El león y la princesa 3

una sensual joven veintiañera llena de morbo motiva a su novio de 40 a tener sexo en un lugar donde estan expuestos a ser descubiertos.

El León y la princesa III

Ya han pasado algunas semanas desde que la princesa le entrego por amor el más preciado tesoro que tenia al gran León, su virginidad.

Pero el ir cada viernes a un hotel de paso hizo que el morbo y la excitación la hicieron querer más y más de su león por lo que empezó a idear donde podía cogérselo de manera que fuera diferente y lleno de éxtasis, los hoteles de paso eran comunes y la adrenalina de ser descubiertos era la misma de siempre… la princesa quería más

Ella se encargaba de controlar los documentos que se encargaba de controlar todos los documentos que por aspecto legal debían resguardarse en caso de alguna demanda en el trabajo, y se acercaba una auditoria, por doquiera que vieras en torno a su lugar encontrabas papeles, clasificaba los que debían y los que no debían clasificarse. De pronto el león entro y se burló de su princesa al verla entre tantos papeles y le dijo – quien te viera Inge, hasta pareces de verdad - la princesa en tono de enfado le contesto, - pues mis supervisores, que no tienen la delicadeza de clasificar lo que se debe y no resguardar, ponen todo, y son como 15 cajas las que hay que llevar al archivo muerto -

Ahí la princesa se quedó en un silencio profundo, visualizo los pasillos del archivo, el lugar donde le corresponde dejar sus cajas, el espacio reducido, busco mentalmente las cámaras y al analizar todo ese entorno, en su morbosa y lista imaginación dijo con una voz tierna y excitada… - León, cuando termine de clasificar me quedarán como 4 cajas de las 15 que son, aun así no tengo fuerza para llevarlas yo sola hasta el archivo, que te parece si me acompañas a llevarlas y a acomodar unas cosas que tengo desordenadas- mientras decía esto la princesa se acercaba insinuante a su león, retándolo ha tener sexo en su centro de trabajo, en un lugar que aun que no tiene cámaras estaba controlado por vigilancia.

Era excitante, peligroso y diferente por lo que el león acepto la propuesta de su princesa, escaparse al archivo muerto a hacer el amor.

Cuando el león llego por la princesa con el carrito para llevar las cajas la encontró sin la chaqueta del uniforme, traía solo la playera blanca por la cual se transparentaba su sostén color rosa… ella insinuante y sensual le dijo – ay ya vámonos aquí hace mucho calor – mientras sacaba su pecho enseñando sus redondas y paradas tetas. La verga del león al ver semejante monumento de tetas comenzó a palpitar, mientras, ella se adelantaba contoneando las hermosas nalgas que en unos momentos iban a ser del león.

Llegaron por las llaves, ella se registró con el vigilante y advirtió, nos tardaremos un poco, vamos a destruir unos documentos. El vigilante le entrego las llaves y les dijo, no hay problema, por favor entreguen las llaves a su regreso. El primer obstáculo había sido superado, pasar por el vigilante sin levantar sospecha alguna, la conchita de la princesa empezaba a humedecerse, su corazón palpitaba a mil por hora, sabía lo que iba a hacer, y el riesgo que corría, sin embargo estaba dispuesta a hacerlo con tal de hacer vivir a su león una experiencia de ensueño.

Continuaban caminando, ella adelante y el león detrás, viendo las nalgas de su princesa, saboreando cada segundo, mientras su verga cada vez se ponía más firme. De pronto, la princesa se detuvo y le dijo a su león, - estás seguro de querer hacer esto - el león le contesto – princesa contigo hasta el final, si tu lo deseas lo haremos - la sonrisa de lujuria se vio en ese momento en los 2 y continuaron caminando hasta llegar al archivo.

Era un edificio algo viejo y olvidado, la chapa difícil de abrir, entraron y se fueron directo al cuarto donde tenían que acomodar sus cajas, no encontraban la luz, si no la encendían iban a levantar muchas sospechas…. Ella escurría de tan caliente que estaba y la verga del león estaba ya tan parada que no cabía ya en el pantalón… se besaron apasionadamente con la luz apagada durante uno o dos minutos, encontraron la luz y regresaron al cuarto, el león le dijo, princesa a lo que venimos… ella en tono sarcástico le dijo – muy bien amor, aquí hay que acomodar las cajas- el león con enfado y con la verga palpitando de deseo movió las cajas recibiendo un beso en los labios cada vez más intenso, más deseoso de él, nada tonto el león puso una trampa que hiciera ruido en caso de que alguien entrara

Vaya sorpresa se tuvo al llevar la última caja, pues mientras acomodaba la última caja, la princesa le bajo el cierre y comenzó a mamarle la verga que tanto lo deseaba… uff, comenzaron a flaquearle las piernas, era una mamada increíble… ella estaba sentada en uno de los anaqueles del lugar

Pasaba su lengua por todo el tronco, se detenía en el frenillo, lo lamia como si fuera el más delicioso caramelo, disfrutaba el sabor, la sensación de esa verga parada, la chupaba haciendo ruidos con su boca, sabía que eso prendía a su león, la mamaba lo más profundo que podía, volvía a lamer, y sentía el palpitar de su verga, caliente y dura, chupaba sin parar, la princesa amaba mamar la verga de su león, lo disfrutaba, le encantaba escuchar los gemidos de placer del gran león… de pronto, mientras ella mamaba de lo lindo se escucharon ruidos… el éxtasis y la adrenalina llegaron a su máxima expresión, la princesa dejo de mamar y el león fue a asegurarse que no estuviera nadie cerca.

Regreso con la verga de fuera, esa era señal de que no había nadie, y puso de pie a la princesa, y comenzó a tocarle su hermoso clítoris, ahhh la estaba haciendo estallar, metía sus dedos en la concha profundo para que sintiera y húmedos los resbalaba por el clítoris ya tan erecto como su verga que estaba bien afianzada de las manos de la princesa.

Ellos gemían de placer, sin importar que los ruidos siguieran escuchándose, de repente, el león mete la mano por debajo de la playera blanca y comienza a tocar las redondas tetas de la princesa, ella esta retorciéndose de placer… el león cual vil cazador carnívoro se deja ir sobre las tetas de la princesa y comienza a lamerlas… rodea todo el pezón, redondo grande y café… ahh se saborea las hermosas tetas de la princesa, las muerde y las chupa, mientras ella mete su lengua en las orejas, están calientes, ella escurre sus hermosos fluidos

Gozaban sus cuerpos calientes, deseosos de seguir cogiendo… así que el león bajo el pantalón y la tanguita de la princesa y le toco sus nalgas blancas, blancas… beso el ano de su princesa, le encantaba, y ella desesperada se agacho poniendo sus manos sobre un estante le agarro la verga y la metió… estaban cogiendo de lo lindo… el disfrutaba ver como entraba y salía la verga de su princesa, le daba nalgaditas diciéndoles –eres una niña mala, te has portado mal, no has tomado tu leche – el vaivén de caderas era cada vez más rápido

Entre las cajas había una silla y el león se sentó en ella, con una sonrisa lujuriosa en el rostro dijo – cógeme – la princesa lamio la verga con 2 o 3 lengüetazos una chupada y una mamada y puso sus lindas nalgas en la boca del león… y ella sola se envistió en la verga que estaba a punto de soltar toda la leche

Empezó a saltar sobre la verga del león, gemía de placer, el león gozaba mientras tocaba los pechos de su princesa, era excitante, era una adrenalina tremenda el saber que podían ser descubiertos… ahhh umhh era lo único que se oía, al igual que las nalgadas que el león daba a su princesa que ya se había convertido en zorra… cogían de lo lindo… las nalgas de la princesa subían y bajaban, hasta que en un grito estallaron los 2 en un orgasmo

Al momento del grito se escucharon ruidos dentro del edificio, se subieron los pantalones, y se hundieron en un abrazo… estaban extasiados… se aseguraron que no hubiera nadie en el edificio para salir.

Salieron empapados en fluidos y sudor… oliendo a sexo, sin embargo, no les importo su condición, apagaron las luces, cerraron las puertas y se dirigieron a vigilancia a registrar su salida, el vigilante les sonrió amablemente y ella sarcásticamente le dijo – tengo más documentos para traer, deja los acomodo, y volveremos pronto- el vigilante contesto, - claro! Las veces que gustes. –

Camino a la oficina la princesa le dijo – gracias León, aun sigo escurriendo, y te prometo que haremos el amor en este y muchos otros lugares – el león contesto, - mi princesa, cumpliremos esta y todas tus fantasías – se despidieron y continuaron con el trabajo hasta el final del día, satisfechos y felices por haber hecho semejante travesura.