El ligue de una discoteca
Siendo ella la que detuvo mi mano cuando quise introducirla entre sus muslos, soltándome Detente, me caes muy bien, no deseo que esto acabe mal, debes de saber algo de mí antes de continuar.
El ligue de una discoteca
Desde este medio os quiero hacer llegar mis experiencias, me gusta contárosla e intentaré no enrollarme demasiado con los detalles, os lo contaré de manera que no os sea muy difícil imaginar, deseando que vosotros mismos pudierais recrearlo en vuestras mentes.
Antes de nada. Os debo de confesar que siempre me he esforzado en mejorar… sexualmente, como bien sabéis mis gustos son los hombres maduros, buscando en lo posible mis preferencias, no importándome si comienzo como pasivo y acabo como versátil e incluso activo, quizás sea lo que nos queda.
Me considero glotón y como curioso me gusta probar, además no hay maduros que no deseen una buena putita, encontrando en mí a esa glotona que de paso se deja preñar… mmm. A día de hoy como zorra que me siento, no hay macho de mis follaamigos que no esperan algo más de mí, siendo yo ese juguete que les complace. Aceptando sus depravados juegos, siendo desde el transformismo el principal de ellos, pues les va la humillación y la degradación, como dicen muchos de ellos…
- “No hay nada como ver a tu tío como medias y sobre tacones, ver como camina o gatea”.
Pero comenzare, os diré que sí antes me conocían como Jhosua ahora se me conoce como Morbiux, Nick que me puso uno de mis maduros amigos que no solo vamos al placer, sino que aceptando que me pague la entrada a saunas o locales, me convierto en su puta donde me usa y deja que otros lo hagan… uuummm!. Ya os iré contando poco a poco mis nuevas experiencias, sin dejar olvidada las antiguas. Bueno comienzo…
No he cambiado, aún sigo aquel que se levanta cada mañana empalmado, pero por desgracia quien ha cambiado ha sido mi mujer, pues ya no es esa mujer ardiente de hace meses. Nuestra rutina en el sexo sea quedado en hacerlo una vez por semana, cosa que me da lo mismo y que parece que a ella también, cosa que se al espiarla a veces como se hace un dedo hasta conseguir su orgasmo. Ya ha quedado atrás aquellos comentarios tras el mañanero…
- “Esto es lo que me alegra el día, como me gusta ser la envidia de mis compañeras, cuando les cuento lo que hacemos cada mañana”.
O aquel otro comentario…
- “Me voy a extrañar el día que no te levantes así, haciéndome pensar que debes de tener una amante, o que estas entrando en esa fase de los cincuentones”.
Nuestro mañanero comenzaba con la rutina de que si era yo el que se despertaba antes, era una comida de coño como Dios manda y tras despertarse, continuar con besos, comida de boca, caricias, magreos y finalmente penetración… uuummm!. Disfrutando ella cuando yo me pongo arriba, pues según ella le gusta ver mi rostro haciéndole disfrutar, aunque acaba por dolerle las piernas a pesar de que descansan en mis hombros. Tras su orgasmo y buscando el mío, cambiamos de posición, siendo ahora ella la que se coloca arriba, aunque en otras ocasiones en la posición del perrito también disfrutamos ambos… ooohhh!. Ella sabe que a veces soy de los que repito tanto en la ducha como en la misma cocina, pues soy hombre morboso y pervertido, curioso del sexo como siempre me he definido.
Pero desde que a través de una compañera conoció otras amistades, amistades que son todas femeninas, puedo decir que ha cambiado bastante. Ya no busca el mañanero y menos aún el sexo durante el día, rechazándome cuando lo busco yo, acabando echarme en cara mi obsesión por el sexo.
Como he mentado anteriormente, ella sale con su nuevo grupo de amigas como lo hago yo con los míos, viendo su cambio no solo en sus actitudes, sino también en su forma de vestir, pues cuando antes despreciaba prendas como el tanga para usarlo para un diario… ahora lo hace, eso como a veces en una de sus salidas la sorprendí que llevaba puesto ligero.
Pero fue unas semanas después cuando salimos ambos con nuestros respectivos amigos, mis noches en compañía de mis amigos no había influenciado el cambio de mi mujer. Cuando en un momento vimos un grupo de chicas, grupo que por el escándalo que formaban, llegamos a creer que era una despedida de soltera, acabando por fijarme yo en dos de ellas que estaban en pleno morreo… uuummm!. Escena que no hay hombre que eso no le ponga, aquellas dos chicas no dejaban de morrearse, ¡incluso de meterse mano entre ellas… uuufff!, llegando yo a coger el móvil y desde mi distancia, me puse a grabar aun sabiendo que eso está mal y prohibido. Fue cuando tras el morreo estas se separaron y pude ver que una de esas chicas era… mi mujer, aquello me sentó como una jarra fría. El colmo era que con lo grande que es la ciudad de Sevilla, el colmo fue coincidir en la misma discoteca que no era otra que la Sala Caramelo, también para lo grande que es coincidir.
El cabreo fue monumental, pues no es que me haya cabreado por que se haya enrollado con una chica, sino por la cantidad de veces que le he propuesto un trio y que ella me lo había rechazado, poniendo excusas como que es antinatural como…
- “Eso es ponerme los cuernos”.
Cogí y les propuse a mis amigos el irnos a otro lugar, ante el asombro de estos por querré irme, pues aquello estaba de ambiente y de chicas de la ostia. Cosa que propuse a estos el irnos a otra discoteca, discoteca que no era otra que la Sala Cosmos. Aunque esta sabemos que no es tan grande, si sabemos y no solo por oídas que esta es una de las mejores discotecas para solteros y divorciados. Aunque la música no era tan pegadiza como la Sala Caramelo de estilos latinos tales como salsa y bachata, en esta sala se especializa en música electrónica.
Bueno sigo, comenzamos a desperdigarnos cada uno, deambule de un lado hacia el otro con cubata en mano, precisamente todavía con la imagen morbosa de mi mujer morreándose y magreándose con esa chica, imagen que me tenía todo caliente. En mi mente era la de encontrar a una chica y darle la follada del año, como escarmiento hacia mi esposa, fue cuando sin darme cuenta choque con una chica. Ambos nos disculpamos, acabando por invitarla a una copa que ella a pesar de mi insistencia acabo por aceptar.
Comenzamos a conversar en la misma barra, donde se me presento como Astrid, no le di muchas vueltas a su nombre, me dijo que había venido con unas amigas que han encontrado compañía, refiriéndose precisamente a uno de mis amigos. Le pregunte por la edad sarcásticamente, cosa que ella dijo con una risita picarona… veintiséis años, continuamos hablando, respondiendo yo a sus preguntas que mezclaba las personales con las picaronas… uuummm!. Le sugerí continuar la conversación en un reservado, aludiendo que era para poder escucharnos mucho mejor… cosa que acepto. Mi trato persona hacia ella fue exquisito como el galán que me consideró, pero también midiendo las distancia con un trato cercano y ameno. Ella en cambio, comenzó poco a poco a estar muy cariñosa, mezclando sus poses con morbo y con mucha sensualidad… uuufff!.
Os describiré como es la chica… vale. De entrada, os diré que tiene un cuerpo de bandera, delgadita, mediría el metro setenta más o menos, rubia con extensiones, un culito perfecto y unos pechos de escándalo. De rostro, ojos negros penetrantes, nariz recta y labios carnosos… uuummm! (muy apetecible la verdad). El largo rato que estuvimos conversando, me di cuenta que, a pesar de su corta edad, puedo decir que este encanto de mujer tiene mucho mundo, alegando que sabe tratar a un hombre, como me soltó…
- “Siempre me han atraído los hombres mayores”.
Fue decirme eso e intuí que debe de ser una mujer fogosa, dulce y apasionada. Su voz dulce me embriago, fue acercarme a ella para decirle algo al oído cuando pícaramente le di un muerdo, pues deseaba probar sus labios, labios carnosos que me invitaron mordisquearlos… uuufff!. Siendo ella la que me detuvo cuando pose mi mano sobre sus muslos, soltándome…
- “Espera detente, me caes muy bien y no deseo que esto acabe ahora, debo de decirte una cosa que debes de saber, antes de nada”.
Yo le intentaba decir que no me importaba nada, no queriéndole decir que si era una prostituta… me lo había imaginado, perro haciéndome ella callar, finalmente me soltó…
- “No soy del todo una chica… soy una transexual, para nada me sentiría mal si coges y te marchas, no te preocupes estoy acostumbrada, culpa es mía por permitir que esto fuera demasiado lejos”.
Pero para nada mi reacción fue marcharme, mas siendo la suya cuando cogí y le comí la boca, rodeando su cuello con mi brazo izquierdo, al tiempo que con la mano derecha tomaba uno de sus senos… uuummm!. Fue cuando nos entregamos, no deje de acariciar su cuerpo y ella el mío, no deje de magrear pechos, nalgas e incluso acabo dando un sobre salto cuando introduje mi mano entre sus muslos, mano que deslice hasta su entrepierna, cuyo miembro erecto y de pocas dimensiones esperaban mis caricias. No hubo palabras entre nosotros, no deje de hacer, no dijo nada cuando acabe por sacarle los pechos fuera de su camisa y me los lleve a la boca… ooohhh!. Asombrados debían de estar algunas parejas que pasaron cerca de nuestro reservado, pero aún más asombrados se quedaron otras, cuando esta tras bajar mi cremallera, introdujo su mano en el interior de mi pantalón y cogió mi miembro… uuummm!. Su rostro era de toda una diablesa cuando clavo sus ojos en los míos, acabando por sacarlo con algo de dificultad… ooohhh!.
Sonriente y sin impórtale donde estábamos, acabo por inclinarse al tiempo que rodeo mi tronco con una de sus manos, aferrándose a este comenzó por darme unas lamidas y minutos después se introdujo mi glande… uuuffff!. Viendo como le daban pequeñas arcadas, pensando yo que no debe de meterse muchas en la boca acabo. Acabo por ponerse de lado y aproveche por magrear sus nalgas primero, acabando dedearlo… uuummm!. Siendo finalmente ella quien me pide que la folle, no me hice esperar y aún más con los súper caliente y empalmado… uuummm!. Cojo y me coloco un condón, viendo esta como coge y se sienta encima, cogiendo ella misma y colocándosela para ver por su rostro como disfruta al introducirse cada centímetro… ooohhh!.
Tuve que decirle varias veces que bajara la voz pues no deseaba que nos echará, ella no dejaba de moverse, no dejaba de botar sobre mi ingle, se notaba que disfrutaba, notando como entraba una vez tras otra hasta el fondo de su prieto culito. Yo no deje de besarla, no deje de amasar sus senos y de besarlos, aquello era increíble y la sensación era tremenda, porque sentíamos ambos mi polla vibrar y palpitar en cada embestida, mientras yo le agarraba los pechos… ooohhh!. Entre convulsiones comencé a correrme, deseando en lo más profundo de mi ser que hubiera sido a pelo, pues no hay mayor placer que sentir el néctar caliente dentro de uno… uuuffff!.
Tras erguirse a cabo por sacársela y se dejó caer sobre el sofá, sonriente por la penetración, pero sabiendo yo que ella no había alcanzado su mayor satisfacción, cogí y sin esperárselo ella, me introduje su miembro en mi boca… uummm!. Demostrándole la habilidad que tengo comiendo pollas, se estremecía y se convulsionaba, colocando sus manos en mi nuca acariciaba mis cabellos, primero deseaba retirarme pero minutos después me lo impedía… uuuffff!. Mientras chupaba y engullía, no dejaba de magrear sus nalgas e incluso de follarlo con dos de mis dedos… aaahhh!. Los temblores y la fuerza de sus manos en mi nuca la delataba, pues en minutos acabo descargando y aunque ahora si deseaba que me quitara, yo continúe chupando y de paso tragando su escasos chorros de leche que salía… uuuffff!.
Aunque mí idea inicial era follármela otra vez y sobre todo, era colocarla a cuatro y penetrarla con fuerza durante un rato, para terminar si ella me lo permitía en su boca… uuummm!. Pero quizás para un primer encuentro era demasiado, nos vestimos las prendas que nos habíamos quitados. Nos quedamos reponiendo el aliento, mientras estuvimos charlando un rato más al tiempo que le daba masaje en sus piernas. Puedo decir con sinceridad que me pareció una mujer realmente especial, era todo un encanto para la edad que tiene.
Recuerdo que en un momento dado, miro la hora y tras sobresaltase me dijo que se debía de ir, cogiendo el móvil del interior de su bolso me fije que se puso a buscar un taxi. Como todo un caballero me ofrecí a llevarla donde ella me dijera, cosa que ella acepto, continuando con nuestra agradable conversación de camino a su casa. Pues como he dicho… estaba tan a gusto que se me hizo corto el tiempo que estuvimos, antes de llegar me hizo detener el coche pues no deseaba que nadie la viera conmigo, cosa que me extraño pero que a mí me venía bien. Nos disponíamos a despedirnos, no nos intercambiamos el número de móvil pues ya lo habíamos hecho en la discoteca, nos dimos un abrazo y comenzamos a morrearnos. Volviendo a magrear su cuerpo, deslizando mi mano hasta su culito prieto y perfecto al tiempo que la chica, acabo por posar su mano sobre mi polla y darse cuenta de cómo estaba otra vez. Soltándome…
- “No te puedo dejar así”.
Cogió y tras separarnos, acabo por inclinarse e introducirse nuevamente mi polla en su boca, chupándomela mejor que la vez anterior al tiempo que ella misma se pajeaba… uuummm!. No pude más y le dije…
- “No me voy a correr así, déjame follarte otra vez”.
Ella se puso derecha, miro de un lado hacia el otro, viendo que no había nadie algo lógico siendo la hora que era, cogió y salió del coche, rodeándolo y tras abrir la puerta de atrás del pasajero, se sentó sobre el asiento y se recostó. No habría más que decir, cogí y le quite su tanguita, tome sus piernas y me las recosté sobre mis hombros, humedecí su orificio anal, cogí mi polla y la dirigí hacia su orificio, comenzando a empujar… ooohhh!. Ella emitió un quejido de dolor, pero viendo que iba a sacarla me lo impidió, comencé despacio a entrar y sacarla, comenzando ella a jadear y suspirar… uuummm!. Llevados por el momento le quite la blusa y el sujetador, disfrutando de sus senos… ooohhh!. Ella se comenzó a pajear al tiempo de las embestidas, dándonos cuenta de una cosa, pues creo que con la emoción no caímos ninguno de los dos, que yo no me había puesto protección alguna, aunque para ser sincero yo si lo sabía… uuuffff!.
En un momento dado y como la anterior vez, cogió ella y me pidió que la follase duro, cosa que hice y el sonido era la mezcla de suspiros, gemidos, jadeos y el choque de mí polla contra sus nalgas… ooohhh!. Acabando por correrme minutos después dentro de su culito… aaahhh!, corrida que fue simultánea a la suya, pues ella también descargo sobre su vientre. Descansamos, deje que se vistiera dentro del coche como es lógico, ayudándole a limpiarse y no dejando rastro alguno. Antes de marcharse, nos despedimos con un largo abrazo entre besos, prometiéndonos volvernos a ver y repetirlo, siendo ella la que dice…
- “Pero la próxima vez en un sitio más tranquilo”.
Si os preguntáis si nos hemos visto, puedo deciros que sí, siendo el lugar elegido por ella en casa de una amiga suya, pues ignoro el motivo por el cual no me deja entrar en su casa, tampoco le he pedido explicaciones, ya que tampoco le he invitado a la mía. Bueno aquí dejo una experiencia más, espero que os haya gustado tanto como a mí, espero vuestros comentarios. Mi email (lógicamente todo junto) es… Jhosua 1974 @ Gmail . com