El León & La Madre de su Colega (2)

Dicho aquello, Iván comenzó a masturbar bruscamente su coño con sus gruesos dedos. Los metía y sacaba sin compasión mientras con la otra mano apretaba su cuello dejándola sin respiración. Ella, cachonda perdida, no tardó ni un minuto en correrse abundantemente entre los dedos, ahora pringosos, de Iván. Él, para limpiarlos, los introdujo en la boca de la madre de su colega e hizo que los chupara hasta dejarlos relucientes. Ella los lamía como una puta guarra en celo.

Barcelona

1 de Junio de 2020,

Ya casi había transcurrido una semana desde la bestial y tremenda follada que Iván le había pegado a la madre de su colega.

Josh, desde el recibidor, lo había mirado de forma extraña, casi como si supiera lo que acababa de pasar entre él y su madre. Además, aquel recibidor era donde Iván había lanzado sus calzoncillos antes de follarsela y todavía no habían aparecido. Iván se preguntaba dónde estaban y que había hecho con ellos. ¿Los habría encontrado Josh al llegar a casa y de ahí la mirada sospechosa?

Sin embargo, su colega no le había insinuado nada e Iván, que se sentía un tanto culpable, intentaba olvidar lo sucedido. Todo cambió aquel día.

Iván estaba tumbado en su cama jugueteando con el móvil cuando encontró la foto de las tetazas de Aurora cubiertas de su lefa y su polla, todavía tiesa, señalaba su cara de golfa con la lengua fuera como una perra viciosa.

El cipote del joven dio un respingo al recordar todas las guarradas que había hecho con aquella madurita. No pudo evitarlo, su lado más cabrón y macarra se apoderó de él e hizo lo que la mujer le había pedido que no hiciera. La compartió vía WhatsApp con su grupo de colegas (en el que, evidentemente, no estaba Josh).

Las respuestas ante semejante mensaje no tardaron en llegar:

  • ¡Ostia! ¿Y esto tío? - Preguntó sorprendido Lloreda.

  • ¿Es tu polla? - Añadía Pablo.

  • ¡Cabrón! Menudos tetones ¿Comparte no? - Comentaba Sergi visiblemente cachondo.

  • ¿De quién son? - Se limitaba a preguntar Éric.

  • ¿Esa no es la habitación del Joshua? - Concluía Óscar, revelando así bastante información que contestaba a las anteriores preguntas.

El grupo de chavales continuó exigiendo detalles a su colega de cómo había conseguido follarse a la madre de Josh.

Iván en aquel momento se estaba sintiendo el puto amo y se magreaba la polla mientras fardaba de semejante hazaña frente a sus amigos.

Fue entonces cuando le saltó una notificación de un nuevo chat emergente. Aurora le había enviado un mensaje.

  • ¡Hola guapo! No puedo dejar de pensar en tu polla y en como me follaste con ella. Quiero más. Necesito más. Espero con ansias nuestro siguiente encuentro.

A Iván aquel mensaje le cortó el rollo. Una cosa era pajearse con la foto de sus tetas y recordando lo sucedido y otra muy diferente repetirlo. Era la madre de su mejor amigo y él no se merecía aquello. Fue por eso que decidió ignorar el mensaje.

  • ¿Qué te pasa? ¿Por qué no contestas? ¿No te gustó? Porque yo creo que lo pasamos muy bien...

Aurora tenía razón. Había sido uno de los mejores polvos, si no el mejor, que Iván había vivido. Aún así, se mantuvo impasible.

El tercer mensaje llegó en forma de imagen. A Iván le pudo la curiosidad y lo abrió al momento. Casi se corrió sin tocarse ante semejante espectáculo. En la imagen, aparecía la madre de su colega frente al espejo. Con una mano hacía la foto y con la otra sostenía sus enormes tetas que estaban al aire. Más abajo, llevaba una diminuta falda escocesa, unas medias altas y transparentes y unos zapatos de tacón negros. La imagen venía acompañado de un breve pero directo mensaje:

  • ¿Me follas?

  • Joder... Menuda puta está hecha - Pensó Iván.

Y vaya que si se la iba a follar. Al principio tuvo dudas pero el chaval acabó sucumbiendo ante tanta tentación. Se vistió lo más rápido que pudo, salió de casa, se subió a la moto y puso rumbo a casa de su colega. Aquella provocación indicaba que estarían solos, de ahí la gran sorpresa que se llevó al descubrir que no era así.

Jorge, su marido y padre de Josh, fue quien le abrió la puerta. Iván no entendía nada.

  • ¡Hombre chaval! ¿Qué tal? Si vienes a ver al Joshua ha salido hace un ratillo.

Como era de esperar, el pobre hombre ni se imaginaba las intenciones que tenía el chaval. Iván no tuvo más remedio que improvisar.

  • Oh... Eh... Pues ya si eso me paso otro día.

  • ¡No no! ¡Pasa! No creo que tarde en volver - Gritó una tercera voz desde el pasillo.

Aurora apareció ante él con una camiseta blanca de manga corta y unos leggings, es decir, bastante cambiada a como aparecía en la foto que le había enviado minutos antes.

Iván, aparentemente molesto y desconcertado, acabó entrando en aquella casa con la esperanza de recibir una explicación.

Los tres entraron en la cocina a tomar algo con la intención de hacer tiempo hasta que volviera Josh. La conversación era bastante banal hasta que Jorge dijo:

  • Bueno... Yo os abandono que he trabajado de noches y estoy hecho polvo. Me voy a echar un rato a la cama. Me ha gustado verte Iván.

Y dándole una palmadita en la espalda se despidió del joven que, sin saberlo, se había follado a su mujer y pretendía tener un segundo asalto.

Justo cuando desapareció por la puerta de la cocina, Iván, de una zancada, se acercó a Aurora y, agarrándola cabreado de la mandíbula le soltó:

  • ¿Qué coño significa esta encerrona?

  • Te lo dije la semana pasada. Quiero que me folles con mi marido en casa.

Iván la soltó y empezó a agitarse nervioso. Aquello no era lo que él tenía en mente y le molestaba bastante que aquella mujer hubiera jugado con él.

  • Estás loca. Puede despertarse en cualquier momento y pillarnos. No pienso hacerlo, me piro.

Estaba a punto de abrir la puerta de casa cuando Aurora, plenamente calmada, espetó:

  • Lo dudo.

Iván la miró y arqueó una ceja. Al ver que el joven no entendía lo que sucedía, ella prosiguió:

  • He echado un suave somnífero en su bebida y el efecto no desaparecerá hasta dentro de unas horas. No se dará cuenta de nada de lo que hagamos. Es decir, puedes castigarme todo lo que te dé la gana y más por esta encerrona - Concluyó con una sonrisa de zorra viciosa.

Iván seguía sin tenerlas todas consigo pero evidentemente aquella propuesta era demasiado tentadora. Además le había hecho el lío y tenía que pagar por ello. Acercándose a ella, le apretó el coño por encima de los leggings y le susurró al oído:

  • Está bien. Pero quiero que te vistas como en la foto que me has pasado.

La mujer, entre gemidos por los tocamientos del joven amigo de su hijo, asintió y se dispuso a ello entrando en su habitación.

Iván aprovechó para volver al comedor y empezar a desnudarse. Se quitó la camiseta de tirantes, las bermudas de chándal y sus Jordan 1 y se sentó en gayumbos en el sofá. Tenía la polla morcillona y se la magreó hasta que Aurora volvió.

La milf apareció con el cabello suelto que le caía sobre una camisa blanca estrecha que insinuaba a la perfección sus descomunales tetas. También llevaba puesta aquella faldita de colegiala puta, las medias y los tacones. Los amantes se miraron y ella, poniéndose a cuatro patas, gateó cachonda hasta colocar su nariz y labios en el bulto que escondían los gayumbos de Iván.

Él hundió sus dedos en su cabello y con la otra mano liberó su cipote que, ya tieso, golpeó la frente de Aurora. Sacando la lengua, le pegó un lametón desde la base hasta la punta y lo engulló por completo al mismo tiempo que con ambas manos le bajó los calzoncillos y dejó al chico completamente en pelotas.

Se sacó la polla de la garganta y empezó a chupetear los gordos y juguetones huevazos depilados del muchacho.

  • Como la he echado de menos - Jadeó aquella golfa entre chupetones.

  • Te gusta mi polla eh, cerda.

  • ¿Cómo no me va a gustar? Si es perfecta, como todo tú. Es que no entiendo como puedes ser tan guapo y estar tan bueno y...

  • Corta el rollo. No me gusta que me regales tanto los oídos así que calla y chupa coño.

Aurora obedeció y empezó a succionar con ansia el capullo ya húmedo de líquido pre seminal. Iván aprovechó aquello para aprisionar su cabeza con ambas manos y, empujando sus caderas hacia arriba, iniciar un mete - saca bastante frenético.

Ella miró al chaval a los ojos mientras su polla taladraba su garganta y el sonido del chapoteo y las arcadas se oían por toda la casa. Le estaba follando la boca en toda regla.

Al liberarla, ella se puso en pie y empezó a contonearse como una puta stripper delante del cachondo y guapo colega de su hijo. Se levantó la minifalda para enseñarle su culazo y él pudo comprobar que la muy cerda no llevaba bragas.

Iván, al ver aquello, brincó del sofá como un resorte y le pegó un cachetazo con fuerza en una de las enormes nalgas.

Se trasladaron al recibidor y se situaron frente al espejo. Aurora delante e Iván detrás restregándose como un perro en celo y metiéndole mano. Acariciaba sus enormes melones por encima de la camisa mientras le mordisqueaba el cuello y, de un arrebato, se la arrancó rompiendo la prenda. Las tetazas de la madre de su colega rebotaron ante el brusco movimiento e Iván lo contempló a través del espejo. Le volvían loco. Con una mano las magreó lascivamente y la otra se introdució poco a poco bajo la falda de la mujer, en dirección a su coño.

  • Quiero que me castigues - Confesó la mujer.

  • Pienso follarte como a la puta que eres - Le susurró aquel tío bueno al oído.

Aurora, ya mojada, no podía hacer otra cosa que asentir, gemir y suspirar.

La pareja volvió al sofá e Iván se colocó como estaba antes. Aurora, levantando su falda y flexionando sus piernas, se colocó encima del muchacho y, agarrando su polla, se la introdució poco a poco en su coño mojado hasta que la tuvo toda dentro. El chaval la agarró con las dos manos por la cintura (por debajo de las tetas) y empezó la follada.

Las tetas y el culo de la mujer botaban arriba y abajo debido a las embestidas que el joven y fiero muchacho le propiciaba.

No sólo estaba cachondo, sinó también cabreado, y eso se veía reflejado en la follada. A pesar de aquello, la experta milf demostraba su maestría aguantando aquellas estocadas llenas de lujuria e ira.

Iván se limitaba a apretar los dientes por el placer que le propiciaba el coño de aquella madura y de tanto en tanto abofeteaba sus nalgas para que la yegua cabalgara todavía más rápidamente su cipote.

  • Como... Ufff... Nos pille tu marido... Nos mata joder.

  • A ver si así aprende a follarme como es debido de una puta vez.

Tras decir aquello, Aurora frenó en seco la follada e Iván la miró extrañado.

  • Estaba pensando en que quiero que literalmente me folles delante de él.

Aquello ya era demasiado. ¿En serio estaba dispuesta a ir tan lejos? Iván flipaba.

Ella se sacó la polla del chaval de sus entrañas y desapareció a través del pasillo dirección a la habitación de matrimonio.

Iván no sabía cómo actuar. Una parte de él quería vestirse y largarse de ahí lo antes posible para olvidar todo lo sucedido. Sin embargo, por otra parte también deseaba seguir a la madre de su colega y abusar de ella todo lo que le diera la gana y... Ya que estaba allí...

Al final se levantó y, movido por el vicio, la siguió. El joven entró bastante nervioso en la habitación y comprobó que, en efecto, el padre de su colega dormía plácidamente ajeno a todo lo que estaba sucediendo en su casa.

A su lado, su mujer con las tetas al aire y la diminuta falda ocultando tan solo parte de su culo, se retorcía de placer como la golfa que era.

Iván se acercó a ella temeroso mientras se pajeaba el nabo. La mujer lo tumbó en la cama al lado de su marido y volvió a tragarse su polla. A Iván era lo que más le gustaba, las mamadas.

Aurora chupaba de forma silenciosa aquel trozo de carne depilado. Pasaba su juguetona lengua por cada rincón hasta dejarla bien húmeda. Sobretodo se recreaba en el capullo, blandito y rosita, al que incluso le daba besos con sus carnosos labios.

El guapo y joven amigo de su hijo, inmerso en placer, reparó de nuevo en el marido dormido de la mujer que le estaba comiendo la polla. Tenía los ojos cerrados y la boca abierta, produciendo así algún que otro ronquido. Las manos entrelazadas sobre el velludo pecho y, lo que más alarmó a Iván, una erección de caballo bajo la fina tela del pantaloncito del pijama.

Iván se quedó petrificado. Primero porque no sabía si aquella erección era provocada por el descubrimiento de lo que estaba sucediendo a escasos centímetros de él o era producto de un sueño erótico. Y segundo por el tamaño. Nunca había visto otra polla tiesa en persona a parte de la suya y menos una tan enorme.

Aurora, mientras devoraba la polla de Iván, reparó en como éste observaba curioso la de su marido. Casi sin pensarlo, alargó su mano derecha hasta conseguir liberar aquella gigantesca anaconda de carne. La descomunal polla salió disparada y rebotó contra la barriga de Jorge, provocando un ruido de impacto.

  • ¿Pero qué haces? ¿Estás loca? ¿Acaso quieres que se despierte? - Masculló el chaval.

  • Me apetecía que vieras la polla contra la que compites en todo su esplendor. Que pena que no sepa usarla. Demuéstrale como se hace - Añadió ella a la vez que se colocaba a cuatro patas entre las piernas abiertas de su marido.

Sus tetas colgaban firmes casi a la altura de su boca abierta y el coñito, todavía oculto por la mini falda, quedaba en perpendicular con el tremendo mástil erecto de su marido.

Iván se colocó justo detrás y le quitó, por fin, la falda y los tacones. Lanzó un cargado escupitajo a su coño rasurado y lo palmeó con cuatro de sus gruesos dedos. Estaba a punto de follarse a la madre de su colega literalmente delante de su marido. Que puta locura.

Llegados a ese punto, Iván fue con todo. Si Jorge se despertaba y los pillaba pues que aprendiera un poco de como hay que follarse a una puta. La agarró del pelo y la tiró hacia él al mismo tiempo que le clavaba la polla de golpe.

  • Te vas a enterar de lo que es bueno cerda.

Iván se la empezó a follar duro. Las tetas de la madre de su colega chocaban contra el falo de su marido dormido, al que le daban descargas cuando entraba en contacto con aquellos grandes melones.

Hubo un momento en el que la levantó y, agarrándola de la cara, le hizo mirar fijamente a su marido y dijo:

  • ¿Qué es lo que le dirías ahora mismo?

Ella, haciéndole una peineta al cornudo y pobre hombre, contestó:

  • ¡Que te jodan! Esto es lo que recibes por no follarme.

Iván, riéndose, la empujó hacia delante y, el cuerpo sudoroso de la mujer, acabó pegado al de su marido. El chaval, por su parte, flexionó sus piernas y se la empezó a follar como un león en celo, justo como había hecho una semana atrás en la habitación de su hijo.

La polla de Iván entraba y salía a una velocidad tremenda del coño de la mujer. Estaba caliente y húmeda y a punto de reventar debido al morbo de la situación. Iván notaba la fricción que ejercian los labios vaginales de la madre de su colega cada vez que sacaba y metía su polla en ellos. Llegó un momento en el que no pudo más y confesó:

  • Joder, joder... Me corro.

  • ¡No, no! Dentro no - Suplicó la mujer.

Sin embargo, Iván estaba tan cachondo que sudó por completo de la petición de la madre de su colega y, ensartándole la polla hasta el fondo, empezó a correrse y a inundar su vagina de semen.

La corrida fue tan abundante que algunos chorros incluso se escurrieron y cayeron sobre el pollón de Jorge.

Iván, satisfecho pero aturdido por lo que acababa de hacer, se levantó de la cama y salió de la habitación con la polla todavía tiesa y dando bandazos.

Aurora, al ver su extraña reacción, salió tras él también en bolas.

  • ¿En qué coño estabas pensando? Te has corrido dentro sin condón. Además te has ido sin que yo haya termina...

La madurita no pudo terminar la frase ya que Iván se giró y la empotró contra la pared. Su polla se rozaba contra su clítoris y, mientras ella jadeaba como una sucia perra, él dijo:

  • Esto se acabó. Me has engañado para que vuelva a follarte y además delante de tu marido. Eres una puta infiel que encima me viene con quejas y exigencias en vez de agradecer que un tío como yo se la folle.

Dicho aquello, Iván comenzó a masturbar bruscamente su coño con sus gruesos dedos. Los metía y sacaba sin compasión mientras con la otra mano apretaba su cuello dejándola sin respiración. Ella, cachonda perdida, no tardó ni un minuto en correrse abundantemente entre los dedos, ahora pringosos, de Iván. Él, para limpiarlos, los introdujo en la boca de la madre de su colega e hizo que los chupara hasta dejarlos relucientes. Ella los lamía como una puta guarra en celo.

Al terminar, la soltó y empezó a vestirse.

  • ¡No por favor! No te vayas, no quiero que esto se termine - Suplicaba ella.

Iván, ya vestido, colocó su mano derecha en su mejilla y, acercando los labios a los suyos, le soltó un escupitajo y dijo:

  • Esto no se va a repetir. Olvídate de mí y vete a que te folle el cornudo de tu marido, pedazo de guarra.

Y se marchó dando un sonoro portazo.

Aurora, afectada pero todavía cachonda, volvió a la habitación y contempló como la lefa fresca del amigo de su hijo chorreaba sobre la polla dura de su marido. Se acercó a ella y, sacando la lengua, la empezó a chupar. Aquel pollón era bastante más grande y grueso que el de Iván pero Aurora se manejaba para tragárselo entero. Su marido, aparentemente dormido, no tardó en correrse ante aquel estímulo. Su semen y el de Iván se mezclaron en la boca de la puta y ella se lo tragó todo. Se tumbó sobre su marido y le dio un beso en los labios con sabor al semen de Iván.

  • Espero que hayas disfrutado del espectáculo.

Jorge abrió los ojos y sonrió. Todo había salido como habían planeado. Iván no había sospechado nada en ningún momento.

Agotados, el perverso y vicioso matrimonio se abrazó en la cama.

  • Ahora debemos planear nuestro siguiente movimiento - Comentó Jorge.

  • Déjamelo a mí. Sé exactamente lo que tengo que hacer para poner cachondo a este niñato - Concluyó Aurora.

Iván, por su lado, estaba tan ofuscado por todo lo que había sucedido, que chocó contra alguien al salir del portal. Se trataba de Josh.

Los dos amigos se miraron confusos unos segundos hasta que Josh sonrió, sacó unos gayumbos del bolsillo de su pantalón y dijo:

  • ¿Cómo ha ido la follada con mi madre?

Iván se quedó completamente paralizado. Su colega lo sabía. Sabía que se había follado a su madre.

  • Josh... Yo no...

Iván no era ni siquiera capaz de hablar. Josh lo arrinconó contra la pared y, acercando su boca a su cuello y su mano a su paquete, le confesó:

  • Mira Iván... Sé que te la acabas de follar y que no es la primera vez. Teniendo esto en cuenta, lo menos que puedes hacer llegados a este punto es intentar compensarme y hacer exactamente lo que yo te pida.

  • Josh... Te juro que no se va a volver a repetir. Te lo prometo. Lo siento mucho tío.

  • Y tanto que se va a repetir.

A Iván aquello lo descolocó por completo y miró a su amigo desconcertado a los ojos mientras éste seguía palpando su polla.

  • Ya que no me dejas a mí jugar con ella... Al menos quiero verla en todo su esplendor.

  • ¿Quieres que te la enseñe dura?

  • Sí pero no ahora... Quiero que te vuelvas a follar a mi madre y que lo grabes para mí.

Iván estaba flipando. Sabía que a su colega él le ponía muchísimo pero no se imaginaba que hasta tal punto de vicio. Josh soltó su polla y se alejó.

  • ¿Lo has entendido? - Le preguntó.

Iván no hizo más que asentir todavía en shock. Josh le acarició la mejilla, colocó sus gayumbos entre la cinturilla de su pantalón y su abdomen y empezó a subir las escaleras para llegar a la casa donde minutos antes Iván se había follado a su madre.

Iván, tras procesar todo lo que había sucedido aquel día, salió del portal, se subió en la moto y volvió a casa para pensar en cómo iba a cumplir la petición que su colega le acababa de exigir.

Continuará...