El Loco 4
En una comida de bienvenida Maribel ayuda a su hermano. (incesto)
EL LOCO IV.
Ahora había más cabos sueltos Por supuesto, aún no recordaba porque había caído en manos de la hermosa doctora Melisa y ese hospital tan disparatado. Tampoco estaba al tanto del gustoso cambio que había experimentado mi madre en su físico (ver el Loco II) y mucho menos si mis hermanas estaban seduciéndome descaradamente (ver el Loco III) ¿o qué?
De nuevo, absorto en mis pensamientos para pode encontrar la razón de todo lo que había sucedido ese viernes 13 me posé frente a la PC y busqué más información en el historial que estaba antes de que yo usara la máquina. Encontré páginas porno de todo tipo, desde las que mostraban a las actrices más bellas y a los hombres más apuestos hasta las que mostraban relatos eróticos y algunos no tanto (TODORELATOS) pasando por videos o fotografías de zoofilia, incesto, hentai, orgías y claro, material amateur, webs de contactos entre parejas o personas solas que buscan una buena sesión de sexo. No puedo decir de cual había más o cuales conquistaron me atención porque era todo un manjar electrónico lo iba encontrando.
Escuche una puerta que se cerraba y a mis hermanas en el pasillo, cerré toda la sesión de internet y abrí un juego de solitario para aparentar mis actividades. Inmediatamente después de llamar a la puerta (como siempre entreabierta) mis hermanas pasaron.
Hola hermanito.- Dijo melosamente Maribel y fue directamente a mis brazos.
¿Estrenando tu PC?- Complemento Selma, que llevaba el mismo brillo labial que Maribel.
Quise probarlas, ellas me estaban ganando terreno en esa lucha de seducción y lancé mi pregunta.
Sí, pero creo que ya la habían usado ustedes.- Esperaba una cara de asombro, una respuesta ingeniosa o cachonda pero no lo que vino.
Ah, sí, mi mamá acostumbraba chatear y jugar en tu PC.- Respondió tranquilamente Selma.
Me imagino que volví a poner mi cara de idiota porque ellas se rieron por lo bajo pero no duró mucho pues prosiguieron con lo de los regalos. Entre ánimos y aplausos primero, como siempre, Maribel me dio el que era de su parte. Un celular de los mejores, touchscreen, cámara, memoria expandible y todas esas cosas. Después de mi abrazo, me dio un beso cerca de la comisura derecha. Luego le tocó el turno a Selma, una vez destrozada la envoltura pude constatar con alegría que el regalo era un videojuego portátil con memoria incluida para agregar juegos. Ella me dio un abrazo y un beso igual al de Maribel.
- Bueno, hermanito, seguramente tendrás hambre así que vamos a cocinar algo para ti de bien- venida .- Resaltó Maribel la última parte de la palabra.
Cuando salían de la habitación Maribel le dio una nalgada a Selma pero con la variante a que por un instante le estrujaba la nalga, misma que onduló deliciosamente.
Apagué el ordenador imaginándome a mi madre revisando páginas eróticas y pornográficas, y antes de salir guardé la tarjeta de Melisa en un cajón de mi escritorio.
Bajé las escaleras y entré en la cocina para ver a mis hermanas abrir una botella de vino tinto que pensé era para la comida pero sirvieron en tres copas, brindamos por mi regreso y ellas se pusieron a preparar la comida; me ofrecía a ayudarles pero me mandaron a la sala a ver la televisión.
Me fui como me lo ordenaron, encendí el aparato dejando una serie que nunca había visto y mejor me dedique a revisar mi nuevo celular que Maribel había recargado para que lo empezara a usar. Estaban los números de mis hermanas y mi madre, así como el de la casa. Quería ver qué juegos, imágenes y canciones tenía y me encontré con lo básico más un extra bastante interesante, había fotos de Maribel tomadas en el baño con sólo su ropa interior puesta así como muchas hemos visto que circulan por la red. Quise tomar las riendas de nuevo y entré en la cocina.
Maribel, ¿me prestas tu celular para pasar canciones al mío? Por favor.- Le pedí.
Claro, toma.- Se metió la mano al bolsillo y sacó su celular.
Lo tomé, le pedí el suyo a Selma y también me lo prestó, una vez con los celulares en mi poder salí de la cocina. Justo cuando me iba a sentar vi que el de mi hermana la mayor estaba protegido con clave y regresé a la cocina para que lo desbloqueará, de nuevo, me tocó escuchar una conversación que no tenía que escuchar.
¿Le dejaste las fotos que te tomaste en el baño? Preguntó Selma.
Sí, pero no todas, borré las mejores.- Acertó Maribel.
Te estás pasando, eres muy descarada y quedamos que no iba a ser así. ¿Qué tal que se espanta y se regresa a la clínica?- Reclamó Selma.
No, no creo que se espante, le dieron un buen trato según tengo entendido, además mi papá ya no está para recluirlo otra vez por esos estúpidos celos.- Aclaró Maribel.
Cambiaron de tema, ahora conversaban sobre la comida y entonces entré. Maribel accedió a desbloquear su celular pero ella introdujo la clave, momento que aprovecho Selma para tomar un plátano e invitarme otro a mí, no acepté pero Maribel se tardaba en devolverme el celular mientras Selma lo pelaba completo, primero lo lamio alegando que ella así lo probaba y después metió un tercio de la banana en su boca muy sensualmente para terminar con una mordida igual de cachonda y tirar la cascara en el bote dejándome ver su amplio culo.
Me comenzaron a hacer plática de nuevo mientras revisaba el celular y ellas cocinaban, hablábamos de nuestra niñez y de las cosas que habían cambiado en la casa, de cómo el dinero era mayor ahora que papá había muerto y porque falleció. Por mero morbo revisé no solo las canciones o las imágenes de los celulares de mis hermanas, sino también sus llamadas y sus fotos.
En las llamadas me encontré con que mientras espiaba a una u otra (ver El loco III) ellas eran las que timbraban o se mandaban el mensaje, con un poco de alcohol en mi cuerpo pude concluir que una le avisaba a la otra que yo la vigilaba. En las fotos encontré galerías completas de mis hermanas con diferentes prendas, incluso hasta modelando su ropa interior, maravillosas fotos con sólo sus bra, tangas, medias y ligueros.
Los tragos circulaban y antes de que empezara a soltar su buen olor la comida ya me sentía mareado. Hacia unos minutos antes, platicaba con mis hermanas aunque ellas dominaban la charla y según ellas para abrir apetito, me dieron unos chocolates y tuvimos que abrir otra botella de vino tinto para degustar de la comida después de que esta se pudiera servir.
Después de la deliciosa comida y la cabeza dándome vueltas, pasamos a la estancia a seguir platicando. Claro que yo no podía hilar bien las frases e ideas para contestar y pronto mis hermanas se dieron cuenta, creo que Selma estaba en condiciones similares y Maribel para nada.
Creo que nos veremos más tarde, cuando llegue mamá. Me iré a dormir un rato.- Selma se retiró y observe sin reparo alguno como ese considerable trasero se movía al subir cada escalón.
Deja de ver a tus hermanas.- Ordenó en broma mi hermana mayor.
Únicamente atine a decir "perdón" pero con una sonrisa de mentira en la cara que bien supo interpretar mi hermana.
- Ven, acércate.- Sobra decir que Maribel siempre da órdenes.
Cuando estuve sentado junto a ella pasó uno de sus brazos por mis hombros y me acerco a su pecho.
- Sé que estuviste recluido mucho tiempo y que tienes ciertas necesidades, yo lo sé pero tal vez Selma no lo pueda entender así no sé cómo expresar esto.- Mentía, suavizaba la voz cada vez que mentía y eso estaba haciendo.- Sabes que por recomendación de tu doctora no puedes tener tu puerta cerrada así que haremos un trato cuando tengas tus necesidades, sea cual sea, avísame para cuidar que nadie te moleste mira.- Ella cambio el canal del cable y sintonizo con volumen bajo una transmisión para adultos.
En la pantalla la acción ya había comenzado y una rubia montaba alegremente sobre una polla de buen tamaño, sonreía y veía a la cámara, eso siempre me excitó.
- Cuando quieras puedes ver este canal y otros más dedicados a eso pero no está bien que espíes a Selma y menos que dejes tu... esperma regado por donde sea.- Era como si Maribel me hubiera echado un balde de agua helada pero que con la película y la imagen de mi hermana saboreando el semen mi excitación era evidente.
Recostado en su pecho sentía su respiración como se agitaba y como palpitaba su corazón.
-¿Puedo?- Le pedía permiso para poder tocarme.
- Claro. Te daré 10 minutos, te voy a dejar solo. ¿Te parece?- Preguntó con una cara de inocencia que me puso aún más caliente.
Quería responder que no, que se quedará pero de mis labios salió un "sí, gracias".
Ella se alejó rumbo a las escaleras en donde me deleite con sus piernas mientras subía a su habitación.
Me desabroche el pantalón, lo bajé y antes de continuar revisé que mis hermanas no estuvieran cerca, una vez constatado ese dato baje mis interiores y comencé a recorrer el prepucio de arriba abajo en una sesión de placer individual, en la pantalla estaba la rubia mirando a la cámara ahora penetrada por atrás. Escupí en la palma de mi mano para lubricar mi labor y cerré los ojos disfrutando de esas sensaciones.
En el hospital nunca me falto sexo pero nunca estuve solo y frente a una porno, estar en casa y con la complicidad de mi hermana era genial.
Mientras cavilaba en mis sensaciones sentí una mano en mi hombro, abrí los ojos para ver a Maribel parada detrás de mí sonriendo ligeramente y extendiéndome un tubo de lubricante.
- Toma.- Ella me ofrecía el lubricante, yo no sabía qué hacer, así que mi hermana tomó la iniciativa, se paso del lado donde yo estaba y se untó un chorrito de lubricante en las manos, mismo que cubrió cada uno de sus dedos.
Quitó mi mano de mi polla con sutileza y la tomó con la suya, todo mientras me miraba con esos ojos marrones y grandes, fue deslizando su mano por toda mi masculinidad para embadurnarlo también con lubricante y cuando todo estuvo listo comenzó a masturbarme, lentamente, de arriba abajo sin pausas.
- ¿Te gusta?- Preguntó para después mojar sus labios con su lengua.
No pude más que asentir con la cabeza y un pequeño sonido de la garganta.
- No te voy a demorar mucho, Selma está dormida allá arriba y mamá no tardará en llegar.- Ahora su movimiento era más rápido, cuando se cansaba con una mano, rápido cambiaba a la otra sin que se notará la diferencia de cambio.
A pesar de la película de fondo y mi hermana mirándome a los ojos con ansía de hacerme llegar no podía, mis nervios por que nos descubriera alguien en esas prácticas eran muy fuertes.
Maribel notó mis nervios y entonces actuó, se descubrió los pechos dejándome ver de nuevo esos pezones más oscuros que el resto de su piel, pequeños pero semi erectos, mientras con una mano aliviaba mis deseos, la otra los provocaba tocándose las tetas, el momento de venirme llego cuando llevó una de sus tetillas directo a la boca y pasó la lengua saboreándosela.
Dos chorros densos salieron disparados a las tetas y un par más pequeños se quedaron en su mano.
Ella sonrió por el resultado y primero limpio su mano embarrada de semen llevándosela a la boca, saboreando cada gota y dejando la mano limpia, después me dijo que limpiara su pecho y como no entendía acerco sus tetas a mi boca. Seguí sus órdenes y tuve que lamer mi propio semen, nunca lo había hecho y no me lo trague, mi hermana se percató
- ¿No te lo tragas? Mira, así - Acerco sus labios que se fundieron en un beso blanco con los míos y después de que succionó todo el contenido de mi boca se alejo para tragárselo con el sonido característico de la garganta.
Quedamos en silencio un par de segundos que me parecieron una eternidad, rotos con su linda voz.
- Se dice "gracias".- Me indico ella y así se lo dije.- Ahora recoge la sala, yo iré a dormir un poco.- Me ordenó como lo hacía la doctora Melisa.
Gracias a todos los que han leído el relato y en especial a sus comentarios, quisiera establecer el fin de semana como el momento de publicación de mis relatos. Pronto se irán develando las razones del porque estuvo internado el Loco en e siquiátrico.
Espero sus dudas, comentarios y sugerencias.