El Lunar
Sara no podía quitarse de la mente la imagen de aquel lunar...
EL LUNAR
- "Vaya, nunca me había fijado en ese lunar".
Manuela levantó la vista y vio a Sara reflejada en el espejo del cuarto de baño.
"¿Y por qué ibas a fijarte? No lo tengo en un lugar muy común."
"No, eso es cierto. La verdad es que no conozco a nadie que tenga un lunar entre las tetas. ¿Va a ducharte?"
Manuela asintió, despojándose completamente de la toalla. Se introdujo en la ducha, cerró la mampara y accionó el grifo del agua caliente. Colocó la alcachofa de la ducha en el gancho más alto de la pared, cerró los ojos y dejó que el agua corriera a su antojo por todo su cuerpo, desde la nuca, hasta los pies, en finos regueros de agua. Pensó en Sara y en su dichosa manía de colarse en el cuarto de baño cada vez que se iba a duchar.
¿Y si Sara fuera ?
Pero no. Sara tenía novio. Aunque eso, a veces, no significa nada
Se acarició el cabello mojado y tanteó uno de los laterales de la bañera en busca del champú. Cuando lo halló se echó un poco sobre la palma de la mano y lo extendió lentamente por el pelo. Cierto aroma a kiwi lo impregnó todo. Se masajeó la nuca hasta que notó la textura de la espuma, siempre con los ojos cerrados, sintiendo el agua cayendo, tratando de relajarse, de no pensar y de pronto lo sintió. No fue ningún ruido, sino la sensación de estar siendo observada. Abrió los ojos y vió una sombra apenas perfilada al otro lado de la mampara.
- "¿Sara?... ¿Estás ahí?".
Silencio.
- "¿Sara!?"
La figura al otro lado se delineó con más claridad, acercándose a la mampara. Una mano se posó sobre uno de los extremos y se abrió muy despacio, casi con miedo. Manuela contuvo la respiración.
"¡¡Sara, joder, no me metas estos sustos !!"
"Lo siento, Manu, es que no puedo quitarme de la cabeza ese lunar déjame verlo otra vez "
"Pesadita te pones, eh?"
La risa nerviosa de Sara resonó en el baño y la mampara se abrió del todo. Manuela permanecía inmóvil, petrificada, sintiéndose estúpida por el cosquilleo que empezaba a hacerse notar en su bajo vientre.
- "Es que es precioso "
Sara observó durante unos instantes la desnudez de Manuela, cómo el agua acariciaba su cuerpo en finas líneas Y sin más, se inclinó hacia Manuela, y rozando levemente con los labios el famoso lunar, probó las mieles de su dulzura, y una fina línea de agua también empapó sus labios. Después, sin dejar de acariciar con sus labios la suave piel de Manuela con sus labios, viajó sin transición desde el lunarcito que estaba entre sus senos hasta uno de sus pezones, el derecho, y recreándose en él, lo lamió con la punta de la lengua, y bebió del líquido elemento directamente desde su seno, y luego envolvió con su boca el pezón y succionó y succionó
Manuela la miró sorprendida, incapaz de moverse. Pero no vio nada grave en ello y se dejó llevar y echó la cabeza hacia atrás y se apoyó con una mano a un lado de la bañera mientras que con la otra sujetaba la cabeza inclinada de Sara para atraerla más hacia sí misma y todos los miedos, mezclados con el agua que había acariciado el cuerpo de Manuela y los labios de Sara, se colaron por el sumidero, perdiéndose en la oscura suciedad de las cloacas
Aliena del Valle.-