El loco de las bragas. Mis bragas.

De vuelta amores, con algo cortito pero intenso...jiji.

Hola guapos!!! Después de mucho tiempo, vuelvo con una historia!! Con muchas ganas espero que os guste.

Después de días de vacaciones, mi jefe Carlos, me agarro por banda y me dejó en plena forma en tres o cuatro días. Polvo aquí, polvo en la oficina, mamada en el coche, polvo en su casa, polvos y mamadas a doquier.

Así que ya instalada en casa. Como en mi casa, sonó el timbre y fui a ver quién era. Un hombre mayor con un polo, una bolsa en la mano de deporte y gafas de sol.

Yo: Quien es usted?

Jaime: Anda niña, donde está tu jefe.

Grite a Carlos, bloqueando la puerta.

Carlos: Déjalo pasar nena.

Al verse se fundieron en un abrazo y hablaban entre ellos, yo volví al sofá donde estaba anteriormente muy a gusto.

Llegaron al comedor de nuevo...

C: Nena, te presento, este es Jaime, un amigo desde hace años, está de viaje y vino a visitarme.

Y: Encantada.

Jaime: No lo sabes tú bien.

Carlos, se acercó a mi oído, susurrándome: Trabájatelo bien, se conforma con poco, no te costará esfuerzo, eres una máquina.

C: Bueno os dejo.

Sin más...me dejo allí tirada, me sentó un poco mal, podría a verlo comentado. Qué asco...

Sólo cerrarse la puerta, Jaime dice:

J: A ver, déjame verte...

Agarré mis manos y las puse delante de mi barriga. Un poco avergonzada, de que ese hombre me mirara con tanto deseo.

Él ni corto ni perezoso, se sacó su polla, mientras me miraba fue sacando su polla, iba a lo que iba nada de tonterías.

Se acercó y puso mi mano en su polla, mi instinto fue pajearle lentamente. Su mano, paseaba por encima de mi camiseta hasta que me hizo señales para levantarla, así lo hice, dejando mis tetas al aire, ya que no llevaba sujetador. Su mano con el anillo de casado, paseaba por mis dos tetas. Yo no solté su polla en ningún momento. Pero simplemente dio el visto bueno a mis tetas, acariciando suavemente los pezones, con un ligero toque con la parte exterior del dedo índice. Luego bajo hasta la goma de mi pantalón, bajándolo hasta que se veían todas mis braguitas, negras con el borde de puntilla, ajustadas a mi coñito. El dedo índice recorre toda la rajita, que se marca, arriba, abajo, arriba, abajo.

J: Buueeenooo. Dice suspirando.

Sube un poco el pantalón y de nuevo su dedo se mete entre mis braguitas y baja a la vez mis dos prendas de ropa. Dejando mi coñito al aire, con los pelitos en crecimiento, de hace 5 días. Acerca su mano a mi rajita e intenta agarrar los dos labios con el dedo índice y el corazón.

Que morbo me da que me soben así, no puedo evitar que un hombre casado, con el anillo incluido, me vuelva cachonda pérdida. Al final iba a ser un polvo decente?

J: Bueno, me dijo Carlos que aún te faltaba práctica en el oral, vamos a ver.

Que me hacía falta práctica en el oral? Será carbón! Si le hago mamadas de 15 minutos!!! No me quise alterar más. Cuando me di cuenta ya estaba arrodillada comiéndome la polla de ese desconocido.

Lentamente la metía hasta media altura, para sacar mi boca y dejar mis labios rodeando su cipote, nunca la sacaba del todo, haciendo un poco de presión volvía a entrar en mi boca. Pero la noté un poco seca y  escupí en ella, me salió abundante saliva. Mientras pajeaba la polla, esparciendo la saliva, mi lengua recorría su capullo haciendo círculos. Mis movimientos eran lentos, hasta que el morbo de él aumentó y puso su mano en mi nuca, marcando el ritmo que quería. Mis manos apoyadas en sus muslos me servían de tope.

Tenía la polla muy dura, de un tamaño normal pero anchita.

J: Pues no lo haces tan mal, menudo gilipollas el Carlos. Yo que pensaba que te iba a tener que enseñar.

Y: Y como querías enseñarme?

J: A las putitas no se les da explicaciones. Su mano me acercó hasta su polla de nuevo. Pero me separo al entrar casi toda en la boca.

J: Quítate eso anda.

Bajé mis pantalones, después las braguitas y me hizo sentarme en el sofá, bien abierta de piernas con los pies en el sofá. Se arrodilló colocando sus manos en nalgas, admiró por un momento mi coñito rasurado y empezó a devorarlo.

Me extraño que un hombre que solo quería follarme se pusiera a comerme el coño, pero bienvenido fuera.

Su nariz se doblaba de la presión que hacia contra mi coño. Yo disfrutaba, no os engaño de esa lengua frotando mi clítoris. Me salían gemiditos de placer. Estuvo un rato acariciando mi clítoris, para luego agarrar con sus labios mis labios y jugar con ellos. Se levantó sin mediar palabra y mi mano fue directamente a mi clítoris, necesitaba tocarlo, sentir como estaba, calcular mi flujo...y no fallaba, ese casado maduro me había puesto enchorpada.

Volvió colocando sus rodillas en el sofá y acercando su polla a mi coño. Su polla se coló solo hacer un poco de presión, de lo mojada y abierta que estaba. Su polla se colaba toda en mi coño, sintiendo más el ancho que el largo. Y empezó a follarme a un ritmo bastante alto. Estuvo poco rato, ya que se le notaba la polla a punto de explotar. Se levantó ofreciéndome la mano para ayudarme y me levantó. Me dio la vuelta y me puso de espaldas a él, con mis manos en el sofá y mi culo en pompa. Me hozo abrir las piernas, y me inserto de nuevo su polla. El ritmo era ahora más inferior que antes...

Yo estaba a mil pero necesitaba un poco más de marcha, más caña o algo, pero entendía que el hombre estaba a punto de estallar. Cuidaba muy bien la polla dentro de mi coño. Pero empezó a follarme lentamente y metiendo solo la puntita, y pensé que ya llegaba su fin, sin casi haberlo disfrutado.

Saco su polla, y me hizo levantar de nuevo.

J: Ponte las braguitas de nuevo putita.

Sin rechistar y sin más, cogí mis braguitas negras y me las puse. Me agarró por la cintura, bajó un poco mis bragas, mientras las aguantaba con la mano se pajeaba con la otra y acercó su polla a mi rajita, frotaba su capullo contra mis flujos. Hasta que empezó a gemir sacando su leche dentro de mis braguitas y encima de mi rajita. Acabó limpiando su polla en el pequeño trozo limpio de tela y se cubrió en la gloria cuando mientras me besaba la mejilla iba aparentando mis braguitas sucias contra mi raja. Restregando cada mililitro de semen por mi piel.

Notaba como el semen pegajoso, se impregnaba en mi piel. El semen calaba en la tela.

J: Eres de notable alto, zorrita. Ahora dame esas braguitas sucias que me las llevo.

Espero que os haya gustado en breve tendremos alguna cosa más!

Besitos!