yaiza esta mañana mientras nos duchábamos, afirmando que Caleb estaba enamorado de mí, y dudo si de verdad sería capaz de permitir que unos desconocidos me follen, pero entonces recuerdo que hace unas horas me ha entregado al Maestro Anderson para que disfrutase fóllándome. Moviéndome a gatas por el suelo, me acerco a una de las pollas y me la llevo a la boca mientras alcanzo otra polla con la mano y comienzo a masturbarla.

No sé el tiempo que llevo encerrada en la fría celda de piedra llena de agujeros por los que no dejan de asomarse una polla tras otra, lo único que me hace consciente del tiempo trascurrido es la costra seca de semen que se va formando sobre mi cuerpo debido al semen que he sido incapaz de tragarme. Mientras chupo una nueva polla, tan grande que apenas la abarco con mi mano pienso en la amenaza de Caleb de que los hombres a los que no haga correrse me follen cuando me saquen del cuarto y me pregunto de donde han salido tantos hombres, ya que desde que llegue al Palacio los únicos hombres que he visto son los Maestros y a Ahmed.

Cuando saco la polla que tengo en la boca y dejo que se corra sobre mi cara y mis tetas, enseguida me giro buscando una nueva polla aparecer por alguno de los agujeros de las paredes, después de varios minutos esperando nada sucede y me derrumbo sobre el suelo llorando. Apenas tengo tiempo de descansar antes de que la puerta de la celda se abra de nuevo y Yaiza entre acompañada de un hombre.

Yaiza se arrodilla a mi lado y retira el pelo sucio de mi cara dándome una sonrisa, hace una señal al hombre que ha entrado con ella, que moviéndome con mucho cuidado me envuelve en una especie de sábana y me levanta con facilidad saliendo de la celda detrás de Yaiza.

De manera inconsciente me apoyo en el fuerte pecho del hombre y levantando la cabeza le dedico una mirada que me devuelve con una ligera sonrisa, en ningún momento subimos escaleras para dirigirnos a la zona de las habitaciones o del comedor, seguimos andando por el sótano entre pasillos de fría piedra. Oigo abrirse una puerta y noto como el sol golpea mi cara, me sorprendo al ver que todavía es de día, mientras chupaba una polla tras otra en esa sucia celda llegue a pensar que llevaba horas encerrada allí.

Atravesamos otra puerta, y comienzo a oír risas y murmullos, en la posición en que soy transportada no puedo ver nada a mi alrededor, solo veo el techo del edificio y me asombro al ver las coloridas y explicitas imágenes que lo decoran. ‘Hemos llegado;’ la oigo decir a Yaiza. Espero que el hombre me baje al suelo, pero en vez de eso me suelta de golpe dejándome caer a algún sitio lleno de agua.

El shock del agua fría en mi cuerpo me despierta completamente y apenas tardo unos segundos en ponerme en pie, jurando y gritando. Cuando veo a Yaiza reírse divertida por mi situación, intento abalanzarme hacia ella; pero el hombre que me ha llevado hasta allí se pone delante de mí y me empuja de nuevo al agua manteniéndome sumergida con su fuerte brazo.

‘Suéltala Talal y déjanos solas;’ ordena Yaiza al hombre, ‘Puedo manejar a esta gata salvaje por mi sola;’ añade metiéndose en el agua conmigo.

El hombre me suelta obedeciendo enseguida la orden de Yaiza y con una ligera reverencia abandona la sala en completo silencio.

‘Tranquila Taylor, Talal no te hará ningún daño, a no ser que yo se lo mande, ha sido el encargado de mi seguridad desde el día que nací, era uno de los guardias del Emir hasta que en un atentado fue gravemente herido por protegerle;’ me explica Yaiza mirando con ternura como Talal se pierde entre las sombras.

‘Me da igual lo que me digas;’ le grito a Yaiza salpicándola. ‘Hasta el lunes no soy más que una esclava a la que se puede follar cualquiera que el Maestro Caleb decida, no quiero saber nada más de ninguno de vosotros, el lunes cuando salga de aquí no volveré a veros a ninguno;’ continúo gritándola.

Voy a continuar gritando a Yaiza cuando de repente la veo mover su mano hacia mi y recibo una fuerte bofetada. ‘¡Silencio esclava!’ me dice Yaiza sorprendiéndome con su tono autoritario de voz. ‘No hagas que me arrepienta de haberte traído aquí.’

Quiero gritarla que no necesito ningún favor más ni de ella ni de Caleb, pero al ver su rostro enfadado guardo silencio y la dejo hablar.

‘He convencido a mi hermano de que te deje a mi cuidado en el harem del Palacio en vez de dejarte a los tiernos cuidados de mi hermana en una de las mazmorras y espero que sepas comportarte con el respeto adecuado;’ me dice Yaiza relajando su rostro. ‘Son las seis de la tarde, enviaré a varias esclavas para que te ayuden a bañarte y prepararte para la cena, pasaré a buscarte antes de las nueve, descansa un poco si puedes;’ añade dándome la espalda.

‘Puedo bañarme y vestirme sola;’ le digo a Yaiza.

Yaiza se gira hacia mi sonriendo, ‘Se que puedes Ámbar, pero resultará más divertido como yo digo, ¿has entendido esclava?’ me pregunta.

Quiero gritar e insultar a Yaiza; pero de repente viene a mi mente la frase con la que las esclavas me saludaron en la cena y sin pensármelo se la suelto a ella, ‘Lady Yaiza, soy tu esclava y te debo obediencia, puedes usarme de la manera que quieras.’

Yaiza se queda sin palabras ante mi respuesta y abandona la sala rápidamente por una de las puertas del harem, a los pocos minutos cuatro esclavas entran por esa misma puerta y se meten en el agua conmigo para empezar a lavarme. No sé si las esclavas son demasiado entusiastas o como sospecho están obedeciendo ordenes de Yaiza, pero mientras me bañan no pierden oportunidad de jugar con mis tetas y mi clítoris llevándome al borde una y otra vez.

Una vez que han lavado por completo cualquier resto de semen de mi cuerpo y mi pelo, me llevan a una de las habitaciones del harem decorada lujosamente con almohadas y tapices, me encadenan a la pared con mis manos por encima de la cabeza para impedir que me masturbe, completamente excitada por las caricias de las esclavas apenas soy capaz de descansar unos minutos antes de que vuelvan a buscarme a la habitación para vestirme para la cena.

Llevo un rato esperando que Yaiza venga a buscarme para ir a la cena, vuelvo a mirarme de nuevo al gran espejo que hay en una de las paredes, intentando otra vez colocarme la ropa que llevo para ocultar de alguna manera mis tetas y mi coño. Me sentiría mas cómoda y menos avergonzada si estuviera completamente desnuda, mi ropa para la cena consiste en un chaleco y unos pantalones anchos de seda roja, pero diseñados de tal manera que mis tetas y mi coño quedan completamente a la vista.

Mientras las esclavas me vestían y me miraba al espejo, no pude evitar pensar que lo único que me diferenciaba de ellas eran los piercings en los pezones y el clítoris que ellas llevaban, y las pulseras metálicas de los tobillos y las muñecas que en mi caso eran del mismo material que pude ver en Zafiro esta mañana. Mi coño se ve húmedo y brillante en el espejo, las esclavas no han perdido oportunidad de llevarme al borde mientras me vestían, y a pesar de tener las manos libres no me he atrevido a masturbarme.

Voy a llevar una mano a mi coño cuando de repente oigo una voz a mis espaldas, al levantar la vista y mirar al espejo veo a Caleb detrás de mí, ‘Sera mejor que dejes quietas esas manos si no quieres que las sujete a tu espalda;’ me dice mientras se coloca detrás de mi llevando su mano a mi coño.

‘Siento todo lo que ha pasado hoy Ámbar, era necesario para que entendieras de verdad lo que es ser una esclava;’ me sigue hablando Caleb jugando con sus dedos en mi coño arrancándome fuertes gemidos, ‘Ahora córrete para mí;’ añade pellizcando mi clítoris y mis pezones.

Después de horas de bordear el orgasmo estallo en los dedos de Caleb, que los saca de mi coño y los lleva a mi boca para que los limpie. ‘Ahora inclínate Ámbar, falta un pequeño detalle.’

Me inclino sabiendo inmediatamente lo que viene ahora, mi culo ha estado vacío desde que Esmeralda retiró el tapón anal para jugar con las bolas metálicas, noto como Caleb moja el frío tapón con los jugos de mi coño y le introduce suavemente dentro. Cuando me levanto noto una extraña sensación que no he sentido con los tapones anteriores y de pronto noto una corriente que recorre todo mi cuerpo.

‘Los otros eran simples enchufes;’ me dice Caleb, ‘Este es un juguete interesante con muchas divertidas aplicaciones que irás descubriendo a lo largo de la noche;’ añade sonriendo mientras engancha una cadena de oro a mi collar y tira de mí. Mientras caminamos por los jardines camino del comedor, intento imaginarme lo que pagarían los paparazzi por una instantánea como esta, el guapo y millonario Príncipe Caleb vestido con un elegante traje de miles de dólares llevando como una mascota a la Ayudante de Fiscal del Estado Taylor Pryde semidesnuda y con su coño goteando por la excitación.

Al entrar en el comedor observo con curiosidad a todos los presentes, los Maestros y las Ladys están charlando de pies mientras las esclavas están sentadas en una mesa apartada de la principal, todas ellas vestidas de la misma manera que yo, Ópalo, Zafiro, Esmeralda, Turquesa y Rubí están charlando y sonriendo amigablemente como si estuvieran comiendo en una hamburgueseria.

Un tirón de Caleb de la correa me hace centrarme en los Maestros y las Ladys, aunque no me dirige hacia el grupo, lo hace hacia dos personas que se encuentran algo apartadas y que hasta ahora no había visto antes en el Palacio. Aunque tuviera permitido hablar no creo que una sola palabra hubiera salido de mi boca, no solo por las dos bellas y espectaculares mujeres que se han unido al grupo, sino porque las conozco debido a mi trabajo en la Fiscalía.

Caleb se detiene y tirando de la cadena unida a mi collar, me coloca delante de ellas, ‘Lady Rose, Lady Nabila, os presento a mi nueva esclava Ámbar;’ las dice.

Bajo la mirada al suelo y repito el saludo aprendido unas noches antes, ‘Lady Rose, Lady Nabila, soy vuestra esclava y os debo obediencia, pueden usarme de la manera que quieran.’

Mientras mantengo la mirada baja esperando que digan algo, no puedo dejar de pensar que delante de mi tengo a Rose Wagner, una de las periodistas más influyentes del mundo y dueña del principal grupo de comunicaciones del mundo, y Nabila Ghazi, una de las más reconocidas bioquímicas del mundo, y presidenta de la empresa responsable de los avances en biotecnología y medicina más importantes de los últimos años. Dos mujeres con las que me entrevistado en numerosas ocasiones.

‘Hace tiempo que no nos vemos Señorita Pryde, nunca hubiera creído posible encontrarla en una situación como esta;’ me dice Lady Rose, ‘Aunque creo que no soy la más apropiada para hablar;’ añade con una sonrisa enigmática.

Lady Nabila me observa detenidamente con gesto serio, como pensándose que decir, antes de que pueda hablar Yaiza se acerca a ella y le da un sonoro beso en la mejilla, ‘Di algo de una vez, sabes que no me gusta que te quedes callada;’ la dice.

Levanto la mirada ligeramente y veo como Yaiza empieza a hacer muecas y poner caras raras delante de Lady Nabila, y no puedo evitar dejar escapar una sonrisa, ‘Eres una payasa Yaiza;’ le dice Lady Nabila devolviéndola el beso en la mejilla. ‘Estaba pensando que quizás nuestro hermanito ha mordido más de lo que puede tragar, he visto a la Señorita Pryde, perdón a la esclava Ámbar en acción en el tribunal haciendo llorar a auténticos bastardos; pero quien sabe tal vez Caleb haya encontrado lo que lleva tantos años buscando.’

‘Yo también me alegro de verte después de tantos meses Nabila;’ le dice Caleb a su hermana dándola un fuerte abrazo sin soltar mi correa para luego abrazarse a Rose, ‘Y a ti también Rose, cada día estas más guapa;’ la dice.

Veo como Lady Rose se ruboriza ante las palabras de Caleb pero enseguida traslado mi mirada a Yaiza y Nabila, al verlas es evidente que son hermanas solo diferenciadas por la edad, Yaiza es una belleza juvenil y risueña, mientras que Nabila a los treinta y cinco años es una belleza serena y madura, con muchas más preocupaciones que su hermana.

Yaiza de nuevo parece leerme el pensamiento, ‘Nabila es la primera hija del Emir, aunque al ser mujer el trono le corresponde a Caleb, las empresas que dirigen tanto Nabila como Rose no son más que otras patas del negocio familiar;’ me explica.

‘Es hora de cenar;’ anuncia Caleb, tirando de mi cadena para dirigirme a la mesa de las esclavas. En cuanto estamos a unos metros de la mesa, me detengo en seco al ver la silla vacía donde tengo que sentarme. En el medio de la silla se yergue un enorme consolador metálico de más de veinte centímetros y veo en la silla varias tiras de cuero para sujetarme e impedirme moverme.

‘Siéntate;’ me ordena Caleb cogiendo un bote de lubricante de encima de la mesa y vertiéndolo de forma abundante sobre el consolador.

Me coloco sobre la silla y con una mano guio el enorme consolador a mi coño, intento sentarme sobre el consolador, pero me resulta bastante difícil, a pesar de que esta sobradamente lubricado, al igual que lo está mi coño por el orgasmo anterior, tardo varios minutos en conseguir introducirlo completamente y apoyar mi trasero desnudo sobre el asiento de la silla. En cuanto me siento, Caleb cierra las correas sobre mis piernas y alrededor de mi cintura para no permitirme moverme y levantarme del consolador.

No se muy bien que hacer ni como comportarme, por suerte Ópalo que está a mi derecha comienza a hablarme, ‘Disfruta de la cena Ámbar, no solemos tener muchas oportunidades de estar ‘a solas’ las esclavas;’ me dice sonriendo, ‘Aunque no dudo que tengan algo preparado para nosotras.’

Apenas ha dicho Ópalo la última palabra cuando una descarga recorre todo mi cuerpo, al mirar a mis compañeras de mesa, veo que todas ellas tienen la misma sensación. Miro a la mesa principal y veo como varios de los comensales están manipulando sus relojes para activar los dispositivos que llenan nuestros coños.

Sino fuera por los consoladores alojados en nuestros cuerpos y accionados al antojo de los Maestros, la cena hubiera sido perfecta, alejada de las orgías que fueron la cena y la comida anterior. Ópalo y Zafiro comienzan a hablarme de sus vidas y sus proyectos como si nos conociéramos de siempre y me doy cuenta de que no tengo nada en común con nadie de los presentes, ni siquiera con mi amiga Rubí que todavía no me ha dirigido la palabra.

Todos los invitados, tanto los Maestros, como las Ladys y las esclavas sentadas a mi lado, son ricos y famosos, seguidos por miles de personas en las revistas y las redes sociales, yo en cambio he tenido que trabajar toda mi vida para pagarme los estudios y llegar al puesto que tengo ahora y que me ocupa gran parte de mi tiempo.

La cena llega a su fin y espero que comience la orgía habitual, pero para mi sorpresa los Maestros se levantan y liberan a sus respectivas esclavas de las sillas, el Maestro Summers se lleva a Ópalo al jardín; el Maestro Anderson se dirige con Esmeralda a la zona de las mazmorras mientras el Maestro Danvers sube con Zafiro a las habitaciones, dejándonos a Rubí, a Turquesa y a mi con Caleb, sus hermanas y Lady Rose.

Cuando veo a Lady Frost dirigiéndose hacia mí, mi cuerpo tiembla ligeramente, pero al final respiro aliviada al ver que libera a Rubí, ‘No te preocupes Ámbar, mañana por la noche serás mía;’ me dice mientras se aleja hacia el ala del Palacio donde reside.

Espero ansiosa que Caleb me libere a mí, pero no me sorprendo al ver que a quien libera es a Turquesa, que sonríe satisfecha mirándome de forma desafiante. ‘Espero no recibir ninguna queja de Rose y Nabila;’ me dice Caleb, ‘Aunque estoy seguro de que ellas sabrán castigarte si es necesario;’ añade abandonando el comedor.

Lady Nabila suelta mis correas y me ayuda a levantarme de la silla, dirigiéndose hacia el exterior del Palacio, seguramente hacia la zona del harem, ‘Voy a jugar un rato con Noelia y luego me uno a vosotras;’ nos dice Yaiza subiendo las escaleras.

Mientras nos dirigimos al jardín, Lady Rose y Lady Nabila no pierden oportunidad para besarse y acariciar sus cuerpos ignorando completamente mi presencia, ‘Tranquila Ámbar;’ me dice Lady Rose, ‘Te aseguro que no vas a tener tiempo de aburrirte esta noche;’ añade.

‘Esperemos que seas tan habilidosa con la lengua como nos ha dicho Yaiza;’ me dice ahora Lady Nabila, ‘Si tiene razón tal vez dejemos que te corras esta noche, sino…’

Intento ignorar las palabas de las dos mujeres pero no puedo evitar tener la sensación de que me espera una noche muy larga.

continuara...