El Maestro – Cap. 3 – Lady Pryde

Taylor disfruta follándose a su amiga Rachel atada y sometida.

En primer lugar agradecer la acogida de este relato y todos sus comentarios. Los primeros capitulos de esta historia fueron publicados en la página de Literotica.com en ingles, y con bastantes dificultades en la traducción, por eso me siento encantado de publicarlos en español como originalmente fueron escritos. Al ser capítulos ya escritos y haber visto que el episodio dos quizas se hacia demasiado largo de leer he decidido dividirlos para facilitar su lectura, lo que ademas me permitira ir publicandolos cada tres o cuatro días.

El Maestro – Cap. 3 – Lady Pryde

Justo después de decirle a Yaiza que vamos a jugar con las dos zorras que tenemos encadenadas delante nuestro, un escalofrío recorre mi cuerpo, por fin después de años fantaseando con ello, por fin voy a follarme a mi amiga Rachel.

Dejo la correa de casi veinte centímetros que me ha dado Yaiza sobre la cama y me acerco un poco más a Rachel; cuando lo hago puedo ver la incómoda postura en la que lleva restringida durante las últimas horas, un vibrador colocado sobre su clítoris la lleva al límite una y otra vez mientras una enorme polla con protuberancias entra y sale de su culo abriéndolo más de lo que nunca hubiera podido imaginarme.

Esa imagen del culo de Rachel estirándose alrededor de la polla de látex, hace que mi mente retroceda casi diez años, a una noche en la universidad, cuando al volver a la habitación que compartía con ella, no me di cuenta de la bufanda en la puerta que indicaba que estaba acompañada, y entre encontrándola a gatas sobre la cama siendo follada por el culo por el quarterback del equipo.

Por suerte para mí, ninguno de los dos amantes se percató de mi presencia, en vez de abandonar la habitación, me quede observando a escondidas masturbándome, viendo como mi amiga gemía de placer mientras la enorme polla entraba y salía una y otra vez de su culo. A partir de ese día y hasta que Rachel dejó la universidad un año después, no perdí la oportunidad de observarla follando tanto con chicos como con chicas, siendo testigo además de sus primeros juegos de esclavitud.

Cuando hace unos meses Rachel me contó todo lo relacionado con su Maestro y su esclavitud, mi amiga se convirtió en mi mente en la protagonista de todos mis libros de sumisión y esclavitud; siempre hasta el momento en que llegaba a mi primer orgasmo, entonces como bien había adivinado Anna la noche anterior, era yo quien pasaba a verse sometida y follada por todos aquellos atractivos y viriles hombres.

Mientras recuerdo todo esto y sostengo la fusta entre mis manos, un nuevo escalofrío recorre mi cuerpo, estoy a punto de azotar a mi mejor amiga, la persona responsable de que esté en esta extraña situación, ahora nada más que una esclava llamada Rubí; estoy deseando marcar su piel con los golpes de mi fusta, pero de repente no puedo evitar pensar en cómo me sentiría siendo yo la que recibe los golpes mientras estoy atada y expuesta a la vista de cualquier extraño.

‘Ya tendrás ocasión de sentir la fusta en tu carne;’ me dice Yaiza, leyendo de nuevo mis pensamientos; ‘Ahora es el momento de que seas tu quien se divierta con Rubí.’

Me acerco más a Rubí y Turquesa y observo las elaboradas restricciones a las que se encuentran sujetas; ambas esclavas están inclinadas por su cintura, apoyadas en unas estructuras de madera forradas de un brillante cuero rojo para que les resulten más cómodas, sus manos y su cuello han sido encerrados en un cepo impidiéndolas cualquier movimiento y sus bocas están cerradas por una mordaza de anillo que facilita el uso oral de cualquiera que lo desee.

Detengo la máquina que se está follando el culo de Rubí y retiro el vibrador que atormenta su clítoris para luego acercar mi mano a su coño, después de seis horas de excitación continua por el vibrador, el ligero toque de mis dedos hace que el cuerpo de Rachel tiemble, voy a buscar su clítoris con mis dedos, pero Yaiza me interrumpe, 'Despacio Taylor, no vayas a estropearlo todo, estas zorras tienen que suplicarnos antes de que las dejemos correrse, yo te enseñare como; pero antes vamos a vestirnos de manera apropiada para estos juegos.'

Yaiza me coge de la mano y me lleva hasta el armario de ropa y por tercera vez en menos de seis horas comienza a desnudarme y a escoger mi ropa como si yo no fuera capaz de hacerlo, mientras Yaiza me viste, no pierde oportunidad de acariciar mis tetas y jugar con sus dedos en mi coño. Cuando acaba de vestirme me coloca delante del espejo para que pueda verme bien.

Si hace unas horas me excite al ver a la mujer reflejada en el espejo, ahora me siento ligeramente asustada por lo que veo; unas botas hasta la parte superior de mis muslos con un tacón de 12 centímetros; unos guantes hasta los antebrazos; un corsé que Yaiza ha apretado demasiado para mi gusto haciendo que mis tetas parezcan dos tallas más grandes y unas bragas con una cremallera delante; todo ello de brillante cuero negro, componen mi vestimenta, dándome el aspecto de una peligrosa Dominatrix.

Mientras sigo admirando mi reflejo, Yaiza se coloca a mi lado y puedo verla en el espejo sin girarme, ha debido aprovechar para vestirse mientras yo me recreaba fascinaba con mi reflejo, y debo decir que está magnífica; está cubierta desde el cuello hasta los pies por un traje de brillante látex negro con unos zapatos de plataformas de 15 centímetros, solo sus tetas y su coño no están cubiertos por el látex negro, sino por un látex transparente que permiten ver perfectamente sus pezones anillados.

Volvemos a entrar a la sala de juegos y Yaiza detiene la máquina que se está follando el culo de Turquesa, luego retiramos ambas máquinas contra una de las paredes de la habitación para tener más sitio para jugar.

'Quítale la mordaza a Turquesa;' me ordena Yaiza 'Y veamos cómo reacciona.'

Me coloco delante de Turquesa y tardo unos segundos en conseguir quitarla la mordaza de anillo de la boca, al principio le cuesta hablar y agarrando una botella de agua de una mesa cercana se la acerco a la boca dándola de beber lentamente, después de beberse casi todo el agua de la botella Turquesa ya puede hablar perfectamente, 'Gracias por el agua Lady Pryde, ahora por favor ¿puede dejar que esta zorra llegue al orgasmo?;' me dice con una mirada de súplica.

Antes de poder contestarla, Turquesa suelta un grito y al mirar a Yaiza veo que está azotando su trasero varias veces, 'No es a Lady Pryde a quien tienes que pedirle el orgasmo, perra,' la grita descargando otra serie de golpes.

Turquesa cierra los ojos y noto como su rostro se crispa por la rabia, es una de las actrices más ricas y famosas del mundo, y una de las mujeres más deseadas tanto por hombres como por mujeres, y ahora se ve obligada a suplicar a una joven apenas mayor de edad que la deje correrse, tengo la sensación de que esta situación no es la que tenía pensada cuando vino al Palacio y esa sensación me hace temblar de nuevo al darme cuenta de que pronto dejaré de tener el control sobre mis decisiones, aunque dudo mucho que tenga algún control sobre ellas ahora mismo.

'Por favor Lady Yaiza, déjeme correrme;' suplica finalmente Turquesa rindiéndose al placer.

Sonrio al ver como Yaiza comienza a jugar con el mango de la fusta en el interior del coño de Turquesa, los gemidos de placer de la esclava comienzan a escucharse en la sala de juegos mientras se acerca al orgasmo, de repente Yaiza saca la fusta del coño de la esclava y la golpea de nuevo esta vez en sus tetas, 'Todavía no Turquesa, queda mucha noche por delante.'

Miro el rostro de Turquesa crispado por no haber llegado al orgasmo, y en sus labios puedo leer una nueva suplica silenciosa para que la permita correrse, ignorando a Turquesa dirijo mi mirada a Yaiza, que me hace un gesto para que me coloque detrás de Rubí mientras ella se coloca delante de su cara para retirarla la mordaza, 'Espero que seas dura con ella Taylor, ya sabes todo lo que tenía preparado hacer contigo;' me dice Yaiza mientras retira la mordaza de la boca de Rubí.

En cuanto Rubí ve su boca liberada, comienza a gritar, 'Sois todos unos bastardos que me lo vais a pagar, es Taylor la que debería de estar aquí en mi lugar mientras juego con ella, no es más que una zorra arrogante y una mojigata que se cree mejor que las demás. La única diferencia entre nosotras es que yo doy rienda suelta a mis pasiones, mientras que ella se conforma con fantasear leyendo sus libros o espiando mientras otros follan.'

Me sorprendo al escuchar a Rubí decir que sabía que la espiaba en la universidad, el resto de las palabras que salen de su boca son las que me esperaba oír después de lo que descubrí esta tarde, aunque eso no hace que me sienta menos dolida y comience a golpear una y otra vez el trasero de Rubí haciéndola gritar, cuando después de un fuerte golpe bajo mi mirada al culo de Rubí y lo veo lleno de marcas, me asusto arrojando la fusta al suelo.

Aunque yo he dejado de golpear a Rubí, sus gritos siguen sonando en la sala y pronto me doy cuenta de que Yaiza sigue golpeando sus tetas y gritándola, 'Eres una perra tonta Rubí, no te puedes ni imaginar lo que va a hacer Lady Frost contigo cuando se entere de esto, un año de entrenamiento como esclava para acabar comportándote así, vas a tener mucha suerte si alguna vez te deja salir de los muros de este Palacio, eso sí no te regala a Ahmed para que disfrute jugando contigo.'

No sé quién es ese Ahmed, pero en cuanto Yaiza dice su nombre Rubí comienza a llorar y a suplicar, 'Ahmed no, por favor Lady Yaiza, no me entreguen a Ahmed, hare todo lo que me pidan.'

Yaiza deja de golpear a Rubí y comienza a acariciar su cara con una ternura que no parecía posible hace unos escasos segundos, 'Tranquila rojita, pero no es a mí a quien tienes que suplicar, esta noche tu Ama es Lady Pryde, es a ella a quien tienes que suplicarla;' la dice mirándome.

Rubí duda unos segundos, pero al final comienza a suplicarme, 'Por favor Lady Pryde, azótame, fóllame, hazme lo que desees, pero necesito correrme.’

No sé muy bien cómo reaccionar a las suplicas de Rubí, y de nuevo tiene que ser Yaiza la que me ayude a dar el paso, me entrega unas cadenas con tres pinzas y unas pesas incorporadas, luego se coloca un strap-on y comienza a follarse a Turquesa sin decir una palabra. Tardo unos segundos en comprender la función de las pinzas y las cadenas, cuando lo hago, sujeto las pinzas a los anillos de los pezones y el clitoris de Rubí y al soltarlas, el peso estira los anillos haciéndola gritar de dolor.

Me arrodillo entre las piernas de Rubí y comienzo a chupar su coño centrándome en su clítoris, con apenas dos toques de mi lengua, el orgasmo de Rubí estalla en mi boca, aunque eso no hace que me detenga; llevo años deseando disfrutar del coño de mi amiga, aunque siempre imagine que sería un momento romántico y apasionado, no de esta manera forzada y violenta.

A mi lado oigo los gemidos de placer de Turquesa al llegar al orgasmo, ignorándolos decido unir mis dedos a mi lengua en el interior del coño de Rubí, no sé el tiempo que transcurre, pero los orgasmos de las dos esclavas se suceden uno tras otro, hasta que vuelven a suplicarnos de nuevo, aunque esta vez las suplicas son para que nos detengamos.

Cuando me canso de jugar con el coño de Rubí, Yaiza me ayuda a levantarme del suelo y me coloca alrededor de la cintura un strap-on como el suyo, en silencio empieza a echar tanto en mi correa como en mi polla como en a suya una espesa pasta extendiéndola por toda su enorme longitud; la voy a preguntar qué es esa pasta, pero antes de hacerlo me acerca el tubo a la cara y puedo leer jengibre; no sé exactamente lo que es, pero con todo lo que he descubierte de Yaiza estas horas estoy segura de que debe de ser algo pervertido que no va a gustar a las dos esclavas.

Nos colocamos cada una detrás de nuestra esclava y apuntamos las correas a su coño, dejo que Yaiza sea la primera, y en cuanto la correa entra de nuevo en el coño de Turquesa, esta comienza a gritar y suplicar. Al ver la reacción de Turquesa, sonrio y empujo mi correa en el coño de Rubí que enseguida empieza también a gritar y suplicar al igual que su compañera esclava.

Las lesbianas dicen que una de las ventajas de ser follada por una mujer con una correa, es que la erección no desaparece y pueden ser folladas durante horas; aunque estoy segura de que nuestras dos esclavas están deseando que esta tortura acabe cuanto antes.

Cuando me canso de follarme el coño de Rubí, hace un rato que Yaiza ha dejado de follarse a Turquesa y la ha vuelto a colocar la mordaza y a conectar la máquina de follar entre sus muslos, aunque esta vez con una doble polla para follarse su coño y su culo, mientras me siento en una silla para recuperarme de todas las sensaciones vividas, Yaiza hace con Rubí lo mismo que acaba de hacer con Turquesa, después me coge de la mano y abandonamos juntas la sala de juegos.

En cuanto la pared se cierra dejando a las dos esclavas encerradas de nuevo con su tortura sexual, Yaiza se acerca a mí y me besa apasionadamente, 'Te has portado muy bien Lady Pryde, en otras circunstancias habrías sido una gran Maestra, pero creo que ahora es el momento de irse a dormir un rato;' me dice mientras me quita la correa y comienza a desnudarme.

En unos momentos estoy completamente desnuda y Yaiza se da la vuelta para abandonar la habitación, sin saber muy bien porque la agarro de la mano y la giro hacia mí, 'Por favor Yaiza, necesito correrme;' la digo mirándola a los ojos sin pensar que mi mirada no debe verse muy diferente a la que tenían Rubí y Turquesa hace unas horas.

No tengo que repetir mi suplica dos veces, Yaiza me empuja sobre la cama y se coloca entre mis muslos llevando su lengua y sus dedos a mi coño, pronto comienzo a gemir de placer, y no puedo evitar pensar que, hasta hace 24 horas, llevaba casi tres años sin tener un orgasmo gracias a otra persona, pero desde el orgasmo que me arrancó Anna en mi apartamento, he tenido más de una docena de ellos gracias a Yaiza.

Controlando una vez más mi placer, Yaiza juega conmigo llevándome al borde una y otra vez hasta permitirme correrme entre gritos de placer. Cuando creo que todo ha acabado, Yaiza coloca la punta de la correa con la que se ha follado a Turquesa a la entrada de mi coño, 'No te preocupes Taylor, voy a hacerte disfrutar mucho.'

Miro hacia abajo y veo como la falsa polla comienza a entrar en mi coño estirándolo por completo, es más grande que cualquiera de las pollas que me han follado antes y me siento igual que la noche en que perdí mi virginidad; para empeorar la situación, de repente empiezo a sentir una extraña sensación de picor en mi interior, al ver mi reacción Yaiza sonríe, 'Lo siento cariño, todavía deben de quedar restos de jengibre, en unos segundos no lo notarás;' me dice sin dejar de empujar en mi coño.

Si esto es lo que se siente con unos restos del jengibre, no puedo ni imaginarme lo que han tenido que sentir Turquesa y Rubí, y no puedo evitar sonreír al pensar que tengo que volver a follarme a mi amiga. Pronto como me ha dicho Yaiza dejo de sentir el picor y me olvido de todo comenzando a mover mis caderas al ritmo de Yaiza llegando a otro intenso orgasmo.

Después de un rato siendo follada por Yaiza, cierro los ojos e intento imaginarme que es Caleb quien está encima de mí con su polla enterrada en mi coño, pero para mí desgracia Yaiza decide detenerse después de llevarme al tercer orgasmo, se quita la correa nada más salirse de mi coño y se tumba en la cama a mi lado para abrazarme, 'Es hora de dormir, pequeña cenicienta, pronto el reloj dará las doce;' me dice sin dejar de darme tiernos besos.

A pesar del significado de las pablaras de Yaiza no puedo evitar sonreír por la comparación y me acurruco contra ella quedándome rápidamente dormida.

continuara...