El maduro y la joven
Un hombre ya maduro, se siente atraído por una joven, que tras unos acontecimientos comienza a provocarlo. La situación se tensa cuando acuden a una finca, y debajo de una higuera se produce el primer desvirgamiento de la joven, esta vez anal.
Mi suegro posee una finca rústica en las afueras del pueblo donde vivimos, la cual en su mayor parte, está destinada al cultivo ordinario de la zona, y donde existen plantados varios árboles frutales. Hay otra, también bastante extensa, que se encuentra baldía por ser poco cultivable al ser un terreno bastante pedregoso, donde la maleza crece a sus anchas, pero que sin embargo, perviven ciertas higueras. Es una finca bastante extensa, más de siete hectáreas, y que además posee una casona antigua, y gañanía para los animales.
Con frecuencia suelo acudir a dicha finca, unas veces con mi esposa, y otras solo para recoger algunos productos frutales para nuestro consumo, al margen de las comilonas y otras fiestas que realizamos en dicha finca cuando se reúne la familia.
Mi nombre es Elías, tengo actualmente sesenta y cinco años, y me encuentro casado con Melisa desde hace treinta y cinco años. Tenemos tres hijos todos mayores de edad e independientes, y cuatro nietos.
Desde hace bastante tiempo mantenemos relación con una familia mucho más jóvenes que nosotros, con los que mi esposa ha hecho muchas migas. Tras conocernos en una cena, la familiaridad de mi mujer con aquella familia se hizo cada vez más intensa, hasta el punto de que dicho matrimonio era invitado con frecuencia por mi esposa, tanto a nuestra casa como a la finca de sus padres.
El citado matrimonio, tiene dos hijas, (Dulce) y otra, llamada Charlot.
Había visto crecer en los últimos años a estas dos chicas, por sus visitas constantes a casa. Concretamente Charlot es una chica que siempre ha sido muy conflictiva con sus padres, y bastante rebelde. De hecho siempre mantenía enfrentamiento con los mismos por su forma de vestir, su forma de pensar, etc. No obstante, es lo cierto que conmigo siempre hizo buenas migas, quizás porque nunca me ponía con ella, y en alguna ocasión la defendía antes sus padres. Pese a que tardó bastante en desarrollarse, en los dos últimos años se configuró como una joven no muy alta (1.65), morena, un poco gruesa, sin decir que fuera gorda, con unos pechos bastante pronunciados y un trasero bastante bien formado. Yo sabía que ella tenía algunos novios, a escondidas de sus padres, que se negaban de lleno a cualquier tipo de relación por su edad.
Cuando la chica tenía unos catorce años, ocurrió un hecho trascendente, que marco mi forma de mirar a la misma. Durante una comida en la casona de mis suegros, en pleno campo, me encontraba yo orinando en uno de los baños situados en la parte trasera de la casona, que casi nadie suele utilizar, la cual tenía problemas de cerradura, cuando de forma sorpresiva hace su aparición, casi de improvisó, Charlot. Al verla entrar me quede sin hablar, nervioso, mientras observaba que la chica entraba con bastante apuro. Tal es así, que entró sin llamar:
- oh Señor Elías…no sabía que estuviera vd . Me dijo sorprendida al verme en aquella lid.
- Charlot…, eres tú. ¿Qué te ocurre?.
Me di cuenta de que la chica, pese a estar sorprendida, y con bastante apuro, se quedo anonadada mirando estupefacta fijamente mi pene. Yo en ese momento tenía el pene en mi mano derecha mientras orinaba. Me di cuenta de que los colores comenzaron aflorar a la cara de la chica, y nerviosa me dijo: - no sabía que estuviera vd, … ya sabe “como la puerta no estaba cerrada”… pensé que estaba libre.
Tienes razón . La cerradura lleva averiada un tiempo. Pero no te preocupes Charlot, yo ya término. Espera un momento. - le dije también algo nervioso por la circunstancia de que aquella chica me estuviera viendo mis genitales.
Acabe de orinar tan pronto como pude e introduje mi pene algo morcilloso dentro de mi pantalón. Todo ello ante la atenta mirada de la chica que no quitaba la vista de mi vástago. Debo reconocer que además, mi pene es bastante grande, especialmente largo, y a pesar de mi edad, sigo manteniendo una potencia sexual que no ha decrecido pese al paso del tiempo.
Luego, con cierto nerviosismo, procedí a salir fuera mientras ella se quedó hacer sus necesidades. A partir de ese día, notaba como la chica me miraba con picardía, y en más de una ocasión la cazaba mirando hacia el bulto de mi pantalón. ¡ Joder no llegaba a comprender que pasaba!, pero aquella nena me empezó a llenar de pensamiento fantasiosos, y claro, “uno no es de hierro”, y como era de esperar comenzó a ser la fuente de mis fantasías masturbatorias. Sabía que era una locura, pero quizás debido a la pérdida de apetito sexual de mi esposa, mi efervescencia sexual la intentaba aliviar con la masturbación.
Es más, a partir de ese momento, veía como Charlot aprovechaba cualquier ocasión, especialmente cuando nos encontrábamos en la casa y no había moros en la costa, para agacharse más de la cuenta ante mi presencia dejando a la vista sus braguitas. Mayor preocupación me propiciaba que tras hacerlo, se me quedaba mirando viendo mi reacción.
A mayor inri, a escasos tres meses de haber ocurrido el suceso en el baño, otro buen día, me hallaba nuevamente con ganas de orinar y me dirigí como en aquella ocasión al mismo aseo. Y cuál fue mi sorpresa, al volver a cogerme nuevamente infraganti orinando . Prácticamente ocurrió lo mismo, ya que la puerta seguía sin cerradura, y ella entró de sopetón sin llamar. Me di cuenta de que esta vez lo había hecho a propósito. ¡ Vaya con la nena ! Pensé.
Fui notando que la chica buscaba mi presencia, haciéndose más insistente cuando estábamos en la finca, viendo cómo iba a dar conmigo, en momentos en que por ejemplo yo estaba cogiendo fruta de los arboles, etc. En más de una ocasión, note como ella se soltó unos botones de la blusa que llevaba y pude apreciar que la misma disponía ya de un buen par de tetitas que para su edad eran bastante grandes . Pero, donde se me encendieron todas las luces fue al comprobar cómo en una ocasión ascendió por uno de los arboles cuando estaba recogiendo fruta, llevando alguna falda más bien corta, lo que me permitió contemplar sus muslos y las braguitas que llevaba.
¡ La chica me estaba poniendo como un burro !. Era la hija de mis amigos, y no me atrevía hacer nada con ella. ¡Eso lo tenía descartado!. Pero no dejaba de tener pensamientos fantasiosos con la misma, ya que la poca apetencia sexual de mi esposa, motivaba que mis ganas de sexo fueran satisfechas con mis fantasías masturbatorias.
Cierto día, encontrándonos en la casa, ella se acercó y me pidió si podíamos ir a coger unas peras de unos árboles que se encontraban en la trasera de la casona, en unas huertas superiores y sin vista desde la casa. Yo, aunque con cierto nerviosismo, acepté acompañarla hasta los perales. Nada más llegar ella fue la que insistió en querer ser ella que se subiese al árbol. Me volví a poner nervioso. No en vano me había percatado de que esta vez, la chica “ llevaba una faldita sumamente corta ”. En cuanto trepó por el árbol, me puse debajo, con la escusa de que ella me fuera tirando las peras que iba cogiendo, aunque mi intención era doble, ya que ansiaba ver los maravillosos muslos y la braguita de la chica. Ella al darse cuenta de cómo la miraba desde abajo, me dice:
-ay Elías. No me mire tanto. ¡Me está viendo las bragas!.
-Nena. ¡Es que te subes al árbol con esa ropita!. Los ojos son como niños. ¡Qué quieres haga! ¿Cómo pretendes que no me fije?. Además los ojos son para ver.
-Ay Don Elías no sea pervertido. No me mire …-me decía casi riéndose.
- Si no miro. ¿Cómo podre recoger las peras que me vas tirando? ¿Acaso quieres que me vaya ?. Le dije
.- No… bueno. Pero no me mire mucho. je je.
-De todas formas, no tienes por qué avergonzarte Charlot: ¡tienes unas piernas preciosas!. ¿lo sabías? Y que muslos, joder la nena era algo gordita, pero estaba cañón. Me di cuenta que mi vástago se comenzó a revolver dentro del pantalón.
-ja ja… es vd. un pervertido Sr. Elias. … me contesta. Pero luego se para un poco, y desde arriba me pregunta: ¿ de verdad cree que tengo bonitas piernas? ¿No cree que mis muslos son muy gordos?. Algunos compañeros de clase me dicen que soy gordita.
-¡quien de ha dicho eso!. A mí me parecen perfectos .-le dije mirándolos fijamente, y de forma descarada.
Tras tirarme unas cuantas peras que yo recogí, ella procedió a bajarse del árbol. Una vez abajo, ella miro hacia la bragueta de mi pantalón, donde emergía un bulto considerable. Y es que mi excitación resultaba manifiesta. Note que afloraron los colores a sus mejillas, al tiempo que me dice con mucha picardía: - Ay Elías…. ¿no me diga que se le ha puesto así al ver mis braguitas?….
-¿Cómo?... . le pregunte inocentemente. No me esperaba que la chica fuera tan directa y descarada.
- Ja ja.. “creo que está empalmado”. ¿No me diga que ha sido por ver mis muslos?- me espeto la nena sin reparos. Tenía quince años pero era obvio que no tenía muchas trabas en la lengua. Sabía de sobre por sus padres que era bastante espabilada especialmente en la forma de hablar.
-Charlot.. lo siento. Es que, … ya sabes… ¡viendo unos muslos tan bonitos y hermosos como los tuyos!. Es imposible evitarlo.
-Ya.. ya..… ¿Sabe que como se entere su mujer, le va a montar una bronca?.- me dijo con picaría.
¡Joder con la nena!.
-Ya… pero ¿a ti no se te ocurrirá decirle nada? … . No digas nada de esto. No quiero problemas con tus padres, y menos con mi mujer. ¡De acuerdo!.
Ella se quedo sonriendo, y no dijo más nada, y regresamos a la casana. A partir de ese momento traté de evitarla, ya que sabía que la chica me estaba provocando . Sin embargo, casi un año después, se había convertido en una chica preciosa, que además vestía bastante modernita, y con algunos modelitos que no pasaban desapercibidos.
En el cumpleaños de mi suegra decidimos celebrarlo en la finca. A ella acudió igualmente Charlot, pero no acompañada de sus padres, sino invitada por mí esposa.
Mientras ellas preparaban todo para la comida, escuche a mi mujer decirme casi en alto: “ seguro que por estas fechas deben estar maduros los higos de aquellas higueras”. .
Sabía a qué higueras se refería, ya que su fruta le encantaba. Ya pero, mujer “sabes que esas higueras están bastante alejadas y de difícil acceso”.
-Ya lo sé Elías. Solo lo decía en voz alta .Me contesto ella reconociendo que era un antojo bastante complicado de satisfacer.
Después de almorzar, pensé en lo que me había dicho mi esposa e intente satisfacerla. Por dicha razón, decidí dirigirme a la zona donde sabía que estaban las higueras, sin decir nada a nadie. Me había provisto de algo de comida para hacerme un bocata, ya que había que recorrer una distancia larga, y entrañaba un cierto peligro ir solo hasta allí. El camino de acceso era dificultoso y además, lleno de mucho forraje, maleza y zarzas . Cuando llevaba algún tiempo caminando, casi media hora de camino, observo que una figura humana me sigue. ¡Me quede sorprendido!, ¿Quién podría ser? Y además en este lugar tan alejado de la finca, de difícil acceso . Me quedé algo preocupado, por lo que procedía a esconderme haciendo e un lado del sendero, cuando al llegar a mi altura observo que “ se trataba de Charlot”.
- Charlot, ¿qué haces por aquí?. Sabes que esta parte está bastante alejada de la casona, y es muy solitaria para una chica sola. Le dije, algo nervioso de su presencia allí.
-Bueno. Pero está Vd. “Sé que va a coger fruta”. Seguro que se dirige a las higueras que dijo su mujer. ¿me deja acompañarlo? Me dijo ella.
La mire de arriba abajo, observando que llevaba una faldita de cuadros más bien corta, y una camiseta blanca , donde ya se notaban sus abultados pechos. Sus senos ya estaban bien desarrollados por lo que se podía apreciar a simple vista.
-pero Charlot…..No creo que sea muy correcto…. ¡Estamos solos!. Esto es una zona solitaria y bastante alejada de la casa. Si tus padres se enteran,…. ¿Qué crees que pueden pensar?. No se… no está bien que estés conmigo sola en esta zona tana alejada. Le dije con preocupación .
-venga Elías. Mis padres no han venido. ¿Acaso me tiene miedo? Parece que tratara de evitar mi presencia. Me sorprendió con dicha respuesta.
-Claro que no Charlot. Pero … sabes que la gente puede pensar cosas raras y…. no se ……una chica como tú conmigo tan alejado de la casa..…
Mientras le hablaba miraba aquella falda algo más corta de lo normal, y aquellos pechos, que se transparentaban pretendiendo romper la camiseta que llevaba, lo que me puso algo tenso. Pero hacer retroceder a la chica para que fuera sola de regreso a la casa, era también una temeridad por mi parte, y tampoco quería desistir de lo que me había llevado hasta ese lugar de la finca. Por ello, al final accedí, diciéndole:
- Vale. M e dirijo a una zona bastante difícil de llegar. Hay unas higueras que están situadas en una zona casi inaccesible. Aunque se que por estas fechas debe estar repleta de sabrosos higos.
-¿las higueras de las que habló su esposa? Me preguntó ella.
- exacto.
-pues, ya que estoy aquí: ja je..¡Le acompaño!.
No me quedó otra que dejar que me acompañara. Comenzamos a caminar un trecho entrando por un sendero bastante boscoso, y llegamos a una zona de maleza y de zarzas. En una ocasión, ella se detuvo porque unas zarzas se habían enredado a su cuerpo, especialmente en su falda, y pese a los esfuerzos de la chica no podía desengancharla. La vi luchando con aquellas zarzas y me dirigí hasta, diciéndole:-
-vale. Estante tranquila. Deja que intente quitártela.
Me acerque hasta situarme a su lado y comencé a quitar las ramas de zarzas. Observe que al estar enredada la zarza, su falda se había subido bastante, con lo que quedaba a la vista claramente sus hermosas nalguitas , constatando, que la muy pilla, pese a su edad, “ ya usaba tangas” . ¡ Qué preciosidad de trasero! . Me pene sin poder evitarlo se envaró. Deje ir mi imaginación pensando en ese momento como sería meter la polla entre aquellas dos nalgas. …Ufff solo pensarlo casi me corro allí mismo.
Ella se dio cuenta y me dijo:- Ay Elías. No me mire el culo.
-Charlot. ¿Qué quieres que haga?. No puedo dejar de mirarlo. La falda se ha trabado y tengo que soltarla. ¿o quieres que no te retire las zarzas?
-vale, pero no me mire tanto el culo. Me pone nerviosa.
Mientras intentaba destrabar las zarzas, le dije: Charlot. Sabes….¡Tienes unas nalgas preciosas!, y un culito…. ¡Nena que culito!. Me gusta más ahora que cuando te los vi en el peral .
-Pero Elías…..no sea tan pervertido. – me dijo sonriendo, mirando de reojo como el bulto de mi pantalón había crecido. Vd. realmente lo que desea es verme el culo .
- No lo niego Charlot. No todos los días se ve unas nalguitas tan buenas y hermosas como las tuyas. Pero, … nena ¡cómo has crecido!, “te has hecho toda una mujer”.
Ella me miro como agradecida.
Logre destrabarle la zara y continuamos. Al fin, llegamos a las zona de higueras. Nos metimos debajo de una de ellas, la cual estaba bastante frondosa, y apenas se veía nada desde el exterior. Observamos que los mejores higos estaban en la parte más alta, pero, para acceder a ellos había que trepar por el árbol hasta cerca de la copa del mismo.
Ella me mira y me dice:- ¿ quiere que me suba yo?
Le mire algo sorprendido por la pregunta. Sonriendo le dije:- ¿ Estás segura Charlot?.....Como te subas por ahí …. “sabes que te voy a ver completita”. ¡Y,.. lo sabes!... ¡Aún así te atreves a subir! Le dije con total descaro.
Ella se gira y me dice:- Ja ja… ya me ha visto otras veces. Tampoco se va asustar por ello ¿verdad?. Pero intente no mirar tanto.
Me quedé de piedra ante su contestación. Y dicho esto, comenzó a trepar por la higuera. Joder estaba contemplando claramente unos muslos perfectos. Y al abrirse de piernas para trepar a una rama algo más alejada, note por primera vez, de forma clara “los labios del coñito de la chica”, que sobresalían por la tanguita, que al ser tan pequeña se metía casi dentro de la raja, contemplando que eran muy carnosos . Me puse como un burro. ¡Joder con la chavala!.
Ella se dio cuenta, al mirar hacia abajo, y me dijo:- OhElías. Me está viendo toda . No sea malito . No me mire tanto .
-nena. Es que en esa postura. “Se te va a ver hasta el propio coñito” . ¡ Estas para comerte todita !-le dije bastante salido al contemplar el bulto de su raja en la tela de la tanga.
- no sea pervertido. Pero se detiene mira hacia abajo y me pregunta capciosamente: ¿De verdad me está viendo el coño ?
- Creo que sí. Aunque…para mi gusto “hubiera sido mejor que antes de subir, te hubieras quitado la tanga… me hubieras dado mejor panorama” . ja ja
-quee.. Acaso pretende que me quite la tanga…… ¡Que descarado!. Lo que pretende es verme mis partes. Lo dice con cierto rin tin tin.
- vamos preciosa. No te pongas así. Sabes que me gusta verte. Y, te aseguro que por lo que veo “ tienes un coñito precioso”.
-Pero.. Elías. No sea descarado. ¿No le da vergüenza?
- Que quieres que te diga Charlot. Tú has visto en más de una ocasión mi pene. ¿No es justo que yo te pueda ver tu coñito?
-Elías. Vd lo que tiene es mucha cara. ¡Es un pervertido? Ande deje de mirarme tanto.
Tras coger varios higos que me fue tirando, ella fue bajando algo más. Ante la visión de su entrepierna y la vista de los labios de su vagina, tome una decisión, y trepé por la higuera antes de que ella terminara de bajar, encontrándonos a medio camino. Ella al verme, me dice:
- que hace Elías. ¿Por qué esta trepando?
Sin contestarle, pronto llegue hasta la altura más o menos donde estaban sus muslos. Ella en ese momento estaba con la piernas abiertas apoyadas en dos ramas, en forma de V. Contemple, extasiado aquellos dos muslitos, y mi vista se concentró en el centro. Ahora “ veía con más nitidez los labios de su coñit o”, los cuales sobresalían al haberse metido la tanga dentro , tras el forzamiento al abrirse bastante.
Sin poder evitarlo, y teniendo aquel manjar tan cerca, me olvide de mis prejuicios, y con osadía, acerque mi boca hasta donde se localizaba el coñito de la chica y comencé a lamer poco a poco los labios que sobresalían por los pliegues de su tanga. Eran carnosos, y ufff que gustazo.
- oh que me hace. Oh no siga…ahí no… pero que hace… oh está loco … no haga eso .. Elias o… ¿pero que me hace? No…oo.
Saboreé aquellos labios vaginales, y mi lengua comenzó hacer estragos, lamiendo sin parar sus muslos, y volviendo a centrarme en donde se localizaba la raja de su coñito.
- oh Elías .. no siga más… va hacer que me caiga… oo
Pero yo quería tener a mi disposición el chochito de la chica. Así que presa de locura, recordando que llevaba una navaja dentro del bolsillo del pantalón, la tome y con total decisión, corte por los laterales dicha tanga, haciendo que la misma cayera al suelo de inmediato , quedando al descubierto aquella preciosa y juvenil vagina, con una cierta cantidad de vello, y ahora abierta en forma de V.
-oh pero que hace… no eso noo
Sabía que era una locura, pero ahora “ la raja de su coño estaba totalmente a mi disposición”. Puede contemplar claramente, el clítoris al tiempo que observe que su himen seguía intacto: Joder dije para mis adentros … ¡la chica aún es virgen !. Con lo medio loquinaria que era, pensaba que ya no lo era.
_ oh.. cabron que me ha hecho… me ha roto la tanga….me está viendo toda nooo - no pudo continuar el sentir como mi lengua “saboreaba en plan brocha, toda la raja de su coño” . Tras darle varios brochazos con mi lengua, me concentré en su clítoris.
- ohhh por favor.. … no puede más, me voy a caer. Por favor. Ohhhhh noo
Me di cuenta de que era peligroso continuar así. Por lo que ante los estremecimientos de la chica, me retiré permitiendo que bajara de la higuera.
Al llegar abajo, ella me mira y me dice:
-Pero Elias ….está loco.. Como se entere su mujer o mis padres lo van a matar. Me ha roto las braguitas. ¡Ahora no tengo nada que ponerme!.
- Total solo era una tanguita. ¡Así estarás mejor!.
Enfadada me dice: - me ha roto la tanga. Es un bruto. ¿cómo se ha atrevido?
-Ya te compraré otra.
-Es un viejo pervertido. ¿Cómo ha podido hacerme esto? Me dice con cara de niña mimada.
-Charlot has estado provocando todo el tiempo. Y la verdad no he podido contenerme. “ Ese coñito es un verdadero manjar”.
-pero… ella se para y me pregunta: ¿no le da asco? Lo ha hecho con su boca. ¿Cómo sabe que no lo tenía orinado?.
-No me importa….. es un manjar nena- le decía mientras me saboreaba los labios.
¡Está loco! ¡Pervertido…. Que es un pervertido!
Ella observa mi pene, totalmente envarado, y se sonroja. Pero le dije:- anda tenemos que terminar de coger los higos. ¿No te atreves a subir de nuevo?
-¿Cómo? ¿Asi.. sin bragas?. ¡Está loco!. Lo que quieres es verme otra vez la vagina.
-vamos Charlot. “Sabes que me gusta mucho verte así, y ver todo tu coñito”. Anda vuelve a subirte de nuevo.
-está ido. Como puede pensar… que voy a subir de nuevo… me contesto ello dudando.
-¿Acaso vas a decir que no te gustó como te comí el coñito?. Sé que te gusto. No lo niegues.
-Ay Elías. No diga eso. Eso es algo sucio… me contesto ello semisonriente.
-¿entonces no vas a subir?. Está bien subiré yo.
Ella vio mi cara de decisión. Y al final me dijo:
- Vale. Subiré yo, pero no me mire...
-eso no puedo prometértelo. Además me gusta mirártelo.
Ella ante mi sorpresa comenzó a subir por el árbol de la higuera, y notaba como al llegar un poco arriba, coloca sus piernas en forma de V, y me muestra de nuevo toda su rajita . Ella mira para abajo, sabiendo que la estaba viendo. Me di cuenta, de que la chica la gustaba aquel juego.
Tras coger algunos higos, ella volvió a bajar, y cuando estaba llegando casi abajo, yo me acerque nuevamente y antes de que bajara, puse mi cara entre sus muslos, y comencé de nuevo a lamer su coñito desde atrás. ´ uyy otra vez no Elias… oooo
La deje que fuera descendiendo, y no dejé que se separara del tronco del árbol. Me agache detrás de ella y fui ascendiendo por sus muslos, lamiendo los mismos, y ante sus gemidos, levante con sumo cuidado la faldita, y le obligue abrir las piernas, observando claramente su ano y parte de su coñito .
Observé el culito de la chica, y con destreza acerque mi boca y comencé a lamer el ano de la chica como si fuera un delicioso bocado. Eso la desconcertó:
- ooo siii oooo siiiiiiiiiiiii oooooooooooooooooo- la chica se retorcía de placer
Ahh pero que hacer… pare …por ahí noooo
Pese a ello continúe, metiendo mi lengua desde atrás, logrando saborear los labios de su chochito, haciendo que se abriera más de piernas, con lo que ahora podía lamer a placer la raja de aquel coñito virginal. Al momento, la chica se comenzó a convulsionar:
me vengo , me vengoooo coñoo ooooohhhhh ….sssiii siiiiisiiii ooo. Tras su corrida, solté su clítoris, y mi lengua subió hasta su ano. Ahí metía la punta de mi lengua, moviéndola rápida, de inmediato la chica sentía otro calambrazo, que la hacía gemir de placer. Oo noo por ahí nooo.
Su cuerpo se retorcía, no sabía qué hacer, su respiración estaba súper acelerada, su cuerpo se desplomaba momentáneamente. Yo mientras tanto detenía la lamida para volver y reiniciar mi mamada, en su panochita.
-oo me va a matar o siiiii
Las sensaciones de placer se repetían una detrás de otra. Su cuerpo se estremecía, y se contorneaba toda y sus gemidos eran más fuertes.
Viendo que había tenido dos orgasmos seguidos, retire mi cabeza de su entrepierna, y subí hasta ella, siempre detrás de ella, y con morbosidad, hice que echara su cara hacia mi lado y por primera vez la bese en la boca, saboreando ella sus propios jugos vaginales impregnados en mis labios.
Estaba tan excitada y entregada, que se dejó hacer y abrió sus labios para que metiera mi lengua dentro de ella. Yo sin decirle nada, baje lamiendo sus orejas, su cuello, y pronto comencé a subir su camiseta que quedó al descubierto, tomando en mis manos los pechos solo cubiertos por el sostén que llevaba.
Y sin más, logre soltar l a traba del sujetador y sus pechos quedaron al descubierto . Pronto me apodere de sus pechos tomándolos desde atrás con mis dos manos. Los apretaba entre mis manos y los estrujaba. La chica seguía contoneándose: o Dios.. ooooo mas no…
Mientras chupaba sus pezones, con una mano me fui bajando el pantalón “ extrayendo mi verga que, comprobé, estaba dura como un mástil”. Y sin dejar de sobar sus pechos, atraje su mano hacia atrás y la dirigí hasta colocarla sobre mi tranca .
Cuando la chica palpó la dureza de mi miembro se estremeció. Intentó retirarla, pero insistí, - venga putita. Tómala en tu mano. Mira lo dura que me la has puesto. ¡se que te gusta ”
-por favor no ooo
Pero ante mi insistencia pronto ella comenzaba a pasar su mano por toda ella. Sabía que era bastante grande para su coñito, pero estaba decidida hacerla mía esa tarde. Tenía una excitación de caballo.
-oh mi amor. Has visto como me tienes. Te gusta. ¿Te gusta mi polla? ¡Has visto como está!
-oh Elias, es muy grande…. La tiene enorme… decía ella sin dejar de manosearla.
-Ya…lo se preciosa. Pero a ti, ¡seguro que a ti te gustan grandes!..... ¿verdad que si putita? Has visto mis testículos. Anda tócalos… toca mis huevos.. Verás que también son grandes.
La chica, aunque indecisa en un primer momento, creo que el morbo la llevo a obedecer, cuando me sorprendo al sentir su manita palpando una y otra vez mis testículos.
- tengo mucha leche dentro de ellos. Necesito descargarla preciosa.
- Elías, no pretenderá metérmela…… Soy virgen. Nunca lo he hecho. Y vd… la tiene tan grande….¿ Me destrozaría!. Me dijo ella, entre excitada y asustada, mientras se sostenía con una mano agarrada a la higuera y con otra no cesaba de manipular mi verga.
Seguro que te la comerás toda preciosa. Me tienes muy arrecho. Y sé que necesitas mi polla. ¿verdad que la necesitas?
- -pero… ¡la tiene enorme! Me hará daño. No puede...- soy muy pequeña todavía… me contesta ella.
- Lo haré con delicadeza. Pero de hoy no pasa. ¡tu virgo. Será mio!. ¡te voy hacer mujer!
- Pero …Elías… tampoco tenemos condón. Me podría dejar embarazada… no podemos hacerlo sin protección. Decía ella, intentando ahora disuadirme de que continuara.
- Era obvio, que la chica me había calentado y ahora se había dado cuenta de que quizás se había sobrepasado.
- ¡Qué condón ni que protección!. “es tu primera vez y necesitas recibirla a pelo”… como Dios manda.
- Ella viendo como acercaba mi tranca hasta su coñito, metiéndola desde atrás entre sus piernas, me dijo:
- Ay Elías. Mejor lo dejamos …..
También me di cuenta de que mi tranca era bastante grande para aquel coñito. Tenía mis dudas de que pudiera entrar en ella. Por eso le dije: -Vale. Pues al menos me darás tu culito.- le dije totalmente excitado. He visto que tienes un trasero perfecto.
-por el culo. La tiene enorme…me reventaría… no sabe lo que dice..
Sin embargo, logre hacer que se agachara, dejando su culo al aire. Aquella piel tan suave, y sus nalgas tan duras y firmes. Al ver aquella preciosidad, me acerque y lo lamí por un rato. Sus posaderas sabían tan bien y no pude evitar morderlas un poco. Charlot casi no respondía, solo hacia ruidos como quejándose pero no me importaba, puse mi cara entre sus nalgas y las frotaba, hasta que por fin lamí su ano un rato , no sabía nada mal, y al hacerlo ella empezó a gemir de placer.
Después de un rato de lamer y darle placer la chica en su hermoso culo, presa de excitación, le saque su camiseta por los brazos, quedando sus blancos senos al aire , los cuales apreté sin compasión entre mis manos.
- oh Elías déjeme..mas no oo
Ella gemía pero seguía estando como ida. Las apretaba y las juntaba, no dejaba de maltratar sus delicados pechos. En ese momento, no me importaba nada, solo satisfacer mi deseo con el hermoso cuerpo de aquella nena.
Le quite el resto de su ropa, dejándolas en “cueros” totalmente desnuda bajo la higuera. Luego la incline colocándola en plan perrito. ¡ Qué imagen de su culito !. Mire mi verga y la verdad es que estaba como un misil. Mi pene pese a ser largo y grueso, no es cabezón, sino que el glande es menor. Aquello, pensé podía permitir que al menos al inicio fuera más placentero.
Puse mi verga entre sus nalgas y la frote por un buen rato, era algo que quería hacer desde hace mucho, sin darme cuenta mi verga choco contra los labios de su coñito, al sentirlo, tan apretado y húmedo me volví loco comencé apretar, pero su himen me impedía entrar.
-oh no por el coño no…
Entonces desistí, y comencé a meter algunos dedos en su anito para dilatarlo. Metiéndolos y sacándolos muy rápido hasta que abrí sus nalgas y con mis pulgares. Abrí lo mas que pude su ano.
-oh me que hace con mi culito noo
Viendo que costaba un poco, recordé que había llevado algunos ingredientes en una bolsa para hacerme un bocata, y entre ellos siempre solía untarlo con un poco de margarina.
- espera un poco nena - le dije, mientras ella veía lo que estaba buscando. Tras encontrar el trozo de margarina, lo tomé la coloque nuevamente mirando hacia el tronco de la higuera, unte mis dedos con la margarina. ¡Fue el engrasante natural ideal!, ya que mis dedos comenzaron entrar en su agujero como una seda.
- oh Elias… que me va hacer… seguro que me va a doler oooo aaaa
Pese a sus quejas, mi alegría fue mayúscula al comprobar cómo su esfínter cedía, y se tragaba con naturalidad dos de mis dedos. Continúe dilatando un poco más su culito, viendo que cada vez mis dedos entraban más fácilmente. Aquel culito virgen, ahora se abría como una flor para permitir el paso de mis dedos, los cuales invadían el interior del mismo llegando a meter completamente los mismos en su totalidad.
-ooo Elias oooooo aaa a
Ya, totalmente excitado decidí clavar aquel culito . No podía más, necesitaba meter mi tranca en su anito como fuera.
Mire mi polla nuevamente, comprobé las dimensiones de la misma. Dude que pudiera entrar en aquel espacio tan estrecho. Pero yo estaba encelado. Con una erección mayúscula, me puse tras ella tome de nuevo un poco de margarina y “ embadurné mi pene con ella”, y acerque mi tranca a su culito . Mire mi tranca, y de la excitación vi como la misma se descapullo. El capullo quedó fuera, y lo acerque hasta su anito.
Ella al sentirlo gimió y dio un respingo intentando apartarse. Pero la sujeté bien apretándola contra la higuera, al tiempo que sujete bien sus nalguitas y las abrí al máximo. Como mi glande era más delgado verifique que el capullo comenzó a entrar en aquel culito , el cual comenzó abrirse como los pétalos de una flor. Al momento ingresó todo el glande y pude sentir sus nalgas apretar mi verga. ¡ Aquello resulto muy placentero !, su ano palpitaba calentito y apretaba mi tranca a la perfección, era algo celestial. Me di cuenta que el mismo iba entrando en su trasero.
- oh no sáquelo. La tiene muy grande oo mas no
-vamos preciosa relájate. Déjame entrar al menos un poco
Cuando me di cuenta, tenía dentro del culito de la chica casi una tercera parte de mi tranca. Como la parte central de mi vástago es más gruesa, note como parecía que el culito estaba al límite y no iba a ceder más. Entonces, decidía sacarla y volver a meterla, y así varias veces, notando como la margarina hacia un trabajo perfecto. El calor del culito de la chica me estaba poniendo como una moto, y pensé que me iba a correr antes de tiempo.
- oooo me abre mucho ooooo me lo va a destrozar aaaaaa
Aunque pudiera tener solo una tercera parte de mi nabo dentro de aquel culito, las presiones de las paredes de su esfínter, comenzaron a ejercer tal presión sobre mi tranca que sin poder evitarlo, me di cuenta de que irremisiblemente me comenzaba a correr.
- oh putita vas hacer que me corra.. o siii oh que culito ooooo
-oooo se está corriendo dentro ooooo aaaa a siento su lechita ooooo
Me corrí abundantemente en las entrañas de la misma, aunque solo fuera una culeada bastante superficial.
Note como el culito de la chica, al sacarla, resumía semen, y se había abierto apareciendo un gran boquete.
Ella se retira, mira mi pene, y me dice: -¡ me la ha metido. Y se ha corrido dentro!.
- uhh preciosa. Ha sido delicioso. Tienes un culito de infarto.
-¿me la metió toda? me pregunto ella.
-No…Ni una tercera parte. Otro día ese culito se la comerá toda. ¡ya verás!.
Ella me mira, y me dice:- pero ahora me escuece el culito. Creo que me lo ha roto. No debió hacerlo.
-Ya se te cerrará.
Miraba la raja de su coñito, y le dije: - y, “ese coñito también será mío”. ¡Puedes darlo por seguro!.
Ella mira mi tranca, y me dice: - la tiene muy grande. ¡Me reventaría!. Eso nunca ocurrirá.
-sabes que tarde o temprano serás mía. Le dije con morbosidad.
-lo dice con mucha seguridad Elías. Es un verdadero pervertido.
-Charlot. Sabes que también lo deseas. Necesitas que te atraviese ese coñito con mi polla. ¡Aunque tienes miedo, se que lo estas deseando!. ¡Acaso vas a negarlo! Me has estado buscando desde hace tiempo.
-Ya… eso son embustes suyos.
Luego me vuelve a mirar la tranca y me dice: ..De verdad me entrado parte de su pene en mi culito. ¡La tiene tan grande…! Se mira su coñito y me dice: sabe que no podrá ser, mi vagina es muy pequeña.
La seguí toqueteando, la abrace y la bese entre mis brazos. Aquella nena era una delicia. Con las caricias, mi pene volvió a endurecerse, y ella sorprendida me dice: - ¡¡ se le está poniendo gorda otra vez!!
- Charlot. Es que teniéndote a mi lado es imposible que no se me ponga dura.
- ya veo. Pero …no pretenderá metérmela otra vez. Me escuece el culito. Lo tengo algo dolorido.
-eso es que necesita un par de folladas más. Pronto te entrará toda sin problemas.
Me mira la polla de nuevo, toma su mano y la manosea, e incluso acaricia la misma en toda su longitud, y termina tocando mis testículos. Observo que los manosea y verifica que vuelven a estar llenos y me dice:- los tiene llenos otra vez ¿pero si se acaba de correr?.
-ja ja. Todavía tengo para volver a correrme preciosa.
-ya veo.
Ella no obstante, se giró hacia mí, mientras seguíamos de pie junto a la higuera y me continuaba acariciando mi pene, viendo que aquel juguete la excitaba. Cuando mi tranca alcanzó unas dimensiones de plena efervescencia, ella lo observa, y luego me mira a la cara.
-Joder … como se le ha puesto de nuevo. Tiene las venas a punto de reventar.
-¿te gusta?.. ¿Te gusta mi tranca Charlot?
Ella se sonríe, y afloran sus colores a la cara. Y me dice:- la tiene bien dura otra vez.
-¿pero te gusta así grande como la mía? Le dije para excitarla, sabiendo que la forma de hablar le gustaba.
-ja ja ….¡qué cosas me dice Elías!.
-Veo en tus ojos que te gustan grandes ¿verdad?. ¿Es como el de los chicos que has visto?
Ella me mira nuevamente a la cara, se sonríe y me contesta:- No se…ja ja. La suya es más grande… y mas gordota.
-por eso cuando la tengas dentro del chochito te dará más gustito. Ya verás. Le dije nuevamente.
-ja ja sigue pensando en metérmela por delante. ¡Está loco! Nunca lo dejare.
La mire a la cara, y le dije:- sabes que serás mía. Te la clavaré hasta los huevos. Ya verás… vas a disfrutar como una campeona.
-pero Elías… y vuelve a mirar mi tranca, la cual mantenía en sus manos, viendo que ya volvía a salir otra vez el liquido preseminal dada la empalmadura que tenia. Y me vuelve a decir: - Soy una chica, y Vd… es mucho mayor que yo….. No tendría que estar aquí- me dijo, como si ahora estuviera conociendo el alcance de sus actos.
Y….. , además, tampoco tenemos condón. ¡Me podría embarazar!.
-Solo si estas en tus días fértiles. Y que sepa no lo estas ¿verdad?. Además no puedes quedar embarazada por el culito.
Me mira, y me contesta:- creo que no. Pero aún así es peligroso.
-anda preciosa. ¿Por qué no lo intentas?.
-ay Elías, sigue empeñado en metérmela por el coñito.
La chica entonces se pone nuevamente contra al tronco de la higuera, se agacha un poco y me dice: - inténtelo de nuevo por atrás. Pero con cuidado que me escuece. Pero despacio.
Observe aquel hermoso trasero, y pase mi mano con margarina nuevamente por su anito, luego de sobarlo durante un tiempo yo aproveche para situarme cerca de su culito. La chica se pegaba para que yo la penetrara, simplemente me quede atrás de ella y ella se lo comenzó a meter despacio, sentí como se abría y como me apretaba la paredes de su ano mi tranca a medida que iba entrando en ella.
- ay no sé si podré mas.- me decía.
-vamos preciosa. Continúa que me estás dando mucho placer.
Charlot gemía muy despacio y yo preguntaba si estaba bien… Y ella me respondía “¡ sí! ¡Duele un poco pero sigamos !”
A los pocos minutos mi verga, estaba avanzando, y sin darme cuenta comprobé que ahora tenía más de la mitad dentro de su culito. Pero esta vez yo quería atravesarla. Así que comencé un toma y daca entrando y sacando mi pene. Poco a poco el culito de la nena se fue acostumbrando a mi pene y pero no quise pasar de poco más de la mitad. No quería dañarla.
- Oh Elias mas no … me va a reventar el culito.. no mas…ooo
-tranquila preciosa. Tu culito se ha tragado más de la mitad de mi tranca. Te queda otra parte .
La presión de su culo contra mi tranca fue suficiente para no aguantar mucho más, y me di cuenta de que necesitaba descargar nuevamente. Ya sentía mi leche cerca, y le dije:
- oh preciosa te voy a llenar de nuevo. Me voy a correr dentro de su culito… ohh ya me viene siii
Ella excitada, me dijo: “¡ lléname! ¡No la saque!” córrase en mi culito.
Yo obedecí y tuve un orgasmo delicioso adentro de Charlot
- o que placer ohh – me fui completamente dentro de su culito. Al sacarla, note que los restos de mi semen escurrían hacia fuera. Mi lechada había sido más copiosa que la anterior.
Cuando me salí de ella, le dije:
- ¿Quétal estas?.
-noto que me ha llenado mi culito. ¿Se ha corrido mucho verdad?. me pregunto ella.
-si preciosa. He vaciado mis pelotas. Anda tócalas para que veas.
Ella lo hizo, y se sonrió. Recogimos, y luego cuando pasamos por un abrevadero de agua, nos lavamos antes de llegar a la casa. Notaba que a la chica le costaba un poco caminar.
- de esto nada a nadie. ¿Vale?.
-Claro… pero me cuesta hasta caminar.
-Ya se te pasara. Pero recuerda ¡ese coñito será mío. No lo olvides. ¡Quiero ser el primero que te desvirgue!
Note como, no dijo nada. Solo se limito a sonreír.
Llegamos a la casona, todos muy alegres con los higos, y nadie se percató de nada.
Por la noche me toque una buena paja pensando en cómo había logrado ingresar en el trasero de aquella nena. Uf solo pensarlo me corrí abundantemente de nuevo. Pensaba como sería desvirgar la vagina de aquella chica, pero eso será objeto de otro relato.