El loco V

Ahora el escarceo sexual de las hermanas del loco y la insinuación materna. (Filial-Lésbico)

EL LOCO V.

Mamá llegó despertando a todo mundo. No hizo ruido al entrar a casa ni cuando entró a las habitaciones pero cuando paso a mi pieza, me despertó con un beso en la comisura labial.

-Ya llegue hijo. ¿Cómo estás?- Interrogó mi madre que inclinada sobre mi me mostraba discreta e inocentemente su escote.

  • Bien mamá. ¿Cómo te fue?-

  • Fue muy cansado, todos esos buitres hipócritas simulando su llanto para saber que nos heredó tu padre o… nada.- Ella no concluyó su frase y en el psiquiátrico me enseñaron que eso es una señal de algo que se quiere contar pero con alguien de confianza.

  • ¿O qué? Sabes que puedes decirme, no hay ningún problema.- Suavice mi voz.

  • Bueno… muchos sólo iban a insinuar que “una mujer tan bella y tan joven” no se puede quedar viuda. En primera, yo ya no estoy “tan bella ni tan joven” y en segunda, me importa poco tener o no un hombre, tu padre ya ni me atendía a mi.- De nuevo, mamá paró en seco su charla.

Pensé “si ya no la atendía a ella, ¿entonces a quien?”

  • Mamá, no digas eso, eres hermosa y muy joven aun, no dudo que no falte quien te haga esas proposiciones tan encendidas.- el chiste le causo gracia a mi mamá que me abrazo pegándome los senos, después me dijo “gracias” y me dio un beso suave en la mejilla.

  • Por cierto, ¿ya viste tus regalos?-

  • No, Maribel me advirtió que nos los abriera hasta que ellas me lo dijeran.- Le explique a mi madre, después divagamos en varios temas hasta que llego la hora de cenar.

A partir de ese momento parecía como si nunca me hubiera ido, como si todo lo que hice mal nunca hubiera sucedido y fuera yo, de nuevo, el hijo pródigo de la familia. Cenamos muy rico y Maribel me lanzaba comentarios pícaros: “hay mucha leche, me das más hermanito, no seas tacaño”.

Lo primero que se les ocurrió como buenas mujeres fue ir de compras al día siguiente, ¿se nota que la figura extinta de mi padre no era muy venerada? Después de su repentina partida todo era miel sobre hojuelas. Al morir había dejado una herencia mediana que si sabíamos manejar nos dejaría muy buenas ganancias, la casa estaba pagada, también los estudios de mis hermanas y los míos.

Al siguiente día fuimos a tiendas departamentales y plazas en donde gastamos todo el día, se suponía que compraríamos ropa para mí, pero después de una chamarra, dos jeans y dos camisas el panorama cambió. Maribel y Selma fueron a comprar ropa interior y mamá me pidió que la acompañara a comprar zapatos.

Pensé que era mejor idea ir con mis hermanas pero me equivoqué, después de elegir tres pares de zapatos para probarse, mamá se sentó en un sillón a esperar que le trajeran su pedido. Y en cuanto se inclinó para probarse los primeros, se quejó de un dolor de espalda.

  • Te dije que ya no soy tan joven, ¿me ayudarías a abrochar la correa?- Pidió ella con unos ojos de ternura que no pude negarme.

Ella iba ataviada con un vestido delgado de falda corta, floreado, con escote medio, medias y zapatillas de tacón bajo blancas.

Cuando me incline para ayudarle a abrocharse la hebilla, me percate de la grata visión que esa posición me ofrecía, sólo bastaba que mamá abriera un poco las piernas y vería que tipo de ropa interior traía. El momento esperado llegó y vi con agradecido silencio unas medias de encaje con elástico cubriendo sus piernas y una braga de encaje negro, miré sus ojos y ella me veía con una sonrisa maliciosa. Probamos sus tres zapatillas de las cuales adquirió dos obsequiándome el espectáculo erótico más grato que haya vivido, vi sus medias, sus bragas y alcance a deducir el recorte de pubis que llevaba.

Eran las 10 de la noche cuando llegamos a casa, demasiado cansados pues invertimos más de 5 horas en las tiendas de ropa, 1 en comida y otras 3 en mirar libros, revistas, alhajas, películas y demás. Quedamos exhaustos, la convivencia con mi familia fue magnífica y la estancia en casa era plena, después de un rico baño todos nos fuimos a nuestros dormitorios.

Ahora sí jugaba con mi nuevo videojuego portátil acostado en mi cama cuando escuché la puerta del dormitorio de Selma abrirse (su habitación era contigua a la mía), pegue mi odio a la pared para escuchar lo que pasa del otro lado.

Maribel entró al cuarto de mi hermana menor, luego oí algunas palabras y después un silencio, minutos más tarde, cuando pensé que ya no había nada más por escuchar, empecé a percibir gemidos.

Del otro lado de la pared, mientras el loco escuchaba, la acción era similar a lo que se imaginaba. Maribel había entrado inmediatamente después de tocar a la puerta, vestida con un camisón traslucido de color rojo y tanga del mismo tono. Selma estaba en pijama de franela.

  • ¡Hola! Vengo a presumirte mi nueva adquisición, ¿Qué tal me queda?- Preguntaba coqueta Maribel.

  • Te gusta escuchar que eres hermosa ¿verdad? – Maribel respondía a esa pregunta con su característica sonrisa de zorra- Sin en cambio mírame a mí, en pijama de franela.- Se notaba un tono triste en la voz de Selma.

  • Porque quieres. ¿Acaso no te compraste también lencería nueva?- Más bien sonaba a regaño esa opinión de Maribel.

  • Ja, como si me fuera a ver tan bien como tú, tienes unas piernas hermosas y un culito paradito… ¿y yo?… Casi no tengo pechos y mi culo es demasiado grande.- Resolvía triste Selma.

  • ¿Cómo? ¡Eres hermosa! Tienes una carita de ángel, tus ojos claros y tus pestañas ya las quisiera y ese culo del que te quejas me encanta.- Maribel se acercaba a su hermana mientras hablaba.

  • Pero él te eligió a ti primero.- Selma lo decía indignada.

  • Es que lo único que te falta a ti y a muchas personas es la actitud, mira.- Maribel comenzaba a tocar a su hermana en el nutrido culo y lentamente sin dejar de verla a los ojos le plantó un beso suave y húmedo.

El toqueteo inicial corría por parte de Maribel, ella acariciaba  a su hermana por encima de la ropa y besaba su cuello aumentando la respiración de ambas. El intercambio de besos continuaba mientras los botones del pijama iban cediendo a las astutas manos de la hermana mayor. Pronto Selma sólo tenía  puesto el pantalón.

  • Ves, eres hermosa.- Maribel besaba el cuello e iba bajando hasta llegar a los senos de su hermana, ahí se entretuvo dedicándole deliciosas lamidas a esos pezones pequeños y rosados, arrancándole gemidos entre suspiros agitados.

Maribel continuó besando su vientre y mientras acariciaba las caderas la despojaba de su pantalón para descubrir una tanga rosa.

-Voltéate.- Ordenó Maribel y cuando así lo hizo su hermana contempló ese voluminoso culo. – Te ves fenomenal.- Acarició las nalgas de su hermana, las besó, las estrujó y después fue quitando la única prenda que le quedaba.

Cuando tuvo completamente desnuda a su pequeña hermana y boca abajo, le abrió las enormes nalgas y lentamente le dio un beso en el ojete, Selma se estremeció y volteo para decirle, casi suplicante a Maribel que se desnudara.

Lentamente y con caricias de cuatro manos de por medio, Maribel fue despojándose de su pequeño y traslúcido atuendo, su bronceada piel era explorada por las manos níveas de su hermana. Sus bocas se encontraban de vez en vez para poder humedecerse los labios con la lengua de la otra.

El encuentro terminó por encenderse cuando Maribel pellizcó el clítoris de Selma, pues esta última era una masoquista sin remedio, ella pegó un respingo y en el segundo pellizco empezó a lubricar, Maribel lo notó y quiso probar el néctar directo de su fuente, el primer orgasmo de la menor llegó después de unas cuantas lamidas y una ligera mordida en ese pequeño centro de placer.

-Ahora te toca a ti.- Maribel se recostó y abrió sus labios vaginales en una clara invitación a su hermana.- Ven pequeña lindura, lame como sólo tú sabes.-

La chica se acerco a su hermana y comenzó a lamer con precaución para después ir aumentando el frenesí de su lengüeteo hasta lograr el orgasmo de la mayor. Después se besaron con ternura mientras acariciaban la parte que más les gustaba de la otra, así mientras Maribel acariciaba el gran culo de Selma, esta se deleitaba con las tetas de la mayor.

Pasaban las vacaciones de verano y cuándo terminarán “el loco” se inscribiría de nuevo a la preparatoria. Faltaban sólo dos semanas más y las tres mujeres coqueteaban con él en una batalla por llamar su atención.