El macho de America

Macho casado, rico y poderoso, y su pasión por unos ojos verdes como la fruta verde y una pija inolvidable.

EL MACHO DE AMERICA

¿ Galindo Ud cree que yo soy idiota ?, le pregunté al empleado rubio de flequillo en la frente y ojos verdes , verdes como la fruta verde. El me miró desde sus ojos verdes, verde limón y como buen empleado respetuoso que es , no me contestó. Últimamente habia bajado en su rendimiento y yo estaba menos paciente, angustiado por el próximo matrimonio de mi hija mayor. " Para mañana me trae el informe sobre el estado ambiental de la planta de Pilcomayo, y lo quiero a las ocho treinta sobre mi escritorio" grité y vi sus ojos verdes como perdidos en alguna isla lejana poblada de delfines e hipocampos.

Mañana lo tendrá Sr Vera Bermúdez (asi me apellido), respondió con su voz joven , varonil , honda, una voz que me hacia cagar entre las patas, una voz que siempre me hacía lubricar la verga, una voz que por poco me hacía acabar de la calentura. Me calentaban su voz, su forma de mirarme, sus pantalones siempre perfectamente planchados y hasta sus zapatos negros de suela de goma con sus cordones siempre desatados. Pero para el , yo era su jefe, Rafael María Jorge Vera Bermúdez , casado , heterosexual, padre de familia, Gerente General de ARUBA Petróleos de Argentina S.A. , presidente de la Asociación Argentina de Rugby de Salón, Síndico de la Asociación Cristiana Hermanas de la Santa Botella Milagrosa , Presidente del Cotolengo "Los Primores" de la Congregación Piadosa Universal y miembro destacado de varios clubes, logias, asociaciones y entidades de bien público. Yo era el macho de América como me había dicho una mujer a la que me había cogido en mis épocas mas heterosexuales.

Mientras mi chofer me conducía a casa, y yo parecía mirar hacia las avenidas que ibamos atravesando, pensaba en Galindo , Joaquín para los íntimos, en su mirada triste y en su expresión confundida ante mis gritos y me arrepentía de haberlo tratado así. El chico me gustaba desde el día en que lo había seleccionado para ser mi asistente: lo tenía todo, cuna, educación, seriedad, inteligencia superior, y además estaba muy bueno, era bello a mas no poder, masculino, deportista, simpático, con un físico privilegiado, un culo precioso que ningun pantalón podía ocultar y un apreciable bulto listo para ser consumido en caso de necesidad.

El condenado me gustaba pero yo nunca había tenido nada con un subordinado : no mezclaba las cosas, le temía al escándalo, a la extorsión, era muy discreto , reservado. Nada que ver. Tenía mucho que perder si se descubrían mis gustos. Claro que no me privaba de placer alguno. En el club que frecuentaba, en el gimnasio del "country club" donde vivía, en mis viajes, en un sauna al que solía ir un par de veces al mes, encontraba hombres atractivos dispuestos a tener sexo en forma clandestina conmigo. Hombres sin caras pero con pijas duras y gordas, ortos dilatados y peludos, bocas ávidas, manos ansiosas, cuerpos anónimos que se entregaban a mi placer sin preguntar mi nombre , y a cambio de nada.

Tenía casi sesenta años, dos hijos adultos y una misma mujer por los últimos treinta y cinco años. Era algo que me enorgullecía mas que los bienes materiales que había sabido conseguir . Adoraba a mis hijos, y a mi mujer me unían 35 años de vida en común, recuerdos , vivencias, complicidades, cosas compartidas, la queria mucho pero no la amaba. Pienso que nunca la amé. Era la persona ideal para mi: la que me daría hijos, la que me guardaría fidelidad, la que crearía un hogar para mi.

Una socia ideal en la dura lucha por la vida. Pero no estaba enamorado de ella. Me había entregado sus mejores años, me había dado hijos, había soportado mi mal carácter, mis infidelidades, mis pequeñas traiciones, mi desamor.. A cambio había tenido una vida sin privaciones, una vida acomodada, y el prestigio social de ser la mujer de un hombre importante. O sea, que ella tampoco era dichosa. Y mientras miraba esas calles en el camino a mi casa, me entristecía saber que ya nunca conocería el amor ..... Viejo cursi de mi..... Era exitoso, rico, reconocido, distinguido, tenía una posición, una fortuna, una familia pero como contrapartida de todo eso, nunca sabría que era sentirse enamorado. El macho de América solo cogía nunca hacía el amor. Me preguntaba que hubiera pasado en mi vida si alguien de mi mismo sexo hubiera aparecido antes , cuando mi sangre hervía de deseo por otros hombres, cuando lloraba de calentura por estar con un tipo y me reprimía, me controlaba, tomaba pastillas para los nervios, para la angustia, la ansiedad, el insomnio.

Y ahí aparecía la imagen de Galindo, los ojos verdes , el culo impresionante, el bulto haciendo ruido, la boca que nunca sentiría el calor de mi boca, la humedad de mi lengua el deseo loco de mi cuerpo.

Los preparativos del casamiento de mi hija, parecieron eternos, trámites , reuniones, toda clase de discusiones, y por supuesto que perjudicaron mi escasa vida sexual. No tenía tiempo, no tenía oportunidades, todo el día con mi familia, la familia del novio, curas, titulares de salones de fiestas, empresas de catering para la comida de la fiesta floristas, disc jockeys. , fotografos

El viernes anterior al casamiento, llegaron mis futuros consuegros desde una provincia del interior de la Argentina y me dieron ganas de irme de casa y tomar aire. En realidad tenía los huevos llenos y unas ganas de coger que me moría. En una guía gay que descubrí en Internet , leí que había un lugar a pocas cuadras del centro de la ciudad , donde había "dark rooms" y gabinetes con "glory holes" o sea, lugares oscuros con agujeros por donde uno pasaba la verga para que el de al lado te la chupara o visceversa.

Algo rápido, discreto y económico.

Con bastante sigilo caminé las cuadras que me separaban del estacionamiento de mi auto al lugar del "pecado" y entré como una sombra que tiembla en un recinto largo y oscuro y luego de seguir unos signos de neón, entré a uno de esos gabinetes para ser chupado mamado , para que me besaran el ganso..... Entré y se prendió una lucesita roja que casi no iluminaba nada y tuve la gran suerte que enseguida un tipo me golpeó por lo bajo y me pedió pija . La pasé por el agujero y el individuo comenzó a chupármela deliciosamente, con pasión y con mucho hambre de pija. Era la primera vez que sentía algo así: una boca bien húmeda , una lengua juguetona y una succión permanente sobre mi verga. El placer iba en aumento y yo seguía empujando mi pija por el orificio cogiéndome enloquecido aquella boca anónima. Ahhhh que placer me das papito gritaba yo....

Acabé como cincuenta chorros de leche que el tragó uno a uno con hambre y desesperación. Quedé como aletargado, como dormido y tardé en recuperarme hasta que escuché un golpe, y sin mediar palabra el tipo pasó su pija por otro agujero y caí de rodillas para chupar aquella pija sin nombre ni apellido. La olí , la besé , le pasé la lengua lentamente sobre la cabecita que asomaba y un regusto a leche cuajada invadió mi nariz y mi boca. Y hambriento como estaba de pija , mucha pija, comencé a mamar aquella verga enorme, esponjosa, dura. La verga de un hombre joven pensé, y el me daba, me daba aquella pija caliente jugosa y dura como si se estuviera cogiendo a una puta barata y yo seguía mamando y chupando y sintiendo la fuerza de aquella poronga espectacular que tanto habia estado necesitando. El tipo era muy verbal pues hacia exclamaciones contenidas, chupala putito me decía, sacame toda la leche vamos, si asi asi asiiiii ahhhh ahhhhhh si seguí no pares puto lindo asi , chupá chupámela, que ya me vengo , y te voy a dar un litro de leche , si chupala puto , segui asi asi decia y empujaba aquel falo increible por el orificio mientras desde otro cubículo yo alcanzaba a escuchar gemidos de placer ahhhhh ahhhh siiiiiiii siiiiiii siiiiii ahhhhhhhhhhhhhh....

Acabó como si fuera una manguera con propulsión hidráulica y me llenó la cara de leche , una leche espesa y caliente que parecía un yogur natural. Que macho pensé, que flor de pija me había comido en mi primer noche en ese lugar. Suerte del primerizo pensé.

En mi cubículo habia un banco de madera y me senté mareado y confundido , mientras con unas toallas de papel me limpiaba como podía y antes de tirarlas al piso olía aquel semen espectacular que el tipo me habían largado en la cara.

Cuando advertí que el otro iba a irse, le dije muy bajito "No te vayas...quiero verte"

El tipo hizo como si no me escuchara y sin despedirse se fue, en medio de aquella oscuridad.

Volví al mismo antro, despues del casamiento de mi hija y me instalé en el mismo cubículo y al rato apareció el mismo tipo, la misma pija hermosa y esponjosa demandando una mamada y lo hice y me pareció mas dura, mas caliente, mas jugosa, mas hermosa que nunca y chupé, mamé, chupé, hasta que mis mandíbulas se cansaron y el acabó en mis labios, en mi cara, en mi nariz y traté de respirar y por mi nariz salió un chorro de aquella leche hirviente de aquel personaje desconocido.

Me la chupó después con la misma fuerza con que lo había hecho el primer día, largas succiones que estiraban mi poronga y que parecían torturarla con la electricidad de su pasión sin límites y me causaban un ligero dolor. Despacito papito le dije y el fue más delicado, y con su boca y lengua expertas, me la mamó muy suavemente muy constantemente hasta que sentí que me moría y acabé en aquella boca ignota y el retuvo mi pija un rato mas, hasta que salió la última gota y pude por fin sentarme en aquel incómodo asiento de madera del cúbiculo: que placer , que delicia , que hermosura.

Pero se fue enseguida y desoyó mi pedido de verlo. Eso ocurrió varias veces más en dos semanas., siempre a la misma hora.

Salía del lugar y miraba los rostros de los tipos que salían conmigo o que entraban o que merodeaban la zona y trataba de adivinar quién sería el poseedor de aquella pija que me volvía loco . Quién sería el tipo que me la chupara asi. Pero todo fue en vano.

Una noche llevé una pequeña linterna y pude ver. que entre cubículo y cubiculo la madera con los agujeros no llegaba hasta el piso. Terminaba como a unos quince o veinte centímetros de distancia del suelo. Esa noche no apareció mi amante anónimo pero si alcncé a ver las zapatillas del tipo que ingresó al cubículo que ocupaba siempre aquel.

Pasaron varias noches hasta que en una de ellas volvió aquel de la pija sin nombre y repetimos la experiencia de siempre que seguía siendo impresionante pero que ya comenzaba a ser una rutina Yo necesitaba a todo el macho ese, no sólo su pija.... Lo quería en otro lugar, en una cama, con una ducha , en un ambiente mas privado. Mis rodillas no daban para mas.....

Cuando el tipo estaba por acabar encendí la pequeña linterna y por poco me cago del susto, vi los zapatos de mi compañero de sexo clandestino. Zapatos de suela de goma con los cordones desatados......El tipo acabó y por primera vez me tragué aquella leche caliente , aquel semen espeso y semi amargo que unundó mi boca y se deslizó como lava por mi garganta de puto, por mi garganta de trolo presuntamente heterosexual. Y ya no pasé el papel por debajo de la puerta del cubículo , sino que sali corriendo por los oscuros corredores tras la figura del hombre de la pija que había adorado por varias semanas y cuya leche me había tragado con gusto aquella noche.....

Lo alcancé en la esquina y por supuesto era Joaquín Galindo, mi empleado hermoso de ojos verdes como la fruta verde. Verde limón. Sin decir palabra lo tomé del hombro ante su sorpresa y juntos caminamos hasta el estacionamiento donde estaba mi auto y cuando se sentó en el asiento de adelante , lo único que atiné fue a atar los cordones de cada uno de sus zapatos , mientras él, muerto de miedo , de frío o de angustia, miraba mi rostro con una preocupación que desarmó todas mis defensas.

En el hotel por horas, no se resistió a mi pedido de desnudar de a poco aquel cuerpo suyo que tanto deseaba y terminé sacando sus zapatos y besando sus cordones y desnudando sus pies delgados y con poco vello , y fui chupando uno a uno sus dedos, y el completamente desnudo gemía volcado sobre mi cuerpo vestido, y gritaba mi nombre mientras yo acarciaba una vez mas , y ahora a plena luz, aquella verga hermosa que tanto había saboreado. El me tiró contra la cama y fue desnudando una a una mis ropas, como quien despoja a un soldado de todas sus armas y corazas, y cuando me tuvo completamente en bolas, se tragó mi pija con desesperación.

Chupaba y chupaba con fuerza y por momentos se alejaba para arremeter contra mis huveos con lamidas cariñosas, y fue entones cuando con infinita pasión lo interrumpí y comencé a besar su boca con desesperación hasta hundirle mi lengua en su garganta, y seguí por las tetillas rosadas apenas cubiertas con un suave vello, y besé y acaricié aquellas tetas y las mordí hasta causarle dolór y recorrí con mi lengua todo su pecho , su ombligo sus vellos púbicos y finalmente comencé a chuparme aquella pija exquisita que me había deslumbrado en aquel antro oscuro. Pero el quería que yo me lo cogiera y asi me lo pidió con su voz de macho bonito y sensual y me entregó aquel culo espectacular, redondo fuerte y grande, que fui lubricando y dilatando con mis dedos hasta que con un grito desesperado, se la puse por fin en el orto hermoso en el agujerito sagrado de mi dulce compañero, y comenzaba a bombear bombear bombear, hasta que llené aquel culo de mi leche demorada, de mi leche angustiosa, de la leche de mi verga mas caliente que hubiera producido nunca.

Y cuando acabé en aquel hoyito hermoso que tanto me hizo disfrutar, el se dio vuelta y con la cara aún inyectada del color y del placer supremo recién vivido, me dijo desde sus ojos verdes como la fruta verde: "Gracias Señor".

galansoy.

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g.