El lote de autos
Esta es una aventura, que todos deben vivir al comprar su auto, una cogina magistra con una mujer delicio deliciosa.
LOTE DE AUTOS
Esta es una historia, que todos deberíamos vivir a la hora de comprar nuestros autos!!
Un día me dirigí a un lote de autos para comprar mi automóvil, la verdad yo solo quería comprar un auto que no fuese muy caro, pero que fuese funcional, para trasladarme y vivir dentro de el algunas aventuras.
Entre a un lote de autos que me avían recomendado, por tener buenos precios y una buena calidad en los autos que ahí se vendían.
Me dirigí a la oficina del administrador que era el dueño del local; ahí havia tremenda discusión entre él y su esposa, no sé de que se trataba, pero cuando llegué ambos se callaron, yo pedí permiso y entre; uyyyy, esa mujer estaba como quería, llevaba puesto un mini short de mezclilla ya un poco desgastada y una blusita muy pequeña de tirantes con escote algo pronunciado, además unas tenis blancas que le alargaban más sus blancas y gruesas piernas, tenia el cabello rubio natural o así lo pensé al verle los bellos de sus piernas y manos.
"Buenos días" dige al entrar, "quisiera ver algunos de sus autos" dige "estoy interesado en comprar uno", en lo que se iba a levantar el señor, ella se adelanto y me dice vamos yo le muestro todo lo que quiera ver, su marido algo dijo y ella respondió con una voz fuerte y autoritaria " NO señor usted se queda aquí y no nos moleste", me tomo del brazo y salimos a afuera.
Ya habíamos recorrido casi medio local y estábamos en una línea de autos un poco escondidos cuando ella comenzó a insinuárseme mas en serio, yo al principio estaba al o incomodo y temeroso por su esposo pero luego pensé, que si el no era lo suficientemente valiente para defender ese mujeron, yo si la iba a aprovechar por completo.
Ella pretendía venderme un auto grande y espacioso, abrió la tapa del motor y me lo mostró, se recostó a la orilla de la carrocería y se levantó en puntillas, dejando ver las puntas de sus blancas y deliciosas nalgas, a las cuales comencé a tocar, pasando mi mano por ellas y averiguando y disfrutando la dureza de estas, metía mis dedos por las orillas de su short, ella solo me miraba y hablaba del auto, el cual ya no me interesaba, cuando pude tocar mas profundo descubrí que llevaba puesto un hilo, y luego pude tocarle su hoyito, ahí la oí gemir muy suave, inclino mas su cabeza como si se quisiera meter dentro del motos del auto. Tome mi otra mano y la coloque por delante de ella para hacer presión sobre su vagina, yo estaba comenzando a excitarme mucho, pues pude meter uno de mis dedos dentro de ella y ya estaba mojadita, le hacia movimientos con mis caderas como si la penetrara, eran algo fuertes pues la chocaba contra la carrocería de ese carro, comencé a acariciar sus pechos enormes, blancos y pecosos, esas manchas rojas me decían tócame y solo pensé en apretarlas. Le di la vuelta la puse frente a mí, la tome de su cinturita y la levante un poco, apenas para colocarla sobre el guarda barro del auto abrí sus piernas y metí e medio de ellas, comencé a comerme ese cuello, sus orejas su boca y se me nublaba la mente cada vez que metía su lengua y exploraba toda mi boca y se anudaba con mi lengua, a la vez que le tocaba su sexo que paresia se iba a derretir de lo caliente que lo podía sentir.
Ella ya estaba gimiendo demasiado fuerte, casi gritaba y decidí comerme su vagina empapada de sus jugos internos aunque fuera por encima de su short; en ese momento volví mi cabeza hacia un lado en medio de sus piernas y vi a su esposo mirándonos con un os ojos llenos de ira, pensé que me iba a reclamar por que estaba follando a su esposa, pero cuando lo vi que se escondió al pillarlo, no me importo y más bien quise que supiera que esa bella señora seria follada por de la mejor manera que se lo habían hecho y que su esposa cada vez que el la quisiera tener me recordaría a mi..
Entonces la tome de la mano y la subí al auto, nos pasamos a la parte de atrás y reclina los dos asientos traseros que formaban un a mini cama, que era algo cómoda.
La acosté y le hice arrancado su short y comencé a besarle y succionarle sus labios vaginales y con mi lengua pude localizar su clítoris y se lo movía en círculos con mi lengua traviesa, y ella pareció disfrutarlo mucho por que se retorcía y gritaba como parecía hacia tiempo no lo hacia, entonces decidí que era hora de penetrarla hasta lo mas profundo de ella
Me baje los pantalones, tome mi pene el cual ya estaba demasiado lubricado con la mano, lo puse apenas sobre su conchita y metí apenas la cabeza en forma lenta, pero pareció que eso no le atraía, pues me tomo de las nalgas y me llevo hacia ella de un solo empujón, estaba tan excitada que me decía un montón de cosas que solo lograban excitarme más a mi, mientras yo estaba con la cabeza metida dentro su mini blusa, y comiéndome semejantes tetas, y en se momento ella se pudo venir, clavo sus uñas en mi espalda y grito, luego me abrió la boca y me comió la lengua en un sabroso beso.
Como yo no había acabado ella me recostó a mí en la pequeña cama improvisada, esto me dejo con posibilidad de ver por el retrovisor que su esposo aun nos esta mirando aun más de cerca, ella ya lo había notado, y entonces tomó mi verga aun muy dura y más mojada por los líquidos de ella, la enfilo en su sexo y se sentó de a poquito ahora si para disfrutar, colocó sus manos apoyadas en el techo del auto, y comenzó a jinetearme haciendo presión con sus manos hacia abajo, eso le daba más fuerza a la penetración y algo mas de velocidad ella estaba como loca por hacerme gozar y la verdad lo estaba logrando, pues sentía como si mi pene se fuese a quebrar en dos y la misma sensación de tenerla chimada por tanta fricción, pero eso me encantaba, al punto de me corrí, en el momento en que me estaba corriendo la trate de quitar pero ella me dijo que me viniera dentro de ella por que le encantaba el calor del semen, y sentirlo como se deslizaba hacia fuera calentando su vagina, cuando mi verga se puso flácida y salía sola de ella, pude ver cuando se levanto mi semen como corrida revuelto con sus líquidos, por sus muslos y como ella se los pasaba por sus piernas y estomago y como lamía sus demos aun llenos de mi, parecía encantarle mi lechita por que se agacho y me termino de succionar lo que me quedaba en dentro de mi pene.
Su esposo al ver que ya salíamos del auto se escondió mas para que no lo viéramos, sin embargo ambos sabíamos que estaba ahí.
Ese día no compre ningún auto y ella me dijo que en las siguientes semanas llegarían mas autos que podían venir cada semana a verlos y si alguno me gustaba ella me lo vendería, como se imaginara fui por muchas semanas ano precisamente a ver autos, y cuando compre uno que me gusto lo compre pero siempre seguí yendo a ver autos, jajá jajá.
Alexander Delgado Sáenz, C.R.
Dedicado a: Verónica García. Arg.
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