El lobo y la Luna
Dos amantes asesinados por lo que sentían el uno por el otro. Un dios soberbio y cruel adorado por un reino desangrado por la guerra. Un mundo inundado por la furia y la pasión. ¿Qué sucedería si Arya, una de los supervivientes de la casa StarK, resultase ser algo más de lo que los habitantes de los Siete Reinos pudiesen imaginar?
El lobo y la Luna.
Dos amantes asesinados por lo que sentían el uno por el otro. Un dios soberbio y cruel adorado por un reino desangrado por la guerra. Un mundo inundado por la furia y la pasión. ¿Qué sucedería si Arya, una de los supervivientes de la casa StarK, resultase ser algo más de lo que los habitantes de los Siete Reinos pudiesen imaginar?
__ ¿Habéis encontrado a la mocosa?__ preguntó el rey Joffrey a los soldados.
__ Hemos rastreado toda la ciudad, majestad, pero no hay rastro de la traidora Arya Stark.
Joffrey miró a su prometida, Sara Stark, que presentaba un aspecto demacrado.
__ No es raro que esté así.__ pensó Tyrion Lannister.__ Ha perdido a su padre, a su madre y a uno de sus hermanos.
__ Esta noticia debe de haberte alegrado.__ se burló el rey.__ ¿Verdad, Sara?
__ Me da igual lo que le suceda a mi hermana.__ respondió Sara con voz monótona.__ Es una traidora al igual que el resto de mi familia.
El rey la miró durante un tiempo. Después se volvió hacia los soldados.
__ Enviad mensajeros a todos los rincones de los Siete Reinos. Quiero que capturen a la traidora Arya Stark.
Los soldados hicieron una reverencia y salieron de la estancia.
Ser Jaime, "tío" del rey, dijo:
__ Tendremos que darles una buena recompensa a los Frey por haberse ocupado de Lady Catelyn y Lord Robb.
__ Cierto.__ se rió Joffrey.__ Aunque me hubiese gustado encargarme personalmente de ese rey del Norte. Sin embargo, he de reconocer que a mí nunca se me habría ocurrido lo de coserle la cabeza del lobo huargo a su cuerpo decapitado.
__ Sí, los Frey siempre han tenido una gran creatividad a la hora de tratar con sus enemigos.__ dijo la reina Cersei.
Sara apretó los puños mientras los rostros de sus hermanos y sus padres aparecían en su mente. Ella siempre había soñado con llevar la vida de una princesa de cuento de hadas pero lo que había obtenido fue un duro golpe de un mundo cruel y sanguinario. ¿Cómo se habían podido torcer las cosas de ese modo?
__ Descansaremos aquí.__ anunció el Perro.
Arya y el antiguo vasallo de Joffrey descabalgaron en las lindes de un bosque. Era noche cerrada y la Luna creciente brillaba en el cielo. Mientras el Perro montaba el campamento, Arya posó sus ojos en Aguja , la espada que su hermanastro Jon le había regalado antes de tomar caminos diferentes.
__ Ni lo intentes.__ dijo el Perro como si le hubiese leído la mente.__ Te mataría antes de que llegaras a hacer ningún movimiento.
Sabiendo que tenía razón, Arya se resignó y ayudó al Perro a preparar una hoguera.
Después de una ligera cena, el Perro se acostó y se durmió enseguida. Si hubiese tenido alguna oportunidad, Arya le habría quitado la espada, le habría matado y habría cabalgado hacia Invernalia, su hogar. Sin embargo, la primera noche desde que el Perro la secuestró, Arya había descubierto que el guerrero dormía siempre con un ojo abierto y que poseía reflejos felinos.
Aprendió la lección a base de golpes.
Arya escuchó el aullido de un lobo. Aquello le recordó a Nymeria , su loba huargo antes de que se viese obligada a espantarla para evitar que Joffrey la sacrificase.
Pensando en lo mucho que echaba de menos su vida anterior, la niña se durmió.
Soñó que estaba en un prado bañado por la luz de la Luna llena. Iba vestida con una túnica de seda semitransparente que relucía bajo la luz plateada del astro.
Desde lo lejos le llegaron los aullidos de un lobo. Sintió una profunda tristeza en aquel hermoso sonido.
Tristeza por un amor perdido<<. se sorprendió pensando Arya.
En aquel momento sintió un cálido aliento en su nuca. Un escalofrío se extendió por todo su cuerpo cuando sintió unas frías garras recorriendo su cuerpo.
Ante aquel contacto, Arya no podía moverse. O más bien no quería. Un agradable ardor recorría cada centímetro su cuerpo con cada movimiento de aquellas garras, que se deslizaban con delicadeza sobre su piel sin hacerle ni un solo rasguño.
Se sobresaltó cuando una de las garras empezó a acariciar su sexo, humedecido, por encima de la ropa. La zarpa se deslizaba de arriba abajo con suavidad pero constantemente. El roce de la seda sobre su sexo aumentó el ardor que Arya sentía. La chica giró la cabeza para ver quién o qué le estaba haciendo aquello y su mirada quedó atrapada en unos hermosos ojos dorados que la observaban con una llama de deseo.
En ese momento, el Perro gritó y Arya desapareció de los brazos de aquel ser para volver a la realidad, donde el guerrero estaba en graves problemas.
Mientras dormían, un grupo de extraños seres les habían rodeado. El Perro les había percibido enseguida y había empezado a luchar contra esos seres mientras Arya estaba sumida en aquel extraño sueño.
Una vez despierta y gracias a la luz de la Luna, Arya vio que el Perro estaba malherido y el caballo había sido despedazado. Y entonces vio a las criaturas que les estaban atacando.
Lobos. Pero no eran lobos normales: caminaban sobre las patas traseras y poseían una estructura ósea similar a los humanos. Por lo demás eran idénticos a los lobos e igual de temibles.
Uno de aquellos seres se lanzó contra el Perro. Para sorpresa de Arya, que en una ocasión le vio matar a un caballo con un único movimiento de espada, el guerrero cayó ante la ferocidad de la criatura.
Los lobos rodearon a Arya, que se acurrucó contra un árbol.
__ ¿Qué hacemos con ella?__ preguntó una de las criaturas.
__ Yo digo que la matemos.__ sugirió otro lobo.
__ Sólo es una niña.
Un tercer lobo se acercó a Arya y se agachó a su lado. Sonriendo pícaramente, introdujo una de sus garras bajo el vestido de la chica. Arya no reaccionó a la caricia porque su mente estaba recordando el sueño.
El intruso sacó la garra, humedecida por los líquidos de Arya.
Después de olfatearla, se limpió la zarpa con la lengua y volvió a sonreír.
__ Me parece que no es tan niña como piensas, Alayne. Huele como una hembra en celo.__ el ser se levantó y dijo: __ No tenemos razones para matarla pero no podemos permitir que hable de nuestra existencia con nadie. Será nuestra prisionera.
Dos lobos obligaron a levantarse a Arya, que siguió al grupo sin oponer resistencia. Lo más extraño es que no sabía decir si estaba asustada o excitada.